23 enero, 2006

Ya viene la revolución, hermano.

Historia rigurosamente real y reciente. Una profesora venezolana va a dar una conferencia en Suiza, invitada por un importante organismo internacional y en el marco de unas jornadas para profesores latinoamericanos.
Se retrasan los pagos de las dietas y viáticos y la señora se ve en Suiza sin dinero con el que hacer frente a la factura del hotel y similares. Sus colegas le dicen que pague con tarjeta y que saque dinero en cualquier cajero automático. Y la buena señora, compungida, les cuenta que:
a) No les está permitido a los venezolanos comprar con bolívares, la moneda nacional, más de cuatro mil dólares al año. Funciona, eso sí, un floreciente mercado negro de divisas.
b) Las tarjetas de crédito que sus bancos les pueden dar allá no tienen, por imperativo legal, validez internacional, con lo cual ni puede pagar con su tarjeta ni puede sacar dinero con ella en Suiza.
Da algunas importantes informaciones adicionales. Por ejemplo, que si eres venezolano y no tienes pasaporte, debes esperar unos tres años para que te lo den, desde que lo solicitas al organismo estatal correspondiente.
Y a uno, que en su juventud, antes de la caída del Muro, algo viajó por la DDR, Hungría, Yugoslavia..., le vienen tantos recuerdos...
Otra vez los tiranuelos más sinvergüenzas van a engañar a los más estúpidos gobernantes y a los ciudadanos más ingenuos en nombre de un socialismo cuyo nombre manchan y de la liberación de unos pueblos a los que solo quieren oprimir.
Pero es tan majo ese Chávez, y tan antiimperialista...
Manda güevos con las revoluciones de pacotilla. Por cierto, ¿la vaselina es un derivado del petróleo?

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Tengo que comentarlo, no tiene nada que ver con nada estatutario, ni del evo ni de chavez, ojalá.
Tiene que ver con los que no son burriprofes, con esos ,que los hay sin duda ,profesores que se dejan los ojos (algunos preciosos)y su esfuerzo en el estudio y en la creación de una doctrina lógica y que derraman su materia gris en auténticas joyas jurídicas, pues bien, tenía la costumbre (hasta hoy) de acercarme un par de veces a la semana por la facultad de Derecho para usar un poco por la cara el ordenador que me prometió ZP, ver novedades y estudiar algún tema muy concreto en algún seminario.
No es susceptibilidad, pero cuando me cruzo con alguno de estos profesores, hombre no es que yo pretenda que se rompan la camisa de la alegría de verme, pero es que en ocasiones hay rictus, saludos forzadísimos y si me ven de lejos y pueden escaquearse por un auxiliador pasillo a uña de caballo lo hacen.
El jueves pasado en el seminario de Derecho Penal fue ya la gota que desbordó el vaso, en cuestión de caretos rarísimos, el decano simplemente estuvo correcto debido al cargo supongo.
Personalmente me la trae floja, me tira del nabo, digo yo que será de tanto estudiar y de pensar, pero han consuguido que la idealización que yo tenía de la facultad de derecho de León se haya ido a cagar entre burriprofes y cerebrosconcaradegárgola, que se vaya a la puta mierda la facultad, he estado todo el fin de semana barrenando que postura tomar y he decidido que las de Villadiego, hoy por la tarde en infantil protesta fuí a la biblioteca y tiré para el suelo los libros de dos estanterias en señal de desprecio a los pensantes malencarados.
Fíjese garciamado lo que para mí era la facultad que el día 27 de Enero el día del santo Peñafort imponen la insignia de la facultad, que me he ganado con mis codos y mis cojones; para mí esa insignia es como para un militar la laureada de San Fernando, la iré a recoger (estoy indeciso), pero si voy todavía tendré que decidir si se la devuelvo al decano metida en un orinal (limpio) con acuse de recibo o si la conservo para recordar esas caras largas de mentes increibles. Eso sí, será la última vez que pise el centro, ya ven del amor y devoción al asco hay poco.
No voy ni aunque garciamado en persona me invite a charlar de lo último en argumentación o mi querido mentor el profesor Bermejo me mande llamar.

Juan Antonio García Amado dijo...

Vaya, hombre. Justo cuando yo le echaba unas flores y me atrevía con unos consejos, andaba usted perpetrando el mensaje de la ruptura.
Pues ya sé que le importará un carajo lo que yo le diga, pero ya que lo cuenta aquí, yo le respondo igual.
¿A estas alturas lo van a derrotar a usted? Hombre...
Le queda todo por hacer, amigo, todo. Acabar la carrera fue un espejismo, aunque para usted signifique tanto y le haya supuesto tanto esfuerzo. Eso era el precalentamiento. El partido empieza ahora. No se autolesione, no se quite de enmedio.
Rediós, hasta usted mismo me escribió aquí que hay de todo y que no se puede generalizar, cuando yo andaba dando leña a los famosos burriprofes.
Aguante, hombre, que no se diga. Que las miradas, si acaso, son precisamente para que usted haga lo que va a hacer, para que se meta en un ghetto y no nos deje a muchos en mal lugar a base de leer y superarse y echarle codos y arrestos. No les dé gusto, sonría. La venganza se sirve en platos fríos.
Parece mentira que tenga yo que ponerme a explicarle a usted cómo se resiste y cómo se pelea.
Tengo recuerdos muy lejanos y no es cosa de ponerse aquí sensiblero. Pero mis primeros tres años en la ciudad fueron de llanto cada noche, todas y cada una de las noches, todas. Porque no sabía hablar castellano, sólo bable; porque llevaba, en un colegio fino, pantalones cortos de peto que me cosía mi madre; porque olía a establo; porque no sabía coger el tenedor.
Por eso sigo con ganas de ciscarme en todos los pijos y cantarles las cuarenta a los cantamañanas con apellido y vagancia congénita. Pero ahora me dicen que lo mío es cuento porque tengo buen sueldo. El mismo sueldo, pero con más esfuerzo y mérito, qué coño. Luego no es lo mismo. Así que digo lo que me da la gana. Sobre todo ahora que puedo. Así que tome nota y pueda. Pero pueda de verdad. Aguante.
Mire, somos más efectivos aquí (o en estrados, o en la asociación de no sé qué) que con la vaca. Además, la vaca ya se murió, qué carajo.
Infíltrese en las filas enemigas, redios, no escape.
Y no nos deje solos a los peleones.
Y otro día le cuento más cosas, si quiere. Pero borrachos.
Dicho esto, sabe que discrepo con usted en casi todas las ideas y que pienso que a menudole da por decir cosas imperdonables. Pero eso ahora da igual. Se le pasará estudiando aún más.
Ah, y conmigo no se ha cruzado estos días y no he tenido ocasión de saludarlo. Así que no incurra en la falacia de falsa generalización.
Salud.

Juan Antonio García Amado dijo...

A Anónimo Oficial. Y 2.
Permítame que le haga un añadido al anterior comentario. Más personal. Vd no se extrañará de que reaccionen como ofendidas personas que se han sentido muy directamente aludidas con más de un exceso verbal que usted ha cometido en momentos de intensa calentura. Tenga en cuenta que cuando udted deseó la muerte más cruel a TODOS los de determinada profesión, estaba llevándose por delante a más de media familia de personas que le apreciaban y le apoyaban muy fuertemente. Eso, usted que valora instituciones como la familia y el honor, eso lo tiene que entender
Los que solemos darlas duras tenemos que estar también a las maduras. Es más, alguien de ésos conozco que lleva en su cuerpo restos de metralla por la bomba que los gudaris le pusieron a su padre y a algunos más. Y que, en los casos que importan, han sido generalmente reconocidos, en su profesión y fuera de ella, por su honestidad, valor y respeto a los derechos de la gente. Porque hay de todo en todas partes, como siempre decimos.
Si quiere, un día se lo explico con todo el detenimiento necesario, amigablemente.
Y estoy seguro de que ni siquiera los que se puedan sentir dolidos con usted desean que pierda usted el merecido orgullo de recoger la medalla que da testimonio de esa carrera ejemplar.
Dicho esto, y dejando al margen los tristes desencuentros personales y su propia responsabilidad en ellos, siguen vigentes todas las cconsideraciones de mi anterior comentario.

IuRiSPRuDeNT dijo...

Coño anonimo quedo flipado; huyen de ti los profes a uña de caballo. Vaya por dios.

Ves caras rarisismas; vaya putada yo en ocasiones veo muertos...

Pero eso me suena anonimo... me es familiar.

Yo creo que hacen "pis" como todos no? Lo de la idealización es normal.

Yo cuando veo caras rarisimas pienso: _o no me conocen; ó les patina una neurona; tu sabrás... en fin.

Tambien puede ser que tu rictus genere desconfianza; piensa que aun siendo catedráticos, profesores etc etc... son personas y pueden ser muy muy debiles, osea como onesimo a nivel personal; y quizás en ocasiones ellos vean muertos.

En fin vuelve por la uni, usa los aseos etc etc y riete de Janeiro a fin de cuentas es tu casa no de ellos en exclusividad; casi te a puesto que anda mas a disgusto algun funcionario condenado a vivir entre esas cuatro paredes que tú que vas de visita, que fuiste alumno: Te lo dice alguien que dejo de ir hace años, y no acabará derecho en la ULE. Pero no culpo a nadie. Y si te sientes identificadao con esa casa pues vete, da la coña; espanta tus demonios alli, pero espantalos, que se jodan, que te aguanten para eso les pagan.

Anónimo dijo...

Me dan mucho que pensar y meditar garciamado e iurisprudent, si es que soy un cabeza volada. Y admito que como un burro he cometido la falacia de la falsa generalización, por mi libertad que ahora mismo la voy a repasar de pe a pa.
Creo recordar que cuando desee muertes , reconocí publicamente mi error con datos por si alguien se sentía ofendido puediese emprender las acciones legales que considerase oportunas, no obstante vuelvo a pedir perdón a quien se sintiese ofendido con toda la razón.

Anónimo dijo...

Matizando lo anterior, el perdón es a quién se sintiese ofendido, en plan talante, pero no estoy arrepentido de nada de lo afirmado pues de nada sirven los arrepentimientos, pues alguien que se arrepiente es un ser miserable y sin honor : 1º) por expresar una opinión que ha sido meditada no se debe uno arrepentir, apechugar sí, pero no arrepentirse 2º) en caso de que me arrepintiera renegaría de mi obra sin haber manifestado antes mi cambio de opinión.