Hace
unos días, el Gobierno mandó un avión para evacuar a los cooperantes españoles
que trabajan con ONGs en los campamentos saharauis de Tinduf. Eso nos contaron
los periódicos, y que retornaron todos menos uno, que quiso quedarse. Acaban de
ser liberados, se supone que después de que el Estado pagara rescate, tres
cooperantes que llevaban unos cuantos meses secuestrados en la zona. El
Gobierno justifica su medida de ahora alegando que hay muy alto riesgo de
nuevos secuestros.
Leo
ahora mismo que “Las
ONG desafían al Gobierno y enviarán 20 cooperantes a Tinduf”. Es un desafío
bastante raro. Se pretende demostrar que el Ministerio de Asuntos Exteriores no
tiene razón y que aquel riesgo no existe, que hay seguridad de sobra en dichos
campamentos. Ojalá tengan razón los retadores. Considero meritorio lo que hacen
allá las ONGs y me parece muy bien la solidaridad con el pueblo saharaui, tan
poco atendido en la última década, al menos, por los gobiernos de España. Pero
la cuestión interesante es esta: si es secuestrado uno de esos veinte
cooperantes que van para allá ahora, adelantando incluso el viaje que tenían
previsto para después del verano, ¿debe el Estado pagar el rescate y mover mil
y un hilos diplomáticos para la liberación o sería legítimo entender que actúan
a propio riesgo y que tendrían que ser sus mismas organizaciones las que
corrieran con los gastos?
Si
yo me voy a hacer montañismo en los Picos de Europa, me caigo por un barranco y
tiene que venir un helicóptero a sacarme, jugándose la vida de paso los del
equipo de rescate -es su trabajo, ciertamente-, me pasan una factura. Si por
una imprudencia al volante me cargo una valla de protección de la autopista,
también recibo al cabo de un tiempo la cuenta de la reparación para que la
abone. No me servirá alegar que iba apurado a llevarle la comida a mi abuela
desvalida, aunque sea la pura verdad.
Algo
no cuadra. O será que los calores veraniegos me atrofian el razonamiento.
2 comentarios:
Como siempre sus comentarios van por el camino acertado y en principio yo estoy de acuerdo. No obstante quizás debería añadir alguna reflexión adicional, porque nos metemos en un camino peligroso. P.e. Deberiamos cobrar los servicios médicos de los fumadores? Y si uno se tuerce el tobillo corriendo?
Hombre, un secuestro es un chantaje, poco que ver con los deportes de alto riesgo o dependencias a la nicotina.
Hay muchos cooperantes por el mundo que no dan el cante con pseudo provocaciones.
Saben el riesgo, lo asumen y ya está.
No se debe pagar, nunca.
Bueno, si me secuestran a mí, desde luego que cambiaría mi opinión radicalmente.
Un cordial saludo.
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