20 octubre, 2008

¿Es la universidad un lujo caro?

Se acaba de publicar el informe “La Universidad española en cifras” de 2008, dependiente de la CRUE. ¿Son sorprendentes los datos? Sólo hasta cierto punto. Por ejemplo, se confirma que la inversión pública en universidades no aumenta, pues entre 1996 y 2006 el porcentaje sobre el PIB ha pasado del 0,835 al 0,859 por ciento. Cuántas promesas se ha llevado el viento y cuántas lágrimas de cocodrilo han vertido para nada los responsables políticos de la enseñanza superior. Y eso sin contar con las rebajas que se imputan a la crisis, como la que acaba de aplicar la Comunidad de Madrid a sus seis universidades y que las pone al borde del colapso económico. ¿Será que cuando escasea el dinero se prescinde antes que nada de los gastos superfluos? ¿Será la Universidad un lujo caro que el país ya no quiere permitirse? En cualquier caso, más que de las universidades estas cifras hablan del talante y las luces de nuestros políticos.
El informe da cuenta de que por término medio los estudiantes sólo aprueban poco más de la mitad de los créditos en los que se matriculan cada curso. La media de créditos matriculados es de 59,54 y la media de créditos aprobados es de 36,81. ¿Resulta demasiado barato matricularse alegremente? Cabe temer que dichos números sirvan para que la santa alianza de políticos y pedagogos vuelva a la carga con el fracaso escolar, aplicado a la Universidad, y que aumenten las presiones para que los títulos se vuelvan más fáciles en términos de esfuerzo y rendimiento. ¿Cuándo vamos a tener cifras fiables sobre el auténtico fracaso, que es el que deriva de la insuficiente formación y de la falta de expectativas laborales de muchos títulos? ¿Y cuándo vamos a conocer si entre los titulados se colocan mejor y más fácilmente los ricos o los pobres, los de una u otra clase social? ¿Quién se beneficiaría más si todos aprobaran todo?
Puestos a hablar de dinero, ¿cuánto se gastan las universidades en cargos de sus profesores? Veamos el ejemplo de la Universidad de Sevilla, tomado de su página web. De un total de 2.107 profesores funcionarios a tiempo completo, 518 tienen cargos académicos y los costes por este concepto son de 2.191.881 euros. En cambio, los tramos de investigación de los catedráticos de universidad cuestan 1.537.160 euros y los de los titulares de universidad 3.640.014 ¿Es rentable tanto cargo? ¿Y cuándo se va a evaluar el tiempo que para la investigación de calidad pierden los profesores en el desempeño de esos cometidos de gestión? ¿Es el cargo el fin natural de la carrera académica del profesorado?
(Artículillo publicado por un servidor esta semana en un periodico para estudiantes universitarios. Es obvia mi deuda con una información que aquí nos dio el incansable Lopera. Mil gracias, amigo).

5 comentarios:

Rafael Arenas García dijo...

Hay una cifra que no se me quita de la cabeza desde hace años. El gasto por alumno y año en la Universidad española es un 50% de la media de la OCDE. La mitad de la media de la OCDE. No la media de la OCDE, ni el 90% de la media (que es el gasto en enseñanza primaria en España) ni el 80% de la media (que es el gasto en enseñanza secundaria en España)sino el 50% de la media. Y así todavía se piden cuentas a la Universidad... las del Gran Capitán son las que habría que presentar, porque si con la mitad del dinero que otros países conseguimos que nuestros médicos trabajen en el Reino Unido, nuestros licenciados en Derecho sean funcionarios comunitarios y nuestros ingenieros abran pozos de petróleo en Oriente Medio debe ser porque no lo hacen tan mal los que se dedican al oficio de esnseñar.
Lo de los cargos es cosa aparte. Yo no sé la razón, pero el caso es que hoy en día tener un cargo, el que sea, aunque sea una cosa mínima, te lleva tal cantidad de tiempo y de esfuerzo (si lo quieres hacer bien) que casi no te deja tiempo para otra cosa. El resultado es que en mi Universidad ya se ha tenido que nombrar un Director de Departamento por mandato directo del Rector, pues ningún profesor quería serlo.

Anónimo dijo...

El famoso artículo 10, que lleva pendiendo años sobre las cabezas de los profesores de enseñanza media (y, como siga así, lo próximo que van a necesitar para nombrar directores en algunos centros es, directamente, la escopeta de cañones recortados) acabará afectándonos a todos: pero una cosa es la dirección del departamento o el decanato, que efectivamente, se llevan mucho tiempo, esfuerzo y paz mental si se hacen bien, y otra, muchos de los carguetes/cargazos a dedo, cuyo cometido, amén de fantasiosos nombres, no se me terminan de alcanzar en muchos casos.
Por otra parte, a director de departamento o decano, hay que presentarse: y a muchos, lo que les tira para atrás es que, a lo mejor, no les vota ni su abuelita colada de rondón. Luego, lo disfrazamos del trabajo que lleva, y blablablá: verdes están tantas uvas...

Anónimo dijo...

profesor ¿la fosa de García Lorca la abrimos o no?
Tenga a bien documentarnos sobre si Garzón tiene o no tiene razón.

Anónimo dijo...

Ayer oí hablar al infame Beteta, guardacuartos de la Comunidad de Madrid.

Decía que como Cetapé le había negado a Espe 400 kilos, ellos le repercutían a la Uni 100 kilos.

Imaginemos que fuese cierto.

Espe repercute 1/4 de su déficit a una partida mínima dentro de todo el presupuesto de la Comunidad de Madrid. En vez de repercutirlo por igual entre sus partidas, le calza 1/4 a la Universidad.

Para Espe, a la Uni le pueden dar por culo. Si falta dinero, será lo primero que se joda.

Contraste: para la inauguración del Teatro del Canal (un espectáculo para unos cientos de personas), estos enemigos de lo ajeno sí que pagaron. Costó más de un millón de euros.

Si creen que su administración maltrata a la Uni, vénganse a Madrid con Espe.

Juan Antonio García Amado dijo...

Lo siento, RF, pero ese asunto no lo tengo claro. Si resulta que en la fosa de García Lorca hay otros huesos de asesinados y los familiares de éstos quieren desenterrarlos y los de G.Lorca no, estamos ante un caso claro de caso oscuro. En cuanto a Garzón, en general me parece bastante payasete, si bien no he leído su auto y, además, también reconozco una cosa buena en toda esta agitación sobre los civiles fusilados en le guerra y la posguerra la posguerra: está muy bien que se conozcan las cifras y las circunstancias. Ahora bien, andar pidiendo partidas de defunción de Franco y cosas así es propio de un cantamañanas con complejo de Cantinflas. Siento no poder decirle nada más por el momento.