Miércoles que debería ser de ceniza, por lo que voy a contar, pero que es simple víspera de jueves santo. Nueve de la noche. Con el cerebro al borde de la licuación, como consecuencia de la lectura de varias sentencias del Tribunal Constitucional, decido tomarme un respiro y echar un vistazo a los periódicos en internet, a ver qué se cuenta a estas horas. No puedo evitarlo, pese a lo mucho que me lo propongo día tras día. Un error, tal como tengo ya las neuronas después de esta tarde jurisprudencial.
El ABC está que se sale. Tres noticias me dejan p´allá. La primera: Keith Richards se esnifó a su padre. Lo explica con naturalidad: "Él fue incinerado y no pude resistir hacerme un tirito (dosis para esnifar) con él. A mi padre no le habría molestado, no le importaba una mierda". Lo que nos faltaba. Esto de los hijos se está poniendo imposible. Mientras vives te exprimen y cuando palmas te esnifan. Bueno, al menos el Rolling este no las vendió. Porque seguro que se habría sacado unos dinerillos subastando en Sotheby´s el polvillo en cuestión. Habrá que ir tomando nota para que nuestros deudos no se pasen tanto cuando la muerte nos impida seguir financiándoles el utilitario o dándoles el cocido de los domingos, acompañados de sus parejas de turno por orden de rigurosa antigüedad.
El ABC está que se sale. Tres noticias me dejan p´allá. La primera: Keith Richards se esnifó a su padre. Lo explica con naturalidad: "Él fue incinerado y no pude resistir hacerme un tirito (dosis para esnifar) con él. A mi padre no le habría molestado, no le importaba una mierda". Lo que nos faltaba. Esto de los hijos se está poniendo imposible. Mientras vives te exprimen y cuando palmas te esnifan. Bueno, al menos el Rolling este no las vendió. Porque seguro que se habría sacado unos dinerillos subastando en Sotheby´s el polvillo en cuestión. Habrá que ir tomando nota para que nuestros deudos no se pasen tanto cuando la muerte nos impida seguir financiándoles el utilitario o dándoles el cocido de los domingos, acompañados de sus parejas de turno por orden de rigurosa antigüedad.
Y, digo yo, ¿será delito o falta por estos pagos esnifarse a un padre? Si la respuesta es o debiera ser afirmativa, ¿tendrían que imponerse penas más graves si la inhalada fuera la madre? ¿Hay discriminación de género en esa consideración preferente del papá como droga o psicotrópico? ¿No debería Elena Salgado pronunciarse sobre los efectos que para la salud de los herederos puede tener la aspiración paterna?
O mucho me equivoco o se avecina un nuevo y prometedor negocio, el comercio de momias y fiambres para el esnifado. Como la Salgado no va a permitir que sea legal, habrá beneficios inimaginables con este tráfico clandestino. ¿Cuánto pagaría usted por un chute de la pantorrilla de Tutancamon? ¿Y por una pieza rotunda de Sofía Loren?
Imagino que empezará a mencionarse el asunto en testamentos y demás documentos de última voluntad. Dejo mi apéndice a fulano o fulana para que se lo esnife; quiero seguir siendo de mi amado y, en consecuencia, le dejo mis cenizas para seguir para siempre dentro de él.
En fin, no nos pasemos con el humor negro, pero la realidad sigue superando a las imaginaciones más calenturientas. Tiempo al tiempo.
El siguiente titular de cuenta de que “Marte también sufre un proceso de cambio climático”. Hasta el planeta rojo anda en pleno calentamiento. Se ha descubierto por el polvo. Los científicos han comprobado que ahora hay más polvo a un lado del planeta y que eso es por la elevación de la temperatura de veinte años para acá. Y lo más curioso del caso es que en Marte no hay vacas, al menos que se sepa, y que el aumento de los vientos es, por tanto, independiente de las ventosidades. Esto de la ciencia está que arde y vamos de perplejidad en perplejidad.
Pero la ciencia no para. Otros de sus cultivadores han averiguado que “Las reliquias de Juana de Arco conservadas en Francia pertenecen a una monja egipcia”. Prodigio tras prodigio. Resulta que a Juana de Arco la quemaron en 1431 y, que se sepa, nadie la esnifó, pero se decía que unos cuantos restos carbonizados se conservaban, y eran venerados como reliquias. No sabe uno con qué alucinar más. Para empezar, entre las pruebas más concluyentes se encuentra la siguiente: le dieron esos trozos requemados a oler a unos especialistas en perfumes, de las casas francesas Guerlain y Jean Patou, y éstos dictaminaron que olían a vainilla, entre otras cosas. Otro oficio con futuro: oledor de reliquias. Ya veo a los párrocos de medio mundo perfumando las que custodian antes de que lleguen los científicos de Chanel o Carolina Herrera, que deben de ser todos unos ateos contumaces. Y menos mal que no les olió a fabada y arroz con leche; habrían dicho que se trataba de una prima de don Pelayo, seguro.
Pero no terminan ahí las sorpresas, pues, con ayuda de algunos otros procedimientos de investigación muy depurados, se ha determinado que los restos que pasaban por ser de Juana provienen de entre tres y seis siglos antes de Cristo. Uno lee esto, se queda pensando como cuando algo no le cuadra y vuelve al titular, donde se dice que tales restos pertenecieron a “una monja egipcia”. Diablos, ¿ya había monjas en Egipto en aquella época? En tal caso esos carbones de relicario tienen muchísimo más valor que si hubieran pertenecido a la de Arco. Pero, cuidadín, hoy en día hay que leer cada noticia tres veces, y aún es poco. El titular dice “monja”, pero en el cuerpo de la noticia dice “momia”, “momia egipcia”. ¿Lapsus? ¿Mala fe? ¿Poca fe del ABC? Extraño. ¿Alguien pretende equiparar, muy maliciosamente, monja a momia? Sea como sea, a las 22 horas el titular sigue tal cual. ¿Lo corregirán mañana? Ay, eso es por la ESO.
Con lo bien fundamentada que estaba la suposición de que los trozos carbonizados pertenecían a Juana de Arco. Fíjense si no: "Bajo la descripción "Reliquias encontradas en la hoguera de Juana de Arco, doncella de Orleans", los supuestos restos de la heroína fueron descubiertos en 1867 en una jarra en una farmacia de París. El recipiente contenía una costilla humana aparentemente carbonizada, restos que parecen ser madera quemada, un trozo de lino y el fémur de un gato, ligado a la práctica medieval de lanzar gatos negros a la hoguera de las mujeres quemadas por brujería”. Según cuenta el periódico, un científico francés de mucho postín “se mostró "atónito" con los resultados del análisis de las reliquias y explicó que nunca se le habría ocurrido pensar que perteneciesen a una momia”. Así son los franchutes. Que unos restos encontrados en una farmacia cuatrocientos años después de que se quemara a Juana de Arco fueran de ésta les parecía de lo más normal y lógico; que sean de una momia egipcia (¿o monja?) ya les parece chocante. Elmental mon chéri.
O mucho me equivoco o se avecina un nuevo y prometedor negocio, el comercio de momias y fiambres para el esnifado. Como la Salgado no va a permitir que sea legal, habrá beneficios inimaginables con este tráfico clandestino. ¿Cuánto pagaría usted por un chute de la pantorrilla de Tutancamon? ¿Y por una pieza rotunda de Sofía Loren?
Imagino que empezará a mencionarse el asunto en testamentos y demás documentos de última voluntad. Dejo mi apéndice a fulano o fulana para que se lo esnife; quiero seguir siendo de mi amado y, en consecuencia, le dejo mis cenizas para seguir para siempre dentro de él.
En fin, no nos pasemos con el humor negro, pero la realidad sigue superando a las imaginaciones más calenturientas. Tiempo al tiempo.
El siguiente titular de cuenta de que “Marte también sufre un proceso de cambio climático”. Hasta el planeta rojo anda en pleno calentamiento. Se ha descubierto por el polvo. Los científicos han comprobado que ahora hay más polvo a un lado del planeta y que eso es por la elevación de la temperatura de veinte años para acá. Y lo más curioso del caso es que en Marte no hay vacas, al menos que se sepa, y que el aumento de los vientos es, por tanto, independiente de las ventosidades. Esto de la ciencia está que arde y vamos de perplejidad en perplejidad.
Pero la ciencia no para. Otros de sus cultivadores han averiguado que “Las reliquias de Juana de Arco conservadas en Francia pertenecen a una monja egipcia”. Prodigio tras prodigio. Resulta que a Juana de Arco la quemaron en 1431 y, que se sepa, nadie la esnifó, pero se decía que unos cuantos restos carbonizados se conservaban, y eran venerados como reliquias. No sabe uno con qué alucinar más. Para empezar, entre las pruebas más concluyentes se encuentra la siguiente: le dieron esos trozos requemados a oler a unos especialistas en perfumes, de las casas francesas Guerlain y Jean Patou, y éstos dictaminaron que olían a vainilla, entre otras cosas. Otro oficio con futuro: oledor de reliquias. Ya veo a los párrocos de medio mundo perfumando las que custodian antes de que lleguen los científicos de Chanel o Carolina Herrera, que deben de ser todos unos ateos contumaces. Y menos mal que no les olió a fabada y arroz con leche; habrían dicho que se trataba de una prima de don Pelayo, seguro.
Pero no terminan ahí las sorpresas, pues, con ayuda de algunos otros procedimientos de investigación muy depurados, se ha determinado que los restos que pasaban por ser de Juana provienen de entre tres y seis siglos antes de Cristo. Uno lee esto, se queda pensando como cuando algo no le cuadra y vuelve al titular, donde se dice que tales restos pertenecieron a “una monja egipcia”. Diablos, ¿ya había monjas en Egipto en aquella época? En tal caso esos carbones de relicario tienen muchísimo más valor que si hubieran pertenecido a la de Arco. Pero, cuidadín, hoy en día hay que leer cada noticia tres veces, y aún es poco. El titular dice “monja”, pero en el cuerpo de la noticia dice “momia”, “momia egipcia”. ¿Lapsus? ¿Mala fe? ¿Poca fe del ABC? Extraño. ¿Alguien pretende equiparar, muy maliciosamente, monja a momia? Sea como sea, a las 22 horas el titular sigue tal cual. ¿Lo corregirán mañana? Ay, eso es por la ESO.
Con lo bien fundamentada que estaba la suposición de que los trozos carbonizados pertenecían a Juana de Arco. Fíjense si no: "Bajo la descripción "Reliquias encontradas en la hoguera de Juana de Arco, doncella de Orleans", los supuestos restos de la heroína fueron descubiertos en 1867 en una jarra en una farmacia de París. El recipiente contenía una costilla humana aparentemente carbonizada, restos que parecen ser madera quemada, un trozo de lino y el fémur de un gato, ligado a la práctica medieval de lanzar gatos negros a la hoguera de las mujeres quemadas por brujería”. Según cuenta el periódico, un científico francés de mucho postín “se mostró "atónito" con los resultados del análisis de las reliquias y explicó que nunca se le habría ocurrido pensar que perteneciesen a una momia”. Así son los franchutes. Que unos restos encontrados en una farmacia cuatrocientos años después de que se quemara a Juana de Arco fueran de ésta les parecía de lo más normal y lógico; que sean de una momia egipcia (¿o monja?) ya les parece chocante. Elmental mon chéri.
3 comentarios:
Estoy seguro de que lo más chocante del día lo debe haber leído en las SSTC esas. De hecho, dicen que si pones el CD-ROM de jurisprudencia constitucional de según qué épocas al revés, salen mensajes satánicos... ¡pero a mí me han salido poniéndolo al derecho! ¿Tendré jodido el ordenador?
Es absurdo, Richards ya ha declarado que es mentira que se esnifara al viejo y que no tiene nada que ver con las cenizas de Endesa. Que él se coloca hasta cierto punto, joder.
Quizá sea que los gintonics no sólo le sientan bien a Vox sino también a los del TC.
Y a mí me preocupa en estos momentos la prueba indiciaria que enerva la presunción de inocencia a juicio de esos tribunales TC y TS, porque ya se que la justificación es que si no, no se podría condenar a nadie.
Resulta ser que el razonamiento condenatorio ha de apoyarse en elementos de hecho y que estos han de ser varios; que estén debida y plenamente acreditados; que se relacionen reforzándose entre sí, y que la conclusión fluya naturalmente de la valoración conjunta de todos ellos respetando las reglas del criterio humano .
Y desde el punto de vista formal, que el juicio de inferencia pueda considerarse razonable y que la sentencia lo exprese.
Pero mire profesor que ahora van y dicen : La razonabilidad del juicio de inferencia no supone la imposibilidad de otras versiones distintas de los hechos, de manera que el tribunal haya debido inclinarse por la única certeza posible STS 499/2003, de 4 de abril, pero si exige que no se opte por una concurrencia fáctica basada en una inferencia débil, inconsistente o excesivamente abierta STS 1090/2002, de 11 de junio.
Entonces, según mi interpretación de estos razonamientos resulta ser que la frase se vuelve en contra, pues ya no sería el argumento "es que si no no podemos condenar a nadie" sino que se transforma en que "toda prueba indiciaria que pueda ser razonable te condena" y eso repele al Estado de Derecho porque a no ser que la sangre del cuchillo que llevas en la mano, tras analizarla, pertenezca a un pollo de corral vas cuesta abajo si hay un muerto cerca con esa sangre por mucho que digas que estabas recogiendo ese cuchillo por x motivo cuando llegó la policía. O el ejemplo más sangrante que se me ocurre : inmigrante ilegal sin alta ni afiliación en la SS que aparece cerca de un objeto robado de una tienda a altas horas de la noche, no hay posibilidad de que libre porque resultaría razonable y consistente pensar que había sido el y esto nos lleva a un Estado represor en el que vale más la seguridad que la libertad, lo cual es abominable o ¿no?
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