30 septiembre, 2010

El pirata del Inteco

(Este texto de abajo aparece hoy en mi columnilla de los jueves en El Mundo de León. La noticia que da pie pueden consultarla aquí. Ya ven que vuelvo a presumir de hijo. Cualquier disculpa vale y no tengo enmienda. Pero lo simpático del caso y que añade algo de picante a mi articulillo es lo siguiente. Mi hijo no sabía absolutamente nada de esta columna y hoy mismo me envía un mensaje en el que me remite a este enlace y me cuenta que se identifica mucho con la chica que escribe esa carta y que, como él, ha ido a parar a la Costa Oesta de EEUU. No tiene desperdicio el testimonio y yo mismo conozco muchos casos así, por mi experiencia en la universidad española y por lo que mi hijo me cuenta de la vida de muchos de sus amigos más brillantes. Insisto en lo mismo y lo de siempre: a esos chavales les llueven ofertas de medio mundo y de los países más desarrollados, pero de España ni una, y a la universidad española que no se asomen, que está ocupada por un grupo de macacos. ¿Qué estamos haciendo? ¿En qué país vivimos? ¿Qué cretinos nos han gobernado y nos gobiernan? Ah, pero lo importante y lo que sale en los medios y las conversaciones es Belén Esteban. Ojalá nos parta un rayo de una maldita vez).

Me enterneció un poquito la noticia que este periódico daba el lunes, sobre el propósito del Inteco de contratar un hacker o pirata informático que use sus habilidades para detectar fallos de los sistemas de seguridad y ayudar a hacerlos menos vulnerables. Tengo un hijo ingeniero informático que ahora, con sus veintisiete abriles, trabaja en un laboratorio de Berkeley, en California, y que durante cinco años estuvo en la plantilla del CERN, en Ginebra, elaborando programas de ordenador para los experimentos de los físicos. Es una fiera de la programación y demás habilidades de los de su gremio, pero lo que quiero contar aquí son sus comienzos de hacker. Cuando el chaval tenía catorce años, El Mundo publicó un reportaje sobre los piratas más considerados y famosos en nuestro país entonces, y ahí salió mi retoño con su alias y todo. No hace falta que les confiese que no me alcanzaba la camisa al cuello y que ya lo imaginaba a él en el reformatorio y a mí pagando indemnizaciones a tutiplén. No llegó la sangre al río y su destreza le sirvió para trabajar con buen sueldo desde antes de acabar la carrera. Hoy sé, por él, que en esos campos los grandes, hackers y no hackers, viven como en otro mundo, muy lejos, tanto en aspiraciones como en ofertas de trabajo. Se los disputan las mayores empresas y los grandes centros de investigación y cambian de país y de continente con pasmosa facilidad, siempre buscando nuevos retos, desafíos más tentadores.

Cuento todo esto, además de para fardar, porque me imagino lo que esos “figuras” pensarán de la oferta del Inteco: que es para “mataos”, para aficionadillos. Es como si la Cultural dice que va a poner a prueba a los jugadores de la Premier que quieran presentarse, o como si la mejor autoescuela del país le ofrece puesto de monitor a Fernando Alonso. Hombre, pues no sé; a ver si hay suerte. Dicho sea con todo el respeto y la mayor simpatía para la Cultural y para el Inteco. Un pirata como es debido que de día trabajara para aumentar la seguridad de los sistemas, por la noche se dedicaría a discurrir nuevos trucos para saltársela. Sería como poner a Don Juan Tenorio de asesor de la Aido para lo del género y tal. Ustedes ya me entienden.

29 septiembre, 2010

Dinero negro. Por Francisco Sosa Wagner

Cifras multimillonarias de euros, cifras que producen alteraciones cardíacas a las personas mesuradas, circulan por España como dinero negro.

Ha sido siempre el negro color de luto, después venía el “alivio” que eran los grises, y todo estaba ligado a la tristeza por la desaparición de un ser querido. Sin embargo, cuando el dinero se viste de negro, lejos de afligir, parece que lleva alegría, es como si dijéramos más tintineante, más acariciador, pues que no está controlado por el inspector de hacienda. Es raro que el negro pase desapercibido porque es color que se advierte de lejos y por ello no se entiende muy bien por qué el dinero negro no hace señales inequívocas de que está, de que circula, de que pasa de mano en mano, ¿a qué viene pues que el dinero negro no se vea a distancia por quien debe saber de su existencia?

La noche es negra pero eso no es obstáculo para que todos la identifiquemos. En cuanto se presenta, encendemos la luz. ¿Por qué no se encienden las luces cuando hay dinero negro en circulación? Este es el misterio que convendría aclarar. Pues, si ello ocurriera, es decir si hubiera luces que lo iluminaran, el negro del dinero sería tan inofensivo como el negro de la noche contra la que disponemos de mil formas para conjurar su opresión ofuscadora.

Otra cuestión turbia es si el dinero negro nace o se hace. Dicho de otra forma, cuando sale de la ceca ¿es ya negro? ¿o sale blanco y lo ensucian las manos que lo palpan? No lo sé porque también es posible que salga con vocación de negro y en su tierna infancia sea ya denegrido y luego acabe mal. Como se ve, los problemas se entrelazan y no veo que los economistas nos aclaren gran cosa: se limitan a decirnos que hay mucho dinero negro en circulación.

Entendemos -y se da por supuesto- que eso es malo pero ¿y si por el contrario fuera el color de moda? Digo esto porque si en los escaparates se ve mucha ropa negra expuesta ¿no es posible que también entre las monedas y los billetes de banco se lleve el negro? “Chico, a mí los colores claros no me sientan nada de nada” diría un billete de quinientos euros a otro de cien. Y se vestiría de negro porque solo así se puede ir a los cócteles finos, a esos que acogen a los imputados por delitos urbanísticos que hoy son los señorones más acreditados de la sociedad y por ello los más demandados por las televisiones.

Y, oiga, esto del dinero negro ¿ha existido siempre o es invención moderna? Planteo este inquietante asunto porque en las coplas de Jorge Manrique no sale en la enumeración de esos bienes que se han esfumado y se han desvanecido o esas glorias que han ido a parar al mar y allí se ha perdido su rastro. Como tampoco la hay en las coplas que al dinero dedicó don Francisco de Quevedo, poderoso caballero, al contrario, en él se dice aquello de “Madre, yo al oro me humillo, Él es mi amante y mi amado/, Pues de puro enamorado/ Anda continuo amarillo”. Adviértase: amarillo, sin que en ningún momento se trueque en negro a pesar de que viene de las Indias y es manoseado de forma ansiosa en las Españas de aquellos Austrias vestidos de negro.

O sea ¿cuando realmente empieza a ponerse negro el dinero? En tiempos de Espartero o de Dato ¿había dinero negro? En las novelas de época tampoco sale a pesar de que se apilen cochinadas en muchas de ellas pero el dinero siempre fue dinero sin más, incluso el que se pagaba a la meretriz en las novelas sicalípticas.

Por último, y lo que más despista: si hay dinero negro ¿es que lo hay blanco? ¿y verde? ¿y azulado? Que alguien con autoridad eche luz sobre este embrollo cromático, de momento negro como mirada zaína de corrupto.

28 septiembre, 2010

Huelga general

Mañana hay huelga general, ¿lo sabían? Se lo recuerdo por si pensaban ir a la tienda o a tomarse el vermú en el bar de siempre; o a trabajar, mismamente. Mañana es día de huelga general y me he puesto a pensar si pienso algo sobre ese tema o simplemente me rasco la cabeza como con tantas otras cosas que no pillo bien.

Vamos paso a paso y donde vean que me equivoco mucho, me dan un toque, ¿vale?

Comprendo la huelga en una empresa o en un sector productivo. Si no ando muy despistado, esto funciona así. En esa empresa o sector los trabajadores, con sus sindicatos, acuerdan que van a ejercer ese derecho hasta que la patronal ceda en lo que tenga que ceder o mientras las fuerzas de los trabajadores aguanten o sus ahorros resistan. Es un pulso en toda regla. Unas veces vencen los unos, otras los otros. Por lo general se acaba negociando un acuerdo de ni para ti ni para mí, pues de eso se trataba, de hacer fuerza para la negociación. Nada que objetar. Sobre servicios mínimos debería decidir con carácter general y, al tiempo, con atención a las particularidades pertinentes, una ley, ley que no hay porque, por única vez y sin que sirva de precedente, se estima que sin ley los derechos de los trabajadores estarán mejor defendidos. Bueno, pues será, ni entro ni salgo en eso, aunque digo yo que dependería de cómo fuese la ley en cuestión. Pero a ese gato nadie le pone cascabel, porque dicen que es fiero y muerde. A mí me prohíben fumar sin cigarrillos mínimos y no pasa nada. Conste.

Una huelga general como la de mañana no tiene nada que ver con eso que acabamos de describir, y no sólo porque sea general. No, es que presupone otras cosas y se hace de otra manera. Veamos.

La huelga general, si no yerro, nació como instrumento de acción revolucionaria radical; es decir, para atacar con todas las de la ley (o, mejor dicho, sin ellas) el orden socio-económico establecido, a la patronal y el Estado cómplice de la explotación proletaria. Al principio les gustaba sobre todo a los anarquistas y les parecía una buena manera de abrir boca para luego cargarse, de una, todo el tinglado. No hace falta que les avise, queridos amigos, de que de esos propósitos revolucionarios hoy no queda ni rastro. ¿Se imaginan a Cándido llamando avispada y violentamente, a tomar la Moncloa, a quemar la Zarzuela, a echar al pilón a unos cuantos consejeros autonómicos o a colgar por sus acciones a Botín? No, ya sé. Yo tampoco.

Si para eso no es, para qué será. Pues para protestar contra algo que el gobierno y su mayoría parlamentaria ha hecho o piensa hacer. Así que ya tenemos una pista. Las huelgas generales hoy no se hacen contra la patronal, por los obreros, ni contra el Estado, por sus funcionarios. Las convocan contra el gobierno los sindicatos y las siguen todos los que quieren, de los que trabajan, sea para la empresa privada, la pública o la Administración. Y ahí viene una de las cosas que se entienden regular: si se trata de fastidiar, con razón o sin ella –en eso no reparo aquí- al gobierno de la nación (¿nación? ¿qué nación?), por qué hay que fastidiar a las empresas públicas o privadas o a la Administración o a los ciudadanos que usan sus servicios? Coño, que se vayan a por el gobierno directamente o que hagan un manifiesto bien grande prometiendo el fuego eterno al que vuelva a votar al partido malo. Porque lo simpático es que la mitad de los que paran para protestar contra tal o cual gobierno luego van y votan al partido que lo sostiene. Porque dicen que si gobiernan los otros va a ser peor, pero la huelga se la hacen a estos diciendo que son como los otros, igualitos. ¿Entonces? Fuzzy logic à la Chiquilicuatre.

Si resultara que se debe a que el gobierno es de la misma camada y cómplice de los empresarios explotardorcísimos, habría que hacer una de las de antes, de las totales, de las revolucionarias. Pero en esta ocasión no debe de ser el caso, porque es el gobierno de Zapatero y tal y porque, aunque fuera el de Perico de los Palotes, tampoco veo yo a Toxo en una barricada no navegable. Si resultara que la culpa la tiene la patronal propiamente dicha, habría que organizarle la huelga a ella y, por ejemplo, no sé qué pintarían ahí los funcionarios, por ejemplo.

Tengo para mí que es para las encuestas. Es para jugar a yo te desgasto si no me haces caso o yo te puteo si no te estás quieto mientras te endilgo un par de decretos. Por eso ni importan a sindicatos y gobiernos los costes económicos, ni cuenta el seguimiento real y voluntario de la huelga, que sería el de aquellas personas que, por convicción sobre las buenas razones que la avalan, deciden no ir a trabajar. No, se trata de ver quién mueve más a la gente que no sabe por qué se mueve; o sea a nosotros. Y de movernos en las urnas. Al parecer, una huelga general con mucho eco y que fastidie muchísimo a todo el mundo desgasta electoralmente al gobierno, y una con poco pifostio desgasta a los sindicatos. ¿A los sindicatos los desgasta electoralmente? Ah, pues, ahora que lo pienso, no sé cómo. Creo que en algunos sitios hay elecciones sindicales, pero nunca he visto a nadie ir a votar. No digo que no haya gente, es que yo no me he enterado porque hace tiempo que me juré que si no es para una revolución de verdad, paso. Mariconadas las mínimas. Con perdón.

Ya ven, ando despistado. Y más cuando pienso que, ya puestos a echarle un pulso al gobierno o al sursum corda, habría que arremangarse de verdad y ver quién aguantaba más. Pero no, es sólo un día, la puntita solamente. Es como simbólico, como insultarse a distancia y por si acaso, como amago de patio de colegio. Y el personal de a pie, como usted (espero) y como yo, a verlas venir; ni ilusiones revolucionarias ni esperanzas de mejorar un carajo ni alivio de que se vayan a la puta mierda tres cuartas partes de los gobernantes y sindicalistas de pesebre ni nada. Sólo que mañana a lo mejor no puedo desplazarme en tren a donde pensaba o tengo problemas a la hora de dejar a mi hijita en la escuela.

La verdad, estos tíos joroban mucho más que lo que valen. El día que se planteen una huelga general que sea huelga y general y de romper algo que haga pupa a los gordos, que me llamen y hablamos, que a lo mejor me apunto. Mañana no, sorry. Porque al día siguiente los mismos dirigentes sindicales y políticos, todos y de este o aquel partido, van a estar otra vez dándose el piquito con muchos tenedores, y al que pensó que un día sin sueldo podría servir para algo se le habrá quedado una cara de tonto que no veas.

Si mañana usted teme quedar atrapado en un bus o en un atasco causado por los piquetes que velan por el derecho a la huelga, llévese un libro y lea todo ese rato. Eso sí que jode. A todos. Eso sí que es revolucionario en estos tiempos. Y, si ya va como una moto y quiere atacar el sistema establecido en sus mismísimos fundamentos íntimos, no encienda la tele en todo el día. Ay, si muchos hiciéramos así. Se acabarían los cándidos zapateros que reparan botines. Y el mamoneo.

27 septiembre, 2010

Nuestro hombre en Helsinki. 6. Por Fernando Losada

Para repasar las primeras entradas de esta serie que narra las andanzas de un investigador universitario en Helsinki, vea aquí, aquí, aquí, aquí y aquí).
¡Toc, toc! ¿Se puede? No quiero resultar demasiado pesadito, pero qué le voy a hacer, tengo muchas cosas que contaros, así que ya estoy de nuevo sentado ante el ordenador seleccionando cuál de mis múltiples aventuras es la que os relato. Como soy persona ordenada, ya sabéis, creo que lo adecuado es comenzar por el principio, de modo que en esta ocasión echaremos la vista atrás al mes de junio, a un momento crucial en mi estancia en este país: precisamente a cuando conseguí comprender en su completa dimensión la visión que los finlandeses tienen del Derecho.

Mi primera intuición en este sentido era que su aproximación al Derecho, a diferencia de la española, era muy teórica. Si en España un especialista en Derecho Laboral, por poner un ejemplo, se conoce al dedillo el Estatuto de los Trabajadores y afronta los problemas jurídicos relacionados con su materia desde la perspectiva del derecho positivo, en Finlandia las cosas son muy distintas. Aquí no es que no se conozcan los preceptos jurídicos vigentes, sino que la aproximación a los problemas es teórica. Para que se me entienda: están todos embadurnados de filosofía del derecho (y no solo), de manera que si uno mantiene un debate jurídico con un experto en derecho procesal la atención no se centrará en el artículo X de la ley correspondiente, sino en cómo determinado concepto teórico es plasmado en la normativa, o cómo se ajusta ésta a la idea de justicia del pensador de turno (aquí Foucault está a la orden del día). Para un jurista español esta forma de aproximarse a las cosas es cuando menos novedosa. En mi caso resultó, sobre todo al principio, relativamente estimulante. Pero claro, a todo se le pueden encontrar pegas. Y una es que cuando esta forma de abordar el Derecho se exagera, acaba uno analizándolo todo en términos del pensamiento de Nietzsche o Derrida, por citar algunos de los nombres que habitualmente salen a relucir por estos lares; y no es que tenga nada en contra de ello(s), pero desde luego a mí este nivel de abstracción me desborda. Y yo me pregunto, ¿cómo pueden estudiar la Unión Europea sin haber leído los Tratados que la constituyen (algo que un investigador me reconoció por entonces)? Yo creo que a partir de la lectura de un precepto concreto se puede abstraer hasta llegar a debatir la composición atómica de los Tratados o la morfología cerebral de Sarkozy, pero ponerse a elucubrar sobre estas cosas sin un sólido apoyo terrenal me parece de lo más arriesgado. En términos tanto académicos como de salud mental. En cualquier caso, en estas situaciones me siento perdido y acabo intentando aterrizar de forma discreta sus disquisiciones y divagaciones acercándolas a un tema más concreto, pero no es tarea fácil, porque esa es su cultura jurídica.

Lo que sigue es el relato del peculiar modo en el que dejé de admirar la capacidad teórica de esta gente y pude relativizar las cosas. Resulta que en una soleada mañana del mes de junio, como digo, nos comentaron compañeros del Centro en el que trabajamos que un reconocidísimo filósofo del derecho finlandés estaba en Helsinki (permítaseme obviar nombres, pero es conocido a escala mundial) y que, en tanto que miembros de la Asociación de Filosofía del Derecho Finlandesa (o algo por el estilo), han organizado un pequeño encuentro con él. La charla se organizará en Suomenlina, una isla a quince minutos en barco que cuenta con una fortificación considerada por la UNESCO patrimonio de la humanidad. Además, nos dicen que las presentaciones de este profesor son muy especiales y que de verdad merecen la pena, y nuestra impresión tras un anterior contacto con este profesor era precisamente esa (sí, este era uno de los "contentillos" competidores a los que nos enfrentamos jugando al mölkki). Todo eran alicientes, así que aceptamos gustosos la invitación y nos dispusimos con el mejor de los ánimos a disfrutar de lo que se aventuraba sería una jornada de lo más interesante.

Fuimos todos juntos en el barco, donde ya tuvimos alguna que otra conversación surrealista (un profesor se me acercó alabando mi buen gusto cinematográfico; yo, encantado con el halago, le dije que muchas gracias y, antes de que pudiera preguntar cómo narices sabía él qué películas me gustaban a mí ya me comentó que me había incluido en el curso de "Cine y Derecho"; esta vez la sorpresa me paralizó y, de forma un tanto automática, de nuevo le di las gracias, y sin dejar que le preguntara cómo conocía él los secretos de mi corazón, esto es, mi profundo amor por el cine, ya me soltó que no le había respondido al correo electrónico con su propuesta... ¿Qué propuesta? Esta hilarante confusión, que nos mantuvo en vilo un buen par de minutos, se aclaró cuando por fin se dio cuenta de que yo no era el tercer investigador post-doctoral que el Centro ha reclutado... Y es que resulta que el susodicho es también español -o casi, si se me permite la coña: es y ejerce de vasco). Ya en Suomenlina nos encaminamos hacia la sala que habían alquilado para el evento, para lo cual tuvimos que recorrer buena parte de la isla, que a mí me pareció bonita, pero de ahí a considerarla patrimonio de la humanidad hay un buen trecho... tengo que enterarme de qué criterios son los que permiten adquirir tal condición, porque de otra manera no me lo explico. Paseando y charlando llegamos finalmente al lugar. Una mujer de laaaarga trenza, anchas caderas y falda hasta los tobillos pero que no impedía atisbar unas botas militares estaba esperando en la entrada. Resulta que, como veréis, era miembro de la asociación, así que también se unió al acto.

Vamos a ver si consigo describiros la situación: la sala era de techo más bien bajo (como corresponde a las edificaciones de largo tiempo atrás) y estaba muy bien equipada (como corresponde a las edificaciones finlandesas). Pero lo que más nos llamó la atención es que en la mesa de trabajo había viandas para parar un tren: sándwiches de estos que se preparan por aquí, a los que uno no sabe cómo hincarles el diente, porque sólo constan de una rebanada de pan con tropecientas mil cosas por encima. Me pregunto si no conocerán la idea del sándwich como el resultado de colocar entre dos rebanadas de pan lo que uno desee... además de que es mucho más fácil comérselos de esa manera (utilizando los dedos de una sola mano a modo de pinza) no distorsionan el concepto de sándwich. Que lo llamen "tosta" si quieren estar a la moda, pero entonces que me pongan cuchillo y tenedor, sobre todo si me lo cargan con huevo, pepinillo, espárragos, varios tipos de hoja de lechuga (enroscada, caracolada, violeta, verde, iceberg) y salsa césar, por poner un ejemplo. Comerse una de estas especialidades a una o dos manos, durante un acto social y sin acabar manchando al de al lado tiene mérito. Yo lo conseguí, pero el de mi derecha no.

Decía que en esta sala estaba dispuesta una gran mesa con cantidades ingentes de comida y bebida (vino y cerveza) y en torno a la cual nos sentamos. A mi izquierda Massimo y Dorota, una de las compañeras del Centro que con mayor entusiasmo nos recomendó participar en el acto. A mi derecha un par de jovencillos finlandeses (uno de ellos el poco hábil con el arte del sándwich de su propio país). Enfrente se sentaban, de izquierda a derecha, el profesor que tanto apreciaba mi gusto por el cine, una señora de unos cincuenta años que (yo) no sabía quién era, la mujer de laaaarga trenza, otra compañera del Centro (Susanna) y un señor de unos 40 años, tez aceitunada al más puro estilo brasileño, pelo negro rizado y unos tirantes que conseguían retener de alguna manera sus 120 kilos dentro de los pantalones. Encabezando la mesa por la izquierda estaba Míster X, el famoso profesor que impartiría la charla.

No sé cómo relatar el esperpento que sigue. Creo que lo primero que me llamó la atención fue que nuestro famosísimo profesor llevaba su gorra puesta. Una gorra de esas de béisbol. Y no se la quitó para ponerse a hablar. De hecho, comenzó diciendo que dejarse la gorra puesta era una declaración de intenciones (un "statement"). No conseguí comprender qué tipo de declaración era esa, pero tampoco le di mayor importancia. Tras la típica presentación laudatoria del profesor que tanto apreciaba mi gusto por el cine, y antes de cederle la palabra a Míster X, se nos informó de que podíamos proceder a comer. Como los mediterráneos mirábamos con cara ciertamente extrañada, la mujer de la laaaarga trenza amablemente nos indicó que "POR FAVOR, COGED UN SÁNDWICH". Cuando lo escribo así no quiero hacer ver que nos lo dijera a voz en grito, ¡sino con una voz gutural que ni el mismísimo M. A. Barracus! ¡Menudo shock! De forma automática me encomendé en silencio a todos los santos de la seriedad que pudieran existir y aguanté la risa como pude. Fue un esfuerzo sobrehumano.

Pero ahora era el turno de Míster X, que empezó a contarnos por qué había elegido la isla de Soumenlina para su charla sobre responsabilidad extracontractual y filosofía del derecho. Resulta bastante complicado haceros llegar con meras palabras la performance que este hombre comenzó a representar ante nuestros ojos como platos y nuestras quijadas que, desencajadas, se desplomaban sobre nuestros pechos (cada uno el suyo). Lo de menos es que, maravillado, nos pasara un libro jurídico para que admiráramos su portada, repleta de pequeñas figuritas que parecían de barro "todas iguales pero que si nos aproximamos lo suficiente son todas distintas" (la esencia de la sociedad: iguales en derechos pero distintos en el resto); lo de más es que se tapara la cabeza con las manos explicándonos la historia de una niña que había venido con sus padres a Suomenlina un fin de semana, algo muy típico y tremendamente extendido entre los finlandeses, y que se había puesto a recorrer las diferentes zonas de la isla (en este punto correteaba por la sala como si de una niña con sus coletas al viento se tratase), llegando a un lugar especialmente bonito para ella (ahora saltaba como un canguro, mi cabeza siguiéndole de izquierda a derecha, desde donde estaba el profesor que tanto apreciaba mi gusto por el cine hasta el pseudo-brasileño ancho de caderas -parecido a Eddie Murphy en la película esa en la que está caracterizado de gordo- y de vuelta, pasando por la "mujer" de la laaaarga trenza); la niña se quedó pasmada ante la belleza del lugar (suspiro exaltado), y corrió siguiendo un sendero que parecía conducir a una atalaya privilegiada cuando (y esto con gritos de "¡Oh! ¡Qué tragedia!") cayó por el precipicio que las autoridades finlandesas no habían señalizado porque una de las condiciones para obtener la distinción de patrimonio de la humanidad requiere no alterar el estado de las cosas. "¡Oh! ¡Qué drama! ¡Qué tragedia!" Manos en la cara, parece que se le saltan las lágrimas. Se aprieta la gorra contra la cabeza. Piensa en la familia de la niña, en el funeral. ¿Quién lo paga? "¡Oh! La desgracia se cierne sobre esta familia, se ensaña con ella, porque no hay indemnización posible". Bueno... en este plan durante una hora. Inenarrable. Literalmente, porque no sé cómo narrároslo. Pero esperpéntico.

Cuando terminó la charla y unas preguntas de verdad absurdas (porque ¿qué se podría preguntar con sustancia a un actor de vodevil representando una tragedia infantil?), se nos dijo que ahora empezaba lo bueno, esto es, que a beber y a hablar... Yo me excusé alegando la cantidad ingente de trabajo que tenía, Massimo lo mismo, y salimos de allí pitando. Lo primero que me comentó fue su shock post-articulación verbal de la "mujer" de la laaaarga trenza, y lo segundo que hubo un momento durante la "representación" en el que casi muere de risa al ver mi cara de incredulidad, alucinación o espanto ante lo que estábamos presenciando. Soy el último que quiere hacer del derecho una cosa aburrida, pero esto era una payasada, de verdad. Deberíamos considerar a Míster X el nuevo Charlie Rivel.

Al día siguiente, en el trabajo, Dorota y Susanna nos preguntaron si merecía o no la pena asistir a la magnífica representación que habíamos presenciado, y yo no supe sincerarme y simplemente dije que no me había convencido del todo. Nos dijeron que se fueron de allí a las nueve de la noche (esto había acontecido a eso de la una de la tarde) y que estuvieron hasta entonces bebiendo, comiendo y departiendo acerca de cuestiones jurídicas. Todo pagado por la asociación, a su vez sufragada por un par de despachos de abogados del país. Vamos, que los despachos de abogados les alquilan a los filósofos unas instalaciones en una isla para que se emborrachen y puedan hacer representaciones chorras con la excusa de resolver problemas jurídicos. ¡Tremendo!

Bueno, todo esto viene a que desde ese día abrí los ojos a la realidad de los juristas finlandeses. Me encanta su habilidad teórica, pero de lo sublime a lo ridículo hay un pequeño paso, y muchas veces no tienen reparos en darlo y seguir corriendo aun más allá. Me andaré con ojo en adelante. De momento no he vuelto a ninguna de estas reuniones, aunque tampoco se me ha vuelto a invitar. Tal vez cuando haya trapecistas, que son muy emocionantes, me apunte de nuevo. Hasta entonces prefiero Foucault, Derrida y Nietzsche, por muy desbordado que me sienta cuando me los mentan.

¡Un gran abrazo a todos!

26 septiembre, 2010

Entrevista con Mas y con menos

Ayer leí la entrevista con Mas que ayer venía en El País. Normal. Se me quedó esa cara que se le pone a uno al entrar en un ascensor en el que un pasajero anterior acaba de hacer algo indebido. Fumar, por ejemplo, no sea usted mal pensado. Te dices que qué peste y que por qué no pondrán en los elevadores un fumigador de gente así. Ustedes ya me entienden. Por el hedor. Aunque tengan sus derechos humanos y todo, pero que se abstengan de tomarse libertades en ese aparato tan reducido que nos transporta a todos.

Luego me dio por pensar qué habría dicho yo si la entrevista hubiera sido al tiempo con los dos, con Mas y conmigo, aunque yo sea menos. Uno tiene también sus ideas y su corazoncito y por qué no vamos a cotejar las opiniones o por qué creer que cuando se habla del país unos son más que otros. Así que me lo monté en la cabeza y miren cómo me quedó. Copio la pregunta y la respuesta de don Arturo tal como vienen en el periódico y luego me doy la palabra a mí, que para eso es mío este blog. Sorprendente, ya verán.

P. Todo el mundo está hablando estos días de un problema de desafección enorme entre Cataluña y España. ¿Qué podría hacer usted si gobernase para reparar ese mal si tiene arreglo?

MAS. El mal de la relación entre Cataluña y España es un mal centenario o multicentenario, no nos lo hemos inventado ahora. Segundo, uno de los peores momentos de la relación entre Cataluña y España de los últimos 30 años lo estamos viviendo con el tripartito en Cataluña. Y tercero, yo creo que el problema que tenemos ahora es que se está produciendo una ruptura emocional entre Cataluña y España, una distancia emocional grande. Y esto seguramente es porque los catalanes tenemos mayoritariamente la sensación de que en España no se nos quiere ni se nos acepta como somos. Y claro, cuanto tú has hecho una apuesta para una casa común y no te quieren como eres, pues te planteas el futuro.

YO. El mal de la relación entre España y Cataluña es un mal centenario o multicentenario, no nos lo hemos inventado ahora. Segundo, uno de los peores momentos de la relación entre Cataluña y España de los últimos 30 años lo estamos viviendo con el tripartito en Cataluña. Y tercero, yo creo que el problema que tenemos ahora es que se está produciendo una ruptura emocional entre España y Cataluña, una distancia emocional grande. Y esto seguramente es porque los españoles tenemos mayoritariamente la sensación de que en Cataluña no se nos quiere ni se nos acepta como somos. Y claro, cuanto tú has hecho una apuesta para una casa común y no te quieren como eres, pues te planteas el futuro.

P. ¿Si usted gobernase cómo mejoraría esa situación?

MAS. Lo primero que se debe hacer es gobernar bien en Cataluña y eso no se ha hecho. Es decir, un buen Gobierno que en vez de generar tensión y crispación artificialmente actúe con serenidad y con un sentido constructivo. Segunda cosa a hacer: hablar claro en Madrid y en el resto de España en el sentido de que no hay que hacer un discurso en Madrid y otro en Cataluña. Tercero, no se puede intentar recomponer un pacto constitucional que está deteriorado y llegando a su fin. Se puede dar por acabada una etapa de 30 años que ha tenido frutos positivos, no hay que negarlo, para España y Cataluña y hacer una transición hacia un camino nuevo. Y esa transición en Cataluña nos tiene que llevar a decir que si no podemos conseguir cambiar a España hacia un Estado plurinacional, tenemos que seguir nuestro camino. Y eso quiere decir el derecho a decidir de los catalanes. ¿Qué condición le ponemos a eso? Una, ese futuro los catalanes lo tienen que decidir por amplia mayoría.

YO. Lo primero que se debe hacer es gobernar bien en España y eso no se ha hecho. Es decir, un buen Gobierno que en vez de generar tensión y crispación artificialmente actúe con serenidad y con un sentido constructivo. Segunda cosa a hacer: hablar claro en Barcelona y en el resto de Cataluña en el sentido de que no hay que hacer un discurso en Barcelona y otro en España. Tercero, no se puede intentar recomponer un pacto constitucional que está deteriorado y llegando a su fin. Se puede dar por acabada una etapa de 30 años que ha tenido frutos positivos, no hay que negarlo, para España y Cataluña y hacer una transición hacia un camino nuevo. Y esa transición en España nos tiene que llevar a decir que si no podemos conseguir cambiar a Cataluña para que acepte un Estado normal, tenemos que seguir nuestro camino. Y eso quiere decir el derecho a decidir de los españoles. ¿Qué condición le ponemos a eso? Una, ese futuro los españoles lo tienen que decidir por amplia mayoría.

P. ¿Qué porcentaje le situaría usted a eso?

MAS. El futuro de Cataluña para ir bien, para que sea un futuro claro, tendría que ir a mayorías superiores al 60%.

YO. El futuro de España para ir bien, para que sea un futuro claro, tendría que ir a mayorías superiores al 60%. Y en el territorio del actual Estado español donde no se alcance esa mayoría para seguir juntos, aire, que se vayan. A mí qué. Pero nada de andar luego haciendo manitas en los parques, citándose en el motel o asociándose en organizaciones supraestatales.

P. Montilla le pidió a Zapatero que no le diera comba a CiU como cuando negoció el Estatuto y usted se sintió engañado por Zapatero. ¿Se fía de Rajoy, se fía de España?

MAS. No, yo no me fío. Yo por experiencia he aprendido una cosa. No me fío de Zapatero por razones obvias. Tampoco me fío de Rajoy por razones obvias. No me puedo fiar de aquellos que organizaron la campaña contra el Estatuto, no me puedo fiar de los que discuten cada día nuestra lengua y la inversión lingüística en la escuela catalana. No me puedo fiar de los que dijeron que si Gas Natural se quedaba con Endesa se lo quedaba una empresa que estaba fuera del territorio nacional. No hay más separador ni separatista que eso, dicho por Esperanza Aguirre. De España y de los poderes del Estado tampoco me fío, por razones obvias de estos últimos 30 años. Y sé una cosa, cuando te engañan una vez es culpa del que te ha engañado y cuando te engañan dos veces es tuya.

YO. Ah, ¿pero entonces Gas Natural es una empresa con sede en el territorio nacional español? Coño, haber empezado por ahí, porque entonces no sé de que güevos estamos debatiendo. Por lo demás, de Cataluña y de los poderes del Estado en Cataluña yo tampoco me fío, por razones obvias de estos últimos 30 años. Aunque, ahora que lo pienso, ¿los poderes de Cataluña son poderes del Estado o son poderes sin Estado? Qué lío. Pero si los poderes de Cataluña no son poderes del Estado español pero resulta que Gas Natural es una empresa nacional española, ya sé lo que les pasa a los Mas: que quieren ser Estado-nación español. Pero cuidadín, eso tenemos que discutirlo y yo pido que se vote y que se apruebe con un 60% en Cataluña y en Ruedes. Si no, aire, ya te digo.


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Bah, lo dejo aquí. Ya me aburrí de jugar con lloricas. Me dan por el saco los niñatos, lleven barretina o se envuelvan en la bandera rojigualda. Y sigue apestando todo. Creo que no era el ascensor, hay más.


24 septiembre, 2010

Más bobaditas periodísticas

Sigo de malas pulgas, parece ser. Voy a dejar de leer los periódicos. Todos los días me lo digo, pero aguanto erre que erre. Más me valdría dedicar ese tiempo a hacerme la manicura, o a hacerme cualquier otra cosa que me diera alegría al cuerpo en lugar de ponerme de este humor.

Supongo que también andaré así porque no consigo librarme de los compromisos para escribir cosas que a lo mejor no me apetecen. Y miren que me gusta darle a la tecla y que lo paso bien perpetrando páginas y páginas. Pero es como si digo que disfruto con las señoras y entonces me ponen con una gorda bigotuda y un poco fétida, de las que suelo toparme en la cola del súper y en los ministerios. Pues con ésa no, cuánto lo siento. Lo mismo pasa con lo de los temas para escribir. Primero te invitan a dar una conferencia gratis total en no sé qué foro forísimo en el que se va a arreglar la humanidad en un pispás. Dices que bueno y que vale y que sí soltarás el speech. Al llegar al evento, después de un viaje por carretera por tu cuenta y riesgo, sobre todo por tu cuenta, porque tampoco tienen para el kilimetraje dado que la sociedad que organiza el encuentro es sin ánimo de lucro, te dicen que dónde están los folios, vamos a ver. ¿Qué folios?, preguntas tú, sabiéndote ya la respuesta. Los de la conferencia, hombre, cuáles van a ser, que tenemos que repartirlos a todo el auditorio, colgarlos en internet y mandarlos a la revista de la asociación de leprosos con caries, y todo ahora mismo. Es que a mí nadie me avisó de que debía traer la conferencia escrita, empiezas tú a replicar con una voz que se te atasca en el cuello de la camisa. E ibas añadir que total para lo que pagan y que mecagoenlaputa, pero en ese momento alguien dice que se ha puesto malo el fotógrafo oficial y te piden que hagas una foto a todos los del comité presidencial de la asociación y que luego vayas a El Corte Inglés y la pases a papel y que te des prisa para llegar a tiempo para tu ponencia y que dónde está el archivo con el power-point de la dichosa ponencia. ¿Que no has traído power-point? Pero ¡serás rata y reaccionario y badulaque y castellano y partidario de la clase magistral! Te insultan, te escupen, se meten el dedo en la nariz mientras les hablas y luego te mandan corriendo para casa para que en el plazo improrrogable de dos días les envíes el texto en word, con fotos de tu prepucio y de los pezones de tu mujer y un donativo para la asociación de viudas de explotadores de ponentes ingenuos (AVEPI).

Pero iba a contarles otra cosa y se me fue la cacerola. Así que rebobino y rebovino y vean.

Titular de hoy en un periódico leonés: "Los Príncipes, maravillados por los beatos de León". Me pregunto de inmediato dónde se habrán encontrado sus altezas a los beatos esos y si serán algunos de los que frecuentan la parroquia de mi querida suegra. Pero no, son unos códices. Muy bien. Sigo leyendo: "Entusiasmados con los códices y con el fervor con que se volcaban los beatos en su reproducción. Así se mostraron ayer los Príncipes de Asturias tras inaugurar ´In principio erat verbum`, la muestra que acoge Botines sobre los beatos del Reino...". Mira qué bien, se entusiasmaron. ¿Cómo serán unos príncipes entusiasmados? ¿Gritarían de alegría? ¿Chocarían las palmas entre sí y con la concurrencia? ¿Darían saltos y aplaudirían como locos? Reparo, perplejo, en que mucho leer y mucho pensar y nunca supe en qué se nota si un príncipe está entusiasmado o si simplemente le tira la sisa.

Debe de ser cosa de sutiles interpretaciones y de hermenéuticas minucisas, porque la única pista que el periódico deja caer sobre el fundamento de su imputación de entusiasmo principesco y principal es ésta: "´Volveremos a León siempre que nos invitéis`, dijo doña Letizia, maravillada con la espectacularidad de los beatos leoneses". Ya te digo. En cuanto me inviten a mí a Teruel también voy, aunque sea a ver a unos beatos. Lo jodido es viajar pagando o aparecer sin avisar.

¿Y el marido de ella no estaba contentín también? Sí. Y locuaz: "Qué pena no poder dedicar más tiempo a estas cosas", dijo el Borbón. Se lo dijo a un tal Pérez, según cuenta el periódico. Pérez dijo que el Príncipe le dijo que qué pena no poder dedicar más tiempo a estas cosas, pero que "ellos tinen otros muchos cometidos". Es lo mismo que me dicen a mí los estudiantes sobre el temario. Es lo que tiene ser príncipe.

Te quedas dando vueltas a estas gilipolleces como si uno fuera de la realeza y no del mundo real, del otro. Y, por ejemplo, me pregunto cómo será cuando unos príncipes que visitan un sitio no quedan encantados. ¿Se putearán? ¿Dirán tacos y palabrotas y harán muecas? ¿No darán la mano a nadie ni aceptarán los pinchos y las tapas? Y, sobre todo, ¿cómo saben los periodistas cuándo están encantados de verdad y cuándo fingen como orgasmo de ramera? Digo más: de los príncipes y reyes se dice que son mejores y más profesionales cuanto mejor hacen su papel y fingen. Como de las putas. Así que vaya lío para saber y fiarse.

Mira que si en verdad no les gustaron tanto los beatos... Mira que si eran maniquíes, los príncipes, digo, y el periodista los vio felices como los de verdad y tan expresivos como ellos. Mira que si el rey está desnudo y los beatos también.

El día que me tope a un periodista le voy a preguntar sobre estas cosas y sobre si él también está contento cuando se inventa emociones principescas.

PD.- IMPORTANTÍSIMO: Hace unos meses escribí que en algunas universidades no pagan lo que prometen a sus invitados, y lo hice con tan poca vista, que no caí en que me hallaba en una universidad, y el decano de la Facultad en la que yo paraba esos días se cogió un rebote del copón. Cierto que allí tampoco apoquinaban un carajo, pero no lo decía por él ni por su centro, hombre, sino en general con excepciones. Ahora estamos en las mismas: he conferenciado últimamente en varios lugares y me han pedido los escritos correspondientes. Pero no lo digo por estos casos, sino por otros. Estos son amigos buenísimos por los que no sólo daría charlas, sino que hasta vendería mi humilde cuerpo o mi alma al diablo, palabra. Así que, please, que no se me piquen, de verdad. Que ya he perdido demasiados amigos por causa del dichoso blog y de las bromas.

23 septiembre, 2010

Qué paciencia con la ciencia

De verdad que a veces parece que el mundo entero se ha vuelto imbécil. O será que me convierto en un cascarrabias con canas. A lo mejor a usted no le dice nada esta noticia, pero a mí me pone de un humor de perros. Véala y a continuación hablamos. Venía en el ABC de ayer, edición digital. Y en el apartado de "Ciencia", que manda aquello.

La cosa ya se pone guapa en el titular: "Un fuerte viento le abrió a Moisés las aguas del Mar Rojo". Y el primer párrafo también tiene su gracia: "Un viento de unos cien kilómetros por hora pudo haber provocado la separación de las aguas en el Mar Rojo y permitido el paso de los israelitas guiados por Moisés, tal como relata la Biblia en el Exodo, según un estudio basado en catorce modelos realizados por ordenador. La investigación no busca negar la intervención divina, sino examinar la posibilidad de que efectivamente las aguas se abrieran y ofrecieran el cruce a pie a través del lecho del mar, algo a lo que da credibilidad" (La negrita es mía).

O sea, que da lo mismo ser creyente que escéptico, esta noticia nos dejará igual de indiferentes. Si uno cree que claro que Dios hizo todo tipo de prodigios para ayudar al pueblo que había elegido y joder a los otros, a los que en lugar de abrirles mares les enviaba plagas y todo tipo de putadas, con esta noticia descubrirá que Dios utilizó el viento para separar las aguas. Muy práctico. Y si usted es tan descreído como yo y no se imagina a un dios serio jugando a elegir pueblos y componer mecanos para dar paso a Moisés y dejar con dos palmos de narices a algún faraón que no lo adorara, le tendrá sin cuidado la noticia, pues le resulta igual de indiferente que sea verdad o mentira que los judíos de Moisés cruzaran el mar o que lo hicieran a favor del viento o montados en un patinete. Porque, lo cuenten como lo cuenten, o es mentira o, si es verdad, habrá sido por algún fenómeno natural y no sobrenatural. Porque no existen ni el Coco, ni el Hombre del Saco ni un dios serio que no tenga mejores entretenimientos que esos u otros más sangrientos y cabrones.

Alguno dirá, con un punto de razón, que el estudio científico que en esta noticia se relata tiene la ventaja de que nos muestra que el mar pudo abrirse de aguas por causas puramente naturales, por lo que no es imprescindible creer en milagros. Pero eso aliviará al que dude. Yo no dudo y, me temo, el creyente como es debido, tampoco. Así que lo mejor que puede hacer la ciencia es dejar de dialogar en serio con la Biblia, igual que los de la Biblia se niegan a tomarse en serio la ciencia. Y ya está, cada uno en su casa y Dios en la de todos.


22 septiembre, 2010

La sentencia de la semama. SOBRE LA ORIENTACIÓN SEXUAL Y LO QUE TIENE QUE VER CON EL HONOR Y LA INTIMIDAD

Con suerte, podremos comentar con brevedad una sentencia que también es breve. Se trata de la de la Sala Segunda del Tribunal Supremo de 22 de junio de 2010.

Comencemos por los hechos del caso. En un programa de televisión, de ésos de la víscera inmunda, “se entrevistó al Sr. Franco quien haciendo alusión a la relación que mantuvo con Dª Aida conocida artísticamente como ´Graciela` declaró que ella le había contado que el Sr. Aníbal era homosexual”. Ahora es el tal Aníbal el que presenta demanda contra la productora del programa y contra la cadena de televisión que lo emitió. Se trata de demanda sobre protección civil del derecho al honor y a la intimidad personal y familiar y se alega que ha habido intromisión ilegítima contra tales derechos, por lo que se reclaman 30.000 euros de indemnización, en concepto de daño moral.

“El Juzgado de Primera Instancia nº 69 de Madrid estimó la demanda por cuanto los comentarios vertidos suponen una divulgación de hechos relativos a su vida privada que lo hacen desmerecer en la consideración ajena, Sentencia que fue confirmada por la Audiencia Provincial de Madrid, sección 19ª”.

En la Sentencia que aquí examinamos, el TS resuelve el recurso de apelación interpuesto por la productora y la cadena televisiva. Se estima parcialmente el recurso y se baja a la mitad la indemnización, 15.000 euros, pues se considera que no ha habido vulneración de los dos derechos, el del honor y el de la intimidad, sino sólo del primero.

Antes de repasar los sucintos argumentos con que se sustenta dicho fallo, merece la pena destacar que un juicio preciso sobre lo apropiado de esa decisión resulta muy difícil, debido a la muy parca descripción de los hechos que en el texto de la Sentencia se contiene. Este asunto de la descripción de los hechos declarados probados tendría que merecer mayor esfuerzo, de modo que se tenga por deficiencia argumentativa grave la falta de alusión a algún extremo que sea esencial para la correcta calificación jurídica de los hechos del caso. Motivar no puede ser solamente dar las razones de dicha calificación jurídica de los hechos, sino también y primero, relatar tales hechos con el pormenor necesaria para que dicha calificación pueda ser críticamente juzgada. En el asunto de esta sentencia resultará determinante, como vamos a ver, el tono con que se haya proferido aquella afirmación de que el Sr. Aníbal es homosexual, pero sobre ese dato nada se dice, sólo lo que más arriba entrecomillábamos: que así lo afirmó el Sr. Franco en aquella entrevista. ¿Con qué palabras? ¿Con qué gesto o expresión? ¿Con qué énfasis o insistencia? Lo desconocemos y, en consecuencia, nos vemos privados de un elemento crucial para juzgar sobre el juicio del juzgador. No se pierda de vista que, al fin y al cabo, para eso es la obligación de motivar las sentencias, para que cualquier observador crítico o cualquier ciudadano con interés pueda, aunque no tenga implicación personal en el caso, juzgar sobre los juicios de los jueces y, con ello, controlarlos y ponerlos en su sitio cuando de él se salen malamente.

La estructura argumentativa de la parte de fundamentos de Derecho de esta sentencia es llamativamente simple. Tras la breve alusión a los hechos en el fundamento primero, se dedica el fundamento segundo a dar unas elementales pinceladas sobre el significado del derecho al honor y del derecho a la intimidad. Veámoslo.

Sobre el primero de esos derechos se declara que “El honor tiene un sentido subjetivo y un sentido objetivo; el primero es el sentimiento de la propia persona, en su consideración personal, la inmanencia representado por la estimación que cada persona hace de sí mismo y el segundo es la trascendencia o exteriorización, representado por la estimación que los demás hacen de nuestra dignidad; ambos se deben complementar y se concretan en la dignidad de la persona”. Se añade que “La Constitución, en su artículo 20.1.d) reconoce el derecho a comunicar o recibir libremente información veraz por cualquier medio de difusión. El honor cede ante una información veraz, como ha reiterado el Tribunal Supremo y el Tribunal Constitucional no tanto por ponderación de derechos, sino porque ante una verdad, no hay honor que proteger, siempre que resulte de interés público y en ausencia de expresiones injuriosas o vejatorias”. Algo se podría discutir de este último párrafo y su tajante afirmación de que el honor cede siempre ante una verdad de interés público y en ausencia de expresiones vejatorias o injuriosas, pero nos entretendría y nos alejaría de lo que en este comentario más importa.

En cuanto al derecho a la intimidad personal, se lee que “conforma el patrimonio personal, lo que constituye el espacio vital de cada uno, sometido a su exclusivo poder de lo que integra su círculo reservado e íntimo, compuesto por datos y actividades que conforman la particular vida existencial de cada persona y autoriza a preservarla de las ingerencias extrañas, salvo que medie autorización libremente practicada y, como resulta lógico, no es la misma para todos, ya que cada persona tiene su propia intimidad, que actúa como privacidad en exclusiva, a la que acompaña la condición de ser excluyente por mandato constitucional”.

Ya se ha sentado la doctrina. Pero, ¿para qué sirve la doctrina así? Si alguna utilidad ha de tener, en cuanto que argumento o parte de un argumento, habrá de ser la de mostrar una premisa o una parte de una premisa bajo la que se encajarán los hechos del caso. Mas que en esta ocasión ocurra así resulta bien dudoso, entre otras cosas porque los hechos no llegamos a conocerlos en detalle, como pronto volveremos a comprobar.

Recuerden lo que sabemos: que en un programa de teleporquería un señor dijo que una señora le había contado que don Aníbal es homosexual. Ahora ruego al amable lector que correlacione ese hecho, ese dato tan simple, con lo que se acaba de exponer sobre el significado y el alcance del derecho al honor y del derecho a la intimidad. ¿Quedan, a la luz de esa doctrina, tales derechos vulnerados en el caso o no? Yo, francamente, no lo sé.

Del honor se sostiene que tiene un sentido subjetivo, relacionado con la autoestima o imagen que uno se hace de sí mismo, y otro objetivo, atinente “a la estimación que lo demás hacen de nuestra dignidad”. O sea, que si los demás nos ven horribles e indignos, ¿sufre merma nuestro derecho al honor? En modo alguno, pues no es la mera consideración ajena lo que se ha de tomar en cuenta para que hablemos de ese derecho, sino la repercusión que sobre tal consideración tiene algo que alguien dice o señala de nosotros. ¿Y si soy yo el que me veo fatal y no me soporto? Tampoco, no faltaba más. Si así fuera, tendríamos que asumir que yo puedo violarme mi derecho a mí mismo y que cuanto menos me quiero más me lo limito. En sentido subjetivo, tal derecho, entonces, sólo lo tendrían en plenitud los narcisistas irrecuperables. Y también resulta más que dudoso que sea el efecto sobre mi autoestima de lo que otro me dice lo que pueda configurar el daño a mi honor. Más allá de disquisiciones doctrinales, ya vemos para qué sirven ciertas aseveraciones teóricas contenidas en las sentencias, como esta de aquí sobre el derecho al honor: para nada; o, peor, para emborronar más lo que ya estaba oscuro y que en la noche sean pardos los gatos y los fallos.

Algo parecido puede decirse del párrafo de la sentencia referido al derecho a la intimidad, también recogido más arriba. Viene a explicarnos que mi intimidad es mía y la suya de usted, y que puesto que nuestra intimidad es nuestra, forma parte de una especie de patrimonio particular del que otro no puede apropiarse sin nuestro consentimiento. Cada persona tiene su intimidad, de acuerdo, pero lo que necesitamos saber para que la aseveración teórica tenga alguna utilidad práctica es en qué consiste, de qué se compone esa intimidad de cada uno, ese patrimonio personal sometido al exclusivo poder de cada cual. Porque será eso, su contenido, lo que determinará que esta o aquella acción o afirmación de otro suponga o no intromisión ilegítima en ese coto vedado. Y sobre eso, que es lo que importa, en general y para el caso, nada nos cuenta la sentencia.

Pero volvamos a la clave del asunto, que sí queda retratada en el comienzo del fundamento de Derecho cuarto: “La cuestión que se plantea ante esta Sala se centra en determinar si la condición de persona homosexual atribuida al actor, implica una vulneración de su derecho al honor y a la intimidad personal y familiar”.

Para empezar, hay un pequeño problema expresivo, al que mejor será no buscarle vueltas freudianas: lo que debe importar aquí no es “la condición de persona homosexual atribuida al actor”, sino la atribución de dicha condición. No juzgamos la condición tal, sino la atribución pública de la misma. Que el señor Aníbal sea homosexual es asunto en el que ni entramos ni salimos en la sentencia, por así decir. Lo que nos preguntamos es si dicha condición puede ser imputada o atribuida a un señor (o señora) como él (o como usted, señor mío o señora mía) en un programa de la tele en el que entrevistan a uno que sale ahora con una o uno con el o con la que salió usted antes. Un lío esto de los géneros, pero ustedes ya me entienden.

Pero, por si en verdad todavía no se entiende del todo, vamos a ponernos en situación de otra manera. Imaginen los hechos de este modo, con arreglo a estas dos posibilidades. La posibilidad primera, que llamaremos H1, vendría configurada por el siguiente dato: Un sujeto X declara que un servidor es homosexual. Si quieren enredarlo más, apliquen a H1 dos subposibilidades: H1a) que yo efectivamente sea homosexual; H1b) que yo sea heterosexual. No les quiero liar más y, por tanto, renuncio a hacerles considerar también la hipótesis de que yo sea bisexual o de que tenga voto de castidad (¿para ser homo o hétero hay que ejercer en la práctica o bastan las ganillas? Olvídenlo) o de que tengo días.

Ahora consideren la otra posibilidad, H2: alguien declara que yo soy heterosexual. Añadan ustedes las anteriores subcombinaciones.

¿Ya lo han pensado? Pues ahora comencemos con el derecho al honor y díganme en qué casos se daña inapropiadamente. Concretamente, elijan una o varias de las siguientes respuestas. Se daña cuando:

a) se dice de un homosexual que es homosexual;
b) se dice de un heterosexual que es heterosexual;
c) se dice de un homosexual que es heterosexual;
d) se dice de un heterosexual que es homosexual;
e) siempre;
f) nunca.

Si se piensa que el derecho al honor se vulnera sólo en los casos a) y d), es decir, cuando de alguien, con verdad o no, se dice que es homosexual, es porque se considera que la homosexualidad es una tacha. Témome que algo de esto subyace a la sentencia que examinamos. Se podrá defender esa opción alegando que para buena parte de la sociedad todavía es la homosexualidad un defecto o tara y que, por eso, manifestar de alguien que es homosexual supone dañarle su consideración pública. Pero con ello estaríamos concediendo al Derecho la función perversa de ratificar y sostener los más lamentables prejuicios sociales. Es decir, una sentencia que, en un caso así, ordenase indemnizar a la persona que ha sido públicamente tildada de homosexual estaría favoreciendo a ese individuo, pero dañando a los homosexuales. En tales ocasiones los homosexuales –sus asociaciones- deberían protestar, igual que en casos paralelos tendrían que alzar su voz las asociaciones feministas para exigir que se deje de proteger a las mujeres mediante sentencias que las etiquetan como más débiles o menos capaces.

De esas seis posibilidades enumeradas, sólo me parecen coherentes y admisibles las dos últimas: o toda alusión a la opción sexual es dañina para el derecho al honor o no lo es ninguna. Y, desde luego, yo me quedo con que no ha de serlo ninguna, pues la orientación sexual es como el color de ojos o la talla del pie: no tiene nada de particular y allá se las componga cada cual. Lo que no se debe, repito, es caer en la trampa de que decir que alguien es homosexual supone mayor insulto o más grave agravio que decir que ese alguien es heterosexual. Porque el agravio importante no está en lo que se dice, sino en esa calificación de lo dicho que penaliza la homosexualidad aparentando defender o compensar al homosexual aludido.

Dirán ustedes que para ver propiamente si hay agravio al honor no nos basta saber qué es lo dicho, sino que necesitamos también conocer cómo se dijo. ¿Se aprecia ánimo vejatorio? ¿Hubo retintín o recochineo? ¿Se dijo simplemente homosexual o se dijo maricón de m. u otra gracia similar? No lo sabemos, como antes ya resaltamos. Y, como no consta que la forma fuera particularmente negativa, queda la impresión de que el Tribunal estima que basta proferir asépticamente que alguien es homosexual, para que su honor quede por los suelos. O, expresado de otra forma, que no es posible afirmar asépticamente que alguien es homosexual, pues con ello ya se le rebaja el honor, dado lo negativo que, en sí, tendría tal condición. Acabamos de destacar qué perjudicial prejuicio abriga ese modo de razonar.

En este punto merece consideración un peculiar salto lógico de la sentencia. O varios. Léase con calma este párrafo del fundamento tercero:

“Si la condición atribuida es incierta o inveraz, constituye una intromisión, ilegítima en el derecho al honor, siempre que se utilice no como cuestión privada de carácter sexual sino como la formulación de menosprecio. Declara la Sentencia de esta Sala de fecha 8 de julio de 2004 " se emitieron unas expresiones, con un contenido, que tienen que ser calificados, uno y otro, de manifestaciones de juicios de valor a través de expresiones que lesionan la dignidad del demandante: fueron unas insinuaciones de homosexualidad, no como opción sexual personal, sino en sentido burlesco y ofensivo, se utilizó aquella opción para ofender".

Comienzo con la aclaración de que no tengo ni idea de qué querrá decir ahí lo de “cuestión privada de carácter sexual”. Así que pasemos de largo sobre ese extremo. Tenemos esta afirmación: si a alguien se le atribuye la condición de homosexual y resulta que a) no es verdadera o veraz esa afirmación, y b) se hace con propósito de menosprecio, entonces estamos ante una intromisión ilegítima en el derecho al honor.

Ahora nuestras preguntas:

Primera: ¿Y si es cierto o veraz que el calificado como homosexual es homosexual? ¿Cambiaría algo? Fíjese el paciente lector en que se nos va a decir que se atenta contra el honor del señor Aníbal cuando se sostiene que es homosexual, sin que conste verazmente o se pruebe que lo sea. Es decir, y hablando del modo más vulgar, resulta que se atenta contra mi honor si se me llama marica sin probar que lo sea. Caramba. ¿Y si, por ejemplo, se me llama paticorto, sin aportar medida de mis piernas? ¿Y si se dice en el tele que soy un calvorota, sin mostrar ni una mala foto en que se me vea sin pelos en el cráneo? Ah, pero ya sé, late en la sentencia la idea de que decir que alguien es homosexual es peor que informar, con veracidad o en su ausencia, de que es calvo o corto de piernas. Ahí está lo dañino, para el honor de los homosexuales, de esta sentencia que obliga a indemnizar por el mancillado honor de uno que fue calificado de tal.

Miren esto otro que se agrega después, en el fundamento jurídico cuarto: “(R)esulta que en el caso de autos, no ha quedado acreditado la veracidad de la información difundida, destacándose además que la misma consiste en una atribución de condición sexual distinta de la que aparenta, con finalidad de menosprecio lo que implica en consecuencia una vulneración del derecho al honor, que no a la intimidad”.

Más de lo mismo. O sea, que el mal está en que a un tipo que aparenta ser heterosexual alguien le cuelga el sambenito de homo y con ello le hace fosfatina el honor. En aras de la ausencia de prejuicios homofóbicos y cosas por el estilo, habrá que suponer que los mismos quince mil euros valdría el honor del que tiene aspecto de homosexual –lo sea o no- y es descrito como heterosexual en un programa de la tele. Porque, por lo visto, lo que perjudica el honor es que a alguien le atribuyan una condición sexual distinta de la que aparenta. ¿O sólo hay intromisión ilegítima cuando se dice homosexual al que no lo parece? La larga sombra de prejuicio asoma por todas partes, creo.

Y aún estamos concediendo más de lo debido cuando entramos así al juego de la sentencia, pues otorgamos relevancia –y nada menos que relevancia jurídico-constitucional- a la apariencia, a la apariencia de homosexual. Pero ¿qué es eso de que el no tener apariencia homosexual sea razón para que imputar esa orientación sea constitucionalmente ilegítimo? Oigan, ¿la apariencia de homosexual en qué consiste exactamente? ¿Están los señores magistrados equiparando subrepticiamente a los homosexuales con algún tipo de “loca” despendolada y así? ¿Todos los homosexuales tienen pinta de homosexuales? Y si se llama homosexual a uno que no tiene aspecto pero lo es, ¿existiría vulneración de su derecho al honor? En ese caso concluiríamos que lo que afecta negativamente al honor es delatar al que disimula o no se esfuerza en que se note su homosexualidad. ¡Ay, en qué berenjenales se meten los señores jueces y magistrados cuando creen que amplían derechos y, en realidad, respaldan, sin querer, los prejuicios sociales más contrarios a ellos, a los derechos tomados en serio.

Repito, modestamente, mi opinión: o toda alusión a la opción sexual va contra el honor, incluido, por ejemplo, el decir que alguien opta por el celibato o por la postura exclusiva del misionero, o ninguna alusión a la opción sexual va contra el honor. Andarse en distinciones intermedias es descalificar o hacer jerarquías entre las opciones sexuales y, por tanto, discriminar a quien se finge que se ampara.

Segunda. Retornemos a si había o no ánimo de afrenta en las declaraciones del caso. Y repitamos que no lo sabemos. Pero, si no lo sabemos, ¿cómo justificamos la declaración de atentado contra el honor, una vez que el párrafo últimamente transcrito nos explica que hay intromisión ilegítima en tal derecho siempre que estemos ante una formulación de menosprecio? Pues el razonamiento de la sentencia ha quedado así, como habrán visto: hay en este caso menosprecio porque en una sentencia del mismo Tribunal, en un caso de hace seis años, se condenó como consecuencia del menosprecio. ¿En qué se apreciaba, en el caso de aquella sentencia, el menosprecio? En el “sentido burlesco y ofensivo” de las declaraciones de entonces. ¿Y hay en el caso de ahora ese tono burlesco y queda visible esa intención de ofender? No lo sabemos, pues nada se nos informa sobre el particular. Pero si en el caso de la sentencia pasada se condenó porque se observó ese propósito ofensivo, nosotros condenamos ahora también en nombre de tal precedente. ¿Sin comparar expresamente los hechos? Sí, sin compararlos y como si los del caso aquel fueran los de este. No se sigue lógicamente, es incoherente el razonamiento. Sin duda. Pues qué le vamos a hacer. Es lo que hay.

Acabamos de ver cómo se fundamenta la decisión de que ha resultado ofendido el honor de don Aníbal porque le dijeron homosexual sin que lo parezca ni conste que lo sea. Pero en lo que se refiere al derecho a la intimidad, esta sentencia corrige a las de la Audiencia y el Juzgado de Primera Instancia y entiende que no queda afectado. ¿Por qué? Por esto:

“Por el contrario, si la atribución es cierta o veraz se produce una intromisión en el derecho a la intimidad al no ser hechos dados a conocer por el interesado. El Tribunal Constitucional se pronunció en esta materia en sentencia de 18 de julio de 1988 en un caso de atribución de condición de homosexualidad, del siguiente modo: "se condena a los recurrentes por la intromisión y la divulgación, y no por la difamación o el libelo, por lo que carece de finalidad tratar de demostrar la realidad o ficción de una vida privada, no cuestionada en la sentencia recurrida, y por tanto no susceptible de error alguno en relación con la misma".

Nada más se aporta para fundar el juicio de que no ha mermado ilegítimamente el derecho a la intimidad. Así que analicemos este párrafo, relacionándolo con el anterior, antes citado. La tesis de la sentencia puede resumirse así:

a) Si no consta, no se prueba o no resulta veraz que el señor Aníbal sea homosexual y si, con ánimo de menosprecio, se afirma que lo es, nos hallamos ante una ilegítima intromisión en su honor. Sobre esto ya nos hemos extendido hace un momento.

b) “Si la atribución es cierta o veraz”, es decir, si el señor Aníbal es homosexual en verdad o hay buena base para creerlo así, entonces el derecho que queda indebidamente limitado es el derecho a la intimidad. ¿Por qué? Porque no es el señor Aníbal el que socialmente se confiesa homosexual, sino que quien de esa manera lo delata es un tercero. Curioso. Y como aquí no hay prueba de que el tal Aníbal sea homo y, además, no lo parece por su aspecto, no se atenta contra su intimidad al sostener públicamente que lo es. Más curioso todavía. Con esta forma de razonar, se está excluyendo, como cuestión de principio, que una afirmación de un tercero sobre determinada condición u opción personal de alguien pueda dañar, al tiempo, simultáneamente, el derecho al honor y el derecho a la intimidad. Sentado lo del fin de menosprecio, o la afirmación de marras es verdadera o veraz, en cuyo caso sólo atenta contra la intimidad, o es falsa o inveraz, y entonces sólo va contra el derecho al honor. Confieso que no se me alcanzan los fundamentos de tan artificiosa dicotomía.

¿Acaso no afectará a mi intimidad el hecho de que, por ejemplo, alguien vaya diciendo en la televisión o la radio que yo cada noche me acuesto con mi gallina y la someto a variadas vejaciones sexuales? Según el Tribunal, mientras no se demuestre fehaciente o muy verosímilmente que es verdad lo mío con la sufrida ave, mi derecho a la intimidad se mantiene incólume, pleno, rozagante. Eso sí, si yo no reconozco públicamente lo mío con la de las plumas, pero resulta que es verdad, entonces hay afrenta a mi intimidad porque otro cuenta lo que yo no quería que se supiera. Bonito, pero se nos escapa un crucial detalle: ¿cómo, sin violar mi intimidad –y la de la gallina, por cierto-, se puede comprobar la verdad o veracidad de ese asunto tan íntimo?

En fin. Dejémoslo. Al fin y al cabo, a la vista de la sentencia del TS habrá pensado el Sr. Aníbal que más vale pájaro en mano. Y no le faltará razón, aunque sean así de chuscas estas razones.

PD.- No hubo la suerte que al principio se presagiaba, no: volvió a salir largo el comentario.

COPIO LA SENTENCIA, POR SI TODAVÍA HAY ALGÚN VICIOSO CON GANAS DE MÁS:

TRIBUNAL SUPREMO
Sala de lo Civil
Sentencia 436/2010, de 22 de junio de 2010
RECURSO DE CASACIÓN Núm: 1902/2007
Ponente Excmo. Sr. XAVIER O'CALLAGHAN MUÑOZ
En la Villa de Madrid, a veintidós de Junio de dos mil diez.
Visto por la Sala Primera del Tribunal Supremo, integrada por los Magistrados al margen indicados, el recurso de casación contra la sentencia dictada en grado de apelación por la Sección 10.ª de la Audiencia Provincial de Madrid como consecuencia de autos de juicio ordinario, seguidos ante el Juzgado de Primera Instancia n.º 69 de Madrid, cuyo recurso se preparó ante la Audiencia Provincial de dicha ciudad, compareciendo ante esta Sala la Procuradora de los Tribunales D.ª. Almudena Gil Segura en nombre y representación de la entidad "Cuarzo Producciones S.L." asistido del Letrado D. Antonio Neira Rodríguez y como partes recurridas, la Procuradora de los Tribunales D.ª Laura Lozano Montalvo en nombre y representación de D. Anibal, y el Procurador de los Tribunales D. Manuel Lanchares Perlado en nombre y representación de la entidad "Antena 3 Televisión S.A." e interviniendo como parte el Ministerio Fiscal.
ANTECEDENTES DE HECHO
PRIMERO.- 1.- La Procuradora de los Tribunales D.ª Laura Lozano Montalvo en nombre y representación de D. Anibal interpuso demanda sobre protección civil del derecho al honor y a intimidad personal y familiar contra las entidades "Cuarzo Producciones S.L.", "Antena 3 Televisión S.A." y D. Franco alegando los hechos y fundamentos de derecho que consideró de aplicación y terminó suplicando al Juzgado se dictara sentencia declarando: " 1.º) Que los demandados han incurrido en intromisión ilegítima contra el honor y la intimidad personal y familiar de D. Anibal por las declaraciones divulgadas en el programa "Abierto al anochecer" producido por " Cuarzo Producciones S.L." y emitido por medio de "Antena 3 Televisión S.A.", el día 27 de marzo de 2002 alrededor de la 1:00 horas. 2.º) Declarar que, como consecuencia de la intromisión ilegítima en el honor e intimidad personal y familiar de mi representado, se han causado daños morales que esta parte valora en treinta mil euros ( 30.000 euros) condenado a los demandados, de forma solidaria a indemnizar de esos daños y en esa cuantía a la actora.3.º) Condenar a los demandados a la difusión de la sentencia, en el mismo medio en que se produjo su difusión, esto es, en el programa " Abierto al Anochecer" o en aquel de idénticas características que lo sustituya. 4.º) Condene asimismo, a los demandados al pago de las costas del presente procedimiento".
2.- La Procuradora D.ª Almudena Gil Segura en nombre y representación de "Cuarzo Producciones S.L" contestó a la demanda y oponiendo los hechos y fundamentos que consideró de aplicación terminó suplicando al Juzgado dicte sentencia por la que "se desestime todos y cada uno de los pedimentos solicitados en la demanda, y en consecuencia se dictamine a favor de mi representada, declarando que no debe pasar por los pedimentos de la demanda, condenado en costas al demandante por su temeridad"
3.- El Procurador D. Manuel Lanchares Perlado en nombre y representación de la entidad "Antena 3 Televisión S.A." contestó a la demanda y oponiendo los hechos y fundamentos que consideró de aplicación terminó suplicando al Juzgado dicte sentencia por la que "se desestime la demanda por las razones de fondo expuestas, con la expresa condena en costas a la parte actora"
4.- Ministerio Fiscal se personó en autos y contestó a la demanda.
5.- Practicadas las pruebas y expuestas las alegaciones de las partes, se dio por terminada la vista. El Ilmo. Sr Magistrado- Juez del Juzgado de Primera Instancia n.º 69 de Madrid, dictó sentencia en fecha 6 de junio de 2005, declarando que "Estimando la demanda interpuesta por la procuradora D.ª Laura Lozano Montalvo en nombre y representación de D. Anibal, contra D. Franco en situación procesal de rebeldía, Cuarzo Producciones S.L., representada por la procuradora D.ª Almudena Gil Segura, y Antena 3 Televisión S.A., representada por el procurador D. Manuel Lanchares Perlado, procede hacer los siguientes pronunciamientos: 1.º.-Que debo declarar y declaro que los codemandados han incurrido en una intromisión ilegítima contra el honor y la intimidad personal y familiar de D. Anibal por las declaraciones realizadas por D Franco en el programa " Abierto al anochecer" producido por " Cuarzo Producciones S.L. y emitido por "Antena 3 Televisión S.A." el día 27 de marzo de 2002, alrededor de la 1:00 horas. 2.º.- Que como, consecuencia de dicha intromisión ilegítima, debo condenar y condeno a los codemandados a que, en concepto de indemnización por daños morales, abonen de forma solidaria al actor la cantidad de 30.000 euros y en su caso, los intereses legales a que se refiere el articulo 576 de la Ley de Enjuiciamiento Civil. 3.º.- Que debo condenar y condeno a los codemandados a difundir en el mismo programa en que se produjo la intromisión ilegítima y si no existiera, en otro de idéntico horario y día de la semana el texto literal de la parte dispositiva de esta sentencia. 4.º.- Que debo condenar y condeno a los codemandados al pago de las costas procesales causadas".
SEGUNDO.- Interpuesto recurso de apelación contra la anterior sentencia por la representación de " Cuarzo Producciones S.L." y "Antena 3 de Televisión", la sección 10.ª de la Audiencia Provincial de Madrid, en fecha 19 de octubre de 2006, dictó resolución, declarando en su parte dispositiva, " FALLAMOS: Desestimar el recurso de apelación interpuesto por las entidades " Cuarzo Producciones S.L." y "Antena 3 de Televisión S.A." contra la sentencia dictada con fecha 6 de junio de 2005, por el Juzgado de Primera Instancia n.º 69 de Madrid, en el Procedimiento Ordinario n.º 536/2002, confirmando íntegramente la expresada resolución Con respecto a las costas causadas ante la segunda instancia, serán a cargo de ambas partes apelantes."
TERCERO.- La Procuradora de los Tribunales D.ª Almudena Gil Segura en nombre y representación de la entidad "Cuarzo Producciones S.L.", interpuso recurso de casación, basado en los siguientes motivos: Primero. - Vulneración de la jurisprudencia que interpreta la Ley Orgánica 1/82 y en concreto la doctrina del reportaje neutral. Segundo.- Vulneración del contenido de los artículos 217 y 218 de la Ley de Enjuiciamiento Civil, por errónea apreciación de la prueba. Tercero.- Infracción de la jurisprudencia aplicable respecto a la Ley Orgánica 1/1982 y en concreto al requisito de la veracidad de la información Cuarto.- Error en la interpretación e la Ley Orgánica 1/1982 y la jurisprudencia que le resulta aplicable al fijar la responsabilidad y la cuantía indemnizatoria. Quinto.- Vulneración de los derechos de libertad de expresión y libertad de información reconocidos constitucionalmente (articulo 20 de la Constitución), así como por contravención de la jurisprudencia aplicable en este ámbito.
CUARTO.- Por auto de fecha 8 de septiembre de 2008, se acordó admitir el recurso de casación a excepción del motivo formulado como segundo por plantear cuestión propia del recurso por infracción procesal, dando traslado de los motivos admitidos a las partes recurridas y al Ministerio Fiscal.
QUINTO.- El Ministerio Fiscal por medio de escrito presentado en fecha 29 de octubre de 2009 interesó la desestimación del recurso. La procuradora D.ª Laura Lozano Montalvo en nombre y representación de D. Anibal en fecha 17 de octubre de 2009, presentó escrito de oposición al recurso formulado de contrario. El Procurador D. Manuel Lanchares Perlado en nombre y representación de "Antena 3 Televisión S.A." por medio de escrito de fecha 20 de octubre de 2009, manifestó no oponerse al recurso de casación planteado.
SEXTO.- No habiéndose solicitado por todas las partes la celebración de vista pública, se señaló para votación y fallo el día 15 de junio de 2010, en que tuvo lugar.
Ha sido Ponente el Magistrado Excmo. Sr. D. Xavier O'Callaghan Muñoz,
FUNDAMENTOS DE DERECHO
PRIMERO: Se promueve demanda de procedimiento ordinario de D. Anibal contra las entidades " Cuarzo Promociones S.L." y "Antena 3 Televisión S.A." y D. Franco por vulneración del derecho al honor e intimidad, con ocasión del programa televisivo denominado " Abierto al amanecer" emitido por la cadena citada el día 27 de marzo de 2002, donde se entrevistó al demandado Sr. Franco quien haciendo alusión a la relación que mantuvo con D.ª Aida conocida artísticamente como " Graciela " declaró que ella le había contado que el Sr. Anibal era homosexual.
El Juzgado de Primera Instancia n.º 69 de Madrid, estimó la demanda por cuanto los comentarios vertidos suponen una divulgación de hechos relativos a su vida privada que lo hacen desmerecer en la consideración ajena, Sentencia que fue confirmada por la Audiencia Provincial de Madrid, sección 19.ª.
SEGUNDO: El honor tiene un sentido subjetivo y un sentido objetivo; el primero es el sentimiento de la propia persona, en su consideración personal, la inmanencia representado por la estimación que cada persona hace de sí mismo y el segundo es la trascendencia o exteriorización, representado por la estimación que los demás hacen de nuestra dignidad; ambos se deben complementar y se concretan en la dignidad de la persona.
La Constitución, en su artículo 20.1.d) reconoce el derecho a comunicar o recibir libremente información veraz por cualquier medio de difusión. El honor cede ante una información veraz, como ha reiterado el Tribunal Supremo y el Tribunal Constitucional no tanto por ponderación de derechos, sino porque ante una verdad, no hay honor que proteger, siempre que resulte de interés público y en ausencia de expresiones injuriosas o vejatorias.
El derecho a la intimidad personal conforma el patrimonio personal, lo que constituye el espacio vital de cada uno, sometido a su exclusivo poder de lo que integra su círculo reservado e íntimo, compuesto por datos y actividades que conforman la particular vida existencial de cada persona y autoriza a preservarla de las ingerencias extrañas, salvo que medie autorización libremente practicada y, como resulta lógico, no es la misma para todos, ya que cada persona tiene su propia intimidad, que actúa como privacidad en exclusiva, a la que acompaña la condición de ser excluyente por mandato constitucional.
TERCERO: La cuestión que se plantea ante esta Sala se centra en determinar si la condición de persona homosexual atribuida al actor, implica una vulneración de su derecho al honor y a la intimidad personal y familiar.
Si la condición atribuida es incierta o inveraz, constituye una intromisión, ilegítima en el derecho al honor, siempre que se utilice no como cuestión privada de carácter sexual sino como la formulación de menosprecio. Declara la Sentencia de esta Sala de fecha 8 de julio de 2004 " se emitieron unas expresiones, con un contenido, que tienen que ser calificados, uno y otro, de manifestaciones de juicios de valor a través de expresiones que lesionan la dignidad del demandante: fueron unas insinuaciones de homosexualidad, no como opción sexual personal, sino en sentido burlesco y ofensivo, se utilizó aquella opción para ofender".
Por el contrario, si la atribución es cierta o veraz se produce una intromisión en el derecho a la intimidad al no ser hechos dados a conocer por le interesado. El Tribunal Constitucional se pronunció en esta materia en sentencia de 18 de julio de 1988 en un caso de atribución de condición de homosexualidad, del siguiente modo: "se condena a los recurrentes por la intromisión y la divulgación, y no por la difamación o el libelo, por lo que carece de finalidad tratar de demostrar la realidad o ficción de una vida privada, no cuestionada en la sentencia recurrida, y por tanto no susceptible de error alguno en relación con la misma".
CUARTO: Articula la parte recurrente su recurso en cuatro motivos, siendo estimados a trámite todos a excepción del segundo, por plantear cuestión propia del recurso por infracción procesal:
.- Vulneración de la jurisprudencia que interpreta la Ley Orgánica 1/82 y en concreto la doctrina del reportaje neutral. El motivo no puede prosperar, porque en el caso de autos no nos encontramos ante un reportaje neutral, el medio informativo no es un simple transmisor de las declaraciones (Sentencia del Tribunal Constitucional 41/1994, de 15 de febrero ), siendo el propio medio el que provoca la noticia (Sentencia del Tribunal Constitucional 144/1998 de 30 de junio )
.- Infracción de la jurisprudencia aplicable respecto a la Ley Orgánica 1/1982 en orden al requisito de la veracidad de la información. Haciendo eco y aplicación de lo expuesto en el fundamento de derecho segundo, resulta que en el caso de autos, no ha quedado acreditado la veracidad de la información difundida, destacándose además que la misma consiste en una atribución de condición sexual distinta de la que aparenta, con finalidad de menosprecio lo que implica en consecuencia una vulneración del derecho al honor, que no a la intimidad.
.- Error en la interpretación de la Ley Orgánica en orden a la responsabilidad y cuantía indemnizatoria. Estimado el motivo anterior parcialmente y declarando que las expresiones proferidas provocan una intromisión ilegítima en el derecho al honor, y no en el derecho a su intimidad personal y familiar, procede en consecuencia aminorar a la mitad la cantidad objeto de condena, resultando innecesario entrar a conocer sobre el motivo articulado como cuarto, por falta de interés así como por no guardar relación con la causa.
CUARTO.- Todo lo cual implica la estimación parcial del recurso de casación formulado al apreciarse una intromisión ilegítima en el derecho al honor del actor por no constar acreditada la veracidad de las manifestaciones, sin que proceda pronunciamiento en orden a la difusión de la sentencia, ni en materia de costas a tenor de lo dispuesto en el artículo 398.2 de la Ley de Enjuiciamiento Civil.
Por lo expuesto, en nombre del Rey y por la autoridad conferida por el pueblo español.
FALLAMOS
Primero.- QUE DEBEMOS DECLARAR Y DECLARAMOS HABER LUGAR AL RECURSO DE CASACIÓN formulado por la Procuradora de los Tribunales D.ª Almudena Gil Segura en nombre y representación de la entidad " Cuarzo Producciones S.L" contra la sentencia dictada por la Sección 10.ª de la Audiencia Provincial de Madrid en fecha 10 de octubre de 2006 que CASAMOS Y ANULAMOS.
Segundo. - En su lugar estimamos parcialmente la demanda interpuesta en su día por la representación procesal de D. Anibal contra las entidades "Cuarzo Producciones S.L.", "Antena 3 Televisión S.A." y D. Franco y declaramos la intromisión ilegítima en el derecho al honor del mismo y condenamos a los codemandados a que, en concepto de indemnización por daños morales, abonen de forma solidaria al actor la cantidad de 15.000 euros con los intereses legales desde la fecha de esta sentencia, sin más pronunciamientos.
Tercero.- No procede pronunciamiento en materia de costas.
Cuarto.- Líbrese a la mencionada Audiencia certificación correspondiente, con devolución de los autos y rollo de apelación remitidos.
Así por esta nuestra sentencia, que se insertará en la COLECCIÓN LEGISLATIVA pasándose al efecto las copias necesarias, lo pronunciamos, mandamos y firmamos.- Xavier O'Callaghan Muñoz.-Jesus Corbal Fernandez.-Jose Ramon Ferrandiz Gabriel.- Antonio Salas Carceller.- Rubricados.- PUBLICACIÓN.- Leída y publicada fue la anterior sentencia por el EXCMO. SR. D. Xavier O'Callaghan Muñoz, Ponente que ha sido en el trámite de los presentes autos, estando celebrando Audiencia Pública la Sala Primera del Tribunal Supremo, en el día de hoy; de lo que como Secretario de la misma, certifico.

21 septiembre, 2010

Tremendo enigma sobre competencias, destrezas y tal

No debería yo aquí dar más pistas de las necesarias. Pero como alguna ya aporté en una entrada de hace tiempo, supongo que no importa gran cosa. Los pedabobitos que mandan no se entaran, pues andan demasiado atareados atusando(se los) nabos. Recuerdo a los amables lectores que hace una temporada decidí proceder como aquellos médicos románticos: inocularme un virus para ver las reacciones. Las reacciones institucionales y las de los chivatos, los lamepompis, etc. Hasta el momento no había habido ninguna, y eso me tenía muy sorprendido. Pero, hoy mismo, un querido amigo que está hecho un lince me ha puesto en la pista del más sorprendente e inesperado de los efectos de aquel experimento mío: me han plagiado. Una duda asalta de inmediato, duda intensa, desesperada, tenaz: ¿estamos -parece lo más probable- ante otro guasón que también experimenta y se autoinocula el bicho, o alguien se ha columpiado con todas las de la ley?
Disculpen que no pueda ser más claro. Hagan ustedes mismos las comprobaciones pertinentes y, si les queda aliento, díganme qué opinan. Lo mío pueden verlo si primero pinchan aquí y luego, en esa página, van abajo del todo y pican donde pone "Guía Docente". Presten atención sobre todo a los apartados que se titulan "Recomendaciones o conocimientos previos necesarios" y, muy especialmente, "Competencias transversales y genéricas". Si quieren entretenerse un rato más y aprender un montón, pueden echar un vistazo en otras partes, como donde dice "Justificación de su estudio...", los apartados de cada tema referios a "Competencias".
Bueno, pues ahora miren esto, en particular lo atinente a los dos últimos puntos de la parte de "Competencias prodecimentales/instrumentales" del apartado 3.2 ("Competencias específicas"). ¡Me han copiado lo de "capacidad de síntesis reactiva" y lo de "Razón práctica analítica compenetrada"! Y también alguna cosilla en el apartado 4 ("Objetivos").
¿Se expande la revolución? ¿Cunde el sabotaje? Me parece lo más probable, insisto, y me alegro. O... ¡Cielos! Sea como sea, le mando desde aquí un abrazo fuerte al atrevido colega. ¡A por las competencias, que son pocas y cobardes!

20 septiembre, 2010

Manda güevos lo que ayudan las tecnologías (nuevas)

Escribo estas líneas desde un curso sobre una de esas herramientas supertecnológicas, telemáticas y casi teleasesináticas que, se supone, hemos de usar para la cosa boloñesa y tal. Mecagoendiez. No me considero nada torpe para el asunto de ordenadores y programas, pero alucino. Además, soy medio pionero, por estos pagos, en la utilizacion en clase de recursos de internet y tal. Pero me asombro de cómo se pierde el tiempo aquí. No me vuelven a pillar en éstas. El profesor no lo hace mal, pero el pifostio organizativo es de tal calibre y las complejidades procedimentales son de tal envergadura, que se vuelve todo absolutamente absurdo. Que si foro de noticias, que si tablón, que si cómo hacer grupos de alumnos según la talla de los zapatos, que si configurar y desconfigurar, que si asignar roles y mangar rolex. La madre que lo parió. ¿Y no bastaría que cada uno aprendiera lo que concretamente le interesa para su caso y su materia y que lo hiciera buscando en el capítulo correspondiente de un buen manual? Pues no, todos en el cursito y, en este mismo momento, tratando de asignarse mutuamente el rol de usuario administrador o cosa así. Yo no vuelvo, me apunto tres avemarías de penitencia por haber picado esta tarde y, además, sintetizo mis razones así:
Uno. Esto deberían aprenderlo el PAS o becarios asignados a los departamentos y que luego formen a los profesores o los auxilien. Este curso dura dos tardes, yo llegué con retraso (se me había olvidado), llevo sólo una hora y no pienso repetir. Dos tardes de uno, modestia aparte, tienen mucho valor. No puedo perder ese tiempo aquí. ¿Alguien se imagina a un profesor serio de una universidad seria, de ésas que salen en los rankings, pasando jornadas para que le enseñen cómo se hace un foro de preguntas y respuestas en Moodle? ¡Por favor!
Dos. Es mucho más cómodo y, sobre todo, rápido, desempolvar un fichero con cartulinas y colgar materiales y lo que sea donde a cada cual le salga de las pelotas o los pelotos. Hay mil servidores para eso. A ver por qué tengo que casarme yo con el Moodle de los cataplines. Aqui un día te dicen que para ser moderno y boloñés hay que pintarse los testículos (o las tetas) de lila, y todos a la droguería a la carrera. Y luego al curso de decoracion ovípara, ocho tardes o así.
Tres. Pues que por estas paridas no tiengo hoy tiempo para escribir nada serio ni aquí ni -peor- en otro lado. Ni para escribir ni para pensar ni para leer ni para nada. Así que, sin dolor de corazón, me voy para casa ahora mismo. Miro a mis compañeros de sesión y los veo con cara de angustia y, al tiempo, convencidos de que esto es importantísimo. ¿En qué momento nos comieron el coco de esta manera?
Cuatro. El pasado sábado compré tomates para hacer salsa y envasarla para todo el año. Y resulta que tengo sin freír un puñado de kilos y se me van a pasar. Así que salgo pitando para el dulce hogar, me pongo el delantal y me aplico a temas serios en lugar de seguir perdiendo el tiempo en estas chuminadas/pijadas. Ustedes disculpen.
Cinco. Comprendo que hay personal universitario que ni cocina tomate ni lee ni quiere investigar ni leches. Esos se lo pasan pipa aquí. Luego cuentan en casa que jolín y que qué bien, y en el aula, con sus estudiantes, se gastan las horas enchufa aquí y pincha allá, sin explicar una puta palabra y venga foros y toma usuarios y administradores y reconfigúrame el perfil, amol; y dándoselas de italianos, encima.

18 septiembre, 2010

Nuestro hombre en Helsinki (5) Por Fernando Losada

(Para repasar las primeras entradas de esta serie que narra las andanzas de un investigador universitario en Helsinki, vea aquí, aquí, aquí y aquí)

Queridos todos:

Ya, ya sé que hace un mes que estoy en Helsinki y que esta nueva entrega de mis aventuras se ha hecho esperar un poco más de la cuenta pero, ¿qué sería de nuestras vidas sin el aliciente de la espera, si cuanto deseásemos fuese satisfecho de modo inmediato? Pues precisamente lo que vivimos hoy en día: que no valoraríamos las cosas en su justa medida. Con ello no quiero insinuar que estos correos que os envío puedan llegar a estar incluidos en vuestro catálogo de deseos más acuciantes, pero sí que nhay que saber esperar. Ahora, tras la espera y la explicación preliminar para impacientes, la recompensa.

Mis vacaciones han transcurrido entre Bruselas (reitero las gracias a la familia Sampol Ruíz y a Madame Gaffe por la cálida acogida, y a los Álvaros por su buen humor en los momentos que compartimos, siempre escasos) y Galicia; entre la bici, algunas lecturas interesantes y el surf (sí, leéis bien); y, como no podía ser de otra manera, en conciertos de todo tipo. Pero como esto es un report sobre Helsinki esas cosas os las contaré, a los que no las hayáis vivido conmigo, en algún otro correo.

¿Qué ha sucedido en este mes por estas tierras? Seguramente lo más interesante es que he recibido las primeras visitas, lo que me ha obligado a ponerme las pilas para conocer aun mejor la ciudad en la que vivo. De las aventurillas vividas con las visitas daré buena cuenta, no os preocupéis, pero de momento en este report quiero centrarme en un par de cosas. La primera, la climatología finlandesa.

No os podéis imaginar el calorazo que ha hecho en Helsinki este año. En Bruselas la cosa fue tremenda, en Vigo en julio hubo días de achicharrarse, pero lo que sudé aquí en mi primer fin de semana es inenarrable. Los registros dicen que se superaron los treinta grados, pero con una humedad exagerada. Los pobres finlandeses lo han pasado fatal, porque este año se les han juntado el invierno más frío en cuarenta años (se alcanzaron los -30º) y el más caluroso desde que se tienen registros. El caso es que al tercer día de mi regreso la cosa se puso insoportable. Estuviese donde estuviese, la sensación era la de ser un pez fuera del agua, luchando por conseguir oxígeno de alguna manera. Al parecer, una posible explicación es que a la temperatura y la humedad se le unieron las cenizas provenientes, esta vez, de los incendios cercanos a Moscú. ¡No os hacéis una idea del calor! Aun así, lo interesante estaba por llegar, porque al atardecer (bueno, es un decir… a eso de las nueve de la noche), cuando parecía que el mercurio aflojaba un poquito, se desató una tormenta monumental en apenas dos minutos. Yo estaba en casa leyendo y, de repente, noté un oscurecimiento (no puedo evitar acordarme de Les Luthiers y la “Bossa Nostra” al escribir esto). Levanté la vista y a través de los enormes ventanales del salón vi cómo evolucionaba una nube tremenda que en medio minuto lo cubrió todo. Nunca había visto nada semejante. Las nubes se formaron y evolucionaron en un pis-pás (¿se escribe así?) y a continuación sólo recuerdo mucho viento, mucha agua y la gente corriendo despavorida por la calle, en bermudas y sujetándose el gorrito de paja para que no se les fuese volando. En un santiamén se pasó del verano saharaui al invierno finlandés (nada de tormenta veraniega que refresca el ambiente y tal). Fue algo parecido a estar de repente inmerso en una película de Spielberg, con unos efectos especiales de impresión. Ya, ya sé que todos pensaréis que soy un exagerado. De hecho, cuando apenas tres días después se lo comenté a los integrantes de mi primera visita no le dieron mayor importancia (o sencillamente no se lo creyeron). Pero ahora me resarzo…

Sí, porque la tormenta fue de tanta impresión que al parecer salió en las televisiones españolas, sí que desde León me llegó el enlace gracias al que podéis alucinar con lo que yo viví. Como veréis, la gente estaba en la playa (al ladito de mi casa) porque era un día espectacular, pero en dos minutos salen todos pitando porque daba miedito enfrentarse a tamaña nube en bañador. La grabación es de un videoaficionado, pero está tan bien rodada que parece una película hollywoodiense. De hecho, si no lo hubiera visto con mis propios ojos, creo que me lo tomaría como una de invasiones extraterrestres, en la que la nave espacial se camufla (fatal) como si de una nube se tratara. Pero, ¿de dónde sale una nube así? Juzgad vosotros mismos: vídeo.


Bueno, siguiendo con el hilo de la climatología, el mes de agosto ha estado muy bien. Se podía ir en mangas de camisa por la noche y bermuditas durante los largos días, pero ahora la cosa ha cambiado. No es que haga un frío que pele, pero estaremos en torno a los 13 grados, algunos días un poco más y otros un poco menos. De modo que ahora llevarse un jerseicillo por si refresca no está de más. Aquí dejo el tema climático, que tampoco es necesario abusar de él (más teniendo presente que no estamos en un ascensor).

El segundo tema de este report es… mi casa. Creo que aun no habéis tenido contacto con el piso n el que habito, así que no está de más que ahora que Massimo ha bajado al supermercado os coléis un ratito y le echéis un vistazo. Veamos, lo primero que os habrá llamado la atención al entrar es que tiene dos puertas que abren en sentidos opuestos: la primera es la normal, por así decirlo, y la segunda… no sé para qué es la segunda. Igual crea una cámara de aire para evitar que el calor se escape en invierno. Lo que está bien es que el correo te lo meten por la primera puerta y tú lo puedes recoger en pijama sin salir de casa (tan sólo abriendo la puerta interior). Bueno, las puertas no son tan importantes. De hecho, en la casa tenemos más cosas (aunque puertas lo que más).

Ya os había comentado que el piso es alquilado con muebles y lo que eso entraña en estas tierras: que te quedas con el lote completo de cosas del propietario. Así que presidiendo el amplio y luminoso salón en el que nos encontramos está el que debe ser el abuelo de Liisa. El buen señor tenía una impresionante biblioteca, la verdad, pero es una pena que se dedicase casi en exclusiva a leer en finlandés, porque no tenemos ni idea de las maravillosas aventuras (o aburridas ideas, que de todo hay) que encierran los libros que nos rodean. La mecedora tiene su aquél los primeros días, pero yo, que soy marinero de agua dulce, me mareo hasta en tierra. Vamos, que prefiero el sillón, como veis.

Pero pasad, pasad, que os enseño la cocina, funcional pero poco más; la habitación de Massimo, con recuerdos de antepasados de los señores propietarios (fotos que parecen de fantasmas); y la mía. Ya, ya sé lo que estáis pensando: que con tres puertas esto no es exactamente un dormitorio. Pues no sé si tenéis razón. Veréis, una puerta nos lleva a la cocina, otra al salón y la tercera al recibidor. Pero lo que he visto en muchos pisos por aquí es que no es habitual tener pasillo, así que para ir de una habitación a otra muchas veces no tienen más remedio que cruzar por “dependencias privadas”. Así que, aunque mi casa tenga pasillo (chiquitito) igual la cultura de las habitaciones bien ventiladas está muy asentada y por eso tanta puerta no impide que el habitáculo en cuestión pueda ser catalogado de dormitorio. Al menos, y eso hay que agradecerlo, yo sólo tengo unos cuantos cuadros de estampas finlandesas variadas (aunque mi cuota de objetos estrafalarios está más que bien cubierta por un reloj de cuco de madera). Nada que ayude a que uno se sienta en casa al cruzar el doble umbral del piso...

Habréis notado que me he saltado un par de puertas. La una es la ducha, con su lavabo y tal. La otra es el inodoro. Y sólo el inodoro. A ver si me explico, se trata de un cubículo minúsculo en el que está el inodoro. Otra cosa es cómo acceder a él. Tras un par de meses de pruebas, creo que lo mejor es bajarse los pantalones antes de entrar, porque si cierras la puerta toda maniobra deviene imposible. Curiosos estos finlandeses… ¡ahorran hasta en espacio!

Y poco más os cuento en este primer report del nuevo curso. Salid del piso antes de que vuelva Massimo, que si ve tanta gente de golpe se me asusta. Eso sí, estad tranquilos que tengo aventuras de las buenas que contaros. Pero eso en próximas crónicas. ¡Un abrazo fuerte a todos!