29 noviembre, 2012

Sosa Wagner aclara a quien leyere (o cómo se desenreda una patraña)



(Mi querido amigo Francisco Sosa Wagner me hace llegar el siguiente texto que con gusto recojo y que, además, responde a lo que hace días le preguntaba aquí mismo un comunicante anónimo).

Circula por la red un mensaje escrito en negra y rencorosa tinta que denuncia mi afición a volar en clase business cuando acudo a mi trabajo en el Parlamento europeo. Eso es falso: yo sencillamente no viajo en business en mis desplazamientos semanales a Bruselas o a Estrasburgo y, como no vivo en Madrid, he de utilizar además un tren de largo recorrido o regional (siempre con billete del anciano que soy) o un autobús para llegar a la ciudad de provincias en la que vivo.

El equívoco puede proceder de un inicial voto en contra (luego de abstención) de una enmienda que pretendía limitar tales vuelos. A él han seguido otros votos míos en sentido contrario y, por tanto, a favor de los recortes, tal como anuncié que haría cuando se votaran los presupuestos de la Unión Europea, es decir, en el momento pertinente (véanse los votos nominales de los días 23.10.1012, 26.10.2011, 10.5.2011). Debo consignar que hasta noviembre de 2012 he votado en el Pleno en voto nominal (35% aproximadamente de los votos que he emitido) 2.944 veces, lo que he podido hacer gracias a la ayuda de mis valiosos asistentes parlamentarios pues, diputado solitario, carezco de apoyo político alguno.

Si de limitar gastos se trata, sépase que soy el autor de una propuesta destinada a unificar las sedes parlamentarias, hoy dispersas entre Bruselas, Luxemburgo y Estrasburgo. Iniciativa que mereció la felicitación personal del presidente del Gobierno francés.

Me parece raro que el autor del mensaje, al parecer interesado por mi actividad como parlamentario, no conozca ni aluda a mis intervenciones en el Pleno -66 desde el inicio de la legislatura y hasta noviembre de 2012-, en las que he defendido una Europa federal y me he pronunciado sobre aspectos de la crisis económica, la reforma financiera, las ayudas a los estudiantes, los problemas de los agricultores españoles con una imagen que dio la vuelta al mundo etc, etc. Ni tampoco conozca mi labor en la Comisión de Industria, Energía e Investigación; ni las preguntas (92) que he presentado a la Comisión, al Consejo europeo, al Banco central europeo ... Información que facilita la web del Parlamento europeo y que, por cierto, es analizada por un grupo de investigadores ingleses que controlan nuestra la labor. En su página estos estudiosos me colocan (octubre 2012) por esta actividad en el puesto 122 entre más de setecientos parlamentarios. He redactado cuatro informes, votados mayoritariamente por los diputados: sobre la gobernanza de Internet en el mundo; sobre las prioridades de las infraestructuras energéticas en el horizonte 2020... Asimismo soy el único diputado que participa, por invitación personal del Presidente del Parlamento, en la Conferencia de presidentes de grupos parlamentarios, el órgano más importante del gobierno del Parlamento.

Como, además de parlamentario, soy un catedrático universitario que mantiene las antenas intelectuales levantadas, me he ocupado de reflexionar en dos ensayos (con Mercedes Fuertes): “El Estado sin territorio. Cuatro relatos de la España autonómica” y “Bancarrota del Estado y Europa como contexto” (Marcial Pons). Y sigo en la brecha: ahora preparo otro librito sobre problemas jurídicos alemanes en el siglo XX. Gracias a la generosidad del diario El Mundo, estoy presente en sus páginas con colaboraciones cuidadamente escritas acerca del Estado o de la construcción europea.

Termino pensando con nostalgia que, en otros tiempos, lo que acabo de contar sería suficiente para solicitar en Bruselas una ejecutoria de hidalgo de Europa.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Ahi le ha dao, y con pruebas, muy bien, si señor...

un amigo dijo...

Enhorabuena, Don FSW. Y cuéntenos algo más de la doble sede parlamentaria, que suena interesantísimo. ¿Es verdad que le cuesta al contribuyente europeo la friolera de doscientos millones al año? ¿Se puede eliminar sin modificar los tratados? El presidente francés, además de felicitarlo, ¿le ha prometido algo concreto para iniciar el procedimiento de unificación de sedes?

Salud,

Francisco Sosa Wagner dijo...

El problema es muy complejo porque se trata de un enfrentamiento que viene de la noche de los tiempos entre los gobiernos belga y francés pero yo estoy en ello, Estrasburgo es una ciudad simbólica que debe ser preservada como sede europea.