Soy un pijotero, bien lo sé, seguro que un reaccionario, incluso, pues cada día me ponen mas de los nervios ciertas modas, ciertos modos y determinados experimentos que me parecen ñoñadas para tontitos del culo que, en el fondo, son pretextos para que cuatro avispados a medio camino entre la Administración y el puticlub se lo lleven crudo y, encima, pongan en sus currículos unas monadas muy resultonas.
Vale, sí, ya les explico por qué me pongo así. Recibo un folleto muy bonito con el logo de Funivcyl, que, contrariamente a mi intuición inicial, no es una empresa de funiculares, sino la Fundación Universdades Castilla y León. Siempre que oteo en el horizonte una fundación echo mano a la cartera y pongo el culo contra la pared. Hoy, el que no desenfunda simplemente funda, y se lo lleva igual. También viene el símbolo de la Junta de Castilla y León, toda circunspecta y como muy de casa ya. Se anuncia en el papelín un evento que, ya puestos, se titula tal que así: “Castilla y León: formando emprendedores”. Chúpate esa.
Últimamente me pirro por las emprendedoras. Por cierto, ¿por qué los políticos y folletistas nunca ponen “emprendedores y emprendedoras”? Si decimos vascos y vascas y topos y tapas, por qué no vamos a decir emprendedores y emprendedoras, vamos a ver. O será para que no pase lo que a mí me pasaría: que una convocatoria para un congreso de emprendedoras me pondría aún más contento, con una ilu terrible y pletórico de dicha al pensar lo que se les puede ocurrir emprender a las muy jodías. Así como está, sin concesiones a la corrección política y sólo con lo de emprendedores que se forman, me divierto también, pero menos. Y tenían que ver la foto y los dibujitos: un guaperas con cara de hijo de papá concejal de urbanismo en ayuntamiento de más de cien mil habitantes, con aire de estudiar en una privada con portátil incluido, masajista transexual y podólogo autóctono, y una viñeta en la que se dibuja una bombilla que se enciende en la cabeza del cretino que va a emprender la leche de cosas en cuanto salga de ese evento que, por cierto, se celebra en Segovia.
Algunas de las conferencias programadas y que, a su tiempo, serán emprendidas por sus autores también son de mucho chiste, y que me perdone algún amiguete que aparece en el programa y que dicta alguna de las otras, of course. Pero vean qué apropiado y apasionante. Uno habla de “Liderazgo en la empresa familiar: Emprendedores vs. Sucesores”. Uf, llevo preocupadísimo con ese asunto desde que deserté del arado, pues siempre me pregunto qué habría sido yo si me hubiera quedado con las doce vacas de mi padre, emprendedor o sucesor. ¿Y si me lo montaba de sucesor emprendedor? Flipo con las posibilidades que ofrece el mundo de la emprendiduría, la emprendición o como carajo se diga. Hay otra charla sobre “El valor estratégico de la comunicación para las personas emprendedoras”. ¿Ven? Mismamente ahí ya pillamos una crucial diferencia entre emprendedores propiamente dichos y pajilleros solitarios y sin futuro ni na: para el emprendedor la comunicación tiene valor estratégico, mientras que para el mindundi apocado y sin papá al que sucecer o con el que emprenderla, la comunicación posee un valor meramente táctico o a grito pelao. Por cierto, y entre paréntesis, les recomiendo un método de deconstrucción casera de gilipolleces. Cuando vean un título muy chachi y muy chuli de lo que sea (un curso, una instalación en un museo provincial de arte de vanguardia universal, una crítica en Babelia...) prueben a descolocar las palabras al buen tuntún. Si en cualquiera de las combinaciones posibles siguen significando lo mismo (o sea, nada), es que estamos ante una gilipollez para consumidores de tales productos y que se llaman..., se llaman..., vaya se me olvidó. Hagamos una práctica con el título anterior, "El valor estratégico de la comunicación para las personas emprendedoras" y alteremos sus términos por ejemplo así, "El valor personal de la estrategia para la comunicación emprendedora", o así, "El valor comunicativo de las personas emprendedoras para la estrategia". ¿Se entiende igual y vale lo mismo? Sí, ¿verdad? Pues lo dicho.
Volviendo al suculento programa, también se realizarán dos talleres prácticos a los que me encantaría asistir con mi coche. Uno se llama “Taller práctico: comunicación interna” y el otro “Taller práctico: comunicación externa”. Son primos. Me gustaría mucho ir, aprender y luego practicar con mi señora, especialmente la comunicación interna, para la que imagino que hay que tener, como mínimo, la confianza que da el vínculo matrimonial o, en caso contrario, ser muy emprendedor, y ya no me siento en edad para comunnicaciones internas fuera de casa y si no hay fútbol ni nos estamos acreditando.
En fin que una gozada, que aquí un amigo y aquí un ponente y que nos gastamos un cuento de la madre que lo parió. Si queremos encauzar este puñetero país y que los dineros comunes no se vayan a financiar la tarima móvil del avispado de turno que se está especializando en Ética del Emprendedor en la Era de la Globalización o el cualquier otra mamonada semejante que debería, inclusive, ser delito, urge una reforma legal que prohíba de raíz las fundaciones que no estén abiertamente en manos de y dirigidas por toreros y madames.
Vale, sí, ya les explico por qué me pongo así. Recibo un folleto muy bonito con el logo de Funivcyl, que, contrariamente a mi intuición inicial, no es una empresa de funiculares, sino la Fundación Universdades Castilla y León. Siempre que oteo en el horizonte una fundación echo mano a la cartera y pongo el culo contra la pared. Hoy, el que no desenfunda simplemente funda, y se lo lleva igual. También viene el símbolo de la Junta de Castilla y León, toda circunspecta y como muy de casa ya. Se anuncia en el papelín un evento que, ya puestos, se titula tal que así: “Castilla y León: formando emprendedores”. Chúpate esa.
Últimamente me pirro por las emprendedoras. Por cierto, ¿por qué los políticos y folletistas nunca ponen “emprendedores y emprendedoras”? Si decimos vascos y vascas y topos y tapas, por qué no vamos a decir emprendedores y emprendedoras, vamos a ver. O será para que no pase lo que a mí me pasaría: que una convocatoria para un congreso de emprendedoras me pondría aún más contento, con una ilu terrible y pletórico de dicha al pensar lo que se les puede ocurrir emprender a las muy jodías. Así como está, sin concesiones a la corrección política y sólo con lo de emprendedores que se forman, me divierto también, pero menos. Y tenían que ver la foto y los dibujitos: un guaperas con cara de hijo de papá concejal de urbanismo en ayuntamiento de más de cien mil habitantes, con aire de estudiar en una privada con portátil incluido, masajista transexual y podólogo autóctono, y una viñeta en la que se dibuja una bombilla que se enciende en la cabeza del cretino que va a emprender la leche de cosas en cuanto salga de ese evento que, por cierto, se celebra en Segovia.
Algunas de las conferencias programadas y que, a su tiempo, serán emprendidas por sus autores también son de mucho chiste, y que me perdone algún amiguete que aparece en el programa y que dicta alguna de las otras, of course. Pero vean qué apropiado y apasionante. Uno habla de “Liderazgo en la empresa familiar: Emprendedores vs. Sucesores”. Uf, llevo preocupadísimo con ese asunto desde que deserté del arado, pues siempre me pregunto qué habría sido yo si me hubiera quedado con las doce vacas de mi padre, emprendedor o sucesor. ¿Y si me lo montaba de sucesor emprendedor? Flipo con las posibilidades que ofrece el mundo de la emprendiduría, la emprendición o como carajo se diga. Hay otra charla sobre “El valor estratégico de la comunicación para las personas emprendedoras”. ¿Ven? Mismamente ahí ya pillamos una crucial diferencia entre emprendedores propiamente dichos y pajilleros solitarios y sin futuro ni na: para el emprendedor la comunicación tiene valor estratégico, mientras que para el mindundi apocado y sin papá al que sucecer o con el que emprenderla, la comunicación posee un valor meramente táctico o a grito pelao. Por cierto, y entre paréntesis, les recomiendo un método de deconstrucción casera de gilipolleces. Cuando vean un título muy chachi y muy chuli de lo que sea (un curso, una instalación en un museo provincial de arte de vanguardia universal, una crítica en Babelia...) prueben a descolocar las palabras al buen tuntún. Si en cualquiera de las combinaciones posibles siguen significando lo mismo (o sea, nada), es que estamos ante una gilipollez para consumidores de tales productos y que se llaman..., se llaman..., vaya se me olvidó. Hagamos una práctica con el título anterior, "El valor estratégico de la comunicación para las personas emprendedoras" y alteremos sus términos por ejemplo así, "El valor personal de la estrategia para la comunicación emprendedora", o así, "El valor comunicativo de las personas emprendedoras para la estrategia". ¿Se entiende igual y vale lo mismo? Sí, ¿verdad? Pues lo dicho.
Volviendo al suculento programa, también se realizarán dos talleres prácticos a los que me encantaría asistir con mi coche. Uno se llama “Taller práctico: comunicación interna” y el otro “Taller práctico: comunicación externa”. Son primos. Me gustaría mucho ir, aprender y luego practicar con mi señora, especialmente la comunicación interna, para la que imagino que hay que tener, como mínimo, la confianza que da el vínculo matrimonial o, en caso contrario, ser muy emprendedor, y ya no me siento en edad para comunnicaciones internas fuera de casa y si no hay fútbol ni nos estamos acreditando.
En fin que una gozada, que aquí un amigo y aquí un ponente y que nos gastamos un cuento de la madre que lo parió. Si queremos encauzar este puñetero país y que los dineros comunes no se vayan a financiar la tarima móvil del avispado de turno que se está especializando en Ética del Emprendedor en la Era de la Globalización o el cualquier otra mamonada semejante que debería, inclusive, ser delito, urge una reforma legal que prohíba de raíz las fundaciones que no estén abiertamente en manos de y dirigidas por toreros y madames.
De tanto emprender a mi costa todo quisque, empiezo a notar un fuerte escozor en la parte ideológica e intuyo que habrá que amputar, aviso.
5 comentarios:
Off Topic: responsabilidad política
A escrito usted "convinaciones" en vez de combinaciones, o esta de coña o se le ha ido la pinza.
Un saludo
Muchas gracias, estimado anónimo. Se me había ido la pinza, en efecto.
Y muy buena su viñeta, don AnteTodo.
Saludos
Pues puestos a corregir, el "a escrito" del anónimo no tiene precio. O igual era coña...
Lo que más me ha interesado a mí del curso es lo referente a "El perfil psicosocial del emprendedor". Estoy por salir corriendo para Segovia porque una charla sobre un tema semejante no puede tener desperdicio. Figuraos que nos enseñan a detectar un emprendedor de esos por la forma en que arquea una ceja en el ascensor, o arremete contra el plato de gambas en la taberna... Una vez localizado, ya se le puede poner el anillado, y seguir su curso por el ecosistema (se le puede ver trepar, acumular riqueza, pelearse en celo con los machos del entorno, cubrir a las hembras) Da como para una par de capítulos de National Geographic.
Publicar un comentario