24 septiembre, 2007

Cálida calidad

Inauguración oficial de curso de las universidades de Castilla y León, en León, con presencia y discurso del señor Presidente. El Presidente de la Comunidad quiero decir. Me refiero a la Comunidad Autónoma. ¿Qué otra va a ser? Estaba también el Consejero del ramo, pero no pió. Mejor.
Embotado me dejaron tantos discursos. Primero el Rector de por aquí, que ni siquiera tuvo el detalle de dirigirse a los aborígenes en lliunés y parló en castellano de Valencia de Don Juan, su tierra. Para que luego digan que de los pueblos no sale gente notable. El buen hombre va y nos cuenta que le toca despedirse, pues acaba su segundo mandato. Esta dichosa ley no lo deja volver a presentarse. Mecachis. Y el personal que se queda en el sitio callado y como si tal cosa, con lo fácil que hubiera sido arrancarse con un aplauso. Luego que cada cual lo interpretara como le conviniera. Estos leoneses siempre tan secos. Tengo para mí que son nación, qué te parece; o, al menos, cuarto y mitad de nación.
En la entrada del edificio estaban seis o siete leonesistas (es decir, leoneses, pero a tope y con barba y camiseta) con una pancarta que decía “Facultad de Medicina y Hospital Universitario ya”. Deberían haber añadido “sede olímpica y la lucha leonesa deporte olímpico”. Y representación de la nación leonesa en el festival de Eurovisión. Pero van con tiento. Todo se andará. Durante los discursos se oían por las ventanas sus gritos y consignas. Para entonces debían de ser lo menos diez. Luego un ujier cerró las ventanas y se acabó la diversión. No hubo más remedio que atender a los oradores, vaya por Dios.
Y ahí comenzó mi desconsuelo. La Memoria anual de la Universidad, los anales, como quien dice, leída por el Secretario General, que es un honesto profesor de educación física (perdón, Ciencias del Deporte) ya nos dejó tocados a todos. Rediez, hay que ver cuántas titulaciones y cosas tenemos. Y órganos, organismos, organillos, institutos, departamentos, sedes, edificios construidos o en construcción, másteres, convenios, cargos encargados de relacionarse con las empresas, empresas encargadas de relacionarse con los cargos, fundaciones, fundiciones, fondos, esternocleidomastoideos, de todo. La bomba, y parecíamos poca cosa vestidos. Eso sí, al oír cuantísimos somos caí en la cuenta de que tocamos a un PAS (personal de Administración y servicios, cuidadín) por cada dos profesores y medio. El trozo de PAS que me debería tocar a mí supongo que se lo habrá quedado algún director de área o algún linier. Lo que debe de currar esa gente, mamma mía.
Luego el Rector dijo que todo muy bien y que menudo nivel, pero que la Junta tiene que meter más pasta si quiere que esto sea como tiene que ser. No dijo cómo tiene que ser, pero vale más no darle muchas vueltas, que se desvela uno a lo tonto. Y en esto llegó el Presi. Entró con un par de chicuelitas que le quedaron monas, pero, ay, cuando cogió los papeles aquello fue como el país de irás y no volverás. Me perdí pronto, pues era todo muy macro y así. Creo que nos van a poner hasta un piso con jacuzzi y sirvienta dominicana, pero de las pastillas para la tos y la materia gris del personal no dijo nada. Resistí lo que pude, mas confieso que a los cinco minutos me abandoné a mis ensoñaciones erótico-festivas. Pero había algunas dichosas palabras que cada poco me hacían volver a la realidad y darme de bruces con nuestro cruel destino: calidad, competitividad, productividad, otra vez calidad, y calidad, y control de calidad y calidad sin control, y calidad descontrolada que hay que controlar, y control de calidad de los controladores de calidad. Buf, nos vamos a morir de una sobredosis de calidad cualquier día de éstos.
Y se queda uno pensando que vaya bien y todo eso y que divinos de la muerte y que tiemblen Oxford y Cambridge, que allá vamos, montados en la alfombra mágica de la calidad. Pero luego se te vienen a la cabeza ideas bobas. Por ejemplo: qué calidad ni que formas en vinagre, si resulta que los rectores no han parado hasta estar bien seguros de que no se va a controlar la calidad de los profesores titulares y los catedráticos. Qué calidad ni que gaitas, si resulta que se han llenado las plantillas profesorales de sobrinos y feladores y ahora no queda sitio ni para el joven investigador más brillante y prometedor, salvo que acredite ser bueno en trabajos manuales y bucofaciales. Qué calidad ni que niño muerto, si resulta que, según la última reglamentación de los grupos de excelencia investigadora de esta Junta juntera, no se admiten grupos de investigación fetén que tengan más de un diez por ciento de investigadores de fuera de la Comunidad comunitaria, ¡Ausländer raus! Vamos, que os juntáis tu primo y tú, cátedros ambos, con tres premios Nobel y resulta que nones, que el grupo no da la talla por falta de cazurrez y porque los putos extranjeros seguro que vienen a comernos la cecina y a tirarse a nuestras ovejas. No, el grupo de excelencia excelente es el formado por uno de Tordesillas, dos de Zamora y una prima segunda de Viloria de la Jurisdicción, término municipal de Onzonilla, provincia de León, País Leonés. Manda oeufs.
Colegas, compañeros, amigos, llegado está el tiempo de pasar a la acción directa. A las barricadas. Que cada uno cape a un/a controlador/a de calidad/dod y le dé un par de patados/as en el culo/a al primero/a que diga que hay que fomentar las relación con las/os empresas/os. I+D+i+cm (corte de mangas/mangos). Ah, y no nos olvidemos de la vieja consigna: escupe a un/a pedagogo/a.
Gaudeamus.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Quién le manda ir a esas cosas, hombre de dios, con su experiencia. A esas cosas no se puede ir, salvo que tenga algún cargo, carguín o carguete, y poner cara de orgasmo fingido forme parte del precio. Si no es así, los sanos de mente y hombres de buena voluntad, deben abstenerse.
Y darle una colleja al pedagogo y otra al que diga calidad. Me apunto.

Anónimo dijo...

En efecto:

Hidrata tu hábitat
Escupe a un pedagogo

Lopera in the nest dijo...

Pero que Rector más torpe tenéis!. Si es muy sencillo, que haga una modificación de los Estatutos de la Universidad, para adaptarlos a la reforma de la LOU (que siempre hay una a mano), ponga el "contador a cero", y así se puede presentar n veces (n->oo). El Rector de la Hispalense lleva ya doce años en el cargo, y ya ha hecho la reforma estatutaria correspondiente a la última reforma de la LOU.

Anónimo dijo...

@ anónimo: resulta penoso (aunque en León tengan penas) que los profesores no asistan a los actos académicos...

@antetodo: también me apunto a apuntar contra evaluadores y pedagogos;

@lopera in the nest: ¡por favor, no recuerde ideas! Los universitarios leoneses querrán quitarse sus penas;

@blogger: si me permite una pedantería, una matización taurina: las chicuelinas son pases propios de quite; en los saludos iniciales, lo más ajustado serían unas verónicas.

Anónimo dijo...

@juanita: no es penoso que los profesores no asistan a los actos académicos. Es penoso que no asistan a consejos de departamento, juntas de facultad, y comisiones varias, porque eso forma parte de su deber como profesores y les pagan (también) por eso. Pero la inauguración del curso es un acto lúdico pomposo de celebración, no es un acto académico propiamente dicho, así que no va en la nómina del profesor, ni debería contar para los sexenios. Por no hacer esas distinciones, dentro de poco puntuará lo mismo un artículo de setenta páginas que un certificado de un curso de cata de vinos organizado por extensión universitaria. Si todo es académico...

Juan Antonio García Amado dijo...

Ya sabía yo, estimada Juanita, que la iba a pifiar con el símil taurino. Cuánto le queda a uno que aprender.
En cuanto a lo de asistir o no a los actos académicos, Juanita y anónimo, suelo nadar en un mar de dudas. Es verdad que peor es pirarse consejos de departamento y juntas de Facultad. Pero también es cierto, creo, que esos actos protocolarios le dan empaque y valor simbólico a esta cosa tan vieja que llamanos universidad. Aunque luego ve uno allí lo que ve, oye lo que oye y sabe lo que sabe, y ganas dan de no volver.
Es muy cierto que la cata de vinos pronto computará como un esforzado artículo académico, pero tendrán que ser vinos autóctonos y habrá que catar en primer tiempo de saludo.
Abrazos para todos.

Anónimo dijo...

¿Para gué elegggir si puedes tenerlo todo? Gyo siembre he valodddado más la gada de vidos durande la redaggción de los ardículos.

Anónimo dijo...

Me acaba de mandar un emilio la Agencia Madrileña de Gasta Tiempo Y Dinero De Los Contribuyentes En Que Los Profesores Hagan Y Rehagan Curricula Y Papeleos (AMGTYDDLCEQLPHYRCYP). Ná, lo típico: para preguntarme mi opinión sobre los cursos de calidad y formación para la docencia para profesores.

La cosa no era fácil, porque todo era tabulado (opciones A, B, C y D), y en las respuestas "muy buena - buena - mala - muy mala" no encontraba nada que me permitiese plasmar mi opinión en toda su riqueza de matices.

Ah.

Pero a veces había una 5ª opción: "Otras". Si pinchabas, te abría un campito para que escribieses la "otra" en cuestión.

Ahí les he hablado de los Institutos de Ciencias de la Educación (sobre todo el de la Universidad de Valencia) y sus infames chiringuitos en las universidades españolas. De los cursos de portafolios (NO ES COÑA). De los cursos de Tutoría (aquél fue buenísimo. A los 20 minutos me salí a ver el número del aula, a ver si me había equivocado: TAMPOCO ES COÑA).

Si no fuese por estos momentos...