Cada vez que por aquí o en Faneca ponemos pegas a ciertas maniobras rastrerillas de los sindicatos de la enseñanza, incluida la universitaria, nos acusan de retrógrados y de desconocer la función constitucional de las organizaciones sindicales. Mentira cochina. Se trata de defenderla, precisamente. Porque no consta que la Constitución los quiera como pequeñas mafias o reducto desde el que contrariar el principio de mérito y capacidad, principio bien constitucional, por cierto.
Aquí les dejo, como muestra, un artículo que dice verdades tan contundentes como, por lo demás, sabidas. Lo que no se sabe es el arreglo. Se titula "Los sindicatos de la enseñanza como problema" y lo firma, en La Nueva España, Luis Arias Argüelles Meres. Véanlo e indígnense un poco más.
Aquí les dejo, como muestra, un artículo que dice verdades tan contundentes como, por lo demás, sabidas. Lo que no se sabe es el arreglo. Se titula "Los sindicatos de la enseñanza como problema" y lo firma, en La Nueva España, Luis Arias Argüelles Meres. Véanlo e indígnense un poco más.
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