16 abril, 2009

¿Matrimonio unipersonal?

Por lo que he oído, en lugares tan distintos y distantes como Los Angeles (California), Los Ángeles de San Rafael, Manchester y Andorra está surgiendo, dicen que sin previa coordinación, un pujante movimiento social en pro de la legalización del matrimonio unipersonal. Es decir, se pretende que el Derecho admita sin restricciones ni trabas el matrimonio de una persona consigo misma.
El precedente jurídico está claro, una vez que hace ya tiempo que la doctrina y la legislación han acogido la sociedad unipersonal, que es, como el nombre indica, la sociedad de un único miembro y que, por tanto, ya no puede desmembrarse más.
Próximamente se celebrará en Córdoba (Argentina) el Primer Congreso Internacional de Narcisistas, movimiento que en el último año ha tomado en sus manos esta novedosa reivindicación. Su presidente, Ruperto Damián Lombroso, ha declarado que el amor a uno mismo es el amor primigenio, más puro y más imperecedero, y que es un injusticia que no pueda plasmarse en la institución matrimonial. Al casarse consigo mismo -añade Lombroso-, el individuo sustituye el egoísmo por la autoestima, de tal manera que demandas que en otro caso suponen imposiciones heterónomas, comenzando por la exigencia de fidelidad al cónyuge, se muestran como sana consigna vital: cásese consigo mismo para que quede claro a los ojos del mundo hasta qué punto está usted dispuesto a mantenerse fiel a su propio ser y a desarrollar libremente su personalidad como ser en sí y para sí que consigo se acuesta cuando parece que se acuesta solo.
Diversos colectivos de autoenamorados están tratando de organizar en alguna capital europea el Día del Orgullo de Sí Mismo o Día del Autoerotismo Con Amor. Otros prefieren denominarlo Día de Cómo Me Quiero. Está en pleno debate la adopción de símbolos, banderas y emblemas de este novedoso movimiento. Parece que por el momento se impone la figura de un caracol ante un espejo, y muchos quieren, al tiempo, establecer como lema el siguiente: “No te quedes Narciso, hazte hermafrodita”.
La Sociedad Internacional de Psiquiatras Psicóticos (SIPSIPSI) se ha sumado a este clamor con el argumento de que el casamiento con uno mismo puede tener extraordinarios efectos terapéuticos en casos de personalidades esquizofrénicas y de trastornos bipolares. En lugar del clásico son dos que parecen uno, ahora regiría lo de es uno que parece dos. El Secretario General de dicha Sociedad, Napoleón Buongiorno, ha manifestado en un artículo publicado en “Nueva Neurosis”, órgano científico de dicho grupo, lo siguiente: en tal matrimonio los dos polos se unen y las dos personalidades se aúnan con una fuerza tal, que el hombre no podrá volver a separar lo que casó el alcalde.
Por otro lado, una muy peculiar organización clandestina que opera en El Vaticano bajo las siglas CANAR (Cardenales Narcisos) ha puesto en marcha una intensa campaña ante la Curia para que en una próxima reforma del Código de Derecho Canónico se reconozca el carácter sacramental del matrimonio monocónyuge, expeditiva y definitiva manera de santificar el autoerotismo y de permitir a sacerdotes y monjas el acceso al casorio sin demérito del celibato.
Es este sector católico el que también está subyrayando la indisolubilidad constitutiva del automatrimonio, indisolubilidad que es más profunda que la del matrimonio convencional, ya que ni siquiera cabría ahí el “hasta que la muerte nos separe”. La pareja unipersonal comparte plenamente la vida y muere al mismo tiempo, lo cual, además, representa la suprema apoteosis del amor romántico.
Esperemos que el Gobierno español, siempre atento a las más justificadas demandas sociales, se plantee en esta misma legislatura las reformas legales pertinentes para este propósito. Probablemente sea la Vicepresidente De la Vega la llamada a culminar con éxito tal empresa.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Amado, eres un genio.

D. J. Majadero dijo...

Sr. Amado, su artículo es brillantísimo. Se ve que domina usted la materia. Ya era hora de que los narcisos tuviésemos una voz que nos represente.

Anónimo dijo...

Los que llevamos ya hace tiempo casados con uno mismo (este año cumplimos mi ego y mi ello las bodas de plata) le felicitamos entusiásticamente por explicar y reivindicar las grandes ventajas del narcisismo con tan gran maestría.

Nuestro super-ego está que se sube por las nubes.

Antón Lagunilla dijo...

Me parece una sugerencia a sopesar, aunque puede tener algunas desventajas:

- te casas con la persona a la que más quieres y que mejor conoces, pero no podrás ocultarle nada, ni tus pensamientos más íntimos, lo que, a la larga, resulta agobiante en grado sumo.

- Jamás tu amante te dará una sorpresa.

- Se sabrá de antemano todos tus chistes, historias y milagros, y tú las suyas, lo que garantiza el aburrimiento mutuo.

- Si las cosas van mal, no te podrás separar, bajo pena de muerte. Aunque siempre podrás montarte un trío. O varios.

(De fijo que los del Vaticano han pensado también en en el trío, por aquello de la Santísima Trinidad).

Saludos

AnteTodoMuchaCalma dijo...

¡Don Garci, nuestro paladín!

¡Por fin los narcisos tenemos quien nos apoye... eeeh... sostenga... eeeh... REPRESENTE!

¡Ya nadie dirá que lo nuestro es una paja mental!

roland freisler dijo...

Además que los matrimonios unipersonales tienen la ventaja de que al hacer el amor con su "mano" u objetos varios es con quién quieres, como quieres, cuando quieres y donde quieres.