El llamado “séptimo arte” siempre permite la agradable tarea de plasmar unos breves comentarios, que espero sirvan para informar, entretener y -¡como no! – fomentar la pasión que conlleva para muchos.
1.- SEXO, MENTIRAS Y HOLLYWOOD. Un libro de los llamados imprescindibles.
El cine no solo son películas en todas sus versiones (salas, DVD, televisión...), sino que hay también su lado escrito, donde hay además una ingente marea de publicaciones interesantes. Y cuando se da con una de gran nivel, uno se llena de satisfacción.
El libro citado es una de estas “joyas”, donde su autor, Peter Biskind (prestigioso periodista especializado de USA), nos regala más de 680 páginas abigarradas y apasionantes, con ese estilo tan eficaz y común en tierras norteamericanas, que hace que nos cueste cesar en su lectura.
No, no busquen morbo, el título solo parafrasea la sorprendente y genial película de Steven Soderbergh, SEXO, MENTIRAS Y CINTAS DE VIDEO. Sobre la misma y sobre su director podría escribirse mucho, pero no es el momento; aunque no puedo pasar sin decir que a pesar de su éxito inicial, este director-autor pasó una verdadera “travesía del desierto” de unos diez años, hasta que finalmente se ha encumbrado y se permite el lujo de acometer obras personales como TRAFFIC o meramente comerciales como OCEAN’S ELEVEN.
Pues bien, el libro trata de acometer los secretos e interioridades de un período de más de doce años que resultó realmente trasformador para el llamado cine independiente americano, centrándose (como indica el subtítulo del libro, que por tanto no tiene intención de engañar a nadie sobre su contenido) en la historia de la productora MIRAMAX (con el devenir paralelo de otros productores independientes) y en el FESTIVAL DE CINE INDEPENDIENTE DE SUNDANCE (creación del gran Robert Redford, el cual no sale demasiado bien parado en el libro), con apariciones intermitentes de múltiples personajes “secundarios”, como el citado Soderbergh, Tarantino, De Niro, Bob Thorton, Matt Damon y Ben Affleck, Roberto Benigni y un largo etcétera, desarrollándose la narración con un verdadero río de lectura apasionante.
Sí, no se sorprendan, ahora todos conocemos a MIRAMAX como una gran compañía que es propiedad de DISNEY, cuyo logo nos encontramos en películas de gran éxito que parece que poco tienen que ver con el cine independiente (incluyendo una masiva presencia en los Oscar en los últimos diez años), pero esto no tiene nada que ver con sus inicios y uno se sorprende de cómo ha llegado hasta allí de la mano de los irrepetibles hermanos “manostijeras” Weinstein.
No hay espacio para más, por lo que me remito al libro, no sin antes destacar lo necesario que es enterarse de todo lo que es el proceso de gestación de una película y todo lo que condiciona el resultado final que vemos en la pantalla: compra de idea o guión, preproducción, selección de repartos, firma de contratos, filmación, postproducción (de aquí viene el sobrenombre de los hermanos Weinstein, siempre empeñados en “arreglar” las películas en el montaje a costa de pisotear a su director, todo en aras de experiencia en viabilidad comercial, jugando al límite aunque no se los permitiesen las cláusulas contractuales –siendo habituales las que dejan el montaje final en manos del director siempre que se ajustase a un máximo de tiempo establecido, normalmente dos horas de duración- y actuando muchas veces como verdaderos extorsionadores y enemigos peligrosos..., aparte de su reiterada técnica de hacer pases de prueba con público real para decidir el montaje final) y distribución en salas nacionales (del numero de ellas depende mucho el éxito de una película, así como el gasto en publicidad, en lo que eran maestros los hermanos), del extranjero, en video y en televisión por cable. Sin olvidarnos de las “maniobras” para obtener una buena cosecha en los Oscar (nos enteramos así de que Roberto Benigni obtuvo su Oscar al mejor actor por LA VIDA ES BELLA gracias a sus encantos y simpatía personal ,que derrochó en innumerables eventos en Hollywood el mes antes de la ceremonia).
No se lo pierdan.
2.- SHORTBUS. Una película absolutamente sorprendente.
Es posible que no hayan oído hablar de la misma, pues su difusión comercial en 2007 fue realmente escasa y por Asturias creo que ni pasó.
Pero baste que les diga que es la película con mayor número de minutos (y son muchísimos) de sexo explícito de la historia del cine, sin ser una película pornográfica.
Se desarrolla a través de tres historias personales que se narran paralelamente y acaban convergiendo en el “Shortbus”, una especia de club liberal de intercambio (y mucho más), que es algo que sin duda solo puede encontrarse en un Nueva York post-moderno.
Personalmente tengo que decir que la historia engancha en lo personal (a pesar de mi rechazo visual de la escenas de sexo gay) y produce la sensación de que se nos está contando algo muy personal y humano. Me sumo, por tanto, a las palabras de Sergio Benítez cuando dice: “...aunque lo parezca, ... no es una película sobre sexo, es una película sobre la libertad y la autodeterminación del individuo”.
Su gestación es obra personal de John Cameron Mitchel (autor de un musical “alternativo” que triunfó en los escenarios “off-broadway” de N.Y. y que luego llevó también al cine, protagonizándolo el mismo, llamado Hedwig and the Angry Inch; que posteriormente, ya como película, triunfó en el Festival de Sundance de 2001), sobre el que invito a todos a profundizar pues es un verdadero genio del cine independiente (búsquenlo en la web labutaca.net, entre otras). Y su obra no fue flor de un día, sino que esta gestada con un proceso de recopilación de videos con historias personales, de las que luego se nutre la película, y un sin fin de improvisaciones de los actores (especialmente en las escenas de sexo en grupo en unas de las salas del “Shortbus”).
Al resultado final contribuyen una música excepcional y unas imágenes de ordenador de un N.Y. que parece de plastilina, realmente geniales y sorprendentes.
No se la pierdan, que se puede localizar con cierta facilidad.
3.- LA SOGA. El sesenta cumpleaños de una de las grandes obras del maestro Alfred Hitchcock.
Es no solo una de las obras más grandes y personales del impagable “gordinflón” (ejemplo destacable del “suspense” de que era especialista señero, pues el asesinato se produce al principio del film y a pesar de ello nos arrastra inevitablemente en su visionado sin que perdamos un ápice de interés), sino un verdadero hito técnico en su filmación (me remito a las explicaciones que da el propio Hitchcock en el libro de conversaciones con François Truffaut), pues no solo se desarrolla en tiempo real desde el principio al fin (con los cambios de decorados con movimientos de nubes y la propia luz solar, pues la acción transcurre en una apartamento acristalado de N.Y.) sino que además es una película filmada “en una sola toma”, es decir, sin cortes (hay que explicar que los rollos de filmación duran diez minutos, por lo que los enlaces entre cada uno se producen con el paso de una persona delante de la cámara que ciega la escena y con ese movimiento de persona se comienza el siguiente rollo).
Recientemente he podido leer un artículo sobre esta película (llamada ROPE, o sea, solo SOGA en inglés) en la revista de internet “El Catoblepas” (dirigida por el ilustre Gustavo Bueno) donde su autor Raul Fernández Vitores, aparte de comentarla de modo interesante, pretendía finalmente relacionarla con la SHOAH (que no es ni más ni menos que el genocidio de los judíos por el régimen nazi, analizando si la película era una alegoría del nazismo o una tesis sobre la homosexualidad), pero esto último me pareció totalmente fuera de lugar, por mucho que queramos ver paralelismos de comportamiento nazi en los asesinos del film, supuestamente homosexuales (que causan la muerte de su víctima por estrangulación con una “soga” por la mera decisión de hacerlo, como un acto de maldad pura).
No se pierdan la oportunidad de re/visionarla en cuanto puedan.
4.- LOS FALSIFICADORES. Un oscar merecido para otra genial película sobre el exterminio judía por los nazis.
Esta producción alemana y austriaca, dirigida por Stefan Ruzowitzky, nos cuenta una historia real de Salomon Sorowitsch, insigne falsificador y bohemio, que tras su confinamiento en el campo de concentración alemán de Sachsenhausen en 1944, aceptó colaborar con los nazis en la mayor operación de falsificación de billetes de la Historia, con la que se pretendía contribuir a la financiación de la guerra. Durante los últimos años del conflicto, cuando el Reich veía cercano su final, las autoridades decidieron imprimir sus propios billetes en las divisas de sus principales enemigos. Con aquel dinero falso pretendían anegar las economías de los países rivales y al tiempo llenar sus propias arcas, vacías por la guerra. En dicho campo de concentración dos barracones fueron aislados del resto de las instalaciones y del mundo exterior para ser transformados en perfectos talleres de falsificación. Así nació la denominada Operación Bernhard...
Tuve ocasión de visitar dicho campo de Sachsenhausen, que está situado a unos 60 km de Berlín, llegando a sentir una intensa emoción al pisar sus instalaciones, hasta el punto de no poder resistirme a escribir, en unas notas que dejaban para que los visitantes expresaran sus opiniones, simplemente las palabras “befehl ist befehl” (las órdenes son las órdenes), como protesta anónima por seguir sin comprender cómo el pueblo alemán fue capaz de consentir (aplaudiendo o apartando la vista en la inmensa mayoría de los casos) todo aquello.
Esta película se suma a la larga lista de grandes filmes que recientemente hemos podido visionar sobre el holocausto, comenzando por LA LISTA DE SCHINDLER de Spielberg (con la realización impactante que este genio del cine sabe dar, sin que quede exenta de críticas, como por ejemplo que en las escenas en que se amontonan cadáveres desnudos de judíos muertos, veamos personas normales y no los “esqueletos andantes” que producían los campos de exterminio), a la que han seguido LA VIDA ES BELLA, de Begnini, (sorprendente obra maestra del que hasta entonces había sido un cómico de segunda), EL PIANISTA, de Polansky, (cinta algo sobrada de metraje, por buscarle algún pero, excelente y destacada en todo lo demás, incluyendo la reconstrucción histórica del guetto de Varsovia), así como la más polémica AMEN, de Costa Gavras, (sobre las relaciones entre la iglesias y el nazismo) e incluso HIJOS DE UN MISMO DIOS, de Yurek Bogayevicz, (historia más íntima de un niño judío al que intenta salvar un cura polaco). Todas las cuales tienen en común con la comentada que se basan en historias reales.
Y concluyo: si quieren de verdad vivir una experiencia intensa sobre lo que fue el Holocuasto, intenten visionar la película SHOAH de Claude Lanzmann, documental de 9 horas de duración con entrevistas a supervivientes de los campos, realizada en 1985.
En fin, no se lo pierdan.
Gijón abril 2008.
1.- SEXO, MENTIRAS Y HOLLYWOOD. Un libro de los llamados imprescindibles.
El cine no solo son películas en todas sus versiones (salas, DVD, televisión...), sino que hay también su lado escrito, donde hay además una ingente marea de publicaciones interesantes. Y cuando se da con una de gran nivel, uno se llena de satisfacción.
El libro citado es una de estas “joyas”, donde su autor, Peter Biskind (prestigioso periodista especializado de USA), nos regala más de 680 páginas abigarradas y apasionantes, con ese estilo tan eficaz y común en tierras norteamericanas, que hace que nos cueste cesar en su lectura.
No, no busquen morbo, el título solo parafrasea la sorprendente y genial película de Steven Soderbergh, SEXO, MENTIRAS Y CINTAS DE VIDEO. Sobre la misma y sobre su director podría escribirse mucho, pero no es el momento; aunque no puedo pasar sin decir que a pesar de su éxito inicial, este director-autor pasó una verdadera “travesía del desierto” de unos diez años, hasta que finalmente se ha encumbrado y se permite el lujo de acometer obras personales como TRAFFIC o meramente comerciales como OCEAN’S ELEVEN.
Pues bien, el libro trata de acometer los secretos e interioridades de un período de más de doce años que resultó realmente trasformador para el llamado cine independiente americano, centrándose (como indica el subtítulo del libro, que por tanto no tiene intención de engañar a nadie sobre su contenido) en la historia de la productora MIRAMAX (con el devenir paralelo de otros productores independientes) y en el FESTIVAL DE CINE INDEPENDIENTE DE SUNDANCE (creación del gran Robert Redford, el cual no sale demasiado bien parado en el libro), con apariciones intermitentes de múltiples personajes “secundarios”, como el citado Soderbergh, Tarantino, De Niro, Bob Thorton, Matt Damon y Ben Affleck, Roberto Benigni y un largo etcétera, desarrollándose la narración con un verdadero río de lectura apasionante.
Sí, no se sorprendan, ahora todos conocemos a MIRAMAX como una gran compañía que es propiedad de DISNEY, cuyo logo nos encontramos en películas de gran éxito que parece que poco tienen que ver con el cine independiente (incluyendo una masiva presencia en los Oscar en los últimos diez años), pero esto no tiene nada que ver con sus inicios y uno se sorprende de cómo ha llegado hasta allí de la mano de los irrepetibles hermanos “manostijeras” Weinstein.
No hay espacio para más, por lo que me remito al libro, no sin antes destacar lo necesario que es enterarse de todo lo que es el proceso de gestación de una película y todo lo que condiciona el resultado final que vemos en la pantalla: compra de idea o guión, preproducción, selección de repartos, firma de contratos, filmación, postproducción (de aquí viene el sobrenombre de los hermanos Weinstein, siempre empeñados en “arreglar” las películas en el montaje a costa de pisotear a su director, todo en aras de experiencia en viabilidad comercial, jugando al límite aunque no se los permitiesen las cláusulas contractuales –siendo habituales las que dejan el montaje final en manos del director siempre que se ajustase a un máximo de tiempo establecido, normalmente dos horas de duración- y actuando muchas veces como verdaderos extorsionadores y enemigos peligrosos..., aparte de su reiterada técnica de hacer pases de prueba con público real para decidir el montaje final) y distribución en salas nacionales (del numero de ellas depende mucho el éxito de una película, así como el gasto en publicidad, en lo que eran maestros los hermanos), del extranjero, en video y en televisión por cable. Sin olvidarnos de las “maniobras” para obtener una buena cosecha en los Oscar (nos enteramos así de que Roberto Benigni obtuvo su Oscar al mejor actor por LA VIDA ES BELLA gracias a sus encantos y simpatía personal ,que derrochó en innumerables eventos en Hollywood el mes antes de la ceremonia).
No se lo pierdan.
2.- SHORTBUS. Una película absolutamente sorprendente.
Es posible que no hayan oído hablar de la misma, pues su difusión comercial en 2007 fue realmente escasa y por Asturias creo que ni pasó.
Pero baste que les diga que es la película con mayor número de minutos (y son muchísimos) de sexo explícito de la historia del cine, sin ser una película pornográfica.
Se desarrolla a través de tres historias personales que se narran paralelamente y acaban convergiendo en el “Shortbus”, una especia de club liberal de intercambio (y mucho más), que es algo que sin duda solo puede encontrarse en un Nueva York post-moderno.
Personalmente tengo que decir que la historia engancha en lo personal (a pesar de mi rechazo visual de la escenas de sexo gay) y produce la sensación de que se nos está contando algo muy personal y humano. Me sumo, por tanto, a las palabras de Sergio Benítez cuando dice: “...aunque lo parezca, ... no es una película sobre sexo, es una película sobre la libertad y la autodeterminación del individuo”.
Su gestación es obra personal de John Cameron Mitchel (autor de un musical “alternativo” que triunfó en los escenarios “off-broadway” de N.Y. y que luego llevó también al cine, protagonizándolo el mismo, llamado Hedwig and the Angry Inch; que posteriormente, ya como película, triunfó en el Festival de Sundance de 2001), sobre el que invito a todos a profundizar pues es un verdadero genio del cine independiente (búsquenlo en la web labutaca.net, entre otras). Y su obra no fue flor de un día, sino que esta gestada con un proceso de recopilación de videos con historias personales, de las que luego se nutre la película, y un sin fin de improvisaciones de los actores (especialmente en las escenas de sexo en grupo en unas de las salas del “Shortbus”).
Al resultado final contribuyen una música excepcional y unas imágenes de ordenador de un N.Y. que parece de plastilina, realmente geniales y sorprendentes.
No se la pierdan, que se puede localizar con cierta facilidad.
3.- LA SOGA. El sesenta cumpleaños de una de las grandes obras del maestro Alfred Hitchcock.
Es no solo una de las obras más grandes y personales del impagable “gordinflón” (ejemplo destacable del “suspense” de que era especialista señero, pues el asesinato se produce al principio del film y a pesar de ello nos arrastra inevitablemente en su visionado sin que perdamos un ápice de interés), sino un verdadero hito técnico en su filmación (me remito a las explicaciones que da el propio Hitchcock en el libro de conversaciones con François Truffaut), pues no solo se desarrolla en tiempo real desde el principio al fin (con los cambios de decorados con movimientos de nubes y la propia luz solar, pues la acción transcurre en una apartamento acristalado de N.Y.) sino que además es una película filmada “en una sola toma”, es decir, sin cortes (hay que explicar que los rollos de filmación duran diez minutos, por lo que los enlaces entre cada uno se producen con el paso de una persona delante de la cámara que ciega la escena y con ese movimiento de persona se comienza el siguiente rollo).
Recientemente he podido leer un artículo sobre esta película (llamada ROPE, o sea, solo SOGA en inglés) en la revista de internet “El Catoblepas” (dirigida por el ilustre Gustavo Bueno) donde su autor Raul Fernández Vitores, aparte de comentarla de modo interesante, pretendía finalmente relacionarla con la SHOAH (que no es ni más ni menos que el genocidio de los judíos por el régimen nazi, analizando si la película era una alegoría del nazismo o una tesis sobre la homosexualidad), pero esto último me pareció totalmente fuera de lugar, por mucho que queramos ver paralelismos de comportamiento nazi en los asesinos del film, supuestamente homosexuales (que causan la muerte de su víctima por estrangulación con una “soga” por la mera decisión de hacerlo, como un acto de maldad pura).
No se pierdan la oportunidad de re/visionarla en cuanto puedan.
4.- LOS FALSIFICADORES. Un oscar merecido para otra genial película sobre el exterminio judía por los nazis.
Esta producción alemana y austriaca, dirigida por Stefan Ruzowitzky, nos cuenta una historia real de Salomon Sorowitsch, insigne falsificador y bohemio, que tras su confinamiento en el campo de concentración alemán de Sachsenhausen en 1944, aceptó colaborar con los nazis en la mayor operación de falsificación de billetes de la Historia, con la que se pretendía contribuir a la financiación de la guerra. Durante los últimos años del conflicto, cuando el Reich veía cercano su final, las autoridades decidieron imprimir sus propios billetes en las divisas de sus principales enemigos. Con aquel dinero falso pretendían anegar las economías de los países rivales y al tiempo llenar sus propias arcas, vacías por la guerra. En dicho campo de concentración dos barracones fueron aislados del resto de las instalaciones y del mundo exterior para ser transformados en perfectos talleres de falsificación. Así nació la denominada Operación Bernhard...
Tuve ocasión de visitar dicho campo de Sachsenhausen, que está situado a unos 60 km de Berlín, llegando a sentir una intensa emoción al pisar sus instalaciones, hasta el punto de no poder resistirme a escribir, en unas notas que dejaban para que los visitantes expresaran sus opiniones, simplemente las palabras “befehl ist befehl” (las órdenes son las órdenes), como protesta anónima por seguir sin comprender cómo el pueblo alemán fue capaz de consentir (aplaudiendo o apartando la vista en la inmensa mayoría de los casos) todo aquello.
Esta película se suma a la larga lista de grandes filmes que recientemente hemos podido visionar sobre el holocausto, comenzando por LA LISTA DE SCHINDLER de Spielberg (con la realización impactante que este genio del cine sabe dar, sin que quede exenta de críticas, como por ejemplo que en las escenas en que se amontonan cadáveres desnudos de judíos muertos, veamos personas normales y no los “esqueletos andantes” que producían los campos de exterminio), a la que han seguido LA VIDA ES BELLA, de Begnini, (sorprendente obra maestra del que hasta entonces había sido un cómico de segunda), EL PIANISTA, de Polansky, (cinta algo sobrada de metraje, por buscarle algún pero, excelente y destacada en todo lo demás, incluyendo la reconstrucción histórica del guetto de Varsovia), así como la más polémica AMEN, de Costa Gavras, (sobre las relaciones entre la iglesias y el nazismo) e incluso HIJOS DE UN MISMO DIOS, de Yurek Bogayevicz, (historia más íntima de un niño judío al que intenta salvar un cura polaco). Todas las cuales tienen en común con la comentada que se basan en historias reales.
Y concluyo: si quieren de verdad vivir una experiencia intensa sobre lo que fue el Holocuasto, intenten visionar la película SHOAH de Claude Lanzmann, documental de 9 horas de duración con entrevistas a supervivientes de los campos, realizada en 1985.
En fin, no se lo pierdan.
Gijón abril 2008.