24 julio, 2007

Esta sí que es para troncharse: más sobre el CNI

Escribí el post anterior (léalo antes que éste, si no le importa) y, cuando ya lo había colgado, se me ocurrió preguntarme si el CNI, nuestro Centro Nacional de Inteligencia (esto es un oxímoron y lo demás cuento), tendría página güé y todo. Y la tiene, repámpanos. Me pongo a echar un vistazo, con el pálpito de que algo cachondo va a aparecer o, cuando menos, la lista de nuestros agentes en Burundi o unas buenas fotos de nuestras agentas de mejor ver. Y, zas, doy con la joya sólo con mirar el menú de la izquierda.
Hay un enlace titulado así: "Cultura de Inteligencia". No defrauda ese texto, texto que debió de escribir un tío abuelo del agente López que está muy metido en el partido y que tiene un sobrino rector de Universidad. Porque la chorrada es de ese jaez, el tipo de cosa que se les puede ocurrir juntos a un concejal del partido dominante y a un vicerrector de relaciones institucionales: hacer una asignatura universitaria con las cosas del espionaje. Toma castaña. Y pensábamos que lo habíamos visto todo.
Vean, vean, se lo copio yo mismo, y si piensan que es un rollo que yo me invento en plan vacile, vayan ustedes mismos a la página de nuestros anacletos:
Cultura de Inteligencia.
Uno de los objetivos que se ha marcado el Centro Nacional de Inteligencia es la creación de una cultura de inteligencia en España, como soporte al eficaz funcionamiento de la Comunidad de Inteligencia española.
Entendemos por cultura de inteligencia el conjunto de conocimiento que la sociedad debe tener sobre la necesidad, la función y la finalidad de un Servicio de Inteligencia, de manera que perciba como propias las cuestiones relacionadas con su seguridad, su libertad y la defensa de sus intereses.
La cultura de inteligencia se desarrolla en varios niveles y en diferentes ámbitos, preferentemente en el mundo empresarial y en el académico. En este último, el objetivo que se persigue es doble:
Convertir la inteligencia en una disciplina más de las que se abordan en las universidades y centros de estudios, para lo cual será preciso fomentar su inclusión en los currícula académicos y potenciar la investigación sobre la misma.
Permitir que los Servicios de Inteligencia se beneficien de la experiencia y conocimientos que el mundo académico tiene sobre temas que son objeto de seguimiento por parte de aquellos. Es decir, la universidad, los centros de estudios, etc. pueden constituir una fuente de información e incluso de análisis fundamental para los Servicios de Inteligencia.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Tiene mucho sentido dado que la mayor parte de la información que manejan los servicios de inteligencia en áreas como la económica, diplomática o política son de dominio público.