30 julio, 2012

¿Actuar a propio riesgo o que pague el Estado?


                Hace unos días, el Gobierno mandó un avión para evacuar a los cooperantes españoles que trabajan con ONGs en los campamentos saharauis de Tinduf. Eso nos contaron los periódicos, y que retornaron todos menos uno, que quiso quedarse. Acaban de ser liberados, se supone que después de que el Estado pagara rescate, tres cooperantes que llevaban unos cuantos meses secuestrados en la zona. El Gobierno justifica su medida de ahora alegando que hay muy alto riesgo de nuevos secuestros.

                Leo ahora mismo que “Las ONG desafían al Gobierno y enviarán 20 cooperantes a Tinduf”. Es un desafío bastante raro. Se pretende demostrar que el Ministerio de Asuntos Exteriores no tiene razón y que aquel riesgo no existe, que hay seguridad de sobra en dichos campamentos. Ojalá tengan razón los retadores. Considero meritorio lo que hacen allá las ONGs y me parece muy bien la solidaridad con el pueblo saharaui, tan poco atendido en la última década, al menos, por los gobiernos de España. Pero la cuestión interesante es esta: si es secuestrado uno de esos veinte cooperantes que van para allá ahora, adelantando incluso el viaje que tenían previsto para después del verano, ¿debe el Estado pagar el rescate y mover mil y un hilos diplomáticos para la liberación o sería legítimo entender que actúan a propio riesgo y que tendrían que ser sus mismas organizaciones las que corrieran con los gastos?

                Si yo me voy a hacer montañismo en los Picos de Europa, me caigo por un barranco y tiene que venir un helicóptero a sacarme, jugándose la vida de paso los del equipo de rescate -es su trabajo, ciertamente-, me pasan una factura. Si por una imprudencia al volante me cargo una valla de protección de la autopista, también recibo al cabo de un tiempo la cuenta de la reparación para que la abone. No me servirá alegar que iba apurado a llevarle la comida a mi abuela desvalida, aunque sea la pura verdad.

                Algo no cuadra. O será que los calores veraniegos me atrofian el razonamiento.

2 comentarios:

Pepe dijo...

Como siempre sus comentarios van por el camino acertado y en principio yo estoy de acuerdo. No obstante quizás debería añadir alguna reflexión adicional, porque nos metemos en un camino peligroso. P.e. Deberiamos cobrar los servicios médicos de los fumadores? Y si uno se tuerce el tobillo corriendo?

Carmen dijo...

Hombre, un secuestro es un chantaje, poco que ver con los deportes de alto riesgo o dependencias a la nicotina.
Hay muchos cooperantes por el mundo que no dan el cante con pseudo provocaciones.
Saben el riesgo, lo asumen y ya está.

No se debe pagar, nunca.
Bueno, si me secuestran a mí, desde luego que cambiaría mi opinión radicalmente.

Un cordial saludo.