Tenía por ahí apuntadas un par de noticias de hace días que me apetecía comentar, aunque casi se comentan solas. Me apetecía y no me apetecía, pues hay gente que da asco. Sí, genuino asco. Grima. Quedan en el mundo miles y millones de sujetos abominables sin atenuante.
Una de esas noticias, a la que llegué por una columna de Quim Monzó en La Vanguardia, apareció en The Telegraph y contaba que, según un dictamen del Consejo Religioso Superior de Arabia Saudí, si se permite que en ese país las mujeres conduzcan coches, será el fin de la virginidad, amén de que se provocaría así “un aumento vertiginoso de la prostitución, la pornografía, la homosexualidad y el divorcio”. ¡Toma ya! En la otra se da cuenta de la opinión de un clérigo islámico que vive en Europa, para el que se debe evitar que las mujeres se acerquen a plátanos, pepinos, calabacines y zanahorias, pues pueden tener ocurrencias sexuales debido a la forma de tan excelsos productos de la huerta y la fruticultura. “El clérigo mantiene que las mujeres que quieran comer plátanos y pepinos tienen que solicitar la ayuda de un hombre cercano, como su marido o su padre, para que se encargue de cortarlos antes de servirlos en el plato”.
Pues sí, hay mucho imbécil por ahí. Qué les pasa a esos tipos, vamos a ver. Qué tienen por cerebro, qué tremendos complejos los atenazan, qué sucia idea manejan de la religión, de qué libro sagrado pueden sacar esas interpretaciones para dementes, por qué no se crea una comisión internacional de señoras para que hagan con sus pitos lo mismo que ellos proponen para los calabacines cuando hay damas cerca.
Qué infame mezcla se ha hecho a lo largo de los siglos y se hace aun hoy entre sexualidad y religión, qué bochornosa represión para mujeres y hombres (pero sobre todo para mujeres) se ha justificado a base del concepto imposible de una divinidad subnormal. También por aquí ha habido y hay para dar y tomar, no lo olvidemos. ¿Alguien recuerda los argumentos de por estos pagos para que las mujeres no anduvieran en bicicleta?
Cómo es posible que esos credos tan sucios sobrevivan a pesar de tantos pesares, cómo puede mantenerse una fe con esos antecedentes, cómo han conseguido esos cretinos falócratas y miserables enemistar a tantísimas personas con su propio cuerpo y con el más elemental, natural y sano placer, cómo han logrado hacer virtud moral y religiosa de la cochambre personal más absoluta, del abuso, del engaño, de la miseria individual y social.
Cuando la fe se basa en la superstición, la mentira, la alienación y la injusticia, la blasfemia es virtud liberadora. Yo, modestamente, me cago en esos dioses y en esos clérigos. Solo en ellos, pero con saña y plena deliberación. El respeto a las creencias ajenas tiene un límite. Si ellos pueden decir, que también nos oigan. Idiotas.
3 comentarios:
Su simplificación de las religiones es cruel, ignorante y muy agresiva, intencionadamente descontextualizadora. Es usted maniqueo: los religiosos son los ignorantes, tarados, rebañegos sumisos y bobos; los ateos, los sabios, inteligentes, avanzados, simplemente por no creer. Desde los púlpitos se dicen y se han dicho multitud de paridas, eso no significa que el mensaje religioso sea todo impresentable, para tarados, ignorantes y acémilas. La espiritualidad sigue viva y seguirá viva en contra de Ayatolláhs falócratas y obsesos clérigos. En los evangelios no se dice nada de pepinos, plátanos y zanahorias, además, el mundo musulmán es un mundo aparte, lleno de fanatismo terrible, es cierto, pero también debe de haber muchos tolerantes y mensajes espirituales virtuosos, comunitarios y abiertos.
¿En Alemania es delito la violación dentro del matrimonio?
Un cordial saludo.
Estoy de acuerdo - qué odioso, cualquier tentativo de control de la vida de los demas. Pero no hace falta irlo a buscar entre los "ayatollahs"; pasese Vd. por cualquier "curso" de bioética, en una de nuestras mas prestigiosas universidades privadas...
Al menos este de las zanahorias da risa. Pero cuando visten el mismo mono de "derecho" constitucional, no da tanta risa, mas bien dan escalofrios...
Vienen a la mente la mar de interrogantes doctrinales: yendo hasta el fondo, asi de sopeton, es adulterio hacerselo con una zanahoria? O deteniendose un momento en turbios pantanos intermedios, à la Clinton, e introducirsela en la boca sin intencion de comerla, un poco como se haria con un cigarrillo electronico? Siempre en zona intermedia, y repantingarse a ver un rato la tele con una zanahoria en el bolsillo, y acariciarla de cuando en cuando?
Y con el famoso bombon helado de esa marca que todos Vds. conocen, nata turbadora que escapa del rigido chocolate sutilmente craqueleado por dientes blanquisimos, entrevistos entre labios carmesi? Con ése que hacemos? Batido? O en haciendo asi, sacamos a nuestros/as controlados/as de la sarten para arrojarlos a las brasas?
Salud, y mil perdones por la ausencia de acentos en el teclado,
Publicar un comentario