28 julio, 2005

Un poco de cuento (breve). III.

Destinos.
Úrculo Combarro.

Lo llamaban Paco Tendales porque ahí, en los tendales, hostigaba a las criadas que colgaban las coladas del día. Se movía entre las sábanas con la destreza de la mismísima brisa y su primera palabra siempre provocaba en las muchachas un grito que inevitablemente terminaba en risas.
Lleva cinco años de encargado de la lavandería y siguen llamándolo igual, bromas de la vida, aunque él ya apenas habla y ni se molestó nunca en alegar su inocencia, pues cuando la vio allí, colgando entre las sábanas y meciéndose con ellas, creyó por un momento, un momento eterno, que era su madre.

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