Hace pocos días un buen amigo de este blog nos ilustró en León extraordinariamente bien sobre los excesos y sinrazones de esta ola de punitivismo que nos invade. Siendo, como es, persona honestamente progresista (no un progre de rebaño), me lo imagino hoy consternado ante la información (?) que viene en El País. Ojo al dato, he dicho El País, no un panfleto de la Conferencia Episcopal ni un folleto de la derecha más cavernícola y nostálgica de paredones y amaneceres.
Esto parece asunto de dinámica de fluidos o cosa así. Lo que sueltas por un lado entra por otro. Mucho cuento con que liberalizamos esto, reconocemos derechos donde antes había delitos e implantamos tolerancias donde antaño campaban las condenas morales más terminantes. Y está muy bien. Ahora los homosexuales pueden casarse, que el alcalde los bendiga. El adulterio no es delito, como fue, y se va institucionalizando domesticadamente en locales especializados en amor a cuatro manos o más. Alabados sean los tiempos. Se persigue con saña el “la maté porque era mía” y se agrava lo que antes era atenuante, loado sea el legislador. Débitos a la fuerza no se admiten, salvo con Hacienda, y hasta en el matrimonio el apareamiento tiene que ser plenamente consentido por entrambos comparecientes, cosa que se agradece.
Pero, ojo, con alguien hay que tomarla. Si resulta que todo el mundo es bueno, a ver contra quién nos unimos. Necesitamos felones, se buscan malvados para compensar tanta apertura y tanto dejar hacer al albur de cada cual. No vaya a ser que de tan liberales acabemos en la acracia. Por eso no sé qué va a ser de nosotros el día que no haya terroristas; habrá que inventarlos, obviamente. Pero el terrorista es excusa necesaria para que aceptemos descalzarnos hasta para subir al tren y que nos pongan cámaras en cualquier esquina, nos graben, nos espíen los de la TIA, se desfoguen oposiciones y mientan gobiernos. Pero, con todo y con eso, tampoco nos van a convencer de que en cada esquina de nuestro barrio hay un etarra atrincherado y en cada parque un suicida por Alá con el ombligo tuneado de dinamita. Así que hace falta algo más, el Coco, el Hombre del Saco, el Yeti, un primo segundo de Jack el Destripador; lo que sea, pero malo malísimo, hipermegasuperpeligroso y que asuste un güevo a la gente de orden y a los apolíticos que no se enteran apenas de que los terroristas nos van a matar a todos pasado mañana. Pues ya está, lo tenemos, el nuevo Coco es…, el pedófilo.
Los que estén un poquillo leídos, que son todos los habituales de este blog, recordarán lo que decía de los judíos la propaganda nazi-fascista: que, entre otras muchas atrocidades, usaban bebés para sus ceremonias diabólicas y hasta se los comían, vuelta y vuelta. Ahora andar asustando con los judíos queda feo, salvo que aspires a gobernar en Irán o te obnubiles en Bloque. Pero lo de los comeniños es una idea que no se debe echar en saco roto. Así que a acongojar a la gente con los pedófilos. No permita que nadie le haga una carantoña a su niño, lleve a su bebé con cinturón de castidad, desconfíe de aquel vecino que le sonríe a su Jennifer Alexandra cuando la va pasar para el cole con los leotardos de Ágatha Ruíz de la Prada. Qué digo pasar para el cole, ni se le ocurra dejar que ella camine solita cincuenta metros por estas ciudades atestadas de violadores de menores, no le permita que tome un bus si no es usted un desalmado consentidor y candidato a perder custodias y respetos vecinales. Ojo con el profesor de educación física, no vaya a estar fijándose en el culete de su Borja Kevin, atentos con la directora de las Carmelitas, que puede ser una lesbiana reprimida que tiene sueños lúbricos con su Melanie, mucho cuidado con el primo del pueblo, que puede estar aburrido de la cabra y, ya metido en el vicio, hacerse ahora minorero.
Claro, no vamos a ponernos a pensar que el riesgo mayor y más real es que un coche se lleve por delante a nuestro vástago el día que estrena la bici que le trajeron los Reyes (Magos, ojo), ya que no hay carriles para bicicleta ni cosa que se le parezca. No vamos a creer que se nos puede descuernar en una alcantarilla sin tapa o a partirse la crisma en el socavón de unas obras mal protegidas. No, no, lo atroz de verdad es que pueda venir un criminal y hacerle unas fotos con el pirulín al aire o haciendo caca en su orinal nuevo, y las cuelga en internet y miles de asesinos de niños se hacen pajas. Uy, eso sí que es terrible. Pena de muerte ya, con castración previa; que digo, lapidación y que se claven las cabezas en los mástiles de las banderas del ayuntamiento, y, de paso, no discutimos sobre cuántas tiene que haber y por qué orden.
Echen un vistazo a lo de El País, que no tiene desperdicio. El título ya promete: “Pederastas: mucho ruido y poca cárcel”. Resulta que en España han detenido a mil pedófilos en los últimos cuatro años y en la cárcel hay solo treinta. Intolerable. La supuesta información es, para empezar, indecente. A éstos periodistas así sí que habría que darles unos latigazos y luego echarlos al mar con una piedra de molino atada a los cojoncillos. No dicen cuántos han sido juzgados y cuántos condenados a penas del tipo que sea, sino que hablan de que sólo treinta de los mil detenidos han ido a la trena. Dando a entender que si te detienen por pedófilo eres culpable sin duda, sin error posible, y que, además, si eres pedófilo hay que encerrarte, sea lo que sea lo que hayas hecho. Por ejemplo, si has mirado unas fotos en internet, a la cárcel. Creo que los penalistas llaman a eso Derecho penal de autor. No se castiga a una persona por lo que ha hecho, sino por lo que es y por lo que puede llegar a ser. Los degenerados a la cárcel, preventivamente, por si acaso. ¿Y cómo sabemos quién es degenerado? Por indicios, por las maneras que apunta. ¿Ves ese de ahí que se ha ofrecido para bañar a su sobrinita? A prisión de inmediato, por cerdo y pervertido. ¿Y la presunción de inocencia? ¿Y el in dibuo pro reo? Ah, eso sólo para los políticos acusados de corrupciones y tropelías varias. Ahí sí que funcionan las cosas al revés: en cuanto un juez te absuelve, aunque sea porque la prueba era tan ilegal como materialmente contundente, porque prescribió el delito o porque se instruyó mál el caso (pon que metió mano Garzón), tal absolución significa que ontológicamente eres inocente y ni robaste ni es concebible que un ser como tú pueda robar jamás. Le pasó a Zapalana, v.gr; y a muchos más. Impolutos. No hay peligro de que venga El País diciendo que hay mil políticos corruptos sueltos por ahí y que a la cárcel sólo han ido dos.
Nos meten el miedo en el cuerpo con el aumento de los pederastas y tal aumento se explica porque hay cada vez más vicio y la gente ve cada día más pornografía y quiere probar y ver cosas nuevas. Eso lo dice El País, no L´Osservatore Romano. Miren estas cuentas: “En 2003 se detuvo a 84 personas, en 2007 la cifra empieza a ser significativa: 677. En los cuatro últimos años, los detenidos suman 974”. Engañabobos total. ¿Cuáles son los últimos cuatro años? ¿Del 2004 al 2007, ambos incluidos? Si en ellos los detenidos fueron 974, de los que 677 corresponden al 2007, tenemos que los otros tres años, del 2004 al 2006, salen a 99 detenidos. O sea, que la cifra mantiene más o menos estable hasta que el año pasado medio país se descubre pedófilo y la policía no da abasto. No cuela. Más bien alguien debería estar preguntándose qué o quién hace que en el 2007 toque asustar a la gente con la pedofilia. Y, de paso, averigüemos también cuántas de esas detenciones acabaron sin procesamiento porque no había materia criminal y cuántas terminaron en absolución porque o no se daba ningún tipo delictivo o no había pruebas. Cuando tengamos todas las cifras y éstas provengan de fuente fiable, hablamos en serio y vemos.
Ah, pero el periódico no está para sutilezas. Todos a la cárcel. Qué juicios ni qué leches, qué pruebas ni qué niño muerto. Glup, miren qué expresión tan políticamente incorrecta. Qué te apuestas a que me trincan a mí también por decir palabrotas ofensivas para los infantes. El amarillismo del reportaje es tan manifiesto que miren cómo empieza el párrafo siguiente a ése de las cifras-trampa: “La epidemia puede llegar a nuestras casas. ¿Qué seguridad tiene usted de que su hijo o hija no esté en contacto con un pedófilo a través de Internet?”. Sigan leyendo por sí mismos y verán qué pánico más idiota nos quieren contagiar. Resulta que nuestros hijos son tontos de baba y en cuanto en el chat algún cantamañanas les dice que se saquen las partes ante la webcam, ahí los tienes, con todo al aire, pero con remordimientos. Y luego no duermen, los pobrecitos, y tienen pesadillas. Y todo porque el pedófilo de guardia ha conseguido las claves de sus ordenadores y ha podido acceder a sus tremendos secretos. Y, claro, chantajeado, el pequeñín se saca la pilila y lo que le manden.
Esto parece asunto de dinámica de fluidos o cosa así. Lo que sueltas por un lado entra por otro. Mucho cuento con que liberalizamos esto, reconocemos derechos donde antes había delitos e implantamos tolerancias donde antaño campaban las condenas morales más terminantes. Y está muy bien. Ahora los homosexuales pueden casarse, que el alcalde los bendiga. El adulterio no es delito, como fue, y se va institucionalizando domesticadamente en locales especializados en amor a cuatro manos o más. Alabados sean los tiempos. Se persigue con saña el “la maté porque era mía” y se agrava lo que antes era atenuante, loado sea el legislador. Débitos a la fuerza no se admiten, salvo con Hacienda, y hasta en el matrimonio el apareamiento tiene que ser plenamente consentido por entrambos comparecientes, cosa que se agradece.
Pero, ojo, con alguien hay que tomarla. Si resulta que todo el mundo es bueno, a ver contra quién nos unimos. Necesitamos felones, se buscan malvados para compensar tanta apertura y tanto dejar hacer al albur de cada cual. No vaya a ser que de tan liberales acabemos en la acracia. Por eso no sé qué va a ser de nosotros el día que no haya terroristas; habrá que inventarlos, obviamente. Pero el terrorista es excusa necesaria para que aceptemos descalzarnos hasta para subir al tren y que nos pongan cámaras en cualquier esquina, nos graben, nos espíen los de la TIA, se desfoguen oposiciones y mientan gobiernos. Pero, con todo y con eso, tampoco nos van a convencer de que en cada esquina de nuestro barrio hay un etarra atrincherado y en cada parque un suicida por Alá con el ombligo tuneado de dinamita. Así que hace falta algo más, el Coco, el Hombre del Saco, el Yeti, un primo segundo de Jack el Destripador; lo que sea, pero malo malísimo, hipermegasuperpeligroso y que asuste un güevo a la gente de orden y a los apolíticos que no se enteran apenas de que los terroristas nos van a matar a todos pasado mañana. Pues ya está, lo tenemos, el nuevo Coco es…, el pedófilo.
Los que estén un poquillo leídos, que son todos los habituales de este blog, recordarán lo que decía de los judíos la propaganda nazi-fascista: que, entre otras muchas atrocidades, usaban bebés para sus ceremonias diabólicas y hasta se los comían, vuelta y vuelta. Ahora andar asustando con los judíos queda feo, salvo que aspires a gobernar en Irán o te obnubiles en Bloque. Pero lo de los comeniños es una idea que no se debe echar en saco roto. Así que a acongojar a la gente con los pedófilos. No permita que nadie le haga una carantoña a su niño, lleve a su bebé con cinturón de castidad, desconfíe de aquel vecino que le sonríe a su Jennifer Alexandra cuando la va pasar para el cole con los leotardos de Ágatha Ruíz de la Prada. Qué digo pasar para el cole, ni se le ocurra dejar que ella camine solita cincuenta metros por estas ciudades atestadas de violadores de menores, no le permita que tome un bus si no es usted un desalmado consentidor y candidato a perder custodias y respetos vecinales. Ojo con el profesor de educación física, no vaya a estar fijándose en el culete de su Borja Kevin, atentos con la directora de las Carmelitas, que puede ser una lesbiana reprimida que tiene sueños lúbricos con su Melanie, mucho cuidado con el primo del pueblo, que puede estar aburrido de la cabra y, ya metido en el vicio, hacerse ahora minorero.
Claro, no vamos a ponernos a pensar que el riesgo mayor y más real es que un coche se lleve por delante a nuestro vástago el día que estrena la bici que le trajeron los Reyes (Magos, ojo), ya que no hay carriles para bicicleta ni cosa que se le parezca. No vamos a creer que se nos puede descuernar en una alcantarilla sin tapa o a partirse la crisma en el socavón de unas obras mal protegidas. No, no, lo atroz de verdad es que pueda venir un criminal y hacerle unas fotos con el pirulín al aire o haciendo caca en su orinal nuevo, y las cuelga en internet y miles de asesinos de niños se hacen pajas. Uy, eso sí que es terrible. Pena de muerte ya, con castración previa; que digo, lapidación y que se claven las cabezas en los mástiles de las banderas del ayuntamiento, y, de paso, no discutimos sobre cuántas tiene que haber y por qué orden.
Echen un vistazo a lo de El País, que no tiene desperdicio. El título ya promete: “Pederastas: mucho ruido y poca cárcel”. Resulta que en España han detenido a mil pedófilos en los últimos cuatro años y en la cárcel hay solo treinta. Intolerable. La supuesta información es, para empezar, indecente. A éstos periodistas así sí que habría que darles unos latigazos y luego echarlos al mar con una piedra de molino atada a los cojoncillos. No dicen cuántos han sido juzgados y cuántos condenados a penas del tipo que sea, sino que hablan de que sólo treinta de los mil detenidos han ido a la trena. Dando a entender que si te detienen por pedófilo eres culpable sin duda, sin error posible, y que, además, si eres pedófilo hay que encerrarte, sea lo que sea lo que hayas hecho. Por ejemplo, si has mirado unas fotos en internet, a la cárcel. Creo que los penalistas llaman a eso Derecho penal de autor. No se castiga a una persona por lo que ha hecho, sino por lo que es y por lo que puede llegar a ser. Los degenerados a la cárcel, preventivamente, por si acaso. ¿Y cómo sabemos quién es degenerado? Por indicios, por las maneras que apunta. ¿Ves ese de ahí que se ha ofrecido para bañar a su sobrinita? A prisión de inmediato, por cerdo y pervertido. ¿Y la presunción de inocencia? ¿Y el in dibuo pro reo? Ah, eso sólo para los políticos acusados de corrupciones y tropelías varias. Ahí sí que funcionan las cosas al revés: en cuanto un juez te absuelve, aunque sea porque la prueba era tan ilegal como materialmente contundente, porque prescribió el delito o porque se instruyó mál el caso (pon que metió mano Garzón), tal absolución significa que ontológicamente eres inocente y ni robaste ni es concebible que un ser como tú pueda robar jamás. Le pasó a Zapalana, v.gr; y a muchos más. Impolutos. No hay peligro de que venga El País diciendo que hay mil políticos corruptos sueltos por ahí y que a la cárcel sólo han ido dos.
Nos meten el miedo en el cuerpo con el aumento de los pederastas y tal aumento se explica porque hay cada vez más vicio y la gente ve cada día más pornografía y quiere probar y ver cosas nuevas. Eso lo dice El País, no L´Osservatore Romano. Miren estas cuentas: “En 2003 se detuvo a 84 personas, en 2007 la cifra empieza a ser significativa: 677. En los cuatro últimos años, los detenidos suman 974”. Engañabobos total. ¿Cuáles son los últimos cuatro años? ¿Del 2004 al 2007, ambos incluidos? Si en ellos los detenidos fueron 974, de los que 677 corresponden al 2007, tenemos que los otros tres años, del 2004 al 2006, salen a 99 detenidos. O sea, que la cifra mantiene más o menos estable hasta que el año pasado medio país se descubre pedófilo y la policía no da abasto. No cuela. Más bien alguien debería estar preguntándose qué o quién hace que en el 2007 toque asustar a la gente con la pedofilia. Y, de paso, averigüemos también cuántas de esas detenciones acabaron sin procesamiento porque no había materia criminal y cuántas terminaron en absolución porque o no se daba ningún tipo delictivo o no había pruebas. Cuando tengamos todas las cifras y éstas provengan de fuente fiable, hablamos en serio y vemos.
Ah, pero el periódico no está para sutilezas. Todos a la cárcel. Qué juicios ni qué leches, qué pruebas ni qué niño muerto. Glup, miren qué expresión tan políticamente incorrecta. Qué te apuestas a que me trincan a mí también por decir palabrotas ofensivas para los infantes. El amarillismo del reportaje es tan manifiesto que miren cómo empieza el párrafo siguiente a ése de las cifras-trampa: “La epidemia puede llegar a nuestras casas. ¿Qué seguridad tiene usted de que su hijo o hija no esté en contacto con un pedófilo a través de Internet?”. Sigan leyendo por sí mismos y verán qué pánico más idiota nos quieren contagiar. Resulta que nuestros hijos son tontos de baba y en cuanto en el chat algún cantamañanas les dice que se saquen las partes ante la webcam, ahí los tienes, con todo al aire, pero con remordimientos. Y luego no duermen, los pobrecitos, y tienen pesadillas. Y todo porque el pedófilo de guardia ha conseguido las claves de sus ordenadores y ha podido acceder a sus tremendos secretos. Y, claro, chantajeado, el pequeñín se saca la pilila y lo que le manden.
¿Se imagina usted qué terribles secretos deben de tener nuestros hijos para llegar a admitir tamaño chantaje? Leo esas explicaciones y me quedo convencido de que a quienes debemos vigilar estrechamente es a nuestros pequeños, no a los pedófilos. “Mamá, mamá, hay un pedófilo brasileño que quiere que le enseñe una tetita y dice que si no lo hago se chiva de que el otro día fui yo la que empujé a la monja del cole en el barranco aquel en el que se mató durante la excursión de Naturales”. “¿Y fuiste tú, mi sol?”. “Sí, mami, pero porque era mala y me suspendía siempre”. “Qué hijoputa el pedófilo. No te preocupes, mi amor, ahora mismo llamo a la policía”. “Gracias, mami, ¿me dejas que chatee otras seis horas?”. “Claro, mi vida”. “¿Y me prestas tu salto de cama nuevo para que esté más fresquita?”. “Bueeeeno. Pero no me lo estropees, ¿eh? Que ya es con lo único que pongo burro a tu padre”. “Gracias, mami. Te quiero. Muá”.
Ya ven qué curiosos deslizamientos. Nos hablan de pedófilos y nos ponemos a pensar en esos casos verdaderamente terribles en que un tipo secuestra, viola y mata a un menor. Cosa que ocurre rarísimamente. Nos dicen que a la cárcel con los pedófilos y pensamos en esos casos, con todo fundamento. Pero luego resulta que no, que nos están hablando de pedófilos que con artimañas consiguen que nuestros hijos se saquen las partes ante la webcam. Y a ésos hay que mandarlos a la cárcel igual que a los otros, por lo que se ve. Y a los que ven esas fotos así logradas también hay que meterlos entre rejas. Supongo que también habrá de hacerse lo mismo con sus parientes, por si la cosa es genética. Y también imagino que cuando en las cárceles no se quepa y nos convenzamos que lo de los juicios con garantías son lentos, caros e ineficaces, organizaremos unos campos de concentración y los mandaremos para allá. Guantánamos para pedófilos, mira qué bien.
Vean los dos últimos párrafos de ese reportaje que firma un tal Luis Gómez, que los dioses confundan:
“Las asociaciones demandan mayor contundencia en las condenas. Solicitan, incluso, que exista un registro de pedófilos. ¿Dónde están?, ¿qué hacen?, ¿reciben algún tratamiento después de haber sido detenidos? Mil pedófilos han vuelto a sus casas y nada se sabe de ellos.
En media docena de casos, el asunto quedó definitivamente cerrado: el pedófilo se suicidó tras la detención. Fue el caso de un profesor de inglés miembro del Opus Dei. Vivía solo pero compartía su vicio con otros. Una tarde, mató a su perro. Luego, tomó el coche y se empotró contra un muro”.
No se puede decir más en menos espacio. Mil pedófilos andan sueltos, vigilemos. Menos mal que al menos con seis ha pasado lo mejor: están muertos. Fíjate, uno hasta era del Opus Dei. No tengo ninguna simpatía por el Opus, pero esto es jugar sucio. ¿Y los otro cinco de qué eran? ¿No habría algún militante del PSOE o de IU o de los Premios Goya, o es que sólo la derechona católica se tira niños? Como muestra de lo malísimos que son esos tipos, un detalle más: ¡mató al perro antes de matarse él!
Qué alivio que seis ya sean fiambres. ¿Qué tal si vamos pensando en cargarnos nosotros, con pena de muerte legal o por la brava, a los otros novecientos noventa y cuatro pedófilos que andan sueltos?
Ah, y por cierto, las cifras siguen bailando al buen tuntún. ¿De dónde han salido esos mil? Pedir rigor al periodismo-basura y honestidad al amarillismo ramplón es pedir peras al olmo.
Hala, majetes, mis queridos amigos penalistas, a indignarse como si esto lo hubiera dicho Jiménez Losantos y a escribir cartas a El País como si lo hubiera publicado La Razón. Ahí os quiero ver.
Ya ven qué curiosos deslizamientos. Nos hablan de pedófilos y nos ponemos a pensar en esos casos verdaderamente terribles en que un tipo secuestra, viola y mata a un menor. Cosa que ocurre rarísimamente. Nos dicen que a la cárcel con los pedófilos y pensamos en esos casos, con todo fundamento. Pero luego resulta que no, que nos están hablando de pedófilos que con artimañas consiguen que nuestros hijos se saquen las partes ante la webcam. Y a ésos hay que mandarlos a la cárcel igual que a los otros, por lo que se ve. Y a los que ven esas fotos así logradas también hay que meterlos entre rejas. Supongo que también habrá de hacerse lo mismo con sus parientes, por si la cosa es genética. Y también imagino que cuando en las cárceles no se quepa y nos convenzamos que lo de los juicios con garantías son lentos, caros e ineficaces, organizaremos unos campos de concentración y los mandaremos para allá. Guantánamos para pedófilos, mira qué bien.
Vean los dos últimos párrafos de ese reportaje que firma un tal Luis Gómez, que los dioses confundan:
“Las asociaciones demandan mayor contundencia en las condenas. Solicitan, incluso, que exista un registro de pedófilos. ¿Dónde están?, ¿qué hacen?, ¿reciben algún tratamiento después de haber sido detenidos? Mil pedófilos han vuelto a sus casas y nada se sabe de ellos.
En media docena de casos, el asunto quedó definitivamente cerrado: el pedófilo se suicidó tras la detención. Fue el caso de un profesor de inglés miembro del Opus Dei. Vivía solo pero compartía su vicio con otros. Una tarde, mató a su perro. Luego, tomó el coche y se empotró contra un muro”.
No se puede decir más en menos espacio. Mil pedófilos andan sueltos, vigilemos. Menos mal que al menos con seis ha pasado lo mejor: están muertos. Fíjate, uno hasta era del Opus Dei. No tengo ninguna simpatía por el Opus, pero esto es jugar sucio. ¿Y los otro cinco de qué eran? ¿No habría algún militante del PSOE o de IU o de los Premios Goya, o es que sólo la derechona católica se tira niños? Como muestra de lo malísimos que son esos tipos, un detalle más: ¡mató al perro antes de matarse él!
Qué alivio que seis ya sean fiambres. ¿Qué tal si vamos pensando en cargarnos nosotros, con pena de muerte legal o por la brava, a los otros novecientos noventa y cuatro pedófilos que andan sueltos?
Ah, y por cierto, las cifras siguen bailando al buen tuntún. ¿De dónde han salido esos mil? Pedir rigor al periodismo-basura y honestidad al amarillismo ramplón es pedir peras al olmo.
Hala, majetes, mis queridos amigos penalistas, a indignarse como si esto lo hubiera dicho Jiménez Losantos y a escribir cartas a El País como si lo hubiera publicado La Razón. Ahí os quiero ver.
15 comentarios:
La verdad es que ya lo ha dicho usted todo. Cuando se ve que lo del terrorista flojea, hay que inventar otro "enemigo interior" para tener engrasada esta Nueva Defensa Social que es una Guerra Sucia omnia omnes.
Pero puestos a chafardear:
- Como saben ya os dabordo, todo lo penal nuevo viene con sellito (cierto o falso) UE. Con el sellito venía también la idea de penar la pornografía infantil VIRTUAL (infográfica). Eso lo paró aquí el típico sanedrín que se encarga de darle dos masticadas al papelito UE antes de llegar a Proyecto. Uf.
- Pero una de las personas más inteligentes que conozco en el ámbito del Penal cree que estaría fetén tratarles a todos por igual: a los que mueven foto real y a los que mueven dibujín infográfico.
- Ya en serio: buf con los delitos de posesión. Porque ya estamos acostumbrados, con la locura generalizada que hay en drogas y tal... pero BUF.
CODA:
- Noticia aparecida en el País en los últimos tiempos sólo es garantía de una cosa. Y no es de "buen periodismo".
- Al menos, en El País me publican mis quejas en el Defensor. Cuando las mando a la COPE les oigo deshuevarse con voz de castrati entre el frufrú de las sedas de los ropones curiales...
¿Qué me decís de los "cibercentinelas"?, que hacen las veces de "investigadores privados", pero con una "ventaja" sobre la policía: "pueden actuar como infiltrados". Claro, explica el fulano del artículo, "la policía no puede hacerlo ... Son los inconvenientes de una legislación penal demasiado garantista: en otros países de nuestro entorno, la policía puede utilizar estos métodos". Se queda uno sin palabras. Y pensar que fui suscriptor de El País.
En la Novísima aparecen las "palabras mayores": son lás cinco injurias más graves, los insultos que más pueden joderle la vida a alguien en el XVIII. De memoria cito: traidor, gafo, sodomético, hereje y cornudo. Estas etiquetas, hasta hace poco, te podía joder la vida pa' los restos.
Abrimos nueva convocatoria: palabras que concitan el odio social:
- Terrorista
- Pedófilo
- Machista
- Delincuente menor de edad
- ...
(Fumador ya no vale, anticuaos)
Los artículos jurídicos de EL PAÍS o los firma Bonifacio de la Cuadra o no merece la pena leerlos.
Y esto de la pedofilia ¿de qué va exactamente?, es más o menos que darse por el culo un par de hombres.
Ah, los medios, los medios.
Forman parte del sistema, ¿y ahora nos damos cuenta?
Lo de la pedofilia, como lo del terrorismo, no merece ni comentario; como el asno de Buridan, nos moriríamos de hambre intentando decidir por dónde entrar primero al tema, si por la subversión del lenguaje o por la subversión del derecho.
Salud y libertad,
Esto esta pero que muy bien, sin embargo nadie entra al trapo de los trapos, a las tropelías que se han cometido y de algunas de las cuales se puede tirar del hilo hasta que salga el ovillo.
¿Qué de los sexenios falsos? ¿Qué de los juzgadores juzgados? ¿Qué de las corruptelas y de los CV "de diseño"? ¿Qué de exigir igualdad de trato?
Jota Jota, con toda la razón, no se equivoca de hilo: él no habla en un hilo, sino en una supercuerda.
Luis Simón Albalá: El artículo de El País no me parece un artículo jurídico, sino un panfleto reaccionario. Quizá por eso no lo firma De la Cuadra. Lo interesante, sin embargo, es advertir que se trata de un panfleto de encargo, y las implicaciones que ello tiene aquí y ahora.
Las encuestas deben estar justitas, justitas.
Saludos.
En efecto, se trata de supercuerdas. Algunos detalles más. ¿Qué del reparto de los Consolider? ¿Qué de las garantías de los "pedidores" de proyectos I+D? ¿Qué de los criterios de reparto de dichos proyectos? ¿Qué de los CV de los rectores? ¿Cuántos hay sin un sólo sexenio? Yo conozco tres.
Perdón por lo del "sólo", a veces uno escribe como los rectores: leedlo sin tilde.
Chapeau. Me quito el sombrero. Y eso que te ha faltado hablar de la ilógica de la ley en situaciones como por ejemplo, que tu puedes tener relaciones sexuales consentidas desde los 13 años perfectamente, pero sin embargo, como sea tu caso y tengas fotos de tu pareja al natural, van a ir por ti y no tardarán en acusarte de tenencia de pornografía infantil aunque tu pareja tenga 17. A esa edad de infantil nada, ya que a los 15 años dejas de serlo, y si no cojan un libro de texto de Conocimiento y comprueben. Es absurdo o es absurdo.
Ha de ser bonito para vosotros que vuestros hijos o vecinos sean pentrados o felados desde que se nacen hasta que cumplen los trece, claro todo a escondidas, y os parecerá normal, porque no llevais a vustros hijos donde un pederasta a ver que os bueno parecen vuestras vomitadas palabras?
Panda de hijos de puta
Todos sois una panda de hijoputas que no sabeis lo que pasa.
la trastienda de la vida de estos pedófilos que os parecen inofensivos y tan pocos es desconocida, así que no de que os pintais la cara para descalificar a los demás, cuando ni siquiera os imaginais que estos depredadores de bebés lo que tienen en sus cabezas es depravación, solo a vosotros os cabe en la pequeña cabeza que sea normal que un pedófilo sueñe y fanatesee penetrando una criatura de un año, de dos o cinco o diez o aún de trece, o que fuese normal que un pedófilo al fin dominado por sus sanos impulsos (según vosotros), empezaré a tocar a su propio hijo o a sus alumnos, porque vovostros decís que es de lo más normal que le toamren por culo.
Hambrientos maldecidos!
Razón tiene quien escribió que España está al portas del infirerno con ciertos abogaditos.....
http://joshua-hunter-boylover.blogspot.com/2008/10/espaa-las-puertas-del-infierno.html
El aforismo latino es In dubio pro reo
Lo digo por si el autor quiere corregirlo, el resto del artículo... excelente :)
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