06 noviembre, 2010

Las perlas de este Papa inicuo

No me tengo por particularmente agresivo en asuntos de religión, en especial de la católica, que es la que nos toca más, por cuestiones histórico-geográficas. Porque la religión es así, cada pueblo tiene aquella que le tocó, de lo que resulta que la fe es algo que se mama y que, si la fe es un don, no se reparte al buen tuntún, sino con criterios geoestratégicos y así. Debe de haber un G-20 de los dioses donde debaten sobre a cuál le corresponde comerles el tarro, lanzarles plagas y hacerles todo tipo de putadas a los de un sitio u otro. Edificante. Los católicos de aquí serían musulmanes igual de convencidos si hubieran nacido en Arabia Saudí. Tiene coña.
Digo que no me considero muy cañero en estas cosas y que me defino como ateo tranquilo y dispuesto a defender donde haga falta la libertad de conciencia, y, dentro de ella, la libertad de cada creyente para orar a quién le pete y para pedirle a su dios que el equipo de sus amores gane la Liga y la Champions. Precisamente esta tarde llamó a casa mi suegra para comunicarnos que no dejáramos de poner la tele, pues estaban dando en directo la misa del Papa en Santiago de Compostela. Le di las gracias con una educación que quizá no fuera correspondida si fuera yo el que llamara para que sintonizaran con un aquelarre transmitido por Tele5 o con la porno del Plus. Pero bueno, ya digo que les doy hasta ventaja si hace falta.
Pero todo tiene un límite. No digo lo de mi suegra, que es muy buena gente, sino lo del Papa Benedicto. Porque va y declara hoy, cuando visita España, que aquí hay un “laicismo agresivo” y que esto se parece a lo de los años treinta aquí mismo. Y no, majete, no, de eso nada. Porque como empecemos así, te vas a enterar si nos ponemos agresivos los que no creemos ni papa de lo tuyo, pero que por lo común ni nos mosqueamos ni nos metemos con tu grey, salvo con los curas y obispos ésos a los que tú amparaste mientras pudiste y que se tiraban niños como si tal cosa. Así que cuidadín, que a los que se follaban niños de verdad, y no de palabras, no los llamabas ni pedófilos agresivos ni hijos la gran tal, aunque lo eran y tú lo sabías de sobra y achantabas o decías que los cambiaran de parroquia o de colegio. ¿Por qué achantabas? ¿Por qué eso no lo denunciabas públicamente y que los enchironaran como los delincuentes que eran -o son-?
¿Lo de los años treinta? Pero vamos a ver, que yo me entere: ¿alguien aquí en los últimos años y décadas le ha levantado la mano a un cura y a una monja? Muchos ateos saldríamos a defenderlos arriesgando lo que hiciera falta, conste, aunque a la inversa no sé si ocurriría igual, porque con los precedentes que tenemos, como para fiarse ¿Alguien ha gritado que habría que fusilar curas, como en aquel tiempo que mencionas? ¿Alguien ha tramado expropiaciones de bienes eclesiásticos, y mira que quedan? No, ¿verdad? Entonces, qué carajo de comparación es ésa. ¿O es que hay que creer a la fuerza, ir a la misa quieras o no, fingirse fiel sumiso por la cuenta que a uno le tenga y lamerte a ti las sandalias o las posaderas para no ser un laicista agresivo?
¿Agresivo? ¿Te cuento yo, corazón, historias de agresivos? Pues si quieres, te explico cómo nos zumbaban a mí y a mis compañeros los curas del colegio o cómo nos retorcían los mofletes con saña de malnacidos cuando no nos sabíamos al pie de la letra el catecismo o como nos obligaban a ir a comulgar por narices -viva la libertad, ¿verdad?- o cómo nos amenazaban con penas infernales atroces si nos tocábamos en soledad un poquitín eso que ellos restregaban contra nosotros a nada que podían, so cochinos morbosos. ¿O prefieres que te explique lo que tantos curas, empezando por el de mi pueblo cuando yo era pequeño, nos decían de la Cruzada de Franco, que había permitido exterminar como a ratas –sic.-, que era como merecían –sic.-, a los rojos y los masones y los ateos? ¿Te recuerdo que hubo, cuando yo era niño, un Estado confesionalmente agresivo y que si un cura le ponía la proa a alguien por no ir a misa o por no hacerle la pelota, lo tenía más que difícil ese señor o esa señora? ¿Eso no era agresivo? ¿Sabes que a mi padre lo multaron alguna vez por segar en domingo, fiesta de guardar, aunque las vacas comían todos días, las muy laicistas? Bueno, las vacas y los curas, que también comían todos los días, y bien, por cierto. ¿Protestó por eso la iglesia oficial o el Papado de la papada? ¿Has dicho tú algo sobre aquella agresividad? ¿Estás dispuesto tú, acaso, a pedir perdón por por aquella violencia y por aquella represión y por los curas que bendijeron fusilamientos y torturas? ¿Vas a ir tú a visitar una de ésas fosas comunes de fusilados con bendición de alguno de los tuyos y vas a rezar –allí, si tienes lo que se te supone, caridad y amor al prójimo- por el alma de los muertos y vas a consolar a los nietos o bisnietos y a asegurarles que jamás volverá tu iglesia a bendecir asesinatos así? ¿Te extraña que algunos no creamos en ti ni en lo que representas y que, además, nos cueste contenernos cuando, de propina, nos ofendes desde tu papamóvil cuando vistas nuestra casa? ¿Quieres que vaya yo con unos cuantos amiguetes a organizarte a ti el Vaticano y que llegue diciendo que allí hay mucho meapilas? ¿Estaría mal, no es cierto? Pues lo tuyo aquí, metiéndote en todo como si fueras algo y alguien para este Estado, lo mismo. Controla, si acaso, a tu rebaño, que estaría bien que más de cuatro de misa diaria dejaran de robar a msnos llenas y de hacer otras cositas de las que llevan al fuego eterno, al parecer, nada más que a los que no creen en ti, figura.
¿Laicismo agresivo? ¿Cuál? ¿El de esta caricatura de Presidente que tenemos y que amaga para la galería y luego no da ni una? ¿O acaso el laicismo agresivo de los españoles ha bajado las subvenciones y los dineros en cualquier concepto para tu Iglesia? ¿Han gravado los bienes de tu Iglesia con los mismos impuestos que se aplican a los míos? ¿Acaso han cumplido lo de quitar los crucifijos de las instituciones públicas y yo no me he enterado? ¿Han suprimido capellanes en hospitales y cuarteles? ¿Sabes la impresión que me da a mí, cuando estoy en un hospital o cuando tuve allí a un ser querido, que llegue a la habitación un cura diciendo cositas? Yo normalmente lo saludo respetuoso y lo despido afable, pero me da por el saco, ¿sabes? Así que un respeto para mí también ¿Te das cuenta de que para equilibrar las situaciones y los derechos deberían permitir que algún ateo militante –algún laicista agresivo- fuera por las habitaciones diciendo a los enfermos que no hagan la gilipollez ni de confesarse ni de arrepentirse de los buenos polvos que echaron donde pudieron? A ti y a tus obispos os pareció horrible aquella publicidad de los autobuses que decía que Dios no existe, ¿recuerdas? Una bobada andar pagando por poner eso en los buses, lo sé. Pero ¿te imaginas la ilusión que me hace a mí cuando alguno de tu cuerda se despide con un hasta mañana "si Dios quiere"? ¿Quieres que me ponga yo a recordarles cada vez que no quiero publicidad en mi casa ni en mis relacines privadas? Que hasta mañana y punto y que a su Dios se lo guarde para él si no quiere que le responda yo, ya puestos, con un hasta luego y vete al diablo? Pero no lo hago, no, porque os respeto. Hasta que acabes de cansarme y me agoten la paciencia tus orondos obispos. Entonces habrá que empezar a hablar en serio y de tú a tú, de igual a igual, pues para mí no sois más que nadie aunque se os reconozcan aún muchos privilegios.
¿Laicismo agresivo? ¿Aquí? Ahora ya no te pregunto de qué vas, Benedicto, mi alma, sino de qué vienes. ¿Vienes de jefe de Estado o de Papa? Porque si vienes de jefe de Estado, no sé a cuento de qué se te permite decir misas ni por qué asisten a ellas, como autoridades, las autoridades de este Estado no confesional y lleno de laicistas agresivos, las autoridades de mi Estado. Fuera mis autoridades de tus misas, rediez, que vayan sólo a título personal, si quieren. Y si vienes como Papa, no sé por qué diantre tienen que andar recibiéndote las autoridades de nuestro Estado que no es el tuyo; que te reciban tus obispos y todos los que quieran de tu asociación o grupo, no de mi Estado. Ah, y las autoridades de tu Estado o de tu Iglesia que cobren del Vaticano o de tu Iglesia, no del Estado mío. Porque ya tiene bemoles que yo os esté manteniendo y, encima, tenga que aguantaros las impertinencias y la mala educación de metomentodo.
Esta mañana escuché en la radio las declaraciones, tomadas a pie de calle, de una señora peruana que contaba, feliz y exhibicionista, que había venido desde su país a verte y que era la segunda vez que visitaba Europa sólo para contemplarte, y que se sentía reconfortada y feliz. Con lo que esa indecente dama tuya se gastó en seguir tus santos pasos comerían varios años unos cuantos niños famélicos de Perú. Pero a ti eso debe de importarte un pimiento, pues bendices, exultante, a esa clase de casquivanas y soplagaitas que piensan que se van a salvar por tirarte unos besos y adorar a todos los becerros, incluidos los de oro.
Ojalá exista el Dios que predicas, ojalá. Para que nos veamos en el infierno esas tías y tú y yo, para eso. Ahí si que me vas a oir como está mandado.

11 comentarios:

Rafael dijo...

¿Laicismo agresivo? Tal vez.
Y sólo es una perla, como esa hay bastante más.
Las manifestaciones recientes decían aquella inocente frase de "hay que quemar la Conferencia episcopal, etc.".
Sólo pueden ser más agresivos haciéndolo.
Pero deberías ver el conjunto y no el análisis cabreado de Vidal.
Nada más.
A lo mejor tu artículo también es algo inicuo, si se me permite decirlo.

roland freisler dijo...

Joder, estábamos escribiendo RafaelB y yo a la vez, ya le dije,profesor que por mucho cafre que haya entre los cristianos, por lógica donde no hay un creer el salvajismo es mayor casi siempre.

Merlucillo dijo...

Excelente exposición. De hecho creo que debería ser publicada en algún medio de comunicación donde pueda tener aun más difusión que en este estupendo blog.

En cuanto a los comentarios previos, un grupo de facebook no es comparable con lo que sucedió en los años treinta en nuestro país. ¡Qué no se me compare hacer un click con el ratón con las iglesias que se quemaron entonces! Ahora, en estos mismos momentos, ningún cura español teme por su vida en nuestro territorio (parece mentira que haya que escribir esto, amigos rafael y roland) ni la iglesia ve peligrar su patrimonio (al contrario, recibe ayudas para conservarlo, cosa que me parece bien). Es EVIDENTE que la comparación entre ambos momentos históricos está fuera de lugar y sólo busca acariciar los oidos de una determinada audiencia...

Bueno, que yo me pasaba por aquí para sugerir la lectura de Gomá, con quien muy a menudo concuerdo.

http://www.elpais.com/articulo/portada/Abrochado/dulzura/vivir/elpepuculbab/20101106elpbabpor_31/Tes

¡Mis respetos!

Anónimo dijo...

Genial. No puedo estar más deacuerdo contigo. Y coincido con otro comentario en que quizás deberías publicarlo en algún medio con más difusión.

Rafael dijo...

Merlucillo, un grupo en facebook, unos manifestantes aquí, allá y acullá gritando lo de quemar la conferencia episcopal, una diatriba insultante día sí y día también, ¿qué falta para que sea agresivo, insisto? ¿Qué hagan aquello con lo que amenazan?
Además hay que leer lo que el Papa ha dicho, no lo que dice el periodista que ha dicho, no vaya a ser que no haya dicho lo que dicen que dijo, ¿me he explicado?
Es que yo creo que la frase viene a decir que ya se han vivido las consecuencias de un laicismo agresivo en el pasado, no significa que éste vaya por el mismo camino, pero no es el camino ideal para entenderse, reconduzcamos el diálogo posible, no permitamos que degenere en nada más que en exabruptos que deberían ser el pasado.
Pero esto son ganas de arreglar algo y no sé si todos están por la labor, siempre hay algún inicuo que entra insultando.
Saludos.

Merlucillo dijo...

Bueno, al parecer la opinión del autor del blog es compartida por algún otro.

http://www.elpais.com/articulo/espana/verdad/elpepunac/20101107elpepinac_5/Tes

En cuanto a lo que comenta Rafael... pues simplemente piénsese en la situación de las parejas homosexuales y lo que han tenido que escuchar durante mucho tiempo (exactamente eso que ahora padece la iglesia). Pero no nos equivoquemos: les sigue pasando aun ahora. Así que nos encontramos ante la expresión de un descontento por ambas partes. Y lo que el autor del blog propone es algo elemental en un Estado aconfesional: que cada uno se guarde su descontento para sí y respete las creencias (y prácticas vitales, sexuales, etc) de los demás.

¡Saludos!

Carmen dijo...

Las perlas de este Papa, se quedan en Galicia y Bcn, menudo montaje.

Y ya está bien de organizar la vida de los laicos, que se limiten a sus adeptos y dejen de intentar evangelizar con amenazas y reproches.
Nada mejor que predicar con el ejemplo. jajajaja ¡Ay, Dios mío!

Un cordial saludo.

Rafael dijo...

Fina argumentación, merlucillo. Piensese en el drama de los gorilas de las montañas y ya con eso explicamos el laicismo agresivo y su contrario.
Además, seguro que se lo tienen merecido, ya se sabe, "algo habrán hecho".
Nada, a cuidarse sin preocuparse.
País.

Merlucillo dijo...

Estimado Rafael:

No pretendo iniciar una polémica absurda en línea por algo que me parece que no admite discusión. Dígame claramente si cree que el Papa Benedicto XVI tiene razón cuando afirma que la situación que vive España en la actualidad es equiparable a la que se vivía durante la II República. Creo que estamos de acuerdo en la respuesta, y si no es así permítame que me retire del debate, pues no será posible el acuerdo entre nosotros si entendemos de forma tan divergente cuales son los hechos, cual es la realidad.

Saludos.

Rafael dijo...

Sólo un intento más. ¿Qué ha dicho realmente BXVI? Entre otras muchas cosas que parece que nadie ha leído, lo siguiente:
"...Pero también es verdad que en España ha nacido una laicidad, un anticlericalismo, un secularismo fuerte y agresivo como lo vimos precisamente en los años treinta, y esta disputa, más aún, este enfrentamiento entre fe y modernidad, ambos muy vivaces, se realiza hoy nuevamente en España: por eso, para el futuro de la fe y del encuentro --¡no el desencuentro!, sino encuentro-- entre fe y laicidad, tiene un foco central también en la cultura española. En este sentido, he pensado en todos los grandes países de Occidente, pero sobre todo también en España."

Y piensa uno si es verdad y vistos los comentarios y manifestaciones públicas, parece que sí. El Papa no ha hablado de los sucesos sino del desencuentro entre fe y modernidad y sus antecedentes. Y hace una propuesta de diálogo en vez de enfrentamiento. ¿Que respuesta obtiene? La malinterpretación y una agresividad que queriendo quitarle la razón no hace más que dársela. NO hay interés por entenderse, es inicuo y basta.

Y ya puestos, ¿a ti te parece que las manifestaciones amenazantes y los insultos de todo color son indicio de que no hay la más mínima agresividad en el laicismo anticlerical de hoy?
No sé, a lo mejor exagero pero ahí están.

Anónimo dijo...

Toño, majete, la mejor entrada que has escrito en mucho tiempo (claro, de las que he leído, pues no puedo seguirte a diario).
No sé cuánto habrá costado al contribuyente español la dichosa visita pero, la verdad, yo le prohibiría la entrada en esta España que ha padecido el flagelo de la iglesia casi desde que el pobre Jesús derramo su sangre por nosotros (claro, parece que solo por ellos, para poder seguir dando por el c. a los de siempre).
Lo de "meapilas" no se acuñó por algo y este país parece que no tiene pilas suficientes para contener tanto orines.
Un abrazo
Manolo B.
N.B.- Todavía recuerdo bien el himno de Riego.