El Derecho es un misterio y la ciencia jurídica se ha vuelto una rama de las ciencias ocultas. Buscarse un abogado o pedir dictamen jurídico es ya como acudir a un echador de cartas o asesorarse con un nigromante. El especialista en Derecho da en el clavo tantas veces como lo hacía el augur de antaño que interpretaba el vuelo de las aves o las vísceras de las bestias. Si las cosas no salen como se previó en tal adivinación, se puede cargar la culpa a algún pato que se desvió de la bandada o a algo que comió el bicho y le oscureció el hígado. Ir a juicio por un caso algo complejo no se diferencia de jugarse la hacienda a las chapas o la vida a la ruleta rusa, pues es tan caprichoso el veredicto del foro como veleidosa resulta, de siempre, la diosa Fortuna.
Y eso cuando hablamos de los muy profesionales jueces y magistrados, de los más sesudos profesores o de los abogados con más salero. Qué decir de los especialistas que cobran de la Administración para darle alivio jurídico y que, por lo que se ve, andan faltos de tiempo para expurgar gacetas oficiales y aligerar el ordenamiento legal de sobrepeso y grasas. Véase si no el gratuito revuelo que se formó en esta Castilla y León de nuestros pecados a propósito del decreto de hace una década que estipulaba incompatibilidades salariales para los que trincan cargo político sin dejar de ser funcionarios, o a la inversa. Casi se mueren del susto más de cuatro sinvergonzones, y total para nada. Después de días de sobresalto, resultó que no había caso, pues la norma autonómica en cuestión había sido derogada por una ley estatal. Y nadie los sabía, claro. Como la autoridad nunca había tenido intención de aplicar el decreto de marras, no se enteró de que ya no regía. De cajón.
Para eso sirve esta diarrea legislativa que padecemos, este superponerse normas legales y autonómicas, este afán de cada parroquia, si la dejan, por tener su propio código civil y un buen ramillete de variados reglamentos: para que los árboles de las normas no dejen ver el bosque de un Derecho que en verdad lo sea, para que medren a gusto los pescadores de río revuelto y para que a los ciudadanos nos la den con queso en lugar de con una legalidad que merezca tal nombre.
Y eso cuando hablamos de los muy profesionales jueces y magistrados, de los más sesudos profesores o de los abogados con más salero. Qué decir de los especialistas que cobran de la Administración para darle alivio jurídico y que, por lo que se ve, andan faltos de tiempo para expurgar gacetas oficiales y aligerar el ordenamiento legal de sobrepeso y grasas. Véase si no el gratuito revuelo que se formó en esta Castilla y León de nuestros pecados a propósito del decreto de hace una década que estipulaba incompatibilidades salariales para los que trincan cargo político sin dejar de ser funcionarios, o a la inversa. Casi se mueren del susto más de cuatro sinvergonzones, y total para nada. Después de días de sobresalto, resultó que no había caso, pues la norma autonómica en cuestión había sido derogada por una ley estatal. Y nadie los sabía, claro. Como la autoridad nunca había tenido intención de aplicar el decreto de marras, no se enteró de que ya no regía. De cajón.
Para eso sirve esta diarrea legislativa que padecemos, este superponerse normas legales y autonómicas, este afán de cada parroquia, si la dejan, por tener su propio código civil y un buen ramillete de variados reglamentos: para que los árboles de las normas no dejen ver el bosque de un Derecho que en verdad lo sea, para que medren a gusto los pescadores de río revuelto y para que a los ciudadanos nos la den con queso en lugar de con una legalidad que merezca tal nombre.
2 comentarios:
Consuélese, estimado, que está en buena compañía.
Porque, dejándose guiar por las noticias -aún con lo que tiene de azaroso-, se colige que también la ingeniería nuclear se ha apuntado a lo de ciencia oculta.
Salud,
esto es la superestructura. Creada por el hombre pero que le condiciona. Y según esté situado en la escala social le puede determinar. Yo niña estudiante...miro las publicaciones de cursillos, becas, estancias en el extranjero...¿eso está ahí por casualidad? no, algunos implementan..y luego las leyes de vivienda, de hipóteca, el llevar el c.v., el que ahora ya pidan que tengas tres master para trabajar como auxiliar de secretaría, o como chico/a de cobras una mierda...pero da las gracias...que para eso está el "ejercito de reserva". Pero ya verás..como este cuento se acabo pronto. Por qué? no nacen al nivel de reemplazo, dos hijos por pareja para que la población quedé igual. En el primer mundo no se reemplaza, menos mano de obra...Esta tontería está a dos días de terminar.
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