Convendría, convendría mucho celebrar en este país el día de sentarse a pensar. Igual que hay días del árbol, del agua, del queso azul o de las alitas de pollo, pues el día de sentarse a pensar. Una jornada entera para que todos parásemos en nuestros afanes y carreras en círculo y nos preguntáramos simplemente esto: ¿qué diablos está pasando aquí?
No, el objetivo no sería ni recuperar la fe en las instituciones (ésa ya no vuelve ni de broma), el apego a los partidos, el sentido de las ideologías o las ganas de echar algún casquete, incluso con el/la pariente/a, después de los treinta y de dos hijos con mando en plaza. No, bastaría con que reflexionáramos sobre adónde se nos fue la lógica más elemental, el sentido común, que se ha convertido en un sentido en vías de atrofia por desuso.
Lo vemos todos los días, en la tele, en el trabajo, en la calle, en casa... Pero los que más gala hacen del nuevo y flamante sinsentido descomunal son los políticos. Pasa, por ejemplo, cuando vemos a uno que invoca el talante y el consenso mientras le tira al interlocutor todo tipo de viajes y le hace faenas de todo género; o cuando otro repite machaconamente sus alegatos contra la crispación y el insulto en términos que todos entendemos perfectamente así: tú, hijoputa, estoy harto de decirte que está mal insultar y como sigas protestando porque me cisco en tus muertos no voy a poder llegar contigo a los consensos que tanto deseo.
Otras veces los razonamientos se tornan aún más inverosímiles. Un ejemplo que da para estudiar un rato nos lo proporcionó hace unos días la portavoza del Gobierno vasco, que ni sé cómo se llama ni me voy a poner a buscarlo, qué diablos. Pues la tal señora del gobierno tal declaró, ante los micrófonos de tanto periodista ocioso que sigue esas mamonadas de gobiernitos y gobiernucos, que el gobiernete suyo no había tenido noticia de que a uno del Foro de Ermua le habían dado unas patadas en los cataplines y le habían dicho de todo mientras iba a declarar en el proceso contra el que preside el gobiernito que tiene esa portavoz tan lógica, y no habían sabido nada porque en ese momento no estaban en la calle, sino en el Palacio de Justicia. Pero acto seguido la misma portavoza afirma que de lo que sí se enteraron muy bien fue de que había habido un grupo de personas que al mismo tiempo incurrían en el delito de contramanifestación e insultaban al gobiernete del que ella porta la voz y lo que le pongan. Y uno se pregunta: si estaban dentro, ¿cómo vieron la contramanifestación? Y, si se enteraron por la tele, ¿cómo fue que no escucharon la otra noticia, la del desove de antinacionalistas?
Y eso por no meternos en la lógica propiamente jurídica de esta reina de los mares y portento de la oralidad. Porque hay que ver cómo detecta los delitos que nadie conocía, mientras que no parece que tenga por delictivas las patadas en salva sea la parte del que no esté de su parte. Esta señora acaba de juez en algún alto tribunal, ya lo verán. Madera tiene. Y gasolina.
También abundan las inferencias misteriosas, más propias de augures, adivinos, druidas, nigromantes, chamanes, mediums o hechiceros que de personas de a pie con un cacumen normal. Humildemente confieso que acabo de leer tres veces la noticia de lo del acto de hoy en Barakaldo (traducción: Baracaldo). Es un acto sin actores, una esencia sin presencia, una propiedad sin dueño, un espíritu sin cuerpo, una potencia sin acto, la leche en bote. Esto hay que verlo por partes, así que vamos con calma.
Batasuna es una organización política ilegal, a tenor de la Ley de Partidos, y por eso no la dejan presentarse a las elecciones, convocar actos públicos, etc. Ni entro ni salgo en si está bien esa ley o si es merecida la negativa calificación de esos muchachos humanistas y defensores de los derechos humanos de las pistolas, sólo constato lo que dicen gobiernos, oposiciones, jueces y fiscales (bueno, éstos tienen días): que es ilegal. Bien, pues para poder presentarse a las próximas elecciones intentan colar una nueva organización a la que llaman ASB, iniciales que ni sé lo que quieren decir ni me importa, ya que supongo que serán las gilipolleces de siempre. Y hoy la iban a presentar en el BEC. Esto sí sé qué signfica: Bilbao Exhibition Centre. Ay, ay, esperen que se me pase la risa. Exhibition Centre, ay. Debe de ser euskara. Como potato y tomato y así. Bueno, un momentito nada más... ya, ya, ya se me pasó.
No, el objetivo no sería ni recuperar la fe en las instituciones (ésa ya no vuelve ni de broma), el apego a los partidos, el sentido de las ideologías o las ganas de echar algún casquete, incluso con el/la pariente/a, después de los treinta y de dos hijos con mando en plaza. No, bastaría con que reflexionáramos sobre adónde se nos fue la lógica más elemental, el sentido común, que se ha convertido en un sentido en vías de atrofia por desuso.
Lo vemos todos los días, en la tele, en el trabajo, en la calle, en casa... Pero los que más gala hacen del nuevo y flamante sinsentido descomunal son los políticos. Pasa, por ejemplo, cuando vemos a uno que invoca el talante y el consenso mientras le tira al interlocutor todo tipo de viajes y le hace faenas de todo género; o cuando otro repite machaconamente sus alegatos contra la crispación y el insulto en términos que todos entendemos perfectamente así: tú, hijoputa, estoy harto de decirte que está mal insultar y como sigas protestando porque me cisco en tus muertos no voy a poder llegar contigo a los consensos que tanto deseo.
Otras veces los razonamientos se tornan aún más inverosímiles. Un ejemplo que da para estudiar un rato nos lo proporcionó hace unos días la portavoza del Gobierno vasco, que ni sé cómo se llama ni me voy a poner a buscarlo, qué diablos. Pues la tal señora del gobierno tal declaró, ante los micrófonos de tanto periodista ocioso que sigue esas mamonadas de gobiernitos y gobiernucos, que el gobiernete suyo no había tenido noticia de que a uno del Foro de Ermua le habían dado unas patadas en los cataplines y le habían dicho de todo mientras iba a declarar en el proceso contra el que preside el gobiernito que tiene esa portavoz tan lógica, y no habían sabido nada porque en ese momento no estaban en la calle, sino en el Palacio de Justicia. Pero acto seguido la misma portavoza afirma que de lo que sí se enteraron muy bien fue de que había habido un grupo de personas que al mismo tiempo incurrían en el delito de contramanifestación e insultaban al gobiernete del que ella porta la voz y lo que le pongan. Y uno se pregunta: si estaban dentro, ¿cómo vieron la contramanifestación? Y, si se enteraron por la tele, ¿cómo fue que no escucharon la otra noticia, la del desove de antinacionalistas?
Y eso por no meternos en la lógica propiamente jurídica de esta reina de los mares y portento de la oralidad. Porque hay que ver cómo detecta los delitos que nadie conocía, mientras que no parece que tenga por delictivas las patadas en salva sea la parte del que no esté de su parte. Esta señora acaba de juez en algún alto tribunal, ya lo verán. Madera tiene. Y gasolina.
También abundan las inferencias misteriosas, más propias de augures, adivinos, druidas, nigromantes, chamanes, mediums o hechiceros que de personas de a pie con un cacumen normal. Humildemente confieso que acabo de leer tres veces la noticia de lo del acto de hoy en Barakaldo (traducción: Baracaldo). Es un acto sin actores, una esencia sin presencia, una propiedad sin dueño, un espíritu sin cuerpo, una potencia sin acto, la leche en bote. Esto hay que verlo por partes, así que vamos con calma.
Batasuna es una organización política ilegal, a tenor de la Ley de Partidos, y por eso no la dejan presentarse a las elecciones, convocar actos públicos, etc. Ni entro ni salgo en si está bien esa ley o si es merecida la negativa calificación de esos muchachos humanistas y defensores de los derechos humanos de las pistolas, sólo constato lo que dicen gobiernos, oposiciones, jueces y fiscales (bueno, éstos tienen días): que es ilegal. Bien, pues para poder presentarse a las próximas elecciones intentan colar una nueva organización a la que llaman ASB, iniciales que ni sé lo que quieren decir ni me importa, ya que supongo que serán las gilipolleces de siempre. Y hoy la iban a presentar en el BEC. Esto sí sé qué signfica: Bilbao Exhibition Centre. Ay, ay, esperen que se me pase la risa. Exhibition Centre, ay. Debe de ser euskara. Como potato y tomato y así. Bueno, un momentito nada más... ya, ya, ya se me pasó.
El juez Garzón, representante aventajado de esta nueva lógica de Rompetechos que estamos comentando, ha dicho que no se puede hacer la exhibition porque los de ASB son los mismos de Batasuna y ésta es ilegal. Bien. Y entonces les advierte, a éstos que dice que son de Batasuna, que ellos, que son ilegales, sí pueden hacer la exhibition si no mencionan el nombre de la otra organización suya que es ilegal, aunque todavía no ha sido ilegalizada, creo.
Hágase usted, paciente lector, con lápiz y papel y trace un croquis, un esquema, un agujero negro, cualquier cosa que nos ayude a entender. Y los periódicos no ayudan, desde luego que no. Porque mire cómo lo cuentan ahora mismo. ABC titula así: “Batasuna celebra su acto en Barakaldo al comprometerse a no mencionar a ASB”. Sí, ya sé que la sintaxis se las trae, pero dejemos eso. ¿Cómo es que Batasuna puede celebrar un acto si Batasuna tiene prohibido celebrar actos porque es ilegal? Porque se lo autorizó así el superjuez más fashion a cambio de que no mencionara a esa otra organización que no se sabe si ya es ilegal o lo va a ser un día de estos. Pues queda clarísimo, oiga. ¿O no? En estos casos conviene ir a la otra parte siempre. Como empezamos por ABC, vamos a El País (¡ya, venga, vale! Álcese, amigo progre, y no se me agote en reverencias y genuflexiones) y ahí el titular cambia y se refiere sólo a “los promotores del acto abertzale”, pero en el cuerpo de la noticia se explica que los que firmaron el papelito de compromiso ante Garzón son.... “los representantes de Batasuna”. ¡Los representantes de Batasuna! Lógico.
Vamos a cambiar los protagonistas de la descocada historia y a lo mejor queda todavía más claro. Llegan al juez X los representantes de Alcapone, que quieren hacer un acto de defensa del alcaponismo en un Exhibition Center de esos. X les dice que el alcaponismo es ilegal y que se siente pero no. Entonces ellos dicen que desean hacer un acto de defensa de Lucky Luciano. X les replica que eso es igual de ilegal y que además ellos son los mismos y que qué jeta y que por quién lo toman a él, que se las ha visto ya muchas veces con tipos mucho más duros y más malos entoavía. Ellos le insisten en que anda, porfa, venga, te lo juro, la puntita nada más. Y él les responde que bueno, que hagan lo que iban a hacer, pero que tienen que comprometerse por escrito a que no van a mencionar ni pío del luckylucianismo. Y ellos que jo, vale, tío, cómo eres de duro, ironman, torso, belleza, fiera. Y firman. Y todo el mundo, periodistas, políticos, fiscales y otros masocas, jueces, etc, encantados de la vida y felices con el logro sin par: los alcaponistas se han fastidiado, no han podido hacer la presentación del luckylucianismo y se han tenido que jorobar y presentarse sólo como los alcaponistas que son. Que suenen fanfarrias, que desfilen togas, que se ablanden cerebros.
O sea: si los de Batasuna se van de exhibition de sí mismos, no los deja exhibirse el más garzón de los garzones, pero si dicen que van a presentar a otros que son ellos mismos, les dicen que se dejen de cuentos y que se exhiban ellos todo lo que quieran, pero sin mencionar a esos otros que también son ellos. Caray, yo de mayor quiero ser o bombero o juez estrella. Para jugar con fuego sin tener que pensar. Lógico.
Vamos a cambiar los protagonistas de la descocada historia y a lo mejor queda todavía más claro. Llegan al juez X los representantes de Alcapone, que quieren hacer un acto de defensa del alcaponismo en un Exhibition Center de esos. X les dice que el alcaponismo es ilegal y que se siente pero no. Entonces ellos dicen que desean hacer un acto de defensa de Lucky Luciano. X les replica que eso es igual de ilegal y que además ellos son los mismos y que qué jeta y que por quién lo toman a él, que se las ha visto ya muchas veces con tipos mucho más duros y más malos entoavía. Ellos le insisten en que anda, porfa, venga, te lo juro, la puntita nada más. Y él les responde que bueno, que hagan lo que iban a hacer, pero que tienen que comprometerse por escrito a que no van a mencionar ni pío del luckylucianismo. Y ellos que jo, vale, tío, cómo eres de duro, ironman, torso, belleza, fiera. Y firman. Y todo el mundo, periodistas, políticos, fiscales y otros masocas, jueces, etc, encantados de la vida y felices con el logro sin par: los alcaponistas se han fastidiado, no han podido hacer la presentación del luckylucianismo y se han tenido que jorobar y presentarse sólo como los alcaponistas que son. Que suenen fanfarrias, que desfilen togas, que se ablanden cerebros.
O sea: si los de Batasuna se van de exhibition de sí mismos, no los deja exhibirse el más garzón de los garzones, pero si dicen que van a presentar a otros que son ellos mismos, les dicen que se dejen de cuentos y que se exhiban ellos todo lo que quieran, pero sin mencionar a esos otros que también son ellos. Caray, yo de mayor quiero ser o bombero o juez estrella. Para jugar con fuego sin tener que pensar. Lógico.
1 comentario:
Con algunas escasas excepciones, cuando los jueces entran por la puerta
la justicia sale por la ventana. Generalmente en forma violenta.
Todo lo cual resulta inevitable, pues corresponde a su naturaleza (a la de los jueces).
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