10 enero, 2010

Cuentos de domingo. 9. Espirales

- ¿Sabe que desde que vengo a su consulta juego algunas noches con mi mujer a que ella es usted?
- ¿Que ella es yo?
¿Por qué se me ha ocurrido soltar tal cosa? Seguro que por las dos copas que llevo encima. Ya me lo habrá notado en el aliento.
- Sí, que ella es mi dentista, usted. Se pone una bata así como la suya, y mascarilla y todo.
- Interesante -Ahí dejó el tema-. Abra la boca.
Obedecí. Giré levemente la cabeza hacia mi derecha para que quedara frente a sus ojos. De inmediato sentí en mi hombro la presión firme y juguetona de su seno izquierdo. Siguen gustándome sus pechos como el primer día, pese a los diez años de casados.

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