27 septiembre, 2006

Las cosas de aquí

Tengo el blog en crisis. Al principio me apetecía bastante pontificar sobre las cosas de la política y así. Pero, a estas horas, uno ya no sabe qué decir. Para qué. Criticar al gobierno o a la oposición es como pegarle a un tonto, queda feíto, escasamente estético. Si es por echar bilis con unos o con otros, pase; pero razonar, para qué y con qué. La realidad se explica sola y no amerita muchas vueltas: un gobierno sin chapeta presuntamente sometido al acoso de una oposición de sainete. Y en las otras cosas, las que quizás a la larga importan más, la realidad es profundamente OPAca. Que me cuenten quién entiende bien todo ese tejemaneje de acciones eléctricas entre dimes y diretes. Esto ya no se sabe si es un mercado o una casa de masajes, tailandés incluido.
Al repasar los periódicos estos días vemos al gobierno en pleno donde dije digo digo Diego. Que si los inmigrantes, que si E.on. Parece que se les tambalea la vocación bolivariana. Éste pensaba que todo el mundo es como el mercado de Colón los domingos en León y que todo es puro chalaneo y echarle morro.
Por lo que se ve, Europa y el planeta todo le van cogiendo gusto a eso de atizarle broncas a España, supongo que por el gustillo de ver cómo el Sonrisas se la envaina sin mover las cejas. Y como tampoco tenemos paz pacífica en el proceso pacífico de paz, pues a consolarnos como Estado, nación, pueblo y lo que sea, con el épico renacer de Raúl, ya ven qué cosa. Consuelo de profesores de derecho serán los muchos dictámenes que se esperan sobre las normas retroactivas y la retroactividad real, ahora que la Leti y su man han vuelto a embarazarse sin encomendarse a la conveniencia política y constitucional. Es que van como locos, debe de ser la única parte del Estado que funciona tal cual. Ultraactividad.
¿Y la oposición? Ay, la graciosa oposición. El clan de la quijada sigue en sus trece. Atapuerca 5, Galicia 0. Cuando uno se pone tan destructivo es porque busca su propia destrucción. No cabe explicación mejor. Que el eros de Acebes acaba en tanatos lo saben hasta los negros (expresión, por cierto, que también va tocando suprimir). Cuándo parirán una idea nueva, cuándo propondrán algo distinto, cuándo dejarán de berrear. No se dan cuenta, no quieren darse cuenta de que esta ciudadanía de nuevos ricos y entendidos en vinos y salazones se amedrenta fácil ante el mínimo rastro del gran simio, por muchos derechos que en abstracto le reconozca.
Mira uno esta temporada los periódicos de la derecha y no sale de su asombro. Se están batiendo a muerte, supuestamente por el 11-M; en el fondo, por el tipo de política conservadora que cada uno quiere para el futuro. Un futuro que tienen bien lejano, por cierto, como no suelten lastre, mucho lastre. Seguramente nunca un gobierno tan torpe tuvo enfrente una oposición tan boba. Así estamos. Y lo que nos quedará por ver.
Para colmo de sustos y despistes, un día de éstos me puse, somnoliento, a leer todo el lío sobre el dichoso ácido bórico y entendí ácido fólico. Que es cosa bien distinta. Ya no sabe uno dónde tiene la cabeza. Y el país tampoco.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Entre “esas cosas de aquí”, algunos hemos reparado en la diversidad de su blog, hemos disfrutado de su argumentación y hemos reído con su galana ironía. También hemos encontrado otras interesantes y simpáticas opiniones. Por eso siento el primer ¿para qué? ¿Es que las actuaciones buenas, geniales, artísticas o divertidas tienen siempre que servir para algo? ¿qué le diría, entre otros muchos porque no quiero ser demasiado pedante, Denis Dutton? En fin, nos debe las fotos de las entusiastas colombianas... además de otros comentarios que irán surgiendo. Saludos desde lejos a todos.

Anónimo dijo...

Si es que vamos leyendo como locos y al final lo liamos todo. El ácido fólico es de la Leti (ojo: no "del Aleti"), por la preñogenitura.
El que estaba lleno de pelos sobaqueros de etarra (al menos, por los pobres pasmas, espero que fuesen pelos de esa latitud -puaj-) era el bórico.
Lo que hay que tomarse para leer la prensa española es lisérgico.
País de coña ---

Burnout. dijo...

Ácido, al fin y al cabo, es lo que provoca hoy en día asomar la jeta ante cualquier 1/2 de comunicación (permitidme el chiste fácil de 1/2) Dices verdad, y eso consuela. Tienes razón que tanto parte y tanto parto por ambas partes ya cansa. Sigue comentando, que algo queda.
Un saludo.

Tumbaíto dijo...

Yo creo que empieza a haber justicia cósmica. Espero que las cosas empeoren.

(Debe ser tan desagradable para un africano saber que un pueblo tan imbécil como el español vive tan bien.)

Anónimo dijo...

Pues como anda en crisis, para elevar la moral de la tropa podías organizar por fin el encuentro con tus fieles lectores, como habías prometido para las 20.000 visitas, que imagino ya estarán duplicadas.

Un cordial saludo

Anónimo dijo...

Vale, el panorama esta jodido (con perdón), pero este lector no creyó nunca que la cosa va de criticar a unos y a otros, sino de intentar mantener la lucidez, tan necesaria como aqello de respirar o de estar vivo. Lo que sucede es que la lucidez, a veces, descorazona un poco, pero a la larga compensa, no lo dude. Además, si se practica en compañía, como es el caso, hasta resulta de lo más gratificante. Luego, sigamos.

Anónimo dijo...

Tumbaíto
Buenísimo su comentario; el entreparéntesis es de antología. Es acojonante.

Lorenia dijo...

anónimo... está de guasa, ¿no?