Hace una temporada, mi tía Bernardita se arruinó de tanto jugar al bingo. Durante meses tuvo una inusitada racha de buena suerte y acababa cada noche con el bolso repleto de billetes. Le dijimos que aprovechara para arreglar su casa o para repartir un poco entre los sobrinos, con los que nunca había tenido un detalle. Nada que hacer, siguió jugando. Cada noche arriesgaba todo lo acumulado el día anterior. Cuando cambiaron las tornas, perdió hasta el último céntimo e incluso empeñó el anillo de boda y el abrigo de pieles. Acabó en la indigencia. Le sugerimos que acudiera al Ministerio de Economía a ver si le daban algo. Ni caso le hicieron. No hay derecho.
Años antes, a mi tío Aniceto también le vinieron mal dadas. Era tratante e invirtió en bueyes un buen puñado de aquellas pesetas. Justo en ese tiempo los campesinos empezaron a comprarse tractores y los bueyes de Aniceto quedaron para vestir santos. Intentó vendérselos al Ayuntamiento o al Gobierno, pero le dieron con la puerta en las narices. Qué insensibilidad.
Parece que hoy las cosas han cambiado mucho y tengo entendido que es por obra del llamado Estado social. Veamos un par de ejemplos. Si usted es banquero, se dedica a jugar a la ruleta con sus cuartos y los de sus clientes y resulta que se arruina, no se preocupe, el Estado le compra los pufos y usted se puede ir a las Bahamas con la cabeza bien alta y orgulloso de su imprescindible papel en el sistema económico. Da gusto ver a esos directivos de la banca que cobraron sueldos supermillonarios por meter la pata y darse a su pasión de ludópatas. Hacían préstamos a quienes se sabía que no podrían pagarlos, pero ahora el agujero se lo tapan con el dinero de los contribuyentes. Aquí todo se andará, pero en EEUU ya está pasando. Allí mismo Zapatero ha dicho que apoya el plan a tope, aunque días antes afirmó que él no es intervencionista. Es un hombre muy completo, puede estar a dos cosas al mismo tiempo, en la procesión y repicando.
Por estos pagos compadecemos mucho a promotores inmobiliarios y constructores, a los mismos que se hicieron de oro en tiempos de vacas gordas y que nos pedían la mitad “en negro” cuando les comprábamos casa. Como al fin se pinchó la famosa burbuja que todos -menos el Gobierno- sabíamos que iba a reventar, andan tristones y flácidos, razón por la que algunos políticos partidarios de la justicia social quieren comprarles los terrenos baldíos y las casas vacías. Serán compensados con nuestros impuestos, ellos, que evadían como posesos y que tienen en la hucha lo que antes les pagamos a tocateja.
Al ver todo esto recuerdo a Bernardita y a Aniceto y se me pone como loca la memoria histórica.
Años antes, a mi tío Aniceto también le vinieron mal dadas. Era tratante e invirtió en bueyes un buen puñado de aquellas pesetas. Justo en ese tiempo los campesinos empezaron a comprarse tractores y los bueyes de Aniceto quedaron para vestir santos. Intentó vendérselos al Ayuntamiento o al Gobierno, pero le dieron con la puerta en las narices. Qué insensibilidad.
Parece que hoy las cosas han cambiado mucho y tengo entendido que es por obra del llamado Estado social. Veamos un par de ejemplos. Si usted es banquero, se dedica a jugar a la ruleta con sus cuartos y los de sus clientes y resulta que se arruina, no se preocupe, el Estado le compra los pufos y usted se puede ir a las Bahamas con la cabeza bien alta y orgulloso de su imprescindible papel en el sistema económico. Da gusto ver a esos directivos de la banca que cobraron sueldos supermillonarios por meter la pata y darse a su pasión de ludópatas. Hacían préstamos a quienes se sabía que no podrían pagarlos, pero ahora el agujero se lo tapan con el dinero de los contribuyentes. Aquí todo se andará, pero en EEUU ya está pasando. Allí mismo Zapatero ha dicho que apoya el plan a tope, aunque días antes afirmó que él no es intervencionista. Es un hombre muy completo, puede estar a dos cosas al mismo tiempo, en la procesión y repicando.
Por estos pagos compadecemos mucho a promotores inmobiliarios y constructores, a los mismos que se hicieron de oro en tiempos de vacas gordas y que nos pedían la mitad “en negro” cuando les comprábamos casa. Como al fin se pinchó la famosa burbuja que todos -menos el Gobierno- sabíamos que iba a reventar, andan tristones y flácidos, razón por la que algunos políticos partidarios de la justicia social quieren comprarles los terrenos baldíos y las casas vacías. Serán compensados con nuestros impuestos, ellos, que evadían como posesos y que tienen en la hucha lo que antes les pagamos a tocateja.
Al ver todo esto recuerdo a Bernardita y a Aniceto y se me pone como loca la memoria histórica.
7 comentarios:
Tras sus palabras intuyo un cierto retintín, posiblemente derivado de su espíritu insensible.
¡¡ Como alguien puede plantear siquiera un pero a ese plan basado en aspectos fundamentalmente humanitarios !!.
¿ Sabe cuanto piden por un Maseratti Quatroporte o un Bentley ?
¿ Sabe quizás lo que supone comer a diario en Casa Lucio, dejando propinas proporcionales ?.
¿ Conoce acaso la cotización de las putas de altísimo standing ?: por menos de 4.000 euros no se la metes a la propietaria de un rostro conocido.
¿ Sabe acaso la crueldad que supone renunciar a regalar un bolso Loewe de piel de culo de indio o una sortija con una piedrilla sudafricana de tropecientos kilates ?.
¡ Y de las cacerías en Kenia que !.
Quien ha saboreado la excelencia de un Rolex o una Montblanc, convenientemente incrustados, no puede volver jamás al Seiko y a la Inoxcrom.
Si a los que quedan enganchados a la droga se les proporciona sustancias sustitutivas de efectos análogos, le ruego que no objete cualquier medida tendente a remediar la situación de necesidad derivada de un cambio brusco en la fortuna personal y/o empresarial de esos magnates generadores de "empleo y riqueza".
¿ O no se habla en la Constitución del Derecho de Igualdad ?.
Así que si me permite me gustaría abanderar esta causa y alzar un igualitario grito:
¡¡¡ Metadona pa los ricos !!!
Dios mio! (o Alá mio!), Zapatero apoyando un plan del malvado Bush. Cosas veredes...
Aunque después de leer esto ya he perdido toda esperanza.
Como decía una viñeta de El Roto de hace unos dos años (si, unos dos años): si hubiera sabido que dejando de pagar la hipoteca hundiría al sistema capitalista, la hubiera dejado de pagar hace tiempo.
Menos mal que los socialdemócratas europeos y los demócratas de USA velan por el sistema financiero internacional, y protegen a sus muñidores, que tanto han hecho y hacen por nosotros. Por cierto, ¿saben de qué partido son los congresistas norteamericanos que se han opuesto más ferozmente al plan de Bush, con el argumento de que es inmoral e indecente -y, desde luego, anticapitalista- cubrir las espaldas a los responsables del fiasco financiero a costa del dinero de los contribuyentes, y no enviarles a los chicos del FBI, caiga quien caiga? Pues son congresistas del Partido Republicano del propio Bush. Con un par.
Dejando a un lado los titubeos de McCain (cuya única causa fueron las encuestas sobre las elecciones presidenciales), los congresistas y senadores republicanos que se "oponen" al rescate no piensan sino en la próxima renovación de la cámara de representantes y del senado (en la que rige la lógica de la circunscripción). Puro populismo y deseo de perpetuarse. Estos son los que han estado los últimos ocho años cimentando una catástrofe que los Estados Unidos deben agradecer primero y principalmente a Bush. Son los que han sido financiados por los agentes financieros y por las grandes compañías que también han participado en el festín de wall street (no hablemos del festín de irak y el trasvase de dinero del presupuesto a las empresas amigas en forma de mega-contratos). Son los que han avalado la progresiva supresión de regulaciones y controles y de la racionalidad mínima exigible a los actores económicos, que, naturalmente, no son hermanas de la caridad
Socialdemócrata fue Roosevelt, cuando sacó a EEUU del fango, aun a pesar del Tribunal Supremo, después de que Hoover dejara que el país se fuera al garete. Fíjese, A. Lagunilla, si la cosa está mal que han sido los propios ultramercadistas -bush y su equipo- los que se han tenido que tragar toda la huera retórica de la hiper-desregulación y del ¡¡enriqueceos!! (y financiadnos, que nosotros os daremos lo vuestro) y han diseñado, ellos mismos, el rescate que estos amigos del pueblo republicanos tanto lamentan. ¿Para qué el rescate? Se dice que que para que nada cambie, ya se verá... En la iniciativa del plan ha influido bastante la presión de la intelligenstia económica de la academia, sea liberal (es decir, demócrata) o no. Llevan tiempo pegando puñetazos metafóricos a la puerta de la casa blanca y gritando "haced algo, hijos de puta, haced algo que esto se hunde y nos hundimos todos!". La perversión de esta "solución" (por otra parte, difusa e inconcreta) es... que no había otra solución que sufragar (de una u otra manera) con dinero del Estado la absoluta irresponsabilidad y la indecible codicia de las instituciones financieras -y sus maravillosos directivos y ejecutivos-, irresponsabilidad y codicia permitida y todavía alentada por el propio gobierno.
Por suerte, queda la ironía (qué bueno, rogelio). En otro post habrá que hablar de la ciudadanía (la de allí y, pero también la de aquí: por ejemplo, habrá que hablar de las consecuencias que para un país tiene el hecho de que sus ciudadanos no quieran saber nada del significado de la expresión "tipo de interés variable" por puro paletismo y ciego nuevo-riquismo. Y de los choriceos de los ayuntamientos, y de los bancos, y de los promotores (ah, sí, esos honrados creadores de empleo y de riqueza) y por supuesto habrá que hablar de un gobierno que no ha hecho más que dejar que fluyera la envenenada herencia que recibió...¡enriqueceos!
...el otro día, cuando vi a ZetaPé en el senado tamboreándose el pecho como un gorila henchido de orgullo porque el Santander ha comprado una parte de Bradford & Bingley sentí tanta vergüenza (tanta vergüenza, digamos, socialdemócrata) que tuve que apagar la televisión.
Apreciada Ana:
Claro que han sido los ultramercadistas los que han diseñado el rescate, con dinero público, de los sectores financieros en crisis. Eso estaba en el guión. Claro que los republicanos que se han opuesto lo han hecho por estrategia electoral (lo cual, dicho sea de paso, parece que ha de interpretarse como que los votantes republicanos de sus circunscripciones no están por pagar los platos rotos). Eso también estaba en el guión. La cuestión a destacar consiste en que el denostado Bush no podía sacar adelante el plan sin el apoyo mayoritario de los demócratas, y que éstos se lo han dado a cambio de casi nada, sin ni siquiera pedir la cabeza de los responsables (por cierto, el máximo artífice de la desregulación del mercado financiero de los USA fue la administración Clinton., que liberalizó a fondo la legislación relativa a los controles y garantías exigibles en el sistema). Y la otra cuestión a destacar es que, en nuestro patio, ZP ha aplaudido el plan de rescate, lo cual, bien mirado, no es nada incoherente.. No hay que olvidar que fueron los gobiernos de Felipe González, con Solchaga a la cabeza, los máximos responsables de la cultura del pelotazo, aquellos que decían, con un timbre de orgullo, que España era el país en que más rápido y más fácilmente podía uno enriquecerse. Echarle la culpa al papanatismo y la incultura financiera del personal no es sino distraer sobre los verdaderos responsables. A ver si ahora resulta que la gente se deja engañar porque quiere o es tonta, y son los ciudadanos los que tienen la culpa de la crisis, por pedir préstamos hipotecarios a interés variable.
Afirma usted que “no había otra solución que sufragar (de una u otra manera) con dinero del Estado la absoluta irresponsabilidad y la indecible codicia de las instituciones financieras -y sus maravillosos directivos y ejecutivos-, irresponsabilidad y codicia permitida y todavía alentada por el propio gobierno”. Aun admitiendo que no había otra solución (personalmente no lo creo así, pero éste sería otro debate), desde luego resulta inaceptable “la manera”, que ha consistido, ni más ni menos, que en salvar el culo y conceder impunidad a esos directivos y ejecutivos. Y eso hay que anotárselo, no solo al gobierno republicano, como da la impresión de que hace usted, sino también a los demócratas, con Obama al frente, al apoyar el plan de Bush.
Apreciado A. Lagunilla,
Sin duda, el apoyo de Obama al plan (a cambio de nada) también es un dato a destacar. Obama se cubre con la bandera de la responsabilidad y el patriotismo en un momento crítico y se presenta como un 'hombre de Estado'. Juega con el miedo generalizado, factor esencial en este tema. Si no hubiera pánico, no se entendería ese apoyo, o mejor, la 'lógica' de ese apoyo.
Se puede discutir si Clinton desreguló más o menos (aunque la cuestión no es sólo "más o menos" regulación, sino "cómo" se regula y controla el mercado financiero). Se da el caso de que Clinton terminó su segundo mandato con superávit, y que el segundo mandato de Bush termina con una catástrofe equiparable al '29. No estoy interesada en defender a Clinton (el "milagro económico USA" de los '90 se basó en el aumento de las desigualdades, del empleo basura, etc..), pero creo que la responsabilidad política de lo que ha pasado es fundamentalmente de los dos gobiernos Bush.
Recuerde, por otra parte, qué pasó en 1996, cuando Clinton trató de poner en marcha un remedo de universalización de la asistencia sanitaria. No sólo se le rebelaron las compañías aseguradoras privadas, sino también una buena parte de la ciudadanía. Esto viene a cuento del 'votante medio' americano, al que hay que situar en una cultura distinta a la europea. Seguramente, es necesario diferenciar la oposición al rescate de los votantes republicanos y la oposición al rescate de una parte de los congresistas y senadores republicanos. Por cierto, hay votantes republicanos que sí apoyan el plan.
Tampoco estoy de acuerdo en la 'manera' elegida para el rescate. Pero es necesario diferenciar el apoyo de Obama a esta solución (por supuesto, criticable) y el mal que ha ocasionado la necesidad de 'una' solución.
Como usted dice, con razón, la cultura del pelotazo la instalaron los socialistas en los '80. Ahora bien, creo que el término 'cultura del pelotazo' tiene que ver, ante todo, con el uso de la política para el enriquecimiento de los propios políticos (y parentela). No estoy segura de que los "verdaderos responsables" de la burbuja inmobiliaria sean los artífices de aquella cultura del pelotazo, como usted parece sugerir. Recuerde cuál era el precio del suelo y del metro cuadrado construido en los '80 y primeros '90 (es verdad que a un interés muy alto). Recuerde, además, que España era todavía por aquel entonces un país 'ahorrador', cuyos ratios de endeudamiento privado (familiar) no tenían mucho que ver con los actuales. Yo diferenciaría la cultura del pelotazo de la generalizada 'cultura del ¡enriqueceos!', que es la que se ha instalado en España en los últimos años, gracias, entre otros muchos factores, a aquella promesa de que se incrementaría (y abarataría) el suelo disponible ¿No lo recuerda? No se trata aquí de culpabilizar a unos o a otros. Creo que ha sido un error del gobierno zp ufanarse de que estábamos en la 'champions league' de la economía y no hacer nada por parar algo que hace bastante tiempo se sabía que iba a pasar. El 'error', llegado marzo de 2007, no puede ser calificado propiamente como un error.
Por supuesto, no son los ciudadanos los culpables de la crisis en España. Me limité a sugerir que una ciudadanía mejor armada (es decir, no dispuesta a 'dejarse engañar' masivamente con unos precios de la vivienda fuera de mercado y unos márgenes de beneficio disparatados) quizás no habría 'picado', también masivamente, ante el 'irresistible' precio del dinero ofrecido por la banca, ello incluso en el marco de una estructura de incentivos políticamente orientada a que todos construyeran y todos compraran (para vivir... y para especular).
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