29 enero, 2011

La que está cayendo en Asturias... y como si nada

¿Han visto ustedes, amigos, la que está cayendo en Asturias? Seguramente no sabrán gran cosa, y no les culpo, por lo que luego diré. Pero déjenme que les resuma del modo más escueto.

El hasta hace poco Consejero de Educación del gobierno asturiano, del gobierno de Álvarez Areces, se llama José Luis Iglesias Riopedre y está en prisión bajo acusación de un montón de delitos (prevaricación, cohecho, tráfico de influencias, fraude y exacciones ilegales y negociación prohibida a funcionarios). También su más estrecha colaboradora mientras estuvo en dicho cargo, y alguna funcionaria. No sólo ponían el cazo, sino que se inventaban sociedades, abrían cuentas con identidades falsas, blanqueaban dinero... La monda. Ejerciendo la acusación particular está una señora del montón a la que habían suplantado la identidad para abrir en un banco una cuenta en la que ingresaban dinero de las mordidas. Alucinante. Lo habitual, ya sé, pero la monda. Parece que la mafia en cuestión maneja millones de euros en unos bancos y en otros y que se han comprado casas y pisos en abundancia allá por la zona de Llanes. Miren simplemente lo que se cuenta hoy en la prensa asturiana.

También fueron detenidos e interrogados y parece que se va a procesar a dos importantes empresarios de esos que lo mismo te venden unos paquetes de folios que te amueblan una consejería entera con muchos archivadores y ordenadores de última generación; o te ponen un piso para ti solo y gratis total, humanistas y generosos donde los haya estos capitalistas de nuevo cuño y vieja cuña. Las empresas se llaman Igrafo y Almacenes Pumarín. Cuando yo era joven profesor en la Universidad de Oviedo ya circulaba mucho por los pasillos de entonces un señor al que llamábamos “el de Igrafo”. Y lo de Almacenes Pumarín me trae recuerdos más antiguos. Ese Pumarín es una barriada obrera de Gijón y allí vivía yo de lunes a viernes a partir de mis diez años. La única librería, donde compraba los cuadernos y los bolis, era la Librería Pumarín, y creo que el hijo o los hijos de los dueños de entonces son los que acabaron montando una empresa muy potente en la región (perdón, Comunidad). De hecho, cuando, ya terminada la carrera, vivía yo en Gijón y tenía contactos con el mundo del magisterio, ya los de Almacenes Pumarín habían tomado todos los colegios de Asturias y vendían y vendían porque sabían tratar muy bien a los profesores y, sobre todo, a los directores. Luego aprendieron a tratar muy bien a los consejeros y consejeras. Lógico, en esta vida todo es ponerse y empezar: hoy unos roces, mañana unos toqueteos, pasado la puntita solo... Tan bien se portaban, que los profesores de algunos colegios se preguntaban a menudo por qué de un día para otro habían aparecido allí cien pupitres que nadie había pedido u ochocientas pizarras que no había dónde poner. Jolín, pues por magnanimidad político-empresarial, por qué va a ser.

En resumen, corrupción a raudales. Según cuentan los periódicos, una juez de Gijón llevaba más de un año investigando esta trama y, al fin, empezó a detener e interrogar a los capos y a ordenar prisión provisional para que no se destruyan pruebas. Por lo que se va publicando en Asturias, las conversaciones que han grabado a los implicados son de traca, acongojantes del todo. Y también muestran a las claras que la corrupción es bastante general en el gobierno del Principado, no cuestión de una sola consejería. Asturias, de paraíso natural a casa de putas integral. Qué pena.

Dicho sea de paso, todos los asturianos que viven en Asturias sabían perfectamente lo que allá ocurre, y los que andamos fuera y tenemos algún amigo o antiguo alumno trabajando de funcionario –y mejor si es alto funcionario- estamos perfectísimamente al corriente. Yo mismo he escuchado una y otra vez historias espeluznantes de mamoneo y prostitución política y de circulación de dinero con todo el descaro del mundo, y lo oí de boca de personas que estaban directamente en la pomada, viéndolo allí mismo o casi tocándolo.

Lo que en Asturias la gente dice y sabe de la corrupción circundante solo se parece a lo que se comenta en Valencia, donde jamás de los jamases he dado con un amigo o conocido, fuera de tal o de cual tendencia política, que no me haya confesado que aquello es también la cueva de Alí-Babá y la casa de tócame, Roque. No es cuestión de este o aquel partido, eso es evidente. En Asturias también está fuera de duda que unos se lo montaron en el gobierno autonómico y otros en algún ayuntamiento muy capital.

Todo lo que acaban de leer lo he escrito para poner en situación al lector que anduviera poco informado. Que nadie se acompleje, porque los datos que les acabo de dar los tengo porque consulto casi a diario las noticias de algún periódico asturiano, por lo común La Nueva España. Y lo que me llena de ABSOLUTA Y RADICAL PERPLEJIDAD es esto: en los periódicos de tirada nacional no se dice casi nada de ese caso brutal de corrupción en mi tierra. Ni grandes titulares, ni primeras páginas, ni editoriales encendidos ni nada, o casi.

Si no me creen, repitan el experimento que yo acabo de hacer. Vayan a Google Noticias y metan, por ejemplo, “Riopedre” y “Asturias”. Ahora miren la lista de noticias y vean de qué medios provienen y con qué frecuencia. El noventa por ciento poco más o menos, de los periódicos asturianos. Comprueben ahora cuánto se informa sobre el caso en El País, El Mundo o ABC y con qué relevancia. Poco y muy escasa. Curioso del todo.

¿Tienen ganas de meditar un poco más? Bien, pues entonces pregúntense por qué si en lugar de ser Asturias fuera Valencia, tronarían los medios y se enardecería el pueblo. O comparen lo de Valencia, cuando saltó, y esto que acaba de salir. Ah, pero no aproveche usted para saltarme a la yugular a mí, que no pretendo decir que los de acá sean malos y los de allí buenos, o al revés. Dicho sea con todas las presunciones de inocencia que queramos: a partir de cien euros de comisión, uno hijos de la gran puta todos los que pongan la mano, sean del PP, del PSOE, de Unión Mallorquina o de CiU, etc., etc., y hablen en valenciano, en asturiano, en mallorquín o en cheli. ¿Nos entendemos?

Así que, repito, por qué este caso de robo a manos llenas en Asturias se divulga tan poco. Se me ocurren algunas hipótesis, y ustedes dirán:

1: Porque Asturias se ha convertido en el culo del mundo o en la escoria de España, por lo que poco importa lo que allá suceda. Una tierra donde ya sólo cabe atracar a alguien, no queda mejor cosa que hacer. En cambio, Valencia, huy cuánto progreso y qué nivel.

2. Porque el caso asturiano no lo investiga ni lo instruye Garzón, y, claro, no vas a comparar con una honesta juez de Gijón, señora por más señas. Faltaría glamour judicial. Por cierto, tengo que mirar la ley procesal cuando tenga un rato, a ver por qué unos casos los llevan los jueces de la Audiencia Nacional y otros los jueces de Gijón. Será que los de la Audiencia no quieren mancharse las manos con asuntos de poca monta, aunque dé para un millón de trajes lo que manguen los de mi zona.

3. Porque tal vez los acusados asturianos no gastan el empaque de otros. El tal Iglesias Riopedre es un viejales de setenta que primero fue dominico, luego comunista, después profesor de Filosofía en institutos y acabó de hombre de confianza de Álvarez Areces. Joder, el currículum estándar del progre patrio de trinca y rasga, no había caído hasta ahora. Hasta en el Consejo de Estado hay alguno así. Lo ves, a Riopedre, y parece un jubilata camino del hogar del pensionista para echar un tute subastado. Ni grandes bigotes ni amantes potentes ni ropa de marca ni nada. Y no digamos de sus colaboradoras, que parecen todavía de la Sección Femenina o de una excisión maoísta de la orden de la Madre Teresa de Calculta. De lo que se concluiría que para ser ladrón con posibles y que te hagan caso en los periódicos, has de perfumarte como es debido e ir depilado como corresponde, amén de trajinarte al mes un par de modelos de alto costurón o una presentadora de Tele 5.

4. Porque por mucho que tires del hilo de los asturianos, no llegas a Zapatero y, todo lo más, acabas en Areces, quien, para colmo, ya había dicho que no se presenta a las próximas. No me acuerdo ahora mismo si Areces también fue cura, pero comunista sí, eso fijo. Si Riopedre hubiera estado en la boda de una hija de Felipe González, otro gallo cantaría en los medios, supongo. ¿O no?

5. Esto… Pues no se me ocurren más razones. Pero quedo a la espera de lo que me digan ustedes.

Entre tanto, como asturiano, propongo que los de mi tierra hagamos una campaña publicitaria para recuperar la imagen. El eslogan principal podría rezar así: “Queremos que se nos vea, aunque sea robando, y que hablen de nosotros, aunque sea mal”. Nada me duele más que tu indiferencia, país.

Pues eso. O largarse a Valencia o Barcelona, si no. O a Madrid, no sé.
PD.- A las tres o cuatro horas de colgar esta entrada de arriba, vi la portada de la edición en papel de El País de hoy. No era la edición de Madrid, es la general, la que también llega a Asturias. En portada, en un recuadro en la parte inferior derecha, lleva este titular, palabra arriba o abajo: la fiscalía investiga quién falseó en Madrid los datos de la contaminación.
De lo de Asturias creo que no venía nada, al menos en primera plana.
Pues eso, lo dicho. Y más que me callo, porque para qué.

6 comentarios:

un amigo dijo...

Da igual. Se denuncie o no se denuncie, salga en la prensa nacional, o no salga, da igual.

La clave está en que ... a la gente le gusta. No encuentro otra explicación, por mucho que me devane los sesos. Cierra los ojos, se imagina en el papel de los que traman el negociete, ya sea del politicastro corrompido o del buhonero corruptor, acelera el jadeo, sacude un poco más fuerte, tensa los músculos y ... ¡pof!, ya tenemos el momento de evasión de sus miserias.

Si no le gustase, salía a la calle y la armaba. Esta misma noche, sin esperar a mañana. O por lo menos abría la ventana y lo gritaba hasta enronquecer.

Ya queda menos. Quiero decir, ya queda menos pendiente por la que resbalar, porque en alguna parte estará el fondo.

Salud,

Rogelio dijo...

En este pais lo que hay es mucha envidia y no se acaba de comprender, y menos de reconocer, la valía empresarial de muchos de nuestros conciudadanos, cuyo mayor deseo es la generación de empleo y riqueza a través de procedimientos variado-imaginativos.

No es más que envidia la que mueve a las soliviantadas masas de tunecinos, egipcios o yemeníes, que lo único que les jode es no haber tenido la pitera suficiente para haberse puesto hasta el culo de trincar.

Sinceramente, animo a nuestros jóvenes a emular a Rocas, Hernándezs-Moltós, Gürtels, Roldanes y demás patulea digna de encomio, pues han marcado la ruta a seguir.

Jovenzanos, no os vayais a Alemania, no seais gilipollas, a Alemania ya se fue Pepe, debeis trincar, ¡ trincad, marica el último, la moral, la ética y demás majaderías para los romanos que tenían el pecho de lata !.

Ni puto caso a vuestros padres, si se sigue el guión os tendrán como gallina ponedora hasta los 70 años, con un poco de suerte os mandarán a alguna guerra, ineludiblemente os joderán a impuestos y si se cruza con vosotros algún dignatario de altura, un jefe de protocolo os dirá que os hinqueis de hinojos ante el mendas lerendas, cuyo mayor mérito será haber levantado varios miles de millones de euracos a golpe de teléfono.

¡ Trincad, trincad, malditos, que se mueran los feos !

Anónimo dijo...

Lo mas grato para mí es que una Juez de provincias ha dado una lección al resto de jueces españoles sobre como mantener un secreto de sumario, pues se ha estado investigando desde febrero, en que se produjo la primera denuncia, sin que haya transcendido a los medios, lo que ha permitido tirar del hilo. Si lo coge la A.N. al día siguiente se saben todos los detalles y se hubiese frustrado la investigación.

Miguel Díaz y García Conlledo dijo...

Querido Toño:

Lo único que recuerdo (pero me puede fallar la memoria) que publicara El País en estos días en torno al caso era una noticia (no desde luego destacada)en que además el titular decía que el Presidente de Asturias estaba seguro de la inocencia del Consejero. Pero en fin, esto es sólo fiarse de mi memoria.
Con ser grave lo que dices del distinto nivel de difusión de los escándalos, que se basará a la vez en varias de las razones que apuntas y quizá en otras, lo verdaderamente grave e intolerable del caso es que, condenas penales o no aparte, la corrupción no paga políticamente en España (ni en otros países desarrollados tan "modélicos" como Italia). Nadie pierde elecciones (ni apenas votantes) por casos de corrupción, al menos económica. Por eso a los partidos no les preocupa demasiado, por eso nadie dimite, aunque sea preventivamente (para volver después si se demuestra su inocencia o para no volver si no es así).
Las razones de lo anterior es fácil adivinarlas y nos apuntan a los ciudadanos y votantes directamente. Pero no voy a entrar en eso. Lo que sí digo: compañero votante, si de verdad le importa la corrupción, ya me dirá a quién vota en la próxima (y no vale lo de "el otro más", pues hay otras opciones, incluida una que a mí me gusta mucho y que creo sería letal para esos tipos si fuera masiva: el voto en blanco).
Abrazos fuertes.

Jacobo Dopico dijo...

No tenéis ni idea.

El verdadero escándalo periodístico, la verdadera CANALLADA periodística es la de estos MISERABLES BASTARDOS de El Mundo Magazine:

http://yfrog.com/h5m1drraxuj

¡CALVOS DEL MUNDO: A LAS ARMAS! Esto no quedará así... ¡PEDRO JOTA CALVOROTA, MALDITO DESERTOR DE LOS CALVOS!

(La verdad es que, aunque me duela, es periodismo del güeno, güeno).

IuRiSPRuDeNT dijo...

Mire usted en la provincia en la que vive usted,y algunos de los que escriben aquí, no se acaba el mundo,vamos una pendejada todo. Y no pasa nada todos tomamos vinos con todos, y no abras la boca, porque o eres un ingenuo o un hijo de puta redomao. Las mismas razones apliquense a León. Que ya no solo es la escoria de Egpaña, dentro de nada será solamente monte. Espero que para entonces ya esté usted jubilado y disfrutando en alguna isla para no verlo.

Las noticias leonesas solo tonterias y peleas barriobajeras, todos comiendo del mismo pastel.