17 abril, 2012

El perro flaco y sus pulgas

Hoy toca lo de Repsol-YPF. Pues bueno. Quedaría todo perfecto si hubiera una simetría de nacionalismos: los argentinos exaltados por su acto de botox-soberanía y los españoles dispuestos a declarar la guerra al psicoanálisis porteño a golpe de orgullo de raza (canina). Pero a mí no me sale. Ni me sale ni les veo la gracia a los otros que sí se envuelven en la bandera, sean argentinos o de la madrastra patria de uno.

Tengo un amigo y colega de la patria de Perón con el que de vez en cuando me intercambio amables mensajes. De hace algunos años para acá da igual sobre qué me escriba, pues siempre termina con un canto épico al gobierno peronista, antes a don Néstor y ahora a doña Cristina. Y que qué afortunados son y que cuánta maravilla en la Casa Rosada y que al fin la justicia social y el interés general bien protegido. Yo callo una y otra vez y creo que jamás le contesté sobre esas cosas. Porque del bien de mis amigos y del de esos países todos, y de todos los países, me alegro en el alma, pero lo del peronismo no he conseguido metérmelo por donde se lo administran ellos tan placenteramente. Y que los referentes políticos e iconográficos de medio país sean Perón y Evita me choca tanto, casi, como si aquí siguiera seduciendo a las masas un partido llamado franquista y tuviéramos en todas las esquinas unas fotos de Carmen Polo de Franco, que entonces sería nuestra Carmencita.

Dirá alguno, ya mosqueado, que parece que sí que estoy molesto con los de Argentina. Responderé que sí, pero no por lo de YPF y no con los argentinos más que con el resto de la humanidad. Y que, llegados a este punto en que estamos, individual y colectivamente, quién tenga las escrituras del petróleo es asunto que poco estimula mis pasiones o mi modesta reflexión. No me hacen gracia los peronistas, claro que no, y casi me desvelo alguna noche pensando qué podría verle al peronismo y a la tal señora de Kirchner ese colega al que tengo en buen concepto y que para qué le valdrán sus lecturas. Mas son dudas sobre personas concretas, porque de la medición comparada de países paso por completo. A mí los españoles ya me parecían -y me parecía yo con ellos- tontos de remate cuando eran ricos y se sentían poderosos, hace unos años -y escrito lo tengo-, así que puedo decir cualquier cosa de los argentinos o los ucranianos sin temor a que se me tenga por patriotero. Y por eso digo que qué país tan raro el que vota con un sesenta por ciento a un partido peronista dirigido por esa mujer particular en particular.

Pero, ah, quieto parao. La réplica me la hago yo mismo, y no será novedad: ¿qué decimos de un país que votó dos veces a Zapatero, nuestro pertinente Evito, especialmente del país que le dio mayoría la segunda vez? ¿Tenemos legitimidad colectiva para sentirnos política o intelectualmente superiores a los hermanos argentinos? En modo alguno, visto lo visto. Pues ya está. Y saben que si alguno quiere meter en el cesto a Aznar y hasta a Rajoy, tampoco objetaré. La única diferencia es que a nosotros nos está tocando ahora pagar por nuestros errores y a los de Argentina no les corresponde aún. Todo se andará.

Errores, sí. Ahora nos rasgamos a este lado del charco las vestiduras al alegar que cómo no ve el gobierno argentino que a medio plazo esto de andar nacionalizando por la espalda y expropiando sin lubricación le va a traer más perjuicio que beneficio. Será, pero, ¿cómo es que ningún gobierno nuestro quiso ver que lo de la burbuja inmobiliaria tenía que pinchar y que la catástrofe iba a ser mayúscula? Pues los nuestros no vieron y nosotros no quisimos mirar por lo mismo que los de allá ahora: porque no. Porque a ver quién se arriesgaba a perder votos y qué ciudadano común se subía los calzoncillos para ponerse a pensar en si estaría bien lo que se traía por los bajos. O sea, que muy por el estilo unos y otros.

Y lo de la expropiación o defoliación o como se llame. Estamos heridísimos en España hoy, sí. Tremendo. Dolidos, molestos, indignados, levantiscos... Pero no hay más que pensar qué sucedería si las cosas fueran al revés, si, por ejemplo, la empresa fuera gringa y la nacionalizáramos nosotros aquí con grititos de ya me viene, como los de la Fernández, pero en boca de Rajoy o de alguna Soraya nuestra. Ah, pues entonces encantados y felicísimos de metérsela doblada al pérfido supremo y cantando loas a nuestros líderes. Como tontos. Como tantos. Como muchos argentinos afectados por la viagra política de ayer. No creo que seamos diferentes tampoco en eso.

Lo que sí es cierto es que a nosotros, los españoles, las desgracias se nos acumulan y la depresión en curso acabará siendo de mulo. Mas de eso las culpas no vienen de Argentina, aunque todo el mundo te empuje cuando has empezado a estar pachucho. Es como cuando te tocó la lotería y vas al bar: qué cantidad de amigos, qué afectos, cuánta popularidad y qué desbordamiento de sonrisas y palmadas. Y es como cuando se te acabó el dinero del premio y sigues yendo al bar: qué manera de rehuirte y cómo te critican, sin ocultarse, por malversar tu fortuna. Fortuna de la que, por cierto, se llevaron un pico en vinos y gin-tonics estos que ahora te ponen verde. Y cómo huyen ante tu presencia y a la hora de sacar la cartera. Los mismos que te buscaban antes para que les abonaras sus consumiciones, te evitan ahora, pera no tener que pagarte las tuyas. Y tú pensando, imbécil, que la amistad es un genuino sentimiento humano y casi institución de derecho natural. Pues la señora Fernández ha visto que ya no estamos para regalar y ha decidido que es buen momento para que nos dé Perón por salva sea la parte. A la inversa tal vez habríamos hecho lo mismo, no digo que no. Lo importante es que sean felices las masas populares.

Ay, la depresión. Insisto, quedarse sin amigos es lo que más desmoraliza. Con todos habíamos llegado a codearnos, y de pronto somos los apestados para todos. Tristura. Hasta de los alemanes nos sentíamos íntimos y ellos nos ponían puentes y trenes como quien te pone apartamento de mantenida. Y ahora que se nos ajó el cutis, nos gobiernan sin mimo los alemanes y sus caricias son con guate de crin y que vayamos dejando las cosas de oro en ese montón de allá. Los franceses, de lado y lado, usándonos como ejemplo de calamidad durante su campaña electoral. Monti, el italiano, diciendo que la culpa mayor es nuestra y que Europa acabará en el hoyo por nuestra causa. Los hermanos latinoamericanos que tanto habían comido en nuestra casa, sacando ahora unos papeles que dicen que hermanastros y gracias, que el ADN es distinto y que ellos descienden todos o de Perón o de Bolívar o de ambos al tiempo, por parte de padre o de madre o de naturaleza de las cosas.

Lo que ya es la repanocha es que la señora presidenta de Argentina hiciera un chiste de elefantes ayer al poner el dedo medio así para arriba y quitarle a Repsol lo que parece que era suyo (no digo nuestro, porque yo no tengo acciones de Repsol ni de nada). Eso ya es la hecatombe. Porque indica que, en tu degradación y empequeñecimiento, ya no solo te desprecian, sino que te humillan. Y cuando amagas con sacar tu genio, te ponen una foto del Rey y otra de la familia real al completo y otra de Rajoy con los maridos de sus señoras y otra de Zapatero y... Y no sigamos, porque podríamos sacar la imagen actual de cada institución de nuestro Estado infausto, desde el Tribunal Constitucional hasta cualquier gobierno autonómico, pasando por el Consejo de Estado o el Tribunal de Cuentas.

Deseo, de corazón y sin reservas (tampoco reservas petrolíferas) ni cruzar los dedos ni nada, que les vaya realmente bien a los argentinos y a cualesquiera ciudadanos del mundo, que para eso uno se proclama cosmopolita y no parroquiano de a cien. Pero si a los ches dentro de una temporada les pintan bastos, que no nos vengan otra vez con tangos y psicoanalistas y epígonos de Borges, pues seguramente ya no estaremos. O, al menos, no estaremos para más cuentos.

4 comentarios:

Rogelio dijo...

La geopolítica se me antoja como una especie de televisivo Gran Hermano, que caso de durar 1 año no pasaría sin que jodieran todos con todas, todas con todas y todos con todos.

Donde digo "joderían" también cabe "discutirían", "saldrían a hostia limpia", "se sincerarían", "amarían", "llorarían", etc, pues humanos al cabo como tal nos comportamos.

Ahora con España en parada técnica toca buscar nuevos amigos, nuevas alianzas, nuevos partners tecnológicos y para ello quien mejor que los de humor amarillo.

Apuesto doble contra sencillo a que en breve veremos movimientos de un gigante china chana por aquellas tierras.

Si los USA eran hasta ahora los malos de la película ya veremos como las gastan éstos cuando les toque el papel de gallos del gallinero, que por mucha reverencia, mucha sonrisa y mucha polla, me da que tienen más peligro que una piraña en el bidé.

Por lo demás me daré de baja en la iguala que pago a una cooperativa de psicólogos-terapeutas argentinos afincados en España, formada por 353.000 socios, fundamentalmente porque también soy humano.

Pablo Raúl Bonorino Ramírez dijo...

¿Cuanto pagó de impuestos en España REPSOL el año pasado? Es una pregunta genuina, no lo sé. ¿En cuánto reducirá su aporte al fisco español el año próximo la expropiación de las acciones de YPF? No lo sé. Si alguien lo sabe le ruego que me lo diga, porque es el único dato que me podría hacer pensar que estamos ante un problema real para los españoles como comunidad. Mientras tanto lo que veo es a un grupo de políticos defendiendo los intereses económicos de una corporación multinacional apelando al patriotismo más rancio para justificarse, cuando deberían estar resolviendo los graves problemas que tenemos en el país. Es penoso y preocupante en las actuales circunstancias.

No tan anónimo dijo...

Es difícil saberlo. Lo que sí te puedo decir, porque es público y notorio, es que el porcentaje de capital español en el accionariado de REPSOL no llega a una tercera parte. Lo de los impuestos, lo puedes preguntar aquí, pero no creo que te respondan:

Repsol International Capital Limited
PO Box 30592 SMB
64 Earth Close, Landmark Square, 3rd Floor
Grand Cayman KY1-1203
Cayman Island, BWI

Rogelio dijo...

No si al final aún va a tener que soltarle pasta el estado español a la Nancy Botox, además de pedirle disculpas por haber pagado Repsol 14.000 millones de dólares de los de hace 13 años, que hoy podrían equivaler a 40.000, cuyos agujeros están todavía por pagar y adiví, adiví, adivínalo ¿ a quien le va a tocar tapar los agujeros de las empresas españolas ?.

La distribución del accionariado, según Repsol es:
Sacyr 10,01
Caixabank 12,83
PEMEX 9,49
Resto Institucional España 9,90
Institucional Extranjero 42,00
Minoritarios España 10,80
Autocartera 5,00

Total Gasto por Impuesto sobre Sociedades ejercicio 2010, en millones de euros

España: 949
Argentina: 540
Resto paises: 253
Total IS 2010: 1.742

Reparto anual de dividendos: aproximadamente 1.100 millones de euros