15 febrero, 2012

¿Por qué callamos?

Me importa mucho esa pregunta que da título a esta entrada. Es un misterio que conviene ir aclarando. Hay, en todas partes y en especial en lo que mejor conozco, las universidades, una prudencia extrema o, por mejor decir, un miedo del carajo. ¿Por qué? ¿Tan peligroso resulta abrir el pico o, al menos, comportarse dignamente y con respeto a la autoestima?

Trabajemos hoy con un ejemplo completamente inventado. Imagínese que en una universidad hay un profesor que vende sus aprobados y que muchos compañeros lo saben o lo sospechan con muy firmes indicios. ¿Qué posibilidades hay de que sea denunciado a la autoridad académica? Las siguientes, pocas:

- Que la denuncia la haga un estudiante, bien porque le parece caro el precio, bien porque considera una injusticia que unos aprueben pagando mientras que él aprueba a base de estudio.

- Que denuncie un colega que por otros motivos, personales o de política académica, está fuertemente peleado con el macarra y que ve ahí la oportunidad para quitárselo de en medio.

Y pare usted de contar. ¿Y el profesor normal y corriente que no tiene arte ni parte pero que considera indignante semejante comportamiento y lo ve como afrentoso para la institución y para él mismo, como miembro de ella? Niet. Ínfimas probabilidades de tal denuncia. Vive y deja vivir y tal. No te metas donde no te llaman. A ti qué se te ha pedido en ese tema, Manolo. Y así. También es verdad que, aun cuando la denuncia acontezca, difícilmente prosperará y se acabará lapidando al quejoso. Así andamos.

¿Por qué somos tan mierdas? Causas tiene que haber e interesa el diagnóstico, primer paso para soñar que un día se pueda aplicar buen tratamiento. Posiblemente se combinan, en proporción variable según cada cual, los siguientes factores.

a) Cobardía. Pero cobardía de fondo, constitutiva, inmanente, consustancial con los personajes. No es que a la Universidad o a la Administración en general vayamos a parar necesariamente los más caguicas, más bien se deberá al tipo de labor que se hace y a la manera como se nos forma y se nos socializa. Que si sumisión al catedrático a la vieja usanza, que si dependencia de la “escuela”, que si estar a merced del voto de fulano y mengano en tal tribunal o comisión, que si te evalúan, te miden, te examinan. Acabas aprendiendo a no molestar a nadie, a ser modosito, a pelotear a quien tenga algo de mando, a darle gustito, aunque sea con los ojos cerrados y apretando los dientes, a aquel o aquella de quien dependa tu cocido, tu promoción o tu ascenso, a poner el culete tal que así o mira qué morrito. Cuando te quieres dar cuenta, eres una puta barata. O puto, no la liemos con eso. Servil, sumiso, dependiente de ese chulo con el que mantienes la habitual relación de amor-odio, pero al que necesitas porque la vida ahí afuera está mu achuchá y sin un buen protector es muy jodido hacer la calle.

b) Cálculo. Esto es lo más propio de los madangas profesionales, los entusiastas del estercolero, los que se saben gusanos y son conscientes de que un gusano solo engorda en cierto ambiente natural, donde haya porquería. Envidian en otros su inteligencia, su capacidad de trabajo, su guapura o hasta la firmeza de sus ideales. Pero ellos tienen otras habilidades y otras destrezas: negocian como nadie, combinan, según con quién, el halago o la amenaza, presionan a los débiles e inclinan la cabeza ante los fuertes, siempre van a estar a bien con el que gobierne, pues, a falta de ideología o convicciones serias, se pueden adaptar a cualquier patrón. Su egoísmo es extremo, pero lo disfrazan de respeto a las convenciones y culto a la tradición. Se hacen los consuetudinarios, pero no son más que villanos. Van a la suya, pero la presentan como si fuera la de todos. Mientras enchufan a su abuela razonan sobre lo sublime del respeto a los mayores, cuando maniobran para colocar muy bien a cónyuges, hijos o parentela de cualquier tipo aducen la pauta que convenga, bien que los mueve el respeto a los viejos, bien a la renovación, ya que se trata de imperativos de género, ya que importa plantar cara al automatismo de las cuotas. Si, por ejemplo, avalan a su pariente o protegido con un argumento de escalafón y usted les replica que por esa regla de tres el puesto o el cargo habrá de corresponder a otro aspirante, de más alta jerarquía, le replican sin pestañear que no, porque es escalafón, sí, pero combinado con alopecia, y que el suyo de usted será el primero, pero mira qué mata de pelo y qué injusticia que se posponga al calvo. Y lo dicen, una cosa y su contraria, con gesto contrito y cara de no matar una mosca, tan morales ellos, tan en su sitio, tan preocupados por el bienestar general y la universal felicidad. Hipócritas estreñidos.

c) Miedo, genuino miedo, temor a consecuencias y represalias. Aquí hace falta distinguir entre temores claramente motivados y temores con motivación difícilmente comprensible. Por ejemplo, he conocido y sigo viendo catedráticos que no toleran en sus subordinados ni el más mínimo desacato. O con ellos a ciegas y manden lo que manden o a las tinieblas exteriores. Harán la vida imposible al que no se someta por completo. Es entendible que los que están por debajo de ellos se queden paralizados. No es muy gallarda su posición, pero tiene atenuante: el del hijoputismo de su capo.

Más raro es, por ejemplo, ser catedrático, andar marcando paquete, presumir de que nada se teme de nadie y… achantar como becario acongojado. Muchos callan por cálculo, porque quién no tiene cadáveres en el armario y mejor que no se arme un lío que nos haga perder a todos; o porque es muy bonito llevarse bien y sentirse así, por decreto miembro de una selectísima y exquisita cofradía, cerrando los ojos para no ver que la mitad ni se asean ni dan palo al agua. También es muy común que el sujeto eche cuentas de que mañana se va a presentar a una elección para algo y que le vendrán bien los votos de todos para ganar, tanto los de los honestos como el del más vil chorizo de campus. Pero si quienes pudiendo hablar no hablan y su silencio no obedece a cálculo o a idiotez congénita, ¿a qué se debe su silencio? Hay algo más, y a eso vamos.

d) El ambiente y el carisma. Digo ambiente porque no sé cómo llamarlo, pero espero llegar a explicarme. Es algo sutil y tiene componentes que van de lo etológico a lo sociológico. Hay en los ámbitos académicos –y en los administrativos y en cualesquiera medios- machos (y machas) alfa con los que la gente no se atreve. ¿Por qué? Por algo en su carisma, porque van con la cola levantada y saben manejar la manada. Cuando uno de esos carismáticos sale cabrón o mafioso su posición se hace poco menos que inexpugnable, pues casi nadie se va a atrever con él. Se le teme aunque hable suave, o precisamente por lo suave que habla. No amenaza en público, probablemente tampoco en privado, pero se sabe que una palabra suya es bendición o condena, según él quiera y porque la autoridad formal se le suele someter igualmente. También porque la mayoría lo obedece y ejecuta hasta sus más miserables instrucciones. En las universidades estos personajes acojonan hasta a los rectores, salvo que el rector sea uno de ellos (cosa que no suele ocurrir, pues prefieren manejar a los que mandan que mandar ellos mismos a las claras).

Lo sé, lo sé, desolador panorama. También hay gente excelente, animosa, honrada y valiente, conste. Pero cada día quedan menos. Acabarán extinguiéndose. ¡El horror, el horror!

PD.- Quién se apuesta unas tapas con un experimento. Sostengo que esos capos culiapretados en el fondo no son más que fantasmas y no tienen media leche. Llamemos mindundi al primero que se nos cruce y hagámosle unas pedorretas. Verán como no pasa nada y a lo mejor hasta pone pucheros el muy canalla. Luego nos lo contamos, cuando las raciones y con unos vinos.

8 comentarios:

No tan anónimo dijo...

Tierno Galván, en sus memorias ("Cabos sueltos"), describe lo que él denomina "miedo político", que paraliza a tantos, y que consiste en el temor de perder cosas tales como unas determinadas vacaciones, la sonrisa o la palmada en el hombro de un excelentísimo o, simplemente, la comodidad vegetal de un cieg transcurrir sin sobresalto. Eso lo convierte en un sentimiento de incomparable vileza, porque se puede comprender el miedo fisico, a ser asesinado o torturado, uno mismo o sus personas queridas, incluso el económico (miedo a "quedarse en la calle"), pero cuando lo que está en juego no es sino un "carguete", un complemento retributivo (o la mera tolerancia para seguir haciendo el vago), y en tan mezquino altar se sacrifica la mínima brizna de dignidad, estamos ante una estirpe de incomprensibles canallas. Cada día veo crecer su número.

Exiliado dijo...

Ya iba siendo hora de que alguien pusiera el grito en el cielo por las miserias con las que tenemos que convivir pero que mucha gente no finge ver, por cualquiera de las razones expuestas en esta entrada. Y estoy totalmente de acuerdo con el comentario anterior en cuanto a lo bajo que está el listón. Aquí nadie se arriesga a que unos matones vengan de noche y le hagan desaparecer, o le torturen o le olviden en una celda. Prácticamente nadie arriesga tampoco el sustento. Al final, la pasividad (o incluso connivencia con subordinados) solo busca no quedarse sin postre o un saludo. Resulta triste.

Teniendo en cuenta cómo está el percal en cuestiones tan básicas, no son de extrañar las reacciones de la sociedad en circunstancias más graves que ponen a prueba su escala de valores. Si, por ejemplo, se produce un secuestro, se preferirá el pago del rescate o una concesión abordable a una intervención policial o militar en conformidad con las legalidad vigente (siendo así, resulta legitimo que me pregunte por qué no puedo yo también recurrir a la violencia y exigir algo a cambio de cesar en ella). 

aleph dijo...

Hay otro motivo tan desalentador como los mencionados. En mi Centro ha habido intentos serios de abrir expedientes y echar a ciertos sujetos (un equipo directivo que se lo tomó en serio, que a veces aparecen por pura probabilidad cuántica, supongo). Lo que pasó es que las denuncias quedaron bloqueadas en el Servicio de Inspección de la universidad. Nada va adelante, todo queda paralizado en cuanto llega a las altas instancias.

un amigo dijo...

Acaeció que llegando a un lugar que llaman Almorox, al tiempo que cogían las uvas, un vendimiador le dio un racimo dellas en limosna, y como suelen ir los cestos maltratados y también porque la uva en aquel tiempo esta muy madura, desgranabasele el racimo en la mano; para echarlo en el fardel tornabase mosto, y lo que a él se llegaba. Acordó de hacer un banquete, ansí por no lo poder llevar como por contentarme, que aquel día me había dado muchos rodillazos y golpes. Sentamonos en un valladar y dijo:

"Agora quiero yo usar contigo de una liberalidad, y es que ambos comamos este racimo de uvas, y que hayas del tanta parte como yo.
Partillo hemos desta manera: tú picaras una vez y yo otra; con tal que me prometas no tomar cada vez mas de una uva, yo haré lo mesmo hasta que lo acabemos, y desta suerte no habrá engaño."

Hecho ansí el concierto, comenzamos; mas luego al segundo lance; el traidor mudo de propósito y comenzó a tomar de dos en dos, considerando que yo debería hacer lo mismo. Como vi que él quebraba la postura, no me contente ir a la par con él, mas aun pasaba adelante: dos a dos, y tres a tres, y como podía las comía.

Acabado el racimo, estuvo un poco con el escobajo en la mano y meneando la cabeza dijo:

"Lázaro, engañado me has: jurare yo a Dios que has tu comido las uvas tres a tres."

"No comí -dije yo- más ¿por qué sospecháis eso?"

Respondió el sagacisimo ciego:

"¿Sabes en que veo que las comiste tres a tres? En que comía yo dos a dos y callabas.", a lo cual yo no respondí.

(Mis negritas)

Salud,

Rogelio dijo...

Porque queremos vivir como los dioses, del Olimpo.

Sólo hay que cambiar ciertas palabras y pongamos que hablo de ....



- Falsearon su contabilidad para entrar en el euro y luego siguieron falseando su realidad, hasta que la cosa estalló. - Había jubilaciones masivas a los 50 años

- Había 50 conductores por cada coche oficial, de promedio

-Había 45 jardineros para una maceta con 4 arbustos en el hospital Evangelismos.

- Tiene la población ficticia más alta del mundo de personas de 110 años porque no se dan de baja los muertos y se cobra su pensión.

- La unión europea ha detectado que hay familias que cobran 4 y 5 pensiones que no les corresponden

- Hay pensiones que se siguen cobrando con muertos que murieron en 1953, hace 48 años.

- 40.000 señoritas reciben una pensión vi-ta-li-cia de 1.000 euros mensuales por el mero hecho de ser hijas solteras de funcionarios fallecidos y que le cuesta a las arcas del Estado 550 millones de euros al año. Ahora sólo la cobrarán hasta que cumplan 18 años.

- Los marcapasos en los hospitales griegos se adquirían a un precio 400 veces superior al que pagan los hospitales británicos.

- En Grecia son numerosos los trabajadores que se han beneficiado de jubilaciones anticipadas fijadas en 50 años en el caso de las mujeres y 55 años (Esta ley fue aprobada por el gobierno socialista de 1978) en el caso de los hombres- por pertenecer a alguna de las 600 categorías laborales consideradas especialmente extenuantes, y entre las que se incluyen los peluqueros (por aquello de que los tintes que utilizan pueden resultar nocivos), músicos de instrumentos de viento (soplar una flauta es agotador) o presentadores de televisión (se supone que los micrófonos provocan daños en la salud).

- Hay miles de chollos, ministerios e institutos inservibles, de los que comen un montón de griegos. Como ejemplo el Instituto para la Protección del Lago Kopais, un lago que se secó en 1930. (1763 griegos son empleados para la protección del lago)

- El fraude fiscal es masivo, más del 25% de los griegos no paga un duro en renta de personas fisicas, pero 0, ni descuento ni pago.

- Por otro lado el peso del sector público en la economía es aplastante- Tienen cerca de un millón de funcionarios para 4 millones de griegos de población activa. Ellos hacen como que trabajan y el estado hace como que les paga.

- El salario medio de los empleados de los ferrocarriles públicos griegos supera los 66.000 euros al año. Y esto incluye a limpiadores y otros trabajadores de baja cualificación. El metro de Atenas (casi gratis) recauda unos 90 millones de euros en tickets cada doce meses, mientras que el coste total de esta empresa pública es superior a los 500 millones

- Los franceses reciben de media como pensión un 51% de su último salario, los alemanes un 40%, los norteamericanos un 41% y los japoneses un 34%. Mientras, los jubilados griegos se embolsaban un 96% del total de lo que cobraban trabajando

- En la última década, se han creado más de 300 nuevas empresas públicas

- Grecia tiene cuatro veces más profesores que Finlandia, el país que mejor nota sacó en el último Informe PISA, pero esa superpoblación de docentes sólo le ha servido para estar entre los países europeos con peor nivel en casi todas las pruebas educativas.

Betawriter dijo...

Qué bien captura usted la realidad y qué clarito lo expresa.

Anónimo dijo...

En mi universidad no hay presupuesto para nuevas contrataciones. Los contratos interinos peligran, profes se van a ir directos a la calle. Se reorganizan la carga docente y algunos tienen ahora más creditos para impartir. Uno de nuestros profes nos dijo que esa es otra manera en la que le llegan los recortes, con una mayor carga docente. Hay protestas por los recortes pero ya se sabe que gente irá a la calle.

Unknown dijo...

Está muy bien expresado. Me gustó mucho.

Lo malo es que esto sólo lo entienden quienes tienen la misma visión que usted y que yo.

Me temo que "esas" personas que actúan así, a menudo ni siquiera saben, o son conscientes de que los mueve la envidia, el egoísmo, montones de prejuicios, etc.

Sin embargo, se ven así mismos como luchadores "por el bien común" y cosas así.

Me temo que por muy bueno que sea un artículo, este no sirve para que estas personas vislumbren algo de lo que se les está mostrando. Sencillamente porque no saben cómo buscar para encontrar.

Y lo sé, por experiencia propia.

Entonces, ¿de qué forma se podría hacer para que las personas estuvieran más informadas de lo que ocurre con ellas?

Yo también escribo sobre estos temas de vez en cuando, pero siempre desde la sensación de que estos textos sólo sirven entre los que ya sabemos de lo que va el asunto, y parece que no fuera suficiente como para ayudar a informar a esas personas que están siendo manipuladas sin saberlo.

¿Qué opina? ¿Cree que existe alguna forma más efectiva de "informar" a la gente?

Un saludo