30 septiembre, 2005

LOS ASESINOS QUE AMAMOS


¿Acaso no habría que pedir perdón? ¿Han cumplido ya con alguna penitencia todos aquellos intelectuales que babearon ante asesinos patológicos como Stalin o Mao? ¿Han reconocido ya que el Libro Rojo estaba hecho del rojo de la sangre de miles de inocentes?. Porque afortunadamente los secuaces de Hitler han ido recibiendo lo suyo, al menos en forma de rechazo y desprecio por lo que hicieron. Pero, ¿y éstos?
No son cosas mías, no. Veáse la portada del Spiegel de esta semana, con un título que lo dice todo: "Mao, anatomía de un asesino en masa". Y me permito incluir aquí mismo el mensaje que me acaba de enviar un querido amigo:

Veo la portada del Spiegel de esta semana que lleva el siguiente titular: “Mao, Anatomie eines Massenmörders”. ¡Quién me lo iba a decir en el 68 cuando vivía yo en T. y tenía que aguantar al progre de la época con el libro rojo a cuestas! Recuerdo a un cretino que estudiaba derecho llamado P. y a otros pero sobre todo recuerdo a mi amigo J., a la sazón estudiante por allí como yo. Recuerdo asimismo a un obrerete que me invitó a dar una charleta en Stuttgart en un medio obrero: ¡la bronca que me echó al volver -en su coche- a T. porque yo me había expresado como un revisionista que creía en la democracia, en las libertades y zarandajas por el estilo! Me reprochó no haber leído a Rosa Luxemburgo ni las obras de Mao -lo que era bien cierto, desde luego-. Un abrazo.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

dice garciamado: "... y desprecio por lo que hicieron."
Y, por supuesto, no cabe prueba en contra.

Anónimo dijo...

y deduciendo acerca de la identidad del querido amigo que mandó el mensaje del Mao a garciamado ... pensemos ... ya está, no puede ser otro que el maestro Sosa Wagner