26 noviembre, 2008

Escenas putinescas y reales.

Dan ganas de ponerse a escribir una novela con muchos espías, sexo, sangre -de oso- y tontos del culo en cargos altísimos. Lástima que uno no haya nacido para novelista a lo John le Carré.
Lo que cuenta hoy Público es como para pasarse el día haciéndose preguntas. Dicen que el día 20 -de noviembre- el Rey llamó seis veces a Zapatero para comerle el coco a favor de la operación de Lukoil con Repsol y que por eso seguramente Zapatero cambió de idea y ahora dice que muy bien y que vengan los rusos con amor y pasta.
Vamos a ver, vamos a ver. ¿Será mentira eso que dice Público? Si es falso, esto es el acabose, pues se trata del periódico del régimen, ahora que El País anda de morros porque no le salen las cuentas ni se gasta el Presi con ellos tanto cuento. Así que pongamos que es verdadero, un suponer. Pues entonces la primera pregunta es quién le ha filtrado a los chicos agraciados de Público semejante información. Usted me llama a mí por teléfono para interesarse por mi dolor de juanetes y al día siguiente figura nuestra conversación en un periódico. Oiga, pues o se fue de la lengua usted o me fui yo. ¿Tertium non datur? Hombre, también puede ocurrir que el CNI tenga pinchados nuestros teléfonos y que, de propina, vaya cantando por ahí nuestras íntimas confesiones. Probable en lo que a nosotros se refiere y dada nuestra condición de bebedores, fumadores y desenfrenados especuladores sobre delicias sexuales ignotas, pero en el caso que nos ocupa resulta que se trata del Rey y el Presidente del Gobierno. Así que parece más creíble que haya largado generosamente alguno esos dos eximios intelectuales. Hagan apuestas. Yo voto por Zapatero, más que nada porque necesita alguna disculpa para su cambio diario de opinión en materia económica -ahora es más liberal que Rajoy y le echa en cara al gallego su escaso amor al mercado, manda narices- y porque habrá que ir pensando en quién puede ser el primer Presidente de la Tercera República. ¿Seré yo, Sonsoles?
¿O es que Zapatero se fía más del juicio económico real que del de sus tropecientos asesores del ramo? Caramba, pues que ponga a Juan Carlos de Borbón en el puesto de Solbes. Se le entendería igual y tendría aún mejor rollo con la banca.
Y parece que fueron seis llamada en un día, seis. Qué manera de dar la varita, realmente.
También nos informan de que antes Putin había telefoneado al Rey para ir preparando el desembarco de la flota petrolera rusa. Vamos a ver, ¿pero no quedamos en que, Constitución en mano, el Rey reina pero no gobierna? ¿Tan despistado anda ese Putin, pese a su experiencia pasada en el KGB? ¿O es al contrario? Enigmas.
Nos enteramos de que don Juan Carlos se va cada dos por tres a Rusia de visita privada ¿A quién diantre visita? ¿O se dedica a ver museos? ¿Estaría allí cuando nació su última nieta? ¿Y qué hace por aquellos pagos bajo un frío que pela? Aquí es donde la apasionante novela se escribiría casi sola. Putin le invita y le presenta a muchas amigas. Luego, con las viejas cámaras de cuando se espiaba comme il faut lo graba todo. Por conservar unos recuerdos y tal y para repasar en casa esas agradables conversaciones con varias lenguas de por medio. Y ahí lo tiene realmente pillado, pues ya se sabe lo emotivos y lo naturales que son los borbones y que por un amigo hacen lo que sea desinteresadamente. Putin llama al Rey y le pregunta si se acuerda de cuando aquello y que vaya risa y cómo lo pasaron y que él todos los días repasa antes de acostarse esas escenas, pese a que a su mujer ya le cansa un poco ese rollo y prefiere una peli de las de verdad y con mejores enfoques. El Rey, emocionado, se comunica con Zapatero y le dice tío, échame un cable que mira que a la Sofi le había dicho que estaba en Vaqueira mercándome unos esquíes. Y Zapatero piensa que, ostras, tengo que hacerme más amigo de Putin para que me pase una copia de las cintas y porque hay que salvar España y todavía no está la gente preparada para que reine el nieto del capitán Lozano, que todo lleva su tiempo y el personal es muy cabezón y no ve las cosas, salvo que se las pongan en forma de película y en horario infantil. Así que Zapatero le responde al Rey que vale y a Sebastián, don Miguel, que te calles, el Rey llama a Putin y le transmite que eso está hecho, Putin le dice pues a ver cuándo vuelves por aquí, que tengo novedades que te gustarán y que amigos para siempre traralaralará. Y todos fueron felices y comieron oso.
Porque Público va y en la misma página nos recuerda lo del famoso oso Mitrofan, que, según cuentas las crónicas, se puso de vodka hasta el culo de plantígrado y luego murió de sobredosis y tuvo nuestro Rey que rematarlo caritativamente por si no se había muerto del todo y empezaba a largar en sueños. Por cierto, esto hay que meterlo también en la novela porque es muy humano el oso ése.
Por si no tuviéramos trama bastante, se nos recuerda en ese diario que el Rey tiene una relación estupenda con la Caixa, pues la ejemplar institución bancaria catalana patrocina el Bribón, que como todo el mundo sabe, es el yate en el que el Rey se hace unas millas marítimas cuando no esta en Rusia cenando con Putin. La cantidad de amigos que tiene este hombre, qué bien. Supongo que se los irá presentando todos a Zapatero, aunque, bien pensado, creo que a los mandamases de la Caixa Zapatero ya los conoce y hasta los ha tratado un poco.
Jo, qué interesante es la política internacional. Y la económica no digamos. Todo lleno de escenas putinescas.
Por cierto, si desaparezco un día de éstos no es que me haya quitado de en medio una comisión mixta CNI-KGB por dar en el clavo. Es que me he retirado a escribir ese bestseller que me hará rico y duque.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Pom, pom, pom dineritos al montón.

O sea que Maiquel Sumaje no abre la boca para colaborar en arreglar, moderar y arbitrar las evidentes deficiencias institucionales de casa y ahora aboga por que mi parienta y yo indirectamente financiemos la operación de unos señores rusos.

Estos señores rusos, que están más tiesos que un servidor, en caso de no poder pagar las ingentes cantidades de pasta que debería prestarles, entre otras la banca española, podría obligar a alguna/s de las entidades financieras que participasen en este desembarco de Normandía a hacer uso de esos fondos que tantas alegrías van a proporcionar a algunos y que auto-garantizan nuestros depósitos en bancos y cajas.

Me he liado yo solo.

Es decir garantizo con mi hacienda que los rusos devuelvan lo que les preste la banca española.

Vamos, vamos, vamos, lo que da de sí la ingeniería financiera, pero como no soy especialmente despierto no acabo de ver del todo la diferencia entre un activo tóxico al uso y las posibles consecuencias de la operación del ruso.

Sumaje, porfa, ¿ duerme mal ?, ¿ se le aparece Mitrofán en sueños ?, si es así le enviaré una valeriana que cojo por mi pueblo y que es mano de santo, pero le ruego que no me toque la moral, que estoy más quemado que el seleccionador de Malta tras el 12-1.

Anónimo dijo...

Hummm...si la empresa va bien; a privatizar que es infinitivo, pero si va mal...la solución es nacionalizar que es lo másmejor.
Es fácil, lo entiendo incluso yo, oigan.

Un cordial saludo.

Antón Lagunilla dijo...

Pase lo que pase con los rusos, la cosa de la economìa está jodida para el personal de a pié. El despilfarro imparable de las CCAA y otras administraciones públicas, la quiebra a corto plazo de la Seguridad Social, el hundimiento de la productividad, el paro -somos el país de la UE donde más se está incrementando el desempleo: teminaremos 2009 con unos 5 millones de parados, y si no, al tiempo-, una deuda pública sin parangón, junto con la inutilidad absoluta de este Gobierno (y de esta cómplice oposición, y de estos cómplices sindicatos, y de ...), es un cóctel absolutamente letal, con rusos o sin rusos. Así que mucho me temo que la cosa no ha hecho más que empezar.

En cuanto a Público, corre la especie de que no es sino el panfleto de Pepiño Blanco, faro intelectual y muñidor del partido en el poder, cuya agudeza de análisis siempre resulta deslumbrante por su profundidad y su altura de miras.
Saludos.

Anónimo dijo...

¡Desaparezca! Nunca he entendido qué pinta Vd. en una Universidad española

Anónimo dijo...

lleva dos post de esos de "dar caña", de los de "quitar la capucha" a los poderosos. Muchas gracias.

Antón Lagunilla dijo...

Pues resulta elemental, Colette: intentar que la Universidad conserve algo de dignidad. Aunque, la verdad, se lo están poniendo muy difícil. Gente como ud., aunque esté feo señalar.
Saludos