En El Mundo de hoy viene este artículo de Arcadi Espada. No está mal para volver a preguntarse por qué a cierta autodenominada izquierda le asoma cada vez más la camisa parda bajo la casaca del traje regional (perdón, quise decir nacional).
Memoria nazi. Por Arcadi Espada.
Un portavoz nacionalista se niega a condenar el llamado Holocausto, es decir, la destrucción nazi de los judíos europeos, porque el documento, que trataba de obtener el acuerdo de todos los grupos del Parlamento gallego, no incluye la condena del actual estado de Israel. La actitud del portavoz es vulgarmente racista. Dejemos a un lado la obvia inmoralidad de la comparación: sea cual sea el juicio que merezca la política del Estado de Israel es evidente que ninguno de sus líderes ha decidido el exterminio sistemático de determinados individuos en razón de su filiación étnica o religiosa. Pero lo más siniestro del razonamiento del portavoz es su previsión implícita: los padres judíos asesinados sólo recobrarán su dignidad cuando los hijos reconozcan que han sido a su vez asesinos. Al portavoz, en efecto, no le importa en absoluto que sean personas distintas las que murieron en Auschwitz o las que matan en Gaza. Al portavoz le importa la responsabilidad de la raza: y detecta un espeluznante equilibrio entre asesinados y asesinos que debe ponerse de manifiesto. Su actitud, que refleja perfectamente la estructura mental de un nacionalista, guarda una terrible simetría con la del judío que considera que Auschwitz redime a su pueblo de todos los crímenes futuros y que considera un simple arreglo de cuentas de la Historia que la venganza contra los nazis se materialice en el cuerpo de los palestinos.
La actitud del portavoz, sin embargo, es exponente de algo más, muy típicamente español. La laxa conciencia del genocidio. No hay otro país en Europa donde se tenga una percepción tan liviana de las atrocidades nazis y donde se asimile su naturaleza a la de cualquier otro crimen. Las resistencias del portavoz no son una anécdota. No lo son, tampoco, que en un foro nacionalista catalán (concretamente el de www.estat-catala.net) un delincuente prescriba esta frase: «Boadella, a la cambra [cámara] de gas», sin que aparentemente le pase por la cabeza las consecuencias penales que puede tener esta frase. Nazis sigue habiendo en muchos países europeos; pero no creo que en ningún otro lugar haya tantos nazis sin conciencia de serlo. El débil reflejo del genocidio está vinculado a la Guerra Civil (los muertos propios y próximos ocuparon un gran espacio en la memoria) pero también a la Dictadura, que acabó por aniquilar la herencia común europea. La península Ibérica fue el único lugar de Europa donde los nazis no fueron vencidos. Hoy siguen gozando de un gran respeto técnico.
(Coda: «Porque necesariamente pensar Europa, es pensar la Shoah; o pensar la Shoah es pensar Europa. El pensamiento genocidiario nazi podía haber terminado destruyendo nuestro continente pero, a su vez, la conciencia del desastre ayudó a los pueblos europeos a unirse». Miguel Angel Moratinos, Día Oficial de la Memoria, 24 de enero de 2008.)
La actitud del portavoz, sin embargo, es exponente de algo más, muy típicamente español. La laxa conciencia del genocidio. No hay otro país en Europa donde se tenga una percepción tan liviana de las atrocidades nazis y donde se asimile su naturaleza a la de cualquier otro crimen. Las resistencias del portavoz no son una anécdota. No lo son, tampoco, que en un foro nacionalista catalán (concretamente el de www.estat-catala.net) un delincuente prescriba esta frase: «Boadella, a la cambra [cámara] de gas», sin que aparentemente le pase por la cabeza las consecuencias penales que puede tener esta frase. Nazis sigue habiendo en muchos países europeos; pero no creo que en ningún otro lugar haya tantos nazis sin conciencia de serlo. El débil reflejo del genocidio está vinculado a la Guerra Civil (los muertos propios y próximos ocuparon un gran espacio en la memoria) pero también a la Dictadura, que acabó por aniquilar la herencia común europea. La península Ibérica fue el único lugar de Europa donde los nazis no fueron vencidos. Hoy siguen gozando de un gran respeto técnico.
(Coda: «Porque necesariamente pensar Europa, es pensar la Shoah; o pensar la Shoah es pensar Europa. El pensamiento genocidiario nazi podía haber terminado destruyendo nuestro continente pero, a su vez, la conciencia del desastre ayudó a los pueblos europeos a unirse». Miguel Angel Moratinos, Día Oficial de la Memoria, 24 de enero de 2008.)
3 comentarios:
Con todo el cariño, su entradilla de usted es un disparo en el pie. Se lo dirá el propio Arcadi:
"[S]ea cual sea el juicio que merezca la actitud del portavoz del BNG, es evidente que ninguno de sus líderes ha decidido el exterminio sistemático de determinados individuos en razón de su filiación étnica o religiosa".
Arsa. Digo.
Fina lectura.
Aún sin tener en cuenta el literario 'acto fallido' del Sr. Espada, diría yo a grandes líneas que la primera parte del artículo es tremendista, y la segunda correcta.
No hace falta tanto aparato teórico e interpretativo para llevar a cabo una lectura política mucho más sencilla y directa de la posición del BNG: están simplemente diciendo si vamos a hablar de atrocidades, hablemos de todas, de las grandes, de las medianas y de las pequeñas. De las pasadas y de las presentes. De forma transparentemente dirigida contra la patente de corso de la que goza el gobierno de Israel. No tiene nada de antisemita, por la sencilla razón de que dentro del mismo Israel -única democracia de la región- hay una nutrida oposición al expansionismo criminal de los recientes gobiernos de Sharon y de Olmert, que comparte esos argumentos del BNG, u otros muy parecidos.
La treta tremendista del criticas al gobierno de Israel, luego eres antisemita/racista/malo es de vergüenza ajena, y no le hace mucho honor al Sr. Espada ponerse a estas alturas a cabalgarla.
La segunda parte es correcta, en cambio. España ha renunciado a revisar su propio pasado reciente; basta ver la pelotera que han desencadenado las muy aguadas iniciativas de memoria histórica lanzadas por el PSOE, con el PP echando espumarajos entre convulsiones. Si medidas amargamente insuficientes desencadenan ya esto, imaginémonos lo que produciría la propuesta de una revisión a la alemana manera, llamando a Carnicerito del Pardo por su negro nombre, y actuando jurídicamente en consecuencia contra sus actos y los de su camarilla ... ¡Huy, se me olvidada que el nombramiento de nuestro Jefe del Estado es uno de esos actos! ¡Qué cabeza tengo, especialmente de sábado por la noche!
Dicho de otra manera, ¿se imaginan Vds., en la República Federal Alemana del año 1978, a Albert Speer de presidente honorario de la CDU?
Nada, que se ha optado por "blanquear el sepulcro" con una renovación sociológica más o menos consumista (que como tal renovación no está exenta de cierto mérito; en la mayor parte de las cuestiones sociales, España está hoy más alineada con Holanda y con los Países Escandinavos que no con Francia y Alemania, por no hablar de Grecia, Portugal, Italia, que han quedado a años luz). Y a cruzar los dedos. Pero el pensamiento mágico no lleva a ninguna parte, y yo concuerdo que fluye subterráneo en la vida patria un autoritarismo radical de meter miedo -y no sólo en esa verde regioncilla que estamos acostumbrados a señalar con voz indignada-.
Salud y libertad,
nacionalistas o nazionalistas, nacionalismo o nazionalismo.Que cerquita andan unos de otros.....
Pero aquí parece que no nos enteramos, o no nos queremos enterar, que es peor.. En fin, ya veremos....
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