12 octubre, 2007

¿Qué hacer? Se busca consejo urgente

Ya saben, va a comenzar lo de las nuevas acreditaciones para el profesorado funcionario de la universidad, catedráticos y titulares. Demasié. Acaba de publicarse en el BOE la normativa que desarrolla la Ley esa que han hecho los rectores para demostrar al mundo su talla real. Era un engorro aquello de reunir a siete tipos por sorteo para que formasen un tribunal y pudiesen tumbar sin ton ni son a ese primo suyo de usted que no tiene donde caerse muerto. Además y al parecer, era antieconómico y disfuncional andar convocando a los jueces y candidatos en vaya usted a saber qué ciudades dejadas de la mano de Dios. Se gastaban un pastón los concursantes en pensiones y hostales, y a los del tribunal las dietas no les daban para pasar de los veinte minutos de rigor. Así que al carajo los concursos públicos con público y de candidato presente y hagamos una comisión comisionada para resolver a distancia y mirando unos papeles la mar de monos, todos llenos de colorines y perfumados con eau de genuflexé. Por cierto, que se van a quedar de piedra los notarios, registradores y jueces cuando se enteren de que eso de los concursos lejos de casa y sabiendo temario ya no se lleva nada y no es progre ni leches. Verás qué pronto se le ocurre al Bermejo que para fiscal o secretario de juzgado basta y sobra con que hagan en casa los candidatos unos ejercicios de macramé y unas posturitas tal que así.
Una cocada de concursos, con los concursantes calentitos en su casa y echando horas en el teléfono para preguntarle al capoescuela respectivo cómo lo ve usted que lo ve todo, don Junior. Y el Soprano mayor que tranquilo, chaval, que yo lo tengo controlado y ya le he dicho al de la comisión, este..., cómo se llama, Pepe o no sé qué, que si se porta como hay que portarse y hace lo que hay que hacer para sacarte en justicia o por detrás, pues que le preparamos una gira de conferencias por Extremadura y le gestionamos la traducción al serbio de aquella monografía última que publicó en el 82, cuando lo de la Expo.
Claro, no se puede tener todo. Como los concursantes están en su casa envueltos en la frazada y marcándose unos claretes con gaseosa, la Comisión no puede preguntarles nada en vivo y en directo y tampoco es cosa de que se ponga a escribirles cartas interesándose por la familia o las almorranas. Así que puede volver a ocurrir lo que con certeza pasó cuando aquello de las idoneidades: que acabó de titular de inglés más de uno que no chapurreaba ni el jaguaryú, o de titular de cálculo uno que no había pasado del ábaco y de contar por los dedos. Ahora me apuesto unas cañas a que acaba saliendo catedrático de óptica algún ciego.
Menos mal que la norma, toda chuli y progresistona de sobaco peludo, establece que en las Comisiones de marras ha de haber representación paritoria de mujeres y varones. Perdón, quise decir paritaria. ¡Puto subconsciente machista de los ovarios! Hola, guapa, ¿y tú por qué estás aquí? Por mujer. ¿La mujer de quién? De la comisión, idiota, falócrata, maltratador de mierda. Ah, sorry, no sabía que hacían una fiesta. Y todo así. O sea: que con esta broma acabo de defecarla por completo y me van a caer leches hasta en los sexenios.
Pero dejemos de complicarnos la vida y de criticar con tanta desfachatez al sabio legislador y al excelente ministerio de la Cabrera y vayamos a lo que importa: necesito consejo. Amigos, no todo va a ser cachondearse a costa de lo que andamos haciendo con cargo al erario público. Toca arrimar el hombro y ayudar a este humilde bloguero a resolver su dilema: ¿me apunto o no me apunto a la lista de la ANECA para poder estar en las comisiones -ni de coña me cae a mí eso, me inscriba o no, pues ni soy pariente de ninguno/a del Ministerio ni me acuesto con nadie que no sea mi santa desde tiempo inmemorial- o para ser un asesor de ésos que asesoran a los comisionados?
Por de pronto, vean lo que ayer mismo decía aquí sobre las tales comisiones y sus reglas “Uno que está quemado”:
¿Por qué NINGÚN SINDICATO se ha opuesto EN SERIO Y CON GANAS, al nuevo decreto de acreditación del profesorado? ¿A nadie le llama la atención que los evaluadores tengan que postularse? ¿A nadie le llama la atención que no se sepa cómo se van a formar las comisiones? ¿Van a hacer una norma de desarrollo de la norma de desarrollo? ¿A nadie llama la atención las cosas que pregunta el formulario que deben cubrir los titulares y catedráticos que quieran -y puedan- estar entre los sorteables? ¿A nadie llama la atención el peso que tiene en ese formulario el haber formado parte de las comisiones y agencias de evaluación más variopintas, y que en ningún sitio 'puntúe' haber sido miembro de tribunales de los de toda la vida? ¿Van a quitarle la condición de titular de universidad a todos los que la obtuvieron de acuerdo con el antiguo sistema, hoy tan denostado? ¿A nadie llama la atención que para poder formar parte de las comisiones, un titular tenga que tener dos tramos de investigación y un catedrático tres? ¿Los catedráticos con dos tramos no van a poder formar parte de las comisiones de evaluación de titulares? ¿Qué mente perversa está detrás de todas estas normas, cada vez más absurdas, cada vez más inmorales, cada vez peores?
Bueno, sobre lo de los sindicatos en la Universidad corramos un tupido velo. En otras empresas es tan necesario su papel como cuestionable su práctica real en estos tiempos. Pero en la universidad…, no sirven para absolutamente nada que no sea la defensa corporativa de los más zánganos, sinvergüenzas e incapaces y para asegurarse de que no salga de la plantilla ninguno de los que jamás debieron entrar en ella.
En lo que estábamos: en esas comisiones que ahora van a acreditar a la gente por correo van a estar los cuatro gatos dóciles que digan el Ministerio y los rectores, que para eso han puesto ellos las luces de neón, las camas de agua y la barra del escenario. Y como no va a haber un comisionista (perdón, quise decir comisionado) por cada especialidad, disciplina o área, sino uno por latifundio (por ejemplo, los méritos de un aspirante de Derecho Penal puede tener que juzgarlos un comisionista de Derecho Eclesiástico del Estado, and so on), pues el latifundista puede pedir asesoramiento a algún especialista de la materia del aspirante. Tampoco sé por qué lo complican tanto, la verdad, porque una vez puestos a echarle descaro y a fomentar la arbitrariedad y el triquitraque, podría haber dicho la ley que se decidiese a los dados o jugándoselo a la carta más alta. Pero bueno, ya que las cosas están así por consideración al sacrosanto principio de mérito y capacidad, habrá que ver quiénes son ésos especialistas de cada disciplina que pueden asesorar al comisionista omnívoro: pues los que se apunten.
Sí, sí, acaba de publicarse el reglamento que así lo dice y nos han dado, a los que reunimos las condiciones formales, un plazo hasta el próximo día 19 de los corrientes para que, si nos mola, nos inscribamos en una lista al efecto. Ciertamente, no se dice que entre los así inscritos vaya a asignarse la función por sorteo ni por ningún otro procedimiento objetivo y/o aleatorio, pero, al menos, con esto de apuntarse se asegura la lumbrera ministerial que no se le va a pedir dictamen a ninguno que esté de muy mal café o vaya por libre. Esos no se apuntan, así que tranquilos.
De modo que ¿qué hacer? Llevo meses autoproclamándome objetor a todas esas mandangas y corruptelas y ciscándome en la venal y muy ligera progenitora de la CRUE, del ministerio de la parienta del de la Bolsa y hasta de los parlamentario/as a los que se la/o trae tan floja/o la universidad. Pero, mira por donde, empiezan a escribirme algunos amiguetes y colegas para decirme que si no intentamos meter cabeza ahí insumisos, se lo van a quedar todito los cavernícolas de siempre, ésos que por un momentito de poder o por colocar a uno/a que los pone berracos son capaces de vender hasta el rosario de su madre y de cepillarse a la Constitución entera sin condón ni nada.
En realidad, va a servir de muy poco inscribirse o no en esa lista de meritorios dictaminadores, pues tanto la ley como el reglamento se aseguran a conciencia que todo transcurra en al oscuridad y al tacto y de que no se respete ni una puñetera garantía de los concursantes ni de nadie que no esté en el ajo y vaya a trincar a calzón quitado. Pero, con todo y con eso, ¿qué molestará más a semejante panda de granujas, soplagaitas y alcahuetes, que nos apuntemos las que queremos ser decentes o que sigamos en casa sin hacer más cosa que escribir blogs y hacer vudú sin un maldito resultado?
En verdad, ni concursos ni porras, aquí lo que está haciendo falta es que palme medio escalafón, a ser posible violentamente y con dolor. Tal cual. A ver si hay suerte y por San Martín…

18 comentarios:

Anónimo dijo...

Apúntese, porque si apuntarse sirve de poco, no apuntarse no sirve de nada. Si los que piensan como usted no se apuntan, esas listas van a dar miedo. Siempre cabe la posibilidad de que alguien con competencia para ello impugne esa norma que tanto regula sin regular nada, pero mientras se produzca ese milagro, apúntese: quizá sean ustedes más y no les quede más remedio que meter a alguno.
Buen resto de fiesta

Anónimo dijo...

Yo estoy con Ariadna, apúntate.
Saludos a todos,

Anónimo dijo...

Mi consejo: inscríbase.
Mi pronóstico: la Comisión será presidida por un conocido paniaguado del sistema. Salud, R.A.

Anónimo dijo...

El del 82 es el naranjito... Lo otro es del 92.
Me uno a los anteriores, inscríbase.

Anónimo dijo...

Les copio un parrafito que he leío en un blog, quizá sea conocido, pero yo no lo conocía.
"El reclutador del ejército del Zar busca soldados. Al pasar por una aldea se encuentra con un granero a un lado del camino completamente lleno de círculos con un balazo en el centro. Pregunta por tan extraordinario tirador y un lugareño le dice, "es Shepsel, el hijo del zapatero, un muchacho muy especial". "El Zar lo necesita", dice el reclutador. El vecino se encoge de hombros y le dice, "usted sabrá ..., ah, primero dispara y luego pinta los círculos alrededor".
http://tsevanrabtan.blogspot.com/
Buen fin de semana

Unknown dijo...

Menudo problema el de estar entre la ética de los principios y la de la responsabilidad. O ser consecuente con sus críticas al sistema y no participar o hacerlo para que el sistema no sea "tan" malo. Ocurre que a través de su participación podrá, de alguna manera, incidir en que la decisión de los evaluadores sea más justa. Pero no se olvide que una golondrina no hace el verano. El sistema como generalizado que es hará metástasis de todas maneras; es decir, entrarán más malos que buenos (si es que estos calificativos caben aqui) con lo que su labor, por muy esforzada que sea, en nada incidirá en el resultado general. Con ello quienes lo critiquen dirán que usted participó en el sistema que tanto criticó. Ahora bien, yendo a contracorriente, le aconsejo que no se inscriba, dejéselo a quienes se sienten a gusto entre tanto manoseo. El cambio vendrá de una manera más fuerte y desde fuera. Es decir, júntese con otros como usted a quienes el sistema les da asco y genere corriente de opinión para el cambio.
Solo así, en este caso, compatibilizará estas dos éticas que tanto nos importan.

Anónimo dijo...

Disiento de usted, Fernando. Quizá no participando concilie las dos éticas que usted menciona, pero el cambio no vendrá (sólo) desde fuera de una manera más fuerte, ni tampoco (sólo) generando corriente de opinión. Quien se escuda en eso para no participar, se sitúa en una posición cómoda que en nada mejora lo que hay. Por otra parte, no veo incompatibilidad entre participar y hacerlo lo mejor que se sepa, y generar corriente de opinión para que se produzca el cambio. Si estar en esas comisiones fuese algo lucrativo, algo que diese dinero, quizá entendiese yo su objeción (cómo criticar algo de lo que se ha estado beneficiando uno). Pero yo no veo beneficio alguno para quienes participen, más allá de la posibiidad de hacerlo lo mejor posible y contribuir un poco y modestamente a que no sea tan malo como lo han hecho. O sea, un beneficio nímio. Quizá usted piense que van a ser tan poderosos los miembros de esas comisiones, que les van a "comprar" a base de ofertas variadas, pero no olvide que estamos hablando de "los buenos", y esos no se venden.
Es posible que el sistema haga metástasis, pero también el sistema que acabamos de dejar era muy malo, y algún que otro resultado justo, por obra de esforzados miembros individuales de los tribunales, también se vio. En estos sistemas, una golondrina cuenta muchísimo.
Buen sábado

Anónimo dijo...

Tienes que estar. ¿Para qué?: PARA CONTARLO.

Anónimo dijo...

Por si sirve de algo mi opinión, coincido con Anónimo: hay que estar, y contarlo.
Suerte.

Anónimo dijo...

Vivan los posts retóricos!!

Anónimo dijo...

También mi consejo es que presente la solicitud. Pero no creo que le designen ¿o es que Vd. es de los cortesanos de los partidos o de los rectores?

Lopera in the nest dijo...

En el post anterior mencionaba lo ocurrido en la Universidad de Sevilla con un Catedrático de Derecho. Utilizaba la ironía, o al menos lo pretendía, sobre la imposibilidad de los traslados entre Universidades y sobre la igualdad, por abajo, que se estba produciendo en TODAS las Universidades.
Si alguno de los lectores de este blog quiere enterarse de lo ocurrido al Prof. Olivencia, puede leer un resumen en el blog de Javier Caraballo

Anónimo dijo...

Con la que está cayendo, amigo Lopera, la falta de formas no me extraña, aunque tampoco me parece tan grave. Podían haberlo hecho de otro modo, seguro, pero es probable que sea sólo un formulario tipo que sale automáticamente de un ordenador. Seguro que los compañeros y discípulos de ese señor habrán sabido despedirle como corresponde; sólo si no le han despedido así sus colegas, entonces debería preocuparse. Lo demás es sólo burocracia y en este caso no le veo tanta relevancia.

Lopera in the nest dijo...

Entonces ya está todo perdido. Perdimos el fondo y ahora las formas. Estamos al final de la escala social. Ya todo da lo mismo.

Reproduzco un comentario tomado de un blog llamado iniciativa por una sevilla abierta:


Sevilla ha sido sede en septiembre del congreso europeo sobre teoría de grafos, una parte de la matemática que concita considerable interés actualmente. Como parte del programa lúdico del congreso, que contó con la participación de los principales especialistas europeos y algunos invitados americanos, los organizadores programaron para el 13 de septiembre una cena en el Alcázar, para lo que obtuvieron la consiguiente autorización municipal meses antes del congreso. El azar quiso que ese día fuese también el elegido por el Betis para celebrar la cena de su centenario. Pero el Betis no fue tan previsor al hacer las reservas, ni falta que le hizo. Una oportuna llamada al alcalde deshizo el problema y los matemáticos europeos quedaron recluidos en un patio secundario del palacio, lejos de los jardines. Sus protestas se estrellaron contra la evidencia: "el alcalde es el presidente del patronato del Alcázar y ha decidido ceder ese espacio al Betis". Cuestión de prioridades: la imagen internacional de Sevilla ante un selecto grupo de científicos o la clientela bética local. No hay color.

Anónimo dijo...

Profesor Asociado Dice:

Ilmo. Sr. Catedrático, mejor preséntese y así al menos podrá reirse un rato leyendo curricula inflados, y recibiendo llamadas de los padrinos de turno o incluso de los apadrinados,que están los tiempos muy convulsos.

Anónimo dijo...

Disculpe, GA, pero estoy algo chineado y un poco a dieta de loqués Internés, por no he podido intervenir a tiempo. Ah: y el perro se comió mis deberes.

Así que al lío: ya habíamos comentado que no debía dejarse que los sospechosos habituales mercadeasen esto a manos hienas; que no presentarse hace que decaiga una buena parte del derecho a cagarse en la puta calavera y tolosmuertos del prevaricador, derecho fundamental ande los haiga, etc.

Con lo dicho y ya cerrado el plazo... oigue, disculpe, ¿qué ha decidido?

Juan Antonio García Amado dijo...

Pues me he apuntado a semejante merienda de negros -con perdón- con el propósito de que la merienda sea propiamente interracial y como de alianza de cavilaciones.
Gracias por los consejos. Así ya tengo a quienes culpar si algo sale mal, jeje.
Abrazos.

Anónimo dijo...

Que me dicen de la oficina de Blasfemias que al parecer conserva usted intactos e incluso incrementados sus derechos de cagarse en la vicerrectora madre de los susodichos. Hay un modelo de instancia, creo.

Abrazos,

ATMC