Úrculo Combarro
Vi los ojos del taxista clavados en mi desde el retrovisor y me pareció que el espejo devolvía mi propia imagen, que sus ojos eran los míos.
- Usted es español.
El acento siempre nos delata y esta misma pregunta me la habían hecho ya antes muchos taxistas mientras circulábamos por la Séptima.
No me quitaba ojo y se tocaba el mentón con mano nerviosa. Antes de que me hiciera la siguiente pregunta ya sabía que le iba a mentir.
- ¿Tal vez su papá emigró a Colombia?
- No.
- ¿Usted es asturiano?
- No.
Pagué y me bajé del coche sin decir más. Me tragué las ganas de gritarle a la cara que yo no había conocido a mi padre.
- Usted es español.
El acento siempre nos delata y esta misma pregunta me la habían hecho ya antes muchos taxistas mientras circulábamos por la Séptima.
No me quitaba ojo y se tocaba el mentón con mano nerviosa. Antes de que me hiciera la siguiente pregunta ya sabía que le iba a mentir.
- ¿Tal vez su papá emigró a Colombia?
- No.
- ¿Usted es asturiano?
- No.
Pagué y me bajé del coche sin decir más. Me tragué las ganas de gritarle a la cara que yo no había conocido a mi padre.
1 comentario:
Saludos para usted profesor... desde bogotá de una alumna suya de la maestria...
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