Coge el dinero y corre, amiguete

Ay, qué pena me doy a veces a mí mismo. Mátate a echarle al blog imaginación y páginas, desgástate intentando escribir sesudos artículos sobre las entretelas de las normas jurídicas, afánate en estar al día sobre la marcha procelosa de las cosas del mundo, y todo para casi nada, no consigo que venga un maldito consejero autonómico de ningún lado a pedirme un estudio guapo y bien pagado sobre cualquier cosa. Será porque ya casi no me queda familia y no milito más que en pandillas de amigotes de malas costumbres y hábitos decadentes. Con lo que me gustaría ser moderno, cotizado y mantenido, ay, y fardar ante los conocidos de que me han contratado la Generalidad o el Gobierno de Murcia para ejercer de erudito, a tanto por veinte minutos, más la cama.
Como primera medida creo que voy a dejar de leer periódicos. Mismamente ayer el ABC (miren aquí la noticia, y no se preocupen, que no se lo cuento a nadie) me puso los dientes largos y casi se me remueve la ortodoncia. Ya sé que los periódicos de la derechona sólo hacen campañas infaustas contra el progreso y la liberación de los pueblos y las pueblas, pero, con todo, me queda un resquemor de crédulo sin remisión. Me consuelo pensando que otros diarios también confirman la noticia a que me refiero, aunque con menos morbo. Es la historia ejemplar de los esmerados informes encargados por la Generalidad de Cataluña, que ya sé que es algo de lo que no tiene culpa la generalidad de los catalanes, sólo faltaba. Encima, lo leo en Barcelona después de pagar doce euros por un pincho escuálido de tortilla y un par de cocacolas y se me pone horrible la urticaria. Que nadie se preocupe en exceso por un servidor, pues ese diario cavernícola lo ojeé en la intimidad de mi habitación, después de haber leído en una cafetería El Periódico de Cataluña, que cuenta en la portada y con grandes titulares que vaya cutre le rehabilitación que ha hecho el Gobierno de España de la figura señera de Lluis Companys, ejemplar republicano de cuando la República también se convirtió en una tómbola.
La Fiscalía anda husmeando en esos informes pagados por la Generalidad a expertos amigos, pues cuando la amistad se une al saber, el clímax ya es de órdago. Vean qué títulos tan preciosos tenían los excelentes informes y qué cantidades tan monas cobraron los sabios de guardia: “Elaboración de diez argumentos para el fomento de juguetes no sexistas” (11.948 euros). Jolín, por la cuarta parte este humilde mercenario que les habla se habría inventado cincuenta argumentos de ésos y hasta los habría presentado en un powerpoint de lujo. Pero sigamos. “Proyecto fabulario sobre brujas y brujos” (12.000 euros), “Colocación de libros en bibliotecas públicas de Gerona, Tarragona y Lérida” (24.000 euros), “Censo para el plan integral del circo” (11.600 euros), “Diseño de parchís y puzzle de la casita de cartón recortable” (11.368 euros), “Estudio sobre la ventilación natural de patios” (6896 euros). Y así un montón. Es fantástico comprobar una vez más cómo la realidad supera la ficción. Cuando intento inventarme chuminadas/pijadas para las entradas del blog no me vienen ocurrencias tan chuscas.
Voy a armarme de fantasía y valor y le voy a escribir al Gobierno catalán para proponerle unos estudios bien chulos que les hago por cuatro duros y un par de dosis de pan tumaca. Mejor, voy a presentar mis propuestas a todas las comunidades autónomas, ahora que cunde la preocupación por la crisis y se nos predica con el ejemplo. Plantearé un dictamen sobre “El Estado como banda de ladrones en San Agustín: perspectiva multicultural y psicosomática”. Y un estudio teórico-práctico sobre “Ergonomía de la deposición: cien argumentos para seguir cagando sentados”. También es posible que me anime con un análisis del “Censo de angelitos negros en las cortes celestiales y terrenales”, y otro más sobre “El corro de la patata autóctona” o sobre “Estructuración no sexista de los portales de Belén”. ¿Saldré así de pobre de una maldita vez?