09 febrero, 2006

La monda: el mundo sigue al revés.

Pues sí, no sabe uno a qué atenerse ni donde tiene ya la mano derecha; ni la otra.
Leo con regocijo en Die Welt que la Universidad Nacional de Seúl, en la que presta sus esmerados servicios Hwang Woo Suk, el tipo aquel que falsificó los resultados de sus experimentos de clonación y se las dio de haber logrado lo que era mentira, acaba de suspender de toda investigación y docencia tanto a él como a seis de sus colaboradores. Y no sólo lo expedientan, sino que la fiscalía ha formulado acusación penal contra el sujeto. Me troncho y me muero de envidia. Mira tú, Corea. Y nosotros, sintiéndonos tan superiores y tan herederos de todas las tradiciones universitarias, seguimos manteniendo gordos y bien atendidos a los mentirosos compulsivos que pululan por nuestros Departamentos. Al trolero de aquí que tengo yo por personae periódico de este blog, cada vez que suelta una patraña más gorda e increible lo nombran asesor de algo y le soban el lomo. Y así tantos. ¿No necesitarán en Corea un profesor asturiano de Derecho? Igual me apunto.
Me viene a la cabeza un viejo recuerdo. Una vez, en una universidad que yo conocí, un ex-alumno descubrió que un profesor había publicado con su nombre, el del profesor, un trabajo estudiantil de aquél, trabajo del que, para más inri, el profesor de marras le había dicho que era más bien flojillo y que con notable iba que chutaba. Se destapa el escándalo, se abre expediente, se nombra instructor y se sobresee el expediente, así, todo seguido. Me encuentro con el referido instructor al poco, hombre de notable prestigio jurídico y sólida trayetoria, y le pregunto que, hombre, cómo así lo del sobreseimiento. Y me contesta que no le parece bien castigar a un profesor por una niñería así, que, al fin y al cabo, son muchos los que hacen esas cosas y tampoco vamos a ponernos exquisitos ahora. Ancha es Castilla. Viva la Pepa. Tonto el último. El profesor hizo carrera fulgurante. Al instructor tampoco le fue mal. Los denunciantes quedaron como sujetos viles e intolerantes.
Bueno, cambio de tercio y sigamos con lo de que este mundo es la monda, como se constata en los periódicos. Nadie está donde se le suponía. Leo, complacido, las declaraciones de Saramago en El País sobre el asunto de las caricaturas de Mahoma. No se anda con chiquitas y, aunque señala que no hay que meter a nadie estúpidamente el dedo en el ojo, insiste en el carácter intolerante y despótico de las teocracias, sin concesiones a relativismos ramplones. Y cuenta que ahora en el Islam hacen lo que aquí era moneda común en los siglos XV y XVI y que al pan, pan y al vino, vino. Bien.
Pero el cuerpo se me descompone otra vez cuando en ABC veo a la Ministra de Cultura, la sin par Carmen Calvo, defender en nombre de la libertad de expresión una obra expuesta en Arco y que se titula El Cristo de los misiles, en la que se se ve una figura de Cristo con un misil en la mano derecha. Me parece bien la defensa, estoy de acuerdo, pero me pregunto si aplica la Calvo la misma filosofía a la cuestión de las caricaturas de Mahoma o si es que hay en el mundo creyentes de una fe que, por intolerantes y arcaicos, merecen más respeto que otros, más flexibles. Porque menudo negocio es entonces ser tolerante, significa que se pueden guasar de ti sin problema, no como con el que tiene mala leche, que con ese cuidadín y respeto. Y esto lo dice un ateo como servidor, ojo. Y me veo, también a mí, al revés en el mundo, ahora defendiendo a los cristianos de aquí. Lo que me faltaba.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Tengo yo una duda que me corroe -bueno, no tanto, no conviene exagerar-, ¿se puede criticar a Carod por hacer el payaso ante Maragall con una corona de espinas y, al mismo tiempo, disculpar la publicación de las viñetas con la dichosa imagen, y tildar de exagerada la reacción? Porque conozco a más de uno y de dos y de tres, que compatibilizan ambas posturas sin problemas: mal lo que ha hecho Carod, bien (o no tal mal) lo de las viñetas. Y no parecen posturas conciliables, ¿o sí?

IuRiSPRuDeNT dijo...

Bueno el maestro doctrinal en un caso como esos movera todos sus resortes para que su profeta tramposo nos se desfenestre; jo se podría ir al garete toda su doctrina, para uno de los primeros que le llega a catedratico.

Es como si a ese matricula de honor le da por copiar en la ultima asignatura y lo pillan infraganti, que pasaría? seguro que si tiene padrino saca matricula tambien en esa. Si no lo tiene a saber...

Anónimo dijo...

Iurisprudent: un matrícula de honor no copia en la última asignatura -salvo que haya copiado en todas las anteriores-; un matrícula de honor de los de verdad no sabe copiar. Seguro que si se investiga a fondo al coreano de marras, ha sido un tramposo siempre (o un fantasioso, o un embaucador): uno no hace esas cosas de la noche a la mañana y sin más; como en la genéticia, hace falta cierta predisposición.
Que interese taparle y le tapen hasta que no se pueda más, pues seguro que sí. Cuesta creer que se pueda organizar una patraña semejante sin que nadie se haya enterado, sin que nadie haya tenido la más mínima sospecha. Como el mentiroso de Garciamado: si le promocionan y le cubren, por algo será.
Buena jornada

IuRiSPRuDeNT dijo...

jejeje pues habrá que investigar al coreano, no sabia que ese tambien tubiera un maestro doctrinal; siempre pense que el coreano habia sentado catedra por sí mismo.

con respecto al matricula, jo y si estaba desesperad, era la ultima asiganatura por dios, en este caso la carne es debil, podría darse el caso.

osea que los simples como yo si copiamos? mi querida ariadna quieres decir eso?

aha un matriucla no pero un raspadin sí, vaya.

Con respecto al mentiroso compulsivo no se seguir el hilo.

un beso

Juan Antonio García Amado dijo...

Ariadna, me parece que tanto a usted como a mí lo que nos pone nerviosos es la incoherencia del personal. A mí lo de Carod nunca me pareció para tanto, la verdad. Yo hace unos pocos años, en un carnaval, me disfracé de obispo y me harté de dar bendiciones. Un éxito. Y confieso que lo de la foto con corona de espinas se me podría haber ocurrido a mí mismo, llegado el caso; pero sin mala fe, es decir, sin mala leche contra la fe. Aunque la cosa también cambia porque uno no es un hombre público (ya estamos con los juegos de palabras, vaya por dios) como Carod. De la misma forma, no me parece tanto exceso ni lo de las caricaturas ni lo del Cristo de los misiles. La diferencia importante es que aquí muchos se mosquean, critican y rajan por esas cosas -y están también en su derecho a todo ello-, pero no amenazan de muerte a nadie ni pretenden curar la ofensa a tiros.
En resumen, que ojalá se pudiera en todos lados hacer unas guasas de los diosos propios y ajenos y luego ir a tomarse unas cañas con los creyentes.
Pero usted tiene razón, hay mucho personal que ve la paja en el ojo ajeno y no ve la viga en el suyo. ¿De dónde habré sacado yo este dicho?
Más kantianos -lo digo por lo de la universalización de las reglas del propio comportamiento y tal- y menos cantamañanas es lo que necesitamos. Menos ley del embudo.

Anónimo dijo...

¿Soy yo o es que tras meterles kaña de la buena, siempre acabamos pidiendo que los cantianos nos saquen del hoyo?