Queridos todos,
Sé que hacía mucho tiempo que no dejaba caer un Helsinki report por vuestros correos. Me ahorro todas las explicaciones relacionadas con la carga de trabajo o las ganas de aprovechar los días de luz interminable y simplemente os digo que me he tomado un respiro de correo electrónico durante unos meses. Pero ahora tengo el gusto de presentaros la segunda temporada de esta serie de escritos. Si disfrutasteis de la primera, encontraréis esta aún más atractiva, porque no sólo contaremos con estrellas invitadas, sino que nuevas aventuras, curiosidades locales y fenómenos paranormales garantizan grandes momentos delante de la pantalla.
De momento, en este episodio piloto de la segunda temporada quiero abrir fuego con algunas estampas que me parecen típicas de este país y que dudo que puedan ser observadas (y admiradas) en ningún otro. A ver cómo nos queda...
Estampa # 1 - Conexión directa con Japón
Creo que ya os he hablado en alguna ocasión de los supermercados finlandeses, con sus máquinas tragaperras y aparatos de reciclaje de botellas. Pues me encontraba yo en uno de ellos, cuando sufrí uno de mis (quizá frecuentes) ataques de conservadurismo. Veamos si soy capaz de explicar la situación...
Resulta que entre los demás clientes estaban un par de jovencitas japonesas con los característicos (y llamativos) complementos que les son propios. Cazadoras fucsia, auriculares de astronauta rodeando sus cabezas, pelos encrespados y mucha risa entre tímida y pícara por lo bajini. Hasta aquí nada nuevo. El caso es que las muchachitas portaban ese revolucionario aparato tan de moda hoy en día (sí, hablo del iPad) y mantenían una conexión directa supermercado helsinguino - habitación de un mozalbete con el cuerpo de torso para abajo escondido bajo un edredón, en lo que parecía ser Japón. Yo intentaba comprar a lo mío, en ese momento tan íntimo en el que decides si te llevas los cereales con fibra o unos más golosos con trazas de chocolate y frutos secos, pero el hecho de tener una ventana portátil directamente abierta al Japón a apenas metro y medio resultaba a la vez turbador y atrayente. Esto lo digo porque al pasar la sección de salsas de tomate las japonesas se detuvieron y pusieron la tableta sobre la estantería, a la altura de sus caras, quizá para mantener la conversación de forma menos mareante para su interlocutor, que entre los curiosísimos productos etiquetados en finés y el pulso de las chicas que no dejaban de reír, debía de andar fino. Así que cuando pasé a su lado por el estrecho pasillo pude asomarme brevemente a Japón. Y fue en ese preciso momento cuando me hice la pregunta. A través de una tableta apoyada a la altura de mis ojos y rodeada de frascos de aceitunas podía observar un plano cenital del japonés tumbado en su cama, una barbaridad tecnológica, un progreso inimaginable tan solo hace unos años, sí, pero yo me hice la pregunta. ¿De verdad es necesario? ¿De verdad hemos llegado a ese punto en el que un avance técnico como este, de innegable utilidad práctica, puede ser banalizado para simplemente charlar de nada de supermercado a dormitorio?
Y entonces recordé a Montag y las enormes pantallas interactivas que retenían, feliz, a su mujer en casa. Los que hayáis leído "Farenheit 451" sabéis a qué me refiero. Curiosamente, lo que hoy en día me parece más ficción de ese estupendo relato es ese final en el que cada uno de los que han logrado escapar de las urbes, en las que están prohibidos los libros, memoriza un clásico y se convierte en su protector y transmisor. Cada libro es una vida, hermosa metáfora. Pero lo aterrador es que hoy en día puedo encontrar en cualquier tienda de electrodomésticos todos los avances técnicos descritos en aquellas páginas, y especialmente pantallas del tamaño de la pared de casa con las que interactuar incluso en tres dimensiones, pero me cuesta imaginar a una persona que en la actualidad sea capaz de memorizar el Quijote entero. Y en ese momento preferí la vida sin gadgets, más ella misma, más la de cuando éramos pequeños...
Lo peor de todo es que ese no fue un sentimiento puntual, sino que es parte de mi relación con los avances tecnológicos. Los que me conocéis bien recordaréis mi aversión al móvil antes de poseerlo y mi curiosa relación con él una vez acepté que entrara en mi vida... En fin, que mucho avance tecnológico puesto a disposición de la gente para que haga... nada. Y eso me entristeció.
Estampa # 2 - Elecciones
En el ya lejano mes de abril tuvimos elecciones en Finlandia. Seguramente a algunos les resulte interesante saber cómo se organizan aquí los comicios. A mí, desde luego, me llamó la atención el hecho de que se instalen a pie de calle unos grandes paneles en los que todos los partidos gozan del mismo espacio. Cada uno de ellos, en su recuadro, incluye la foto y los datos de sus candidatos, gente corriente que se presenta por los más variados partidos.
Durante las tres semanas previas a la votación, la actividad en las calles es frenética: representantes de todos los partidos se apostan en cualquier esquina para difundir el contenido de sus propuestas. Da igual el tipo de ideas que representen. Algunos, los más voluntariosos, llegan con una mesa portátil, la despliegan y se dedican durante un par de horas a explicar el programa a quien tenga interés. Cuando se tienen que volver al trabajo, recogen la mesa y se marchan raudos. Se puede decir que la ciudadanía se involucra en el debate político (aunque está claro que los hay que no quieren ni oír las propuestas ni ponerse a colaborar con partido alguno). Pero lo importante es que mucha gente se presenta, y que no se perciben las instituciones como algo alejado del pueblo llano.
Por poner un ejemplo, una tarde que me fijaba en uno de esos curiosos paneles con todos los candidatos, vi en uno de los recuadros la foto de un chaval que era el único candidato de un partido (a buen seguro unipersonal). Curiosamente, el joven estaba allí mismo, así que pude charlar un rato con él, aunque pronto llegó gente con derecho a votar (no como servidor) y tuve que conformarme con asistir a un diálogo en finés, como siempre incomprensible para mí. La verdad es que me cuesta imaginar que algo semejante pueda suceder en nuestro país (me refiero a que el candidato está en la calle, porque los diálogos incomprensibles, aunque sean en castellano, están a la orden del día).
La campaña se centró muy especialmente en cuestiones europeas y, en concreto, en el rescate a Portugal. Ya sabemos que seguimos descendiendo en este pozo sin fondo que es la economía europea (y sin perspectivas de que las fanfarrias con las que se saludarán los acuerdos del próximo fin de semana sean más que eso, fanfarrias sin mayor sustancia), pero ya entonces los ánimos estaban muy caldeados por estos lares. ¿Esos países incumplidores y que malgastaban los años de bonanza endeudándose a lo loco ahora debían ser rescatados por quienes han mantenido una actitud sobria y austera ante la vida? No nos escaqueemos, la pregunta iba por Portugal, pero se nos aplicaba a nosotros también... En fin, que la suma del discurso populista junto con algunas verdades de nuestro(s) país(es) que los fineses perciben mejor que nosotros mismos, agitaron el ambiente lo suficiente como para que los extremistas y radicales acapararan el espacio mediático. Los resultados, como todos recordaréis, auparon a los Perusuomalainen (los "Auténticos Finlandeses") como tercera fuerza más votada, una desgracia para la gente con verdaderas convicciones democráticas de este país.
La noche del recuento me encontraba trabajando en la facultad y me imaginé una vuelta a casa complicada, con gente con antorchas por la calle a la caza del extranjero, pero para mi respiro la calma era total. Aun así, los conductores de autobús (un trabajo que por ingrato aquí se deja a los inmigrantes) han sufrido desde entonces varias agresiones, algo inconcebible en este país. Malos tiempos para la lírica, también en Finlandia.
La reflexión que resulta de la combinación de estas dos primeras estampas se puede concretar en una frase de Tony Judt que no me resisto a citar: “The wealth of resources we apply to entertainment serves only to shield us from the poverty of the product; likewise in politics, where ceaseless chatter and grandiloquent rethoric mask a yawning emptiness”. (‘The Memory Chalet’, Londres: William Heineman, 2010, p. 32). Algo que vendría a traducirse así: “La riqueza de recursos que destinamos al entretenimiento sólo sirve para ocultarnos la pobreza del producto; lo mismo sucede en política, donde el parloteo interminable y la retórica grandilocuente ocultan un profundo vacío”. El iPad y la crisis del euro contenidos en la misma idea. No por obvia la cita es menos cierta…
Estampa # 3 - Vappu
El primero de Mayo se celebra en Finlandia no sólo el día del trabajo, sino también Vappu. Es, quizás, uno de los días más importantes del año, junto con el día de la independencia (este 6 de diciembre desde el que os escribo). La importancia del día radica en que es la fecha en la que se celebra que los bachilleres se han graduado (el día anterior, 30 de abril). Al hacerlo se les entrega una gorrita, como de marinero, que portan orgullosos. Ya sabéis que aquí cada uno viste a su aire y el estilo propio es respetado, pero en las fechas señaladas la gente se viste de largo para la ocasión, así que es posible ver a familias trajeadas por toda la ciudad.
Pero Vappu no es sólo eso. La gorrita en cuestión es un efecto personal que refleja la condición de integrante de la sociedad finesa, así que cada uno desempolva la de cuando se graduó, y sale a la calle con ella. El resultado son señoras de mediana edad vistiendo traje de noche y tocadas con gorra de marinero, ancianos con bastón y gorra de marinero, familias enteras con gorra de marinero (excepto los pequeños, que ansían llegar a poseerla)... A esto hay que sumarle el hecho de que en Mayo empiezan los días a ser especialmente largos, así que toda esa luminosidad despierta el lado festivo de los fineses.
Esto es especialmente cierto en el caso de los recién graduados (y de los estudiantes en general, que como siempre se apuntan a un bombardeo). En su caso, la tradición dice que han de reunirse en Esplanadi, uno de los puntos neurálgicos de la ciudad, y a las seis en punto de la tarde poner la gorrita de marinero a la estatua que preside la alameda (Havis Amanda). En ese momento, la fiesta se desata.
Lo peculiar de Vappu es que supone un alivio a la presión social que se vive a diario en esta sociedad en la que todo el mundo se comporta como es debido, así que, como es habitual en cualquiera de sus fiestas, la ingesta de alcohol es más que notable y se expande la percepción de que, por fin, "todo está permitido". A eso de las siete es posible ver a señoras de mediana edad vistiendo traje de noche y tocadas con gorra de marinero completamente borrachas, ancianos con bastón y gorra de marinero tumbados por las esquinas, familias enteras con gorra de marinero pegadas a la botella de champán... Todo a la luz del sol.
La degeneración colectiva que se produce después es difícil de creer. Miles de personas vestidas de gala borrachas como cubas comienzan la destrucción de una civilización ejemplar entre latas de cerveza, destrozos en mamparas de marquesinas, vómitos, cristales rotos y demás. Ver para creer. Un amigo médico asegura que el peor día en el que se puede estar en urgencias, por mucho que se pague, es precisamente este. Puñetazos, cortes fortuitos, golpes, inconsciencias etílicas y demás en cantidades inasumibles por sistema sanitario alguno... Lo dicho, ver para creer.
Al día siguiente, el propio primero de mayo, no se vuelven a casa a dormir la mona. No, la idea es que se van a algún parque público (preferentemente a Kaivopuisto) con la familia y un buen cargamento de cervezas y se pasan el día tirados al sol allá. Para que os hagáis una idea de cómo se ponen los parques, tan sólo imaginaos una playa levantina en pleno agosto pero con hierba en lugar de arena. A mí me resultó especialmente chocante la imagen de esos niños correteando entre borrachos que no pueden tenerse en pie.
Cuando todo acaba, más de 24 horas después del inicio de la fiesta, el sol aun luce esplendoroso, pero la imagen que ofrecen los parques es desoladora. Una verdadera batalla campal parece haber tenido lugar en espacios habitualmente tranquilos y apacibles. Lo dicho, ver para creer...
Estampa # 4 - Campeonato del mundo de hockey
Termino esta ración de estampas helsinguinas contándoos algo que a buen seguro desconocéis. No se trata de que aquí el fútbol tenga una importancia relativa y el verdadero deporte de masas sea el hockey sobre hielo, pues eso podríais intuirlo. El dato que desconocéis es que Finlandia consiguió en Mayo su segundo Campeonato del Mundo en esta disciplina. Como siempre, la celebración se basó en beber mucho alcohol para dejar salir a ese yo reprimido que llevan dentro estos muchachos. Los resultados, similares a los de apenas un par de semanas antes: caos y destrucción por la ciudad.
En España estas celebraciones han llegado a un punto ciertamente exagerado (¡hasta se organizan pasacalles por ganar una Copa del Rey!), pero aquí las cosas se hacen aún mejor. Si el atropello de la copa cuando se le escapó a un futbolista de las manos tuvo repercusión, imaginaos lo que fue la llegada triunfal del equipo finlandés campeón del mundo, y en particular el estado de embriaguez del entrenador y su querencia por el trofeo en cuestión. Creo que este video sintetiza lo que yo he intentado contaros en varios de mis correos:
http://www.youtube.com/watch?v=GvCGLoBHqg0&feature=player_embedded
Fijaos bien en el hecho de que nadie hace ademán de ayudar al glorioso entrenador, sino que esperan pacientemente a que se levante por sí mismo. La relación con el alcohol de esta gente es tan estrecha que saben perfectamente que este tipo de incidentes no producen mayores consecuencias que un coscorrón que sólo dolerá pasada la resaca... Quizá por eso se encargan de posponer ese momento en la medida de lo humanamente posible y beben como si les fuera la vida en ello.
En fin, que las cosas por estos lares van bien y que ahora que las noches son largas aprovecharé para escribiros de vez en cuando. Os mando un fuerte abrazo desde el norte.
F.
3 comentarios:
Simplemente matizando algo con respecto al anterior post.
Y no todo depende en lo que Garciamado llama "competencia en igualdad de oportunidades" que se trate de lograr, también en palabras de Garciamado: "que nadie se encuentre en situación de gozar de ventaja que no esté directamente asociada a su propio mérito y trabajo" ya que influye y mucho tus convicciones personales.
Todos supondrán a lo que me refiero, yo neonazi me encuentro en desventaja absoluta en cualquier sector público, ya que, por ejemplo, ningún partido político "democrático" me llevaría en sus listas como independiente aunque tuviese la solución para lo que fuese.
Y eso no se soluciona con ninguno de los 9 puntos que considera Garciamado útiles para lograrlo.
roland, que solución vas a tener tú, si quieres exterminar, a quiénes; ? a los neojudios, como va eso de los neonazis? Madura, que vas a estirar la pata siendo un descerebrado. Todavía estas a tiempo, aunque seguro estarás de coña.Es que cuesta creer lo que escribes, me cuesta.
Con respecto al post que nos ocupa, muy ilustrativo. Me ha dado un no sé, un poco de penita; que esté un español tan lejos de España.No sé, hoy estoy quizás más sensible. Pienso que yo tb quizás tenga que irme de mi comunidad.. Es curioso cómo se organizan otras sociedades. A mi también me cuesta un poco tb asumir lo de las nuevas tecnologías, pero tb esto de las redes sociales me contraria; y ahora estaba haciendo un curso sobre ficheros, bases bibliográficas, en definitiva cómo localizar información para investigar y también me sentía un poco abrumada. Supongo todo es ponerse a ello en esta vida.
Por lo que cuenta este hombre los filandeses le dan mucho a la botella y se desmelenan, lo que no sé; si es algo puntual como vappu o le dan todos los findes o todos los días.
Otra forma de explicar lo mismo:
http://www.elpais.com/vineta/?d_date=20111208&autor=El%20Roto&anchor=elpporopivin&xref=20111208elpepivin_3&type=Tes&k=Roto
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