20 octubre, 2007

Para caña, la de antes

El otro día pasé un rato en la feria del libro usado, en León. Sólo con ver los viejos volúmenes de la colección Austral ya me vienen mil nostalgias. Compré unos pocos. También me llevé el tomo primero de las obras de Jovellanos, el gijonés más ilustre, tomo que corresponde al Epistolario y que editaba, en Labor en 1970, José Caso González, aquel gran jovellanista que fue rector de la universidad de Oviedo cuando nos parecía que los rectores eran todos unos fachas y unos necios y no podíamos ni sospechar lo que nos esperaba por ese lado décadas más tarde. Esa editorial, Labor, también tiene sus hermosas resonancias para los que de jovencitos ya amábamos los libros y seguimos queriéndolos luego y dedicándonos a ellos, en lugar de pasarnos, como tantísimos, al lucimiento del body ante los politicastros o a hacer la esquina para pillar carguitos y enchufes variados.
Me puse a leer las cartas de don Gaspar Melchor y a la primera ya me divertí. Le escribe a un tal Carlos González de Posada que, según nos cuenta en nota al pie el editor, era catedrático de Latinidad en el Colegio de san Isidro de Madrid, se ordenó sacerdote y llegó a canónigo. Parece que tenía para las letras más afición que real disposición y le había enviado a Jovellanos una obra suya en verso, que no se conserva. Vean cómo lo golpea Jovellanos con guante de seda:
Cuanto puedo decir de ella se reduce a pocas palabras. Si se examina según la verdad, los elogios que contiene son demasiado abultados, pues lo sujetos que comprende no son dignos o correspondientes al panegírico que se les hace, y se conoce que el afecto nacional y el entusiasmo poético arrebataron su imaginación de usted y colocaron sus héroes entre los signos del Zodiaco; lo que no digo yo porque no sean dignos de alabanza, sino porque la alabanza que se hace de ellos es de mayor tamaño. Y aunque se puede decir que esto se debe atribuir a los colores de la poesía, ya sabe usted que la poesía didáctica no concede tantas licencias.
Pero si considero el romance como poeta, hallo en él mil gracias: muchos pensamientos sublimes y brillantes, muchos versos correctos y armoniosos, algunas ideas originales, y sobre todo un estilo fácil, noble y de bastante majestad. Seguramente usted podrá hacer grandes cosas en poesía, si se aplicase particularmente a este ramo, estudiándola por principios en Aristóteles, Horacio, Scalígero, Cascales, el Pinciano, el Brocense, Marmontel, Boileau, Castelvetro, y otros maestros, entre cuyas obras creo que no desconocerá usted las hermosas Instituciones poéticas del padre Juvencio, que andan al fin de la Retórica del padre Colonia en algunas ediciones, y con la cosa mejor que yo he leído
”.
Después de sonreír ante esta fina esgrima, que entre aparentes alabanzas viene a dejar más que tocado al osado autor, me he puesto a pensar en cómo se hace hoy esto de cartearse sobre los libros que a uno le envían autores que no siempre fueron llamados por el Señor para engrandecer la Ciencia ni honrar las Artes. Muchas veces lo más piadoso es hacerse el loco y como que se te olvidó contestar. De tarde en tarde cierto es que llegan obras que merecen el elogio sincero, y bien a gusto se queda el que así se lo expresa al autor. Pero lo más común es que antes de decir esta boca es mía el profesor universitario se pare a tomar en consideración algunos detalles que condicionarán grandemente esos renglones con que agradece el envío: a) ¿éste de quién es discípulo o de quién maestro?; b) ¿estará próximamente en algún tribunal que importe?; c) ¿es amigo de algún amigo mío? d) ¿me ha hecho él a mí la pelota alguna vez y qué menos que corresponderle ahora? e) ¿y a mí qué carajo me importa que el libraco esté bien o mal, si, al fin y al cabo, ni pienso leerlo ni me cuesta nada decirle al que lo perpetró que olé su salero y que muy bien y vaya level?
Claro, como de tal jaez es el proceder habitual, cuando un autor cualquiera recibe una crítica, aunque sea ligerísima y envuelta en celofanes, monta en cólera, jura venganza y se va corriendo a buscar algún a becario del crítico, para golpear a éste en el culo de aquél.
Llevo años proponiendo a colegas amigos y poco dados al magreo académico que formemos un grupo de recensionistas asesinos. No para escudarnos en el anonimato de una logia secreta ni cosa así, sino para repartirnos el trabajo de dar leña a tanta memez que se publica con ilegítimo orgullo de sus autores y que sirve para que en las anecas y anecacas cuele la carne de burro viejo cual si fuera la más jugosa ternera roja. Y porque uno solo o unos pocos no pueden encargarse de trabajo tan arduo y voluminoso. Si te lees más de tres libros de ésos al año, te quedas así, p´allá, como los autores, y al final ya sólo quieres ser vicerrector, rector o capoescuela. Y hasta te pueden hacer catedrático, si no lo eres, habilitarte, acreditarte, certificarte o empitonarte entre vítores por la parte con la que escribes. Que hay mucho degenerado, vaya, y al personal le gusta cada cosa que válgame Dios.
Por cierto, y ya que dije antes lo de la carne de ternera: ¿hasta cuándo la carne de ternera se va a seguir llamando así, de ternera? ¿Por qué no protesta alguna consejera de Estado ante tamaña afrenta machistoide y falocrática, y dado que también se matan y se comen los terneros? ¿No degrada al género femenino, sector vacuno/a, esta asociación de las hijas del toro y de la vaca con lo más comestible de la carne, con carne meramente comestible? Tal parece que el ternero estuviera llamado a hacerse toro y demostrar su casta en la lidia o en el campestre apareo, mientras que para la ternera no hay más futuro que el de que nos la comamos nosotros hoy o se la meriende el toro mañana. Propongo que en el futuro se multe al que en la carnicería no pida así los filetes: póngame un kilo de filetes de terner@. ¿Y cómo lo pronunciamos? Pues tal que así: póngame un kilo de filetes de ternero o ternera. Como lo de los vascos y las vascas, pero con el ganao.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Ilmo sr catedrático, quiero comentarle al respecto de una noticia de actualidad que creo tenga más interés que la carta que VI comenta de Jovellanos.
Le diré, respecto al premio nobel dr Watson que no me queda más remedio que felicitarle por su próstata respecto a que la inteligencia del hombre blanco o la raza aria es muy superior a la de los carboneros.
Ya que los estudios de este eminente premio nobel del genoma humano ha hecho unos cuantos estudios y ha demostrado que sus teorías son ciertas porque yo en la actualidad y hace 40 años más o menos no puedo decir que haya habido un negro en los USA o en Inglaterra o en Francia o en Suecia ni en Bélgica que haya sido presidente del gobierno o primer ministro con lo cual la teoría del dr Watson es cierta, porque a los negros de antes y de ahora no les llega el conocimiento ni al cajón del pan, a las pruebas me remito de que Africa es el continente más rico del mundo y está explotado por la raza blanca de varios países, lo mismo las minas de diamantes que las de oro, las de uranio, etc...fíjese VI si son pánfilos y retrogrados que siendo el continente más rico del mundo se dejan quitar todos los bienes naturales que crea ese continente por los blancos, así que no se por qué motivos la comunidad europea le quieren restringir sus conferencias y apartarle de su trabajo, eso si que es aberrante que un montón de partidos políticos de diferentes naciones le llamen racista cuando la verdad es que les está llamando por su nombre, eso si que es una dictadura de partidos dentro de la comunidad europea que habría que suprimir para que este mundo tan globalizado se fuera a la puta mierda y dejaran a la clase trabajadora por lo menos trabajar, ya que la mayoría de los países que se hacen llamar europeos un 62,5% se hayan en el paro, pero cobrando por los gobiernos de turno mientras no encuentren trabajo, cosa que aquí en España esas cosas no suceden porque tenemos al sr Z que es un pájaro de mal agüero y con muy poca inteligencia ya que es el mayor negrero que tiene la nación española en estos momentos, a ese si que había que cortarle los huevos porque de verdad es que sí nos tiene como negreros porque no nos podemos permitir el lujo de cobrar como la media nacional europea ya que los sueldos son tan bajos, por no decir tan bajísimos que un trabajador de a pie con el sueldo base tan irrisorio llegamos justamente más o menos hasta el día 15 del mes, viviendo todo el colectivo de la clase trabajadora empeñados desde los pies hasta la cabeza, eso si que es para ponerse negro y coger este gobierno o bien el del sr Rajoy si gobernara y mandarles al continente negro a ver si de verdad se volvían negros.
Le diré, que he hecho un montón de comentarios con tertulianos por internet y todos me dan la razón respecto al dr Watson, quiero que me de VI su propia opinión a ver si estamos de acuerdo en que los negros no nos llegan a los blancos ni a los tobillos del pie.
Esperando que me conteste se despide de VI

Anónimo dijo...

En otro blog hace unos días expresaba mi perplejidad por pompa que se estaba dando a las declaraciones del watson ese, y me manifestaba a favor de que ese señor pudiese decir lo que quisiese sin que nadie se rasgase las vestiduras por ello. Escribía entonces que era más sabio educar a las personas en la idea de que el derecho iguala porque somos diferentes -¡bendito sea!-, y no que nos trata como iguales porque somos iguales desde la cuna. Obviamente yo no creo que Watson tenga razón -y muchos otros 'sabios' también se la quitan-. Seguro que ni la inteligencia, ni la estupidez son cuestión de raza. Todo eso escribía en otro blog hace unos días; pero viendo que los subnormales sin preparación ni escrúpulos también leen el periódico, quizá sea mejor censurar determinadas informaciones: el cerdo siempre encuentra algo aprovechable en la mierda.

Anónimo dijo...

Anónimo
parece que es Vd negrata , al dr Watson no le criticaron hace 1 mes por decir el Dr Venter es Hitler y al taxista asesinado ayer en Madrid le deberán juzgar en el infierno porque dijo respecto de su presunto asesino : el puto negro.