14 noviembre, 2010

Poemillas domingueros

Impresiones

Hacer palabras con colores,
retratar los sonidos
que vibran en el aire,
ponerle a la luz música
y a la atmósfera ritmo.
Hablar con tonos de Cezanne,
escalar con los tropos en el caballete
la Sainte-Victoire y decirle a Degas,
sólo decirle,
que en las gasas de sus bailarinas
duermen vocablos
que dan nombre a los lirios
y que traen al mundo a los nenúfares.
Luego callar,
quedar a oscuras,
palpar tal vez
la húmeda arcilla de algún cuerpo,
para dormir al cabo, recordando.


Contra el Paraíso

Y si al fin me salvara porque hay Paraíso,
y a la diestra de un Padre bueno disfrutara
la beatitud selecta de los elegidos
o esa gloria soberbia para los no soberbios,
la dicha perezosa de los más diligentes,
dime qué haría.
O es que acaso podría escaparme algún sábado
para acariciar tus pechos o al menos recordarlos,
para morder tus labios y que me mordieran tanto,
y pintar mi desorden en todos tus rincones.
Es dudoso.
Pues renuncio a los ángeles y a los arcángeles y a la Corte en pleno
de ese Rey ampuloso que domina y humilla y da su premio
al que adora aburrirse, al que no arde, al que se vence,
al que baja los ojos cuando pasas y por no desearte
se tiene por virtuoso y como el buey o el mulo viejo
espera que una mano enguantada le acaricie el lomo
y le hable de lejos y le ponga comida en el pesebre.
En efecto, renuncio.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy bueno el primer poema ,ya el título me introduce en una escuela pictórica y el primer verso hace que me imagine un diccionario de un colorido sublime los siguientes cuatro versos me abren la puerta de un túnel de viento por el que llego a través de una exposición pictórica a encontrarme con una comparación concéntrica de gasas y lirios y nenúfares y después entrar en ese silencio pero para palpar el cuadro de la Venus de Velázquez recordando a un amor.
Y el segundo una birria que no hay por donde cogerlo, ni por las tetas esas de la escapada del sábado, pero ¡por favor! querer hacer una escapada del Paraiso para tocar unas tetas "o al menos" recordarlas y morder unos labios ¡venga joder! más pasión , aunque se escape uno un sábado del Paraiso , que sea para al menos, tocar un chochito fresquito y húmedo y de ese menos a más.
Y ese concepto de Dios tan catolicón, tan de poca monta hace ya que el final del poema te haga desear que haya un Infierno para los malos poetas como tenía muy estimado D Francisco de Quevedo.
Podía haber Vd aconsejado lease en segundo lugar Impresiones porque contra el Paraiso puede encefaloplanear el celebro.

roland freisler dijo...

Ostiás no se como no pude poner el nick en fin soy Roland Freisler, crítico del poemario del profesor.

Anónimo dijo...

jajajaja.Al leer el primer poema te iba a preguntar por el autor. Pero ya veo que son tuyos,inconfundibles.Muy buenos.