Vamos a comenzar el año con la selección de algún artículo cañero de esta temporada. Comenzamos con el siguiente:
¿Perfil bajo? Por Iñaki Ezkerra.
El equipo de genios que asesora a Rajoy le ha aconsejado el perfil bajo para las elecciones. Perfil bajo significa limar el discurso crítico ante los fracasos del Gobierno en la cuestión terrorista y la nacionalista, que es como decir en lo que toca a las víctimas y en lo que al PP puede darle votos, o sea en lo que coincide ideológicamente con los sectores más amplios y dispares de la sociedad. El misterio es que el criterio del perfil bajo no se lo aplica en la sintonía con el discurso integrista de los obispos, que es el que de veras aísla al PP y le hace una opción poco apetecible. Para salir a la calle con las cruces apocalípticas, los escapularios agónicos y el rosario de su madre, con la España rancia de las sotanas entalladas, la Operación Plus Ultra, los niños de San Ildefonso y 'la familia y uno más' de Alberto Closas, o sea para participar en esa astracanada paraepiscopal de ayer, el PP no adopta el perfil bajo sino que muerde con euforia el cebo que estaba cantado que le iba a poner el PSOE pinchando en el anzuelo electoral los embriones, las células madre, los muertos eutanásicos y los abortos de Bernat Soria. Una cosa es tener escrúpulos éticos ante la indiscrimación de la práctica abortiva y otra caer con ganas en las trampas del enemigo y disfrazarse de los años cincuenta (¿pero qué necesidad hay de disfrazarse de los años cincuenta?) y manifestarse hasta contra la píldora, el preservativo y el método Ojino.
Se sabía que iba a ocurrir. Se sabía que aquí no había que temer al aborto libre sino al 'aborto-trampa' que el Gobierno usa para sacar la cara más fea del PP. Y el PP ha entrado al trapo con la inestimable ayuda de los obispos. Aquí cuando no se le hace la cama a Gallardón y se desdeñan sus votos gays aparecen los obispos para ayudar. La teoría del perfil bajo se basa en la lechuguina táctica de desmovilizarse para que no se movilice el adversario. Pero irse con los obispos de mani no es desmovilizarse sino movilizarse mal. Es desmovilizar al propio aliado y no al adversario, que se siente más estimulado que nunca por lo fácil que se lo ponen los que defienden lo que no está amenazado. A mí ésos que se erigen en defensores de la familia me recuerdan a esa gente que te dice que es una gran defensora de Bilbao o de La Real. ¿Pero quién ha amenazado a Bilbao ni a la Real para que necesiten defensores? ¿Quién aboga por probar la bomba atómica en las Siete Calles o por capar a los hinchas del equipo donostiarra para que se tenga que hacer tan expresa defensa de esa capital y de ese club de fútbol? ¿No vale la ley del perfil bajo contra esas innecesarias apologías? ¿No es instalarse en la radicalidad defender lo que no corre peligro como si lo corriera? Instalarse en la radicalidad es al parecer sólo hablar de terrorismo y de las víctimas. Luego el PP tendrá miedo al partido de Rosa Díez. La verdad es que no necesita de Rosa Díez para perder votos.
(Publicado en El Correo, 31-XII-2007).
3 comentarios:
Mondo cane: el PSOE es quien saca la cara fea del PP. Qué hijos de puta, esos del PSOE, ¿eh? Pa' matarlos.
En fin. Cría cuervos y te arrancarán los ojinos.
El Correo creo que fue dirigido en tiempos por Don José Antonio Zarzalejos Nieto, hijo de Don JOSE ANTONIO ZARZALEJOS ALTARES
ezquerra, operación ogro
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