Qué vida esta. Un día de estos voy a cambiar, palabra. Ya no son edades. Pero los compromisos son los compromisos, así que me quedan apenas ocho horas para volver a hacer maletas, cenar, dormir un poco y volver a los aviones. Vuelta a Locombia: Medellín, San Andrés, Bogotá y Pasto. Un puñado de horas de clases y cosas, algo de turismo, muchos vuelos. Dos semanitas de nada. Trataré de aliviarme con el ron viejo de Caldas y el ron Medellín.
Contaré lo que pueda de ese loco país que adoro. Aquí nos vemos, pase lo que pase.
Hasta el domingo. Salud.
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