04 noviembre, 2008

El comedero de los chorras

Genial, guay del Paraguay. Leo la relación de cursos de todo tipo que va a aprobar estos días el Consejo de Gobierno de mi querida Universidad. Supongo que se aprueba en estos casos lo que el personal propone, y que al proponer se retrata el personal, al igual que al apuntarse a ciertas verbenas para señoritos/as.
Pues vean qué cosas tan maravillosas de cursos monísimos va a haber por aquí, entre otros cuyo interés y oportunidad no discutimos:
- "Igualdad de género en las Aulas".
- "Prevención de Violencia de Género en las Aulas".
- "Prevenir el racismo en las aulas".
Los tres cursos son "on line"; y en pompa. Por cierto, lo de las mayúsculas y minúsculas a boleo viene así en el documento original, no es de mi cosecha.
Mola, ¿eh?
Ni cuando Franco había tanta Formación de Espíritu Nacional y tanta obra misionera y pía y tanta Sección Femenina y tanta Educación y Descanso. Ay, si José Sólís hubiera nacido en estos tiempos, qué éxitos cosecharía.

4 comentarios:

Lopera in the nest dijo...

¿Que tienen en común Harvard University y la Universidad de León (Spain)?.

Anónimo dijo...

Que de sus aulas han salido presidentes de gobierno y ministros.
roland freisler

Anónimo dijo...

Resignación. Mi mujer, que también es lectora habitual de este blog, está preparando un curso de doctorado (o algo así) sobre la "Feminización del Derecho privado". He de presumir que se trata de algo serio y por eso confío en que este comentario no sea motivo de conflicto familiar, sino mera expresión de mi profunda ignorancia sobre el Tema.

Juan Antonio García Amado dijo...

Oiga, amigo anónimo, sobre el tema que prepara su mujer se pueden decir cosas interesantes, por qué no. Yo, en tiempos, también escribí, por ejemplo, alguna cosa sobre la teoría feminista del Derecho. Aquí el problema no es ni con las/os feministas/os ni con los buenos investigadores de las cuestiones llamadas de género, sino con los chorras y los pescadores de río revuelto.
Tal vez usted y yo deberíamos también ir preparando algún estudio innovador. Por ejemplo, nos podríamos preguntar si la llamada feminización del Derecho -y de la vida social en general- conducirá a la igualdad (¡al fin!) o a abusos parejos a los que se vivián cuando el Derecho era masculino del todo. No sé, pero me preocupa ver cada día a tantos padres llorosos, compungidos y estresados a las puertas de las guarderías.
Mis saludos a usted y mis respetos a su mujer (si es que aún se puede decir así).