30 septiembre, 2010

El pirata del Inteco

(Este texto de abajo aparece hoy en mi columnilla de los jueves en El Mundo de León. La noticia que da pie pueden consultarla aquí. Ya ven que vuelvo a presumir de hijo. Cualquier disculpa vale y no tengo enmienda. Pero lo simpático del caso y que añade algo de picante a mi articulillo es lo siguiente. Mi hijo no sabía absolutamente nada de esta columna y hoy mismo me envía un mensaje en el que me remite a este enlace y me cuenta que se identifica mucho con la chica que escribe esa carta y que, como él, ha ido a parar a la Costa Oesta de EEUU. No tiene desperdicio el testimonio y yo mismo conozco muchos casos así, por mi experiencia en la universidad española y por lo que mi hijo me cuenta de la vida de muchos de sus amigos más brillantes. Insisto en lo mismo y lo de siempre: a esos chavales les llueven ofertas de medio mundo y de los países más desarrollados, pero de España ni una, y a la universidad española que no se asomen, que está ocupada por un grupo de macacos. ¿Qué estamos haciendo? ¿En qué país vivimos? ¿Qué cretinos nos han gobernado y nos gobiernan? Ah, pero lo importante y lo que sale en los medios y las conversaciones es Belén Esteban. Ojalá nos parta un rayo de una maldita vez).

Me enterneció un poquito la noticia que este periódico daba el lunes, sobre el propósito del Inteco de contratar un hacker o pirata informático que use sus habilidades para detectar fallos de los sistemas de seguridad y ayudar a hacerlos menos vulnerables. Tengo un hijo ingeniero informático que ahora, con sus veintisiete abriles, trabaja en un laboratorio de Berkeley, en California, y que durante cinco años estuvo en la plantilla del CERN, en Ginebra, elaborando programas de ordenador para los experimentos de los físicos. Es una fiera de la programación y demás habilidades de los de su gremio, pero lo que quiero contar aquí son sus comienzos de hacker. Cuando el chaval tenía catorce años, El Mundo publicó un reportaje sobre los piratas más considerados y famosos en nuestro país entonces, y ahí salió mi retoño con su alias y todo. No hace falta que les confiese que no me alcanzaba la camisa al cuello y que ya lo imaginaba a él en el reformatorio y a mí pagando indemnizaciones a tutiplén. No llegó la sangre al río y su destreza le sirvió para trabajar con buen sueldo desde antes de acabar la carrera. Hoy sé, por él, que en esos campos los grandes, hackers y no hackers, viven como en otro mundo, muy lejos, tanto en aspiraciones como en ofertas de trabajo. Se los disputan las mayores empresas y los grandes centros de investigación y cambian de país y de continente con pasmosa facilidad, siempre buscando nuevos retos, desafíos más tentadores.

Cuento todo esto, además de para fardar, porque me imagino lo que esos “figuras” pensarán de la oferta del Inteco: que es para “mataos”, para aficionadillos. Es como si la Cultural dice que va a poner a prueba a los jugadores de la Premier que quieran presentarse, o como si la mejor autoescuela del país le ofrece puesto de monitor a Fernando Alonso. Hombre, pues no sé; a ver si hay suerte. Dicho sea con todo el respeto y la mayor simpatía para la Cultural y para el Inteco. Un pirata como es debido que de día trabajara para aumentar la seguridad de los sistemas, por la noche se dedicaría a discurrir nuevos trucos para saltársela. Sería como poner a Don Juan Tenorio de asesor de la Aido para lo del género y tal. Ustedes ya me entienden.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Nótese que para que hoy en día a uno le consideren "hacker" (que en realidad viene a significar: "uno que controla del tema y sabe cómo están hechas las cosas" y poco tiene que ver con la seguridad) no hace falta ser ninguna eminencia.

No es por quitar mérito a nadie, sino más bien por denunciar la falta de nivel que hay en nuestros sistemas de información en general, fabricados y mantenidos por gente que no tenía trabajo y acabó "metiéndose a informático" y reinventando (mal) la rueda, una y otra vez.

Si alguien supiera cómo están hechos los sistemas de información de nuestras empresas e instituciones, incluídas las médicas, temblaría.

Saludos.

Luis Simón Albalá Álvarez dijo...

Poner la HACHE y eliminar este comentario, que es totalmente colateral. Un lapsus teclae.

como él, a ido a parar

Juan Antonio García Amado dijo...

Gracias. Da gusto tene lectores atentos.
Saludos cordiales.

Anónimo dijo...

Estudio mi doctorado en España con una beca de un país latinoamericano, del que soy nacional. Y me duele esa situación y la de la columna de El País. La institución que me paga la beca para estudiar acá, no pierde oportunidad para recordarme que me quieren y me esperan, para animarme a seguir, para estimularme a que aprenda idiomas. No me dan mucho dinero, pero yo sé bien que el que tienen lo emplean bien porque conozco muchos beneficiarios de sus becas. Estos años que llevo no contarán para la seguridad social (porque estoy fuera del país), pero desde ya, puedo saber cuál será mi salario, y aseguro que aunque no me hará rico, es un salario más que decente.
Sé que no todos los casos de mis compatriotas son iguales, pero quería aportar un testimonio de que en América Latina hay quienes quieren recorrer un camino diferente.
Y entonces aquí, sentado en el departamento al que pertenezco en España, me pregunto por qué todos los becarios de los últimos 10 años somos de América Latina.

Anónimo dijo...

Hola, tengo 31 años y me siento totalmente identificado con la carta y lo que aparece en este post.

De mis compañeros de instituto y universidad ya quedan pocos en España. La mayoría andan por Europa, por eso de estar cerca: Reino Unido, Alemania, Francia y Suiza, mayormente. Otros tuvieron que marcharse a Estados Unidos o Australia.

¿El perfil? Persona joven, decentemente formadaon ganas de trabajar y con ganas/necesidad de vivir de manera decente.

A lo que me refiero es a que la gente se está yendo a marchas forzadas de este país.

Se nos trata como a basura, cuando somos listos y trabajadores. Y peor se nos trata cuanto más lo somos.

De la misma manera, se nos paga como a basura mientras becas, subvenciones y compras hechas con dinero público van a parar a empresas privadas encabezadas por ese mismo grupo de personas con poder que siemrpe las consiguen.

¿Saben los jóvenes la realidad de fuera? En Alemania un doctorado cobra 3000 euros al mes de beca, subiendo anualamente y en 3 años te obligan a acabarlo.

Aquí, se cobra 1000 euros al mes, sin subidas, durante 4 años, y los tutores intentan explotarte hasta los 6 o 7 años, tirando de tu paro y dinero del departamento.

En Suiza, programadores sin experiencia cobran 4000 euros. Aquí, si cobras 1200 puedes considerarte un afortunado.

Ya, ya lo sé... la vida es más cara en Europa. ¿Seguro? Yo digo que en global, no lo es, porque lo he vivido.

En Zurich se puede vivir en el centro en un estudio para una persona por 750 euros. En Lausanne, por 800 tienes una casa cómoda. Y Suiza es un país caro.

En Alemania, el McDonald's cuesta menos que en España, y los restaurantes parecido, o menos. Un apartamento para una persona en una ciudad universitaria puede costar 600 euros, con gastos incluidos.

Vale, en algunos países el tranvía y los trenes son caros y la carne está a precio de oro ¿y a quién le importa? Hay tarjetas de abono a buen precio y, a cambio, el queso y el chocolate son más baratos que en España. Alquilar una bicicleta en muchas ciudades es gratis, y en otra cuesta 15 euros al mes.

Lo de que en España se vive "como en ninguna parte" es una frase incompleta. Se vive como en ningun aparte si se tiene una familia con dinero, un chollo buscado o mucha jeta.

La prueba es clara: si se vive tan bien, ¿por qué todos nos estamos marchando y aquí no vuelve nadie más que para las vacaciones y la jubilación?

España, con perdón, es una puñetera mafia.

Lopera in the nest dijo...

En todos sitios hay hackers, pero la Hispalense es incapaz de pasar desapercibida.