Poco después de escribir el indignado post anterior, doy una mirada a los periódicos digitales y me topo con esta noticia: que una señoras ecológicas del Reino Unido están enfadadísimas porque unos policías se infiltraron hace años en los grupos ecologistas para espiarlos y se acostaron con ellas (y ellas con ellos) haciéndolas soñar con lo que no había y pensar que eran ellos distintos de como eran. Y que no hay derecho a defraudar así las esperanzas y las expectativas de una.
Qué curiosos contrastes. Lo que en otras partes del planeta es tragedia en nuestro mundo -dicen que primer mundo, pero no sé- es una guasa total. Para unas la opresión, para otras la depresión. Qué mal repartido está todo.
Desde luego que no sé qué pinta la policía británica inflitrándose y filtrándose entre ecologistas, la verdad. Pero, al margen de tan supina ridiculez, tiene gracia el nuevo puritanismo. Imaginemos que es una señora policía la que se hace pasar por defensora del medio ambiente y las corrientes marinas y que unos cuantos meritorios enemigos de las centrales nucleares se encaman con ella por pensar que la movía nada más que el sano afán de liberación de las especies. ¿Qué pensaríamos si los viéramos ahora todos llorosos y denunciando que la dama hizo escarnio de su pasión amorosa y que ellos se habían imaginado una dulce vida a su lado, plagada de complicidades medioambientales y procreando niños verdes? Pues lo que vale para los varones vale igual para las mujeres.
O que se generalice la indignación. Porque anda que no hay engaño doloso frecuente y abundante en el asunto del ligoteo y hasta de la empresa matrimonial, mira que no va trecho de lo que se dice a lo que se es.
Cuando en otras latitudes la pureza es imposición y pretexto para la opresión más brutal, nuestro neopuritanismo pijo resulta caricatura cruel. ¿O es que ciertos grupos solamente se aparan entre sí? Antes pasaba con la nobleza y al pueblo llano le venía de rebote.
Propongo que alguna o algún ecologista se infiltre en los círculos de las fuerzas de seguridad británicas y le eche unos polvos a algún sargento o alguna sargenta. Como venganza y para que sufran.
Qué curiosos contrastes. Lo que en otras partes del planeta es tragedia en nuestro mundo -dicen que primer mundo, pero no sé- es una guasa total. Para unas la opresión, para otras la depresión. Qué mal repartido está todo.
Desde luego que no sé qué pinta la policía británica inflitrándose y filtrándose entre ecologistas, la verdad. Pero, al margen de tan supina ridiculez, tiene gracia el nuevo puritanismo. Imaginemos que es una señora policía la que se hace pasar por defensora del medio ambiente y las corrientes marinas y que unos cuantos meritorios enemigos de las centrales nucleares se encaman con ella por pensar que la movía nada más que el sano afán de liberación de las especies. ¿Qué pensaríamos si los viéramos ahora todos llorosos y denunciando que la dama hizo escarnio de su pasión amorosa y que ellos se habían imaginado una dulce vida a su lado, plagada de complicidades medioambientales y procreando niños verdes? Pues lo que vale para los varones vale igual para las mujeres.
O que se generalice la indignación. Porque anda que no hay engaño doloso frecuente y abundante en el asunto del ligoteo y hasta de la empresa matrimonial, mira que no va trecho de lo que se dice a lo que se es.
Cuando en otras latitudes la pureza es imposición y pretexto para la opresión más brutal, nuestro neopuritanismo pijo resulta caricatura cruel. ¿O es que ciertos grupos solamente se aparan entre sí? Antes pasaba con la nobleza y al pueblo llano le venía de rebote.
Propongo que alguna o algún ecologista se infiltre en los círculos de las fuerzas de seguridad británicas y le eche unos polvos a algún sargento o alguna sargenta. Como venganza y para que sufran.
3 comentarios:
pero que morboso eres, yo si que me voy a infiltrar por alguna parte; haber si me entretengo algo.
Leo en LNE que Natalio Grueso participa en la ONU en una mesa redonda sobre el arquitecto Niemeyer. Y no puedo dejar de pensar que em la ONU tienen verdaderamente muy poquito que hacer...
http://www.lne.es/aviles/2011/12/17/natalio-grueso-mesa-redonda-onu/1172256.html
No llega a la altura de las ecologistas mosqueadas, pero también esto da un poco de risa y bastante pena. Qué personajes.
La magistrada María Sanahuja, ex decana de los jueces de Barcelona, afirma que ya existen españoles con penas de seis meses de cárcel sólo por decir a sus mujeres “vete a la mierda” y emplaza a los escépticos a que acudan a los juzgados de lo penal a comprobar ese dato, denunciando que en España se vulnera la presunción de inocencia de los varones.
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