26 septiembre, 2010

Entrevista con Mas y con menos

Ayer leí la entrevista con Mas que ayer venía en El País. Normal. Se me quedó esa cara que se le pone a uno al entrar en un ascensor en el que un pasajero anterior acaba de hacer algo indebido. Fumar, por ejemplo, no sea usted mal pensado. Te dices que qué peste y que por qué no pondrán en los elevadores un fumigador de gente así. Ustedes ya me entienden. Por el hedor. Aunque tengan sus derechos humanos y todo, pero que se abstengan de tomarse libertades en ese aparato tan reducido que nos transporta a todos.

Luego me dio por pensar qué habría dicho yo si la entrevista hubiera sido al tiempo con los dos, con Mas y conmigo, aunque yo sea menos. Uno tiene también sus ideas y su corazoncito y por qué no vamos a cotejar las opiniones o por qué creer que cuando se habla del país unos son más que otros. Así que me lo monté en la cabeza y miren cómo me quedó. Copio la pregunta y la respuesta de don Arturo tal como vienen en el periódico y luego me doy la palabra a mí, que para eso es mío este blog. Sorprendente, ya verán.

P. Todo el mundo está hablando estos días de un problema de desafección enorme entre Cataluña y España. ¿Qué podría hacer usted si gobernase para reparar ese mal si tiene arreglo?

MAS. El mal de la relación entre Cataluña y España es un mal centenario o multicentenario, no nos lo hemos inventado ahora. Segundo, uno de los peores momentos de la relación entre Cataluña y España de los últimos 30 años lo estamos viviendo con el tripartito en Cataluña. Y tercero, yo creo que el problema que tenemos ahora es que se está produciendo una ruptura emocional entre Cataluña y España, una distancia emocional grande. Y esto seguramente es porque los catalanes tenemos mayoritariamente la sensación de que en España no se nos quiere ni se nos acepta como somos. Y claro, cuanto tú has hecho una apuesta para una casa común y no te quieren como eres, pues te planteas el futuro.

YO. El mal de la relación entre España y Cataluña es un mal centenario o multicentenario, no nos lo hemos inventado ahora. Segundo, uno de los peores momentos de la relación entre Cataluña y España de los últimos 30 años lo estamos viviendo con el tripartito en Cataluña. Y tercero, yo creo que el problema que tenemos ahora es que se está produciendo una ruptura emocional entre España y Cataluña, una distancia emocional grande. Y esto seguramente es porque los españoles tenemos mayoritariamente la sensación de que en Cataluña no se nos quiere ni se nos acepta como somos. Y claro, cuanto tú has hecho una apuesta para una casa común y no te quieren como eres, pues te planteas el futuro.

P. ¿Si usted gobernase cómo mejoraría esa situación?

MAS. Lo primero que se debe hacer es gobernar bien en Cataluña y eso no se ha hecho. Es decir, un buen Gobierno que en vez de generar tensión y crispación artificialmente actúe con serenidad y con un sentido constructivo. Segunda cosa a hacer: hablar claro en Madrid y en el resto de España en el sentido de que no hay que hacer un discurso en Madrid y otro en Cataluña. Tercero, no se puede intentar recomponer un pacto constitucional que está deteriorado y llegando a su fin. Se puede dar por acabada una etapa de 30 años que ha tenido frutos positivos, no hay que negarlo, para España y Cataluña y hacer una transición hacia un camino nuevo. Y esa transición en Cataluña nos tiene que llevar a decir que si no podemos conseguir cambiar a España hacia un Estado plurinacional, tenemos que seguir nuestro camino. Y eso quiere decir el derecho a decidir de los catalanes. ¿Qué condición le ponemos a eso? Una, ese futuro los catalanes lo tienen que decidir por amplia mayoría.

YO. Lo primero que se debe hacer es gobernar bien en España y eso no se ha hecho. Es decir, un buen Gobierno que en vez de generar tensión y crispación artificialmente actúe con serenidad y con un sentido constructivo. Segunda cosa a hacer: hablar claro en Barcelona y en el resto de Cataluña en el sentido de que no hay que hacer un discurso en Barcelona y otro en España. Tercero, no se puede intentar recomponer un pacto constitucional que está deteriorado y llegando a su fin. Se puede dar por acabada una etapa de 30 años que ha tenido frutos positivos, no hay que negarlo, para España y Cataluña y hacer una transición hacia un camino nuevo. Y esa transición en España nos tiene que llevar a decir que si no podemos conseguir cambiar a Cataluña para que acepte un Estado normal, tenemos que seguir nuestro camino. Y eso quiere decir el derecho a decidir de los españoles. ¿Qué condición le ponemos a eso? Una, ese futuro los españoles lo tienen que decidir por amplia mayoría.

P. ¿Qué porcentaje le situaría usted a eso?

MAS. El futuro de Cataluña para ir bien, para que sea un futuro claro, tendría que ir a mayorías superiores al 60%.

YO. El futuro de España para ir bien, para que sea un futuro claro, tendría que ir a mayorías superiores al 60%. Y en el territorio del actual Estado español donde no se alcance esa mayoría para seguir juntos, aire, que se vayan. A mí qué. Pero nada de andar luego haciendo manitas en los parques, citándose en el motel o asociándose en organizaciones supraestatales.

P. Montilla le pidió a Zapatero que no le diera comba a CiU como cuando negoció el Estatuto y usted se sintió engañado por Zapatero. ¿Se fía de Rajoy, se fía de España?

MAS. No, yo no me fío. Yo por experiencia he aprendido una cosa. No me fío de Zapatero por razones obvias. Tampoco me fío de Rajoy por razones obvias. No me puedo fiar de aquellos que organizaron la campaña contra el Estatuto, no me puedo fiar de los que discuten cada día nuestra lengua y la inversión lingüística en la escuela catalana. No me puedo fiar de los que dijeron que si Gas Natural se quedaba con Endesa se lo quedaba una empresa que estaba fuera del territorio nacional. No hay más separador ni separatista que eso, dicho por Esperanza Aguirre. De España y de los poderes del Estado tampoco me fío, por razones obvias de estos últimos 30 años. Y sé una cosa, cuando te engañan una vez es culpa del que te ha engañado y cuando te engañan dos veces es tuya.

YO. Ah, ¿pero entonces Gas Natural es una empresa con sede en el territorio nacional español? Coño, haber empezado por ahí, porque entonces no sé de que güevos estamos debatiendo. Por lo demás, de Cataluña y de los poderes del Estado en Cataluña yo tampoco me fío, por razones obvias de estos últimos 30 años. Aunque, ahora que lo pienso, ¿los poderes de Cataluña son poderes del Estado o son poderes sin Estado? Qué lío. Pero si los poderes de Cataluña no son poderes del Estado español pero resulta que Gas Natural es una empresa nacional española, ya sé lo que les pasa a los Mas: que quieren ser Estado-nación español. Pero cuidadín, eso tenemos que discutirlo y yo pido que se vote y que se apruebe con un 60% en Cataluña y en Ruedes. Si no, aire, ya te digo.


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Bah, lo dejo aquí. Ya me aburrí de jugar con lloricas. Me dan por el saco los niñatos, lleven barretina o se envuelvan en la bandera rojigualda. Y sigue apestando todo. Creo que no era el ascensor, hay más.


4 comentarios:

Anónimo dijo...

Me encanta esa foto tuya con la niña( pon más).Esa niña es el sueño de cualquier padre/madre. Eres muy afortunado, pero supongo que eso ya lo sabes. besitos.

AnteTodoBuaaaa dijo...

- "Me aburrí de jugar con lloricas".

Vale, vale.

- "[L]os españoles tenemos mayoritariamente la sensación de que en Cataluña no se nos quiere ni se nos acepta como somos".

o_O

AnteTodoPsicoDrama dijo...

"[L]os españoles tenemos mayoritariamente la sensación de que en Cataluña no se nos quiere ni se nos acepta como somos".

De verdad, que la frase tiene más miga que un paquete de pan Bimbo. Amén de que pega genial en la conversación con un nacionalista eso de llevar la representación de todos los compatriotas.

Don GA, ha convertido usted la triste y despechada entrevista al triste y despechado Mas en un desgarrador trío sobre el desamor. Qué psicodrama, carajo, que ya lo quisiera el Bergman: qué catarsis y qué cosa. Lagrimones como garbanzos, hoyga.

Juan Antonio García Amado dijo...

Querido ATMC, vea las líneas séptima y octava de la primera respuesta del señor Mas. Yo sólo jugaga a mostrar que el discurso nacionalista es reversible: ocre por fuera y pardo por dentro. Tan grimoso en ese punto (en ese, ojo) un Mas como un Solís Ruiz de aquellos.
Lo demás, que si españoles, que si catalanes, que si asturianos o cántabros: pues como si con dos piedras se la/lo... Ya me entiende.
Saludos