05 febrero, 2009

Coherencia económica

Perdón por la insistencia, la machacona insistencia. Economía autodidacta, podría titularse toda esta serie de comeduras de tarro sobre la crisis y sus mariachis. Hoy vamos a intentar aclararnos sobre otro de sus más insondables misterios.
Según todas las crónicas, en estos momentos hay miles y miles de empresarios, pequeños y medianos, que están arruinados, tienen que hacer expedientes de crisis y despedir a sus trabajadores por una sencilla razón: las administraciones públicas no les pagan. Debe de haber en este momento algo peor que ser ministra florero de presidente guay o bujarrón de playa para turistas suecos viciosos y panzudos: ser proveedor de la Administración. Cuando la Administración no paga, no paga, y listo. Ni concurso de acreedores ni gaitas: no paga. Tampoco hay suspensión de gastos superfluos, ni eso. A usted, empresario de papelería, le pueden deber seiscientos mil euros en folios, lápices, bolis, papel y tóner de los últimos cinco años (el personal administrativo gasta muchísimo de todo eso, pues son bastantes los funcionarios y altos cargos que tienen hijos en edad escolar), pueden saber que su empresa se va a pique si no se le cancela mañana esa deuda y, sin embargo, con toda seguridad no le pagarán, ni mañana ni el año que viene, aunque no por eso dejarán de irse pasado mañana de cuchipanda para celebrar el patrono del pueblo la entrada del carnaval, con cargo a las arcas ruinosas, por ejemplo. Simplemente, otro que no cobrará en su puta vida será el del restaurante. Y va de bola, que se decía antes, suma y sigue a lo tuyo.
Recapitulemos: las administraciones son morosas principalísimas de los empresarios y por causa de sus impagos quiebran empresas y aumenta, consiguientemente el paro. ¿Y qué hace el Gobierno? ¿Legislar y/o inventar algún sistema para que ayuntamientos, diputaciones, consejerías, ministerios, etc., etc., salden sí o sí sus deudas con los particulares que les hacen las obras y los suministros? Podría ser, por ejemplo, un sistema coercitivo unido a que el Estado proporcionara créditos muy ventajosos, o hasta subvenciones según y como, para esos fines. Pero no, lo que hace el Estado es lo siguiente: da dinero a los bancos para que éstos sigan prestando a aquellos empresarios, buscando así un equilibro que sin duda habrá de contentar cualquier enfermiza pasión por las estúpidas simetrías: a mí me debe la Administración, pero yo debo al banco. Fíjate qué chulo todo. El banco a su vez debe al Estado, o hace como que tal, y de ese modo se completa perfectísimamente el círculo vicioso. Vicioso de narices. Como el empresario no cobra, acaba dejando de pagarle él al banco y ya tiene éste disculpa para explicar que, con tanta morosidad, no puede seguir haciendo préstamos ni aunque el Estado le suministre el parné.
Ya todo sería perfecto, en su incoherencia, si se emplean hábilmente esos dineros que el Gobierno de la Nación (¡uy!, perdón, lo de la Nación se me escapó) ha puesto a disposición de los ayuntamientos para que se hagan unas obras y se reduzca el paro mogollón, según volvió a explicarnos en la tele el otro día nuestro Kehínes (no es errara, sino traducción) de la Meseta. Palabrita de abuelo mártir que en marzo se frena la caída del empleo, nos dijo estirando la comisura de la boca hasta las mismísimas cejas (cada día se parece más a Jim Carrey, ése es otro prodigio de nuestros tiempos). En abril ya me sé yo cuál va a ser el cuento: trescientos mil parados más en marzo y Zapa que manda a un mandado a explicarnos que, uf, menos mal, que si no llega a ser porque el Gobierno anduvo al quite con esas medidas habrían sido quinientos mil. Oiga, y el pueblo contento y a dieta, que no hay mal que por bien no venga. Pues digo que sería perfecto si los ayuntamientos contratan esas obras con unos empresarios la mar de dispuestos y luego...., tachán, no se les paga. ¿Apostamos algo?
No sé por qué últimamente me da por la Economía y por la Teología y por andar repitiéndome a todas horas a mí mismo las dos palabritas mágicas de nuestro Gran Tontaina: Esfuerzo y Confianza, Esfuerzo y Confianza, Esfuerzo y Confianza. Suenan tan monas...

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Preguntas de ignorante económico:

- ¿Y lo de dar dinero de los contribuyentes a bancos para que los presten obteniendo lucro de ello... en vez de otorgar el crédito a través de la propia Administración? Por cierto: bancos que hoy obtienen beneficios apabullantes; con administradores y directivos que cobran retribuciones inmoralmente elevadas...

- ¿Es que ahora ya no hay "libre mercado"? ¿Es que ahora ya no hay reparo en chupar de la teta estatal, en cifras miles y miles de veces por encima de cualquier otra actividad subvencionada?

- ¿Beneficios privados pero pérdidas socializadas?

- ¿Por qué diablos no se impone la "solución sueca", que a Suecia le vino de pelotas? (o sea: si pongo dinero, ADQUIERO ACCIONES). El Estado se hizo con una participación importante en bancos, y cuando las aguas volvieron a su cauce vendió, obteniendo un importante beneficio para las arcas públicas...

... pero claro, eso no les gusta a los bancos.

Antón Lagunilla dijo...

Respuestas de otro ignorante económico.

- ¿ZP, Sebastíán, Pepiño y cía. otorgando créditos a través de la Administración? ¿Fianciando con dinero público los chiringitos y negocios propios y los de los amiguetes, hundiendo los de los enemigos, e invirtiendo los cuartos de los contribuyentes con esa pasmosa visión de negocio y oportunidad económica tantas veces demostrada? ¿Cincuenta mil "Climo Cubiertas"? ¿No tienen bastante con las Cajas de Ahorro?.

- No existe libre mercado sin una regulación legal que imponga la transparencia más absoluta, y haga pagar caro el tráfico de influencias, los monopolios, los privilegios económicos, la evasión fiscal, los pelotazos y, en fin, todo aquello que distorsiona el libre mercado. En cuanto a seguir chupando de la teta estatal, ni reparo ni nada por el estilo. ¿De qué iban a vivir, si no? Mientras a los ciudadanos (pero, ¿hay ciudadanos?) les importe una higa lo que los políticos hagan con sus dineros, la cosa no tendrá remedio.

- La socialización de las pérdidas y es la razón de ser de las nacionalizaciones, perpetua obsesión de la izquierda progre.

- La solución sueca (que, a medio plazo, no solucionó gran cosa) no consistió en adquirir participaciones de los bancos, sin más, para venderlas luego obteniendo beneficios, sino para que, garantizando así el Estado los depósitos, y supervisando la gestión de las entidades financieras, junto con una política presupuestaria austera y trasparente, pudiera sostenerse e incrementarse la confianza en el sistema. Pero todo ello, me temo, resulta impensable con una clase política como la española, sectaria, incompetente, y que ignora en qué consisten los intereses generales.

Saludos.

Anónimo dijo...

Efectivamente, si un empresario lo hace, le viene o le va mal; se queda sin negocio y debe cerrar.
En el caso de la banca no es así, ni mucho menos. Papáestado inyecta dinero (de todos nosotros, que parece que se les olvida) para "dar créditos a las pymes" y éstos se lo quedan porque es una postura irresponsable dar dinero en estos momentos. ¿Estamos tontos o qué?
Al final, la banca seguirá cometiendo los mismos excesos y errores porque no asume responsabilidades al respecto, para eso está papuchi.
Jopé, ¿tan malo es nacionalizar a estos jetas?

Un cordial saludo.

Antón Lagunilla dijo...

Estimada Carmen:
Papá Estado no da dinero a la banca para que ésta de crédito a las pymes. Esto se dice, pero es solo propaganda. El dinero se da, fundamentalmente, para que los bancos puedan afrontar sus deudas a corto plazo (deudas, normalmente, con otros bancos), pues caso contrario podrían quebrar y, por tanto, deberían ser intervenidos por el Estado, lo que significaria no solo asumir sus pérdidas con el dinero del contribuyente, sino también correr el riesgo de que se colapse todo el sistema.

En cuanto a nacionalizar la banca, ¿que significa? ¿Asumir sus deudas? ¿Gestionarla con otros criterios? ¿Con qué criterios? ¿Con los del partido gobernante, sea ésta quien sea? Ahí está el ejemplo de las Cajas de Ahorro, la actual banca pública (que, por cierto, también está en apuros, y también ha restringido el crédito a las pymes). Por otra parte, la nacionalización de la banca resultaría incompatible con una economía de libre mercado. ¿Nacionalizamos también las empresas? ¿Cuáles y por qué?
En mi opinión, lo que habría que hacer es aumentar los controles para que el mercado financiero sea transparente, de forma que nadie pueda dar gato por liebre impunemente (lo que implicaría, por ejemplo, que ninguna entidad bancaria pudiera colocar activos financieros dudosos sin atenerse a las consecuencias). Y privatizar las Cajas de Ahorro, que están financiando irregularmente los partidos políticos (via condonación subterránea de sus deudas), y el despilfarro de Ayuntamientos, Diputaciones y Comunidades Autónomas, que gastan a manos llenas con criterios partidistas, y no en función del interés general.
Saludos.

Anónimo dijo...

Antón, ¿me estás diciendo que nuestros carísimos (no es un italianismo¡eh!) políticos mienten?
Veamos, el gobierno dice a los bancos: toma esta pasta para que te vayas arreglando y tranquilo que otra cosa no, pero paciencia tenemos toda la del mundo y más.
El gobierno dice a los ciudadanos: tranquilos, hemos soltado un pastón a los bancos para que les den créditos y además se les ha hecho saber que nuestra paciencia tiene un límite y están a puntito de rebasarlo.
Jopé, ¡qué decepción!
Respecto a los controles, transparencia, y demás reguladores, creo que tenemos todos los necesarios, sólo falta gente honesta que los haga cumplir. La corrupción ha sido tan generalizada que imperaba el .....tonto el que no ponga el cazo y chitón.
Cuando todo el mundo chupaba del frasco carrasco no salía ni un escándalo financiero o en el mejor de los casos alguno aislado, ya verás todos los que van a ver la luz a partir de ahora.
¡Huy! Pensaba que en Suecia ahora les estaba dando por privatizar ¡qué lío,oigan!

Un cordial saludo.

Anónimo dijo...

HOYGA, don Lagunilla, qué rigor analítico.

- No, que Zetapetas no dé créditos. Que dé el dinero a los bancos para que repartan beneficios y no den créditos. Usté sí que sabe.

- ¿Es George W. Bush un progre porque inyectó dinero a los bancos, socializando así las pérdidas? ¿Es J.M. Aznar un izquierdoso progre por pagar a las eléctricas miles de millones de pesetas por los "Costes de Transición a la Competencia"? ¿Es Petazetas un liberal por eliminarlos?

¿No está usté un poquito obsesionado con loqués la cosita partidista?

Antón Lagunilla dijo...

Perdón, apreciado ATMC, pero mi no comprenderle bien hoy, debo estar algo espeso.

1. El money a los bancos no es para que repartan beneficios (que los reparten, oiga, y bien jugosos, algunos de ellos, como usted señala), sino para que puedan hacer frente a sus endeudamientos con otras entidades financieras. Porque resulta que para financiar el ladrillo patrio, se endeudaron en el exterior hasta las cejas (¿por qué? porque pensaban que era el gran negocio, faltaba más).

2. Las etiquetas -progre, izquierdoso, liberal- solo enmascaran la realidad. El "progre" de Obama va a dar a los bancos USA más dinero aún que Bhus, y claro que se nacionalizarán las pérdidas, no queda otra, si se quiere evitar la quiebra del sistema financiero y un corralito a la americana. La cuestión no es si se socializan las pérdidas, sino a cambio de qué, y en qué condiciones. Y sobre esto nadie dice nada con claridad, salvo palabras vacías.

3. Aznar debe tener de izquierdoso progre lo que usted o yo de monja clarisa, si me permite. Pero lo cierto es que lo de las eléctricas, al lado de las ayudas financieras al sistema bancario, va a quedar en el chocolate del loro. Al tiempo.

4. ¿ZP liberal? No lo había pensado, lo juro. A mi siempre me ha parecido un oportunista sin ideología. Y eso sin hablar de qué cosa entendemos por liberal (tengo alergia a las etiquetas, qué le vamos a hacer).

5. De obsesión, ná de ná, se lo aseguro. Y menos aún partidista, solo faltaba. ¿De donde ha sacado semejante idea?.
Saludos cordiales.

Anónimo dijo...

"El money a los bancos no es para que repartan beneficios (...), sino para que puedan hacer frente a sus endeudamientos con otras entidades financieras. Porque resulta que para financiar el ladrillo patrio, se endeudaron en el exterior hasta las cejas".

Hoyga, Don Lagunilla, cada vez me deja más helado.

- Quien crea que el problema de los bancos es el "ladrillo patrio" no ha sacado la cabeza fuera de la aldea. ¡Se cae el sistema bancario mundial, pero la causa es la urbanización de Sevilla La Nueva!

- ¿QUE EL DINERO SE LES DA A LOS BANCOS PARA QUE HAGAN FRENTE A SUS DEUDAS? ¿Estamos todos locos? ¿A qué más empresas hay que pagarles las deudas en las que han incurrido para obtener su lucro empresarial? El lucro es el correlato económico del riesgo. Si el riesgo se concreta en daño, se siente. ¿Qué liberalismo es éste? ¿Ha oído alguien hablar del famoso riesgo moral?

- Si los bancos siguen repartiendo beneficios, ¿para qué necesitan ayudas? Se supone que el auxilio estatal es SUB-SI-DIA-RIO: la ayuda le podrá llegar sólo cuando usted mismo no puede ayudarse. Pero si tiene usted dinero para repartir beneficios... ¿con qué jeta puede pedir ayudas? Y ¿quién es el inmoral que se las concede?

- Pero es que aunque la absurda hipótesis del "endeudarse por el ladrillo patrio" explicase la causa de la crisis bancaria (¡mundial!): ¿y qué? Si a usted le da por financiar negocios absurdos, negocios piramidales estúpidos en los que todos los necios de España decidieron perseguir el último dólar, ¿a mí qué me cuenta? Usted, como entidad de crédito, gestiona riesgos de impago (si no, el dinero no costaría dinero). Si a usted le da por exigir garantías mínimas, por dar hipotecas al 120% del valor asegurado, por tener tasadoras "amigas" (Tasamadrid y Cajamadrid, por ejemplo) para que el banco de al lado no le quite el cliente... amigo, que le jodan. Y si el negocio debe subsistir con dinero público por necesidades del sistema económico, entonces: a) el dinero público lo gestiona el Estado; b) el dinero público no se destina a la obtención de lucro.

- Hoyga: y la obsesión por la cosita partidista, no me la negará, hombre. Sus argumentos contra la gestión pública del crédito es que lo daría ZP o Pepiño (por cierto: ¡qué genial eso de que el Estado no puede dar crédito a las empresas pero sí a los bancos! ¡Es maravilloso!). Y su argumento respecto de la socialización de las pérdidas es que es "progre"... ¡pero sólo se opone usted a la etiqueta! ¿Cómo llama usted a enjugar las posibles pérdidas de un negocio privado con dinero público, es decir, a trasladar el coste de la deuda a las arcas públicas? ¿Por qué no le vale "socializar la pérdida"? ¿Porque es "progre"?