(Publicado hoy en El Mundo de León)
En la universidad hay profesores y grupos que consiguen para sus proyectos de investigación financiación pública externa, en convocatorias competitivas. De ese dinero un porcentaje se lo queda la universidad. Con el resto los profesores compran para la propia universidad máquinas, aparatos y libros para las investigaciones, investigaciones que constarán como hechas en tal universidad y repercutirán en mejora de su prestigio.
¿Suponen ustedes que, como compensación o reconocimiento, dichos profesores obtienen alguna ventaja o reciben algún apoyo, aunque no sea más que moral? Pues se equivocan, al menos en lo que se refiere a la Universidad de León. Aquí está mal visto andar presumiendo de méritos investigadores, pues se puede doler quien los tenga pequeños y lo importante es que todos seamos iguales y nos dediquemos a lo mismo, a ser posible a conspirar en las cafeterías del campus o a sobar el sillón en algún carguete.
Pero no es solo eso. Gracias a los proyectos de investigación se sabe también cuándo las cuentas de Unileón están sin un euro. Esto funciona así. El ministerio o entidad pública que financie los proyectos ingresa los dineros respectivos a la universidad y los equipos de investigadores pasan a ésta las facturas, para su tramitación y pago.
Cuando las arcas no están vacías no hay problema. Cuando la universidad anda a dos velas empiezan a llegar facturas rechazadas porque tienen más de veinte días, o se piden los papeles más inverosímiles para ganar tiempo. Y la que está ganando tiempo es la universidad, pues pasan meses y no paga a los proveedores y acreedores por esos conceptos. Todo se comprende, la escasez, la crisis, el que estemos ahora purgando los antiguos derroches y la mala administración de los de antes. Pero que no se mienta ni se disimule, que no se engañe al buen profesorado que mejor trabaja, que no se lo maree con papeleos estúpidos y que se confiese la pura verdad, la de que de los excesos de antaño hemos pasado a la ruina de hogaño.
Por cierto, en la inauguración de este curso la lección inaugural le toca al doctor Ángel Penas, anterior rector de la santa casa. Lo primero, el protocolo y las buenas formas. Dan ganas de echarse al monte.
2 comentarios:
Si no hay vergüenza que lo digan.
http://www.elpais.com/articulo/opinion/valor/educacion/elpepuopi/20110915elpepiopi_5/Tes
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