02 septiembre, 2006

África

Anoche tuve un curioso sueño. Fue sólo un sueño, ya digo, pero me ha tenido perplejo y en vilo todo el día. Lo contaré. Es un sueño político, no sé si utópico o distópico, prueba de cómo va teniendo uno la cabeza llena de obsesiones raras.
Pues resulta que ocurría una revolución en casi toda África. Las gentes salían a las calles por miles y millones, en multitud irresistible, indomable. Senegaleses, congoleños, nigerianos, ugandeses, mozambiqueños, costamarfileños, sudaneses, tanzanos..., todos a una, con el mismo grito, alzándose en idéntica rebelión. Protestaban contra la miseria, el hambre, la corrupción, la pésima gestión de sus recursos, sus gobiernos abusivos, su discriminación, sus guerras intestinas, su falta de derechos y de expectativas. Contra todo lo que malviven y por todo lo que les falta. Crecía la revuelta como una marea incontenible, arrasadora.
En el sueño yo era un reportero o algo así, mira qué cosa. Iba entre las gentes que arrastraban por calles y campos su pena y sus protestas y hablaba con muchos. Me decían cosas sorprendentes, como que envidiaban a muchísimos de los descendientes de aquellos coterráneos suyos que algún siglo atrás habían sido llevados como esclavos. Pero qué horror la esclavitud, les replicaba yo, eso es intolerable, inaceptable se mire como se mire. Y me respondían que si acaso no era peor su destino actual, ver a sus hijos morir de hambre, tener todos que pudrirse bajo el sol y las moscas. Búsqueme un amo y yo me voy de esclavo a donde usted me diga, sólo por la comida para mí y para mis hijos, suplicaban muchos. No puede ser, no puede ser, ha de haber otras soluciones, respondía yo, sobrecogido. Claro que las hay, me decían ellos, mire nuestras pancartas, escuche el mensaje de nuestra protesta.
En efecto, lo que reclamaban era muy sorprendente. Pedían la supresión de los Estados o, al menos, el fin de la soberanía de los Estados africanos, de sus Estados, ésos que nada les daban, que para nada les servían, los que alimentaban solamente las fortunas de unos pocos mandamases desalmados, los que repartían los ingresos de los diamantes, el petróleo o la madera en cuentas suizas y armas para el amordazamiento o el exterminio de sus propias gentes. Con la complicidad, sí, de un capital sin fronteras que adora aquellas fronteras.
Yo les preguntaba si acaso pretendían la anarquía, el desgobierno absoluto, el aterrador estado de naturaleza, la guerra de todos contra todos, el apuñalarse en cada esquina por un mendrugo. No, para nada, contestaban ellos. Sólo queremos que nuestro territorio pase a dominio de los Estados de Europa o de Norteamérica, queremos ser ciudadanos franceses o alemanes o españoles o canadienses sin movernos de nuestra tierra, queremos que las empresas de allá inviertan aquí sus dineros como si estuvieran en su propio Estado y con las mismas garantías y los mismos controles, que se gestione nuestra riqueza o nuestra pobreza como se hace en ese mundo que hoy nos es tan lejano y al que sólo podemos llegar jugándonos la vida para, si se da la mejor de las suertes, vivir allá bajo formas nuevas de esclavitud, explotados, desarraigados, solos. Queremos los derechos que tienen los europeos, sin dejar de ser africanos y sin separarnos de nuestro hogar. No querernos arriesgar la vida para irnos allá, que vengan ellos aquí, pero no con un nuevo colonialismo discriminatorio y opresivo, no; que tomen estas tierras, que las hagan suyas y a nosotros que nos hagan de ellos, como ellos, que sus mercados sean los nuestros y los nuestros los suyos, que nos invadan con sus Estados sociales, su seguridad social, sus derechos laborales, su ciencia, su medicina, su educación. No pedimos limosna ni ayudas baldías, no exigimos compasión ni donativos, sólo que nos consideren territorio de su territorio, conciudadanos, tierra virgen y sin dueño para que se la apropien, la hagan producir, la enriquezcan, nos igualen, aunque sea poco a poco, paso a paso, lentamente. Renunciamos a nuestras sucias patrias, a nuestros gobiernos de ladrones, a nuestras fronteras absurdas, a estos Estados nuestros que ni son nuestros ni son en verdad Estados. Si vienen, se lo damos todo a cambio de nada más que el que nos reconozcan los mismos derechos de ellos y de que podamos con sus propias reglas gobernar nuestra vida y labrarnos un futuro, algún futuro, cualquier futuro que en verdad lo sea, no como este perpetuo morir inexorable y sin mañana.
Me desperté y me quedé pensando. Y así sigo.

5 comentarios:

Tumbaíto dijo...

Sus territorios ya están bajo dominio extranjero.

IuRiSPRuDeNT dijo...

Una solución para africa YA. En fin los gloriosos derechos de autodeterminación. En fin y si fuera una solución el dominio occidental y la incolcucación de los sitemas de democráticos. Quién sabe nada. Qué poco sabe uno.

Fdo: Capitan africatriste

Tumbaíto dijo...

¿Hay alguien más interesado en la desgracia de África que las putas democracias occidentales?

Anónimo dijo...

Pero que sueños tiene Vd con Africa tan extraños profesor. Menos mal que lo califica Vd de sueño, si fuese que Vd cree que es una realidad la tacharía de afirmación más que temeraria.
Recientemente he llevado la renovación de "papeles" de una nigeriana, concedido, por supuesto y un recurso y asesoramiento a otra de como quedarse aquí por la cara.
No voy a generalizar, pues puede que todas no sean así, o que sólo sean así las de esta tribu, la biní, que es sólo una de las 122 que existen en Nigeria, pero es la ostia, lo que ocurre es que yo no soy un misionero y el que es un primo es un primo, como dicen ellas : todos los días amanece un primo en León, lo que hace falta es dar con él, pero como demos con él lo desplumamos.
El modus operandi es el siguiente, son chicas de una gran belleza, las nigerianas que hay en León, por norma general, incluso no tienen la cara tan simiesca como los hombres, no obstante sus cuerpos son como guitarrras; con esta belleza enganchan a un primo y ya el primer día que se acuestan con él y como han leído el libro del periodista ese Salas que iba de que si él liberó a una nigeriana y como las nigerianas trabajan en el secreto de sus sociedades místicas de vudú pactan la ley del silencio aprovechan esa lástima que flota en el aire y al pobre primo como iba diciendo ya desde el primer día que se lo follan le dicen que si quiere poner un bebé en su barriga, que ella no tiene marido en Africa, que si son muy fieles porque tienen cortao el clítoris y le ponen tonto, como la víctima no suele tener muchas luces y no se ha visto con otra chica tan guapa en su puta vida, más le vale que tenga buena cartilla pues de ella van a comer no menos de 50 negros.
Continuaré por la tarde que no tiene desperdicio lo que queda y ahora tengo que estudiar la relación laboral de caracter especial de los empleados de hogar, espero que la próxima vez que sueñe con Africa le den pesadillas profesor.

Anónimo dijo...

Continuando con el modus operandi de estas africanas "tan pobres" (repito, que no puedo generalizar, hablo de lo que conozco) y recapitulando
1º.- Un español "primo", se enamora embaucado y atraido por el físico.
2º.- El pobre diablo "paga la deuda" contraida de la chica, que ya es su "novia" faltaría más; la cantidad que paga el primo , de las que yo sé, van de un mínimo de 20.000 euros a 60.ooo, entre esas 2 cifras, todas las imaginables, que por supuesto no se pagan a ninguna mafia, ya que ese concepto no existe en el estado Edó cuya capital es Benín City patria de la tribu biní; sino que son préstamos realizados por sponsors de mucha menor cantidad, es decir, gente con dinero y el vudú que realizan, no es para someter la voluntad de la chica en cuestión sino para darle suerte y ya creo que funciona, aquí en León que yo sepa hay más de 10 "primos" que han pagado esas cantidades.
3º.- la que ha cobrado esas cantidades, ya se puede permitir traer a otras amigas con préstamo, insisto que allí no hay mafias y a la vez se trae a su marido de Nigeria con la labia de que es su hermano, como todos los negros se parecen (esto se lo he oído decir a ellas)cuela; el supuesto hermano, en realidad marido no tiene reparo en vivir con otros negros en un piso cercano y cuando el primo va a trabajar va a ver a su mujer al hogar conyugal, sin despertar sospechas al "primo", ya que piensa que es su hermano.
Inciso : me da la risa mientras lo escribo, porque hace falta ser mongol, pero mira, como hemos robado tanto a Africa y la esclavitud y ta, pues con que se devuelvan toneladas de dinero, después de todo , de ese "primo" también cobra el abogado sus honorarios y hasta folla de papo. Hay que verles cuando te vienen a ver, como la quiere, el amor más puro brilla en los ojos de él, a veces uno piensa en hablar, en decirle: ¡pero como eres tan primarrón chico!; pero al momento pienso : que le jodan y espabile, como hemos tenido que espabilar los demás.
4º .- A todo esto, ella un día cualquiera le dice al "primo" , tengo que volver al club a trabajar que mi padre está muy enfermo y necesita dinero, ¡pero cariño, si yo creí que con el dinero que pagué de tu deuda ...! ¡Déjame en paz, no tienes corazón! y ya sabe lo que le queda al "primo" o va al club "su mujer" o él tiene que poner un giro urgente a Benín City.
5º.- así sigue la historia hasta que o bien se le acaba el dinero al paisano o la manda a tomar por culo.
A todo esto, ellas siempre se juntan o están en contacto en las tiendas Africa Store, hablando su biní y viviendo como fenómenas a costa de sus "maridos".
Conclusión : a mi modo de ver el asunto, las africanas que yo conozco se han resarcido muy mucho de todas las supuestas perrerías que en el pasado les hen hecho los europeos; pero en grado sumo y eso que pobreza, de eso nada una vez al año como mínimo de vacaciones a su Benín city del alma y no se te ocurra decirlas que son pobres que te curran, te empiezan que si tienen su universidad, su hospital más mejor que aquí como dicen ellas y su mercado y sus ropajes.
Fíjese si se lo hacen bien profesor, que incluso yo habiéndome enterado de todo este tinglado (y lo que no sabré)no siento lástima por los "primos" y cada vez me gustan más las negras, aunque si le soy sincero lo mismo que las blancas.
Por cierto, ahora he conocido a un trío de rumanas, que están que te cagas, unas niñas de impresión. Espero que no tenga que atracar para ellas. PERO POCO.