Este país es la monda y los políticos dan risa. El último ejemplo es el lío que se ha armado a costa de Abel Pardo, hasta hace unos días concejal de Nuevas Tecnologías, Educación y Cultura Leonesa (sic.). Le han quitado esa responsabilidad en el Ayuntamiento de León y lo han puesto en la picota en su partido, la Unión del Pueblo Leonés, por unos artículos de la Llionpedia (sic.) en los que, al parecer, no se hablaba mal del nazismo, se trataba sin antipatía a Goebbels y no quedaba claro el Holocausto. La Lliompedia (sic.) es una ocurrencia del Señor Pardo y muchos sospechan que fue él quien, bajo seudónimo, redactó esas entradas sin seso.
La fiscalía ha dicho que no se aprecian indicios de delito, pero el Alcalde y la UPL le han puesto la proa al leonesista Pardo. ¿Por qué? Algún despistado podría pensar que por tonto, pues es una solemne tontería negar o suavizar el Holocausto o tratar con mimo a Hitler y Goebbels, quizá porque eran nacionalistas muy nacionalistas. Pero sería la primera vez que en España se cesara a algún político por decir bobadas y no parece que los tiros vayan por ahí. ¿Entonces?
Aquí un político puede hacer y decir lo que le plazca sin que se inmuten las instituciones ni reaccione su partido. Puede un candidato a Presidente del Gobierno mentir tranquilamente y no pasa nada. Puede un alto cargo nacionalista revisar la Historia de España o de su terruño de cabo a rabo y falsear todo lo que le apetezca y no pasa nada. Puede cualquier alcalde, concejal o alto dirigente de un partido robar a manos llenas y sus camaradas cierran filas en torno a él y lo defienden y protegen todo lo posible. En el caso del señor Pardo, puede la concejalía de la que era responsable gastarse el dinero de los contribuyentes en llionpedias, cursos de “llingua llïonesa” y folletos “bilingües” en castellano y llïones y no pasa nada. Pero, ay, vulnera un tabú, dice algo políticamente incorrecto y se arma la marimorena.
Que se enteren los aprendices de político con éxito: pueden organizar todas las gansadas que se les antojen, darse gusto como quieran y fundirse nuestros cuartos en lo que les dé la gana, pero que no se les ocurra hacer o decir algo políticamente incorrecto porque entonces sí que se les caerá el mundo encima.
Tanto fariseísmo apesta.
La fiscalía ha dicho que no se aprecian indicios de delito, pero el Alcalde y la UPL le han puesto la proa al leonesista Pardo. ¿Por qué? Algún despistado podría pensar que por tonto, pues es una solemne tontería negar o suavizar el Holocausto o tratar con mimo a Hitler y Goebbels, quizá porque eran nacionalistas muy nacionalistas. Pero sería la primera vez que en España se cesara a algún político por decir bobadas y no parece que los tiros vayan por ahí. ¿Entonces?
Aquí un político puede hacer y decir lo que le plazca sin que se inmuten las instituciones ni reaccione su partido. Puede un candidato a Presidente del Gobierno mentir tranquilamente y no pasa nada. Puede un alto cargo nacionalista revisar la Historia de España o de su terruño de cabo a rabo y falsear todo lo que le apetezca y no pasa nada. Puede cualquier alcalde, concejal o alto dirigente de un partido robar a manos llenas y sus camaradas cierran filas en torno a él y lo defienden y protegen todo lo posible. En el caso del señor Pardo, puede la concejalía de la que era responsable gastarse el dinero de los contribuyentes en llionpedias, cursos de “llingua llïonesa” y folletos “bilingües” en castellano y llïones y no pasa nada. Pero, ay, vulnera un tabú, dice algo políticamente incorrecto y se arma la marimorena.
Que se enteren los aprendices de político con éxito: pueden organizar todas las gansadas que se les antojen, darse gusto como quieran y fundirse nuestros cuartos en lo que les dé la gana, pero que no se les ocurra hacer o decir algo políticamente incorrecto porque entonces sí que se les caerá el mundo encima.
Tanto fariseísmo apesta.
3 comentarios:
Pero todo tiene su explicación; el nacionalismo es un gran negocio, como podemos comprobar en las zonas en que florece; para montar estye negocio donde no lo hay, falsear y reinventar la historia ayuda algo, pero nada tan eficaz como contar con una lengua propia; y si no la hay, pues también se inventa, qué narices; y es que en la noche de la razón todos los gatos son Pardos.
Así es meras luchas por el poder.
En fin, a quien votar? PP nada, PsOE UFF.
Y algunos emergentes serán capaces de enfrascarse hasta las trancas con putaciones provinciales sin haber mojado aun en elecciones locales.
En fin que no salen alternativas, simples pueblos. Aquí no hay ideología alguna. Ir ya en alguna sigla es ponerse la careta de hipocrita ad initio.
PD. Los idealismos para los ingenuos a los que nos gusta que nos den y nos den porque nos pone.
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