Con
un poco de asombro -uno no acaba de aprender- leo hoy en El Mundo –maldito diario que hace el juego a la derecha revelando
que los líderes de CiU están forrados a base de comisiones y tienen cuentas en
Suiza y sociedades en medio mundo- que la supuesta amante del general Petraeus,
el de la TIA, es una trolera de campeonato, otro más de esos personajes que
trepan y trepan en un castellet de mentiras sin pausa.
La
señora se llama Paula Broadwell. Transcribo: “Y el currículo de Broadwell roza
el realismo mágico. Así, a pesar de que ha declarado durante años que se graduó
en la academia militar de West Point como la primera en ciertas especialidades
atléticas –lo que ha llegado a ser publicado incluso por The New York Times-, fuentes de ese centro han negado a la prensa
estadounidense la veracidad de esa información. Broadwell también se presentó
en el verano de 2009 en Washington como la encargada por el general Stanley
McChrystal –entonces comandante en jefe de las fuerzas de Estados Unidos y la
OTAN en Afganistán- de formar un grupo de estudio de personalidades sobre
estrategia militar”. “En realidad McChrystal nunca le había pedido nada a
Broadwell, a pesar de lo cual ella siguió adelante con el plan e incluso
celebró varias reuniones de su grupo fantasma. Es algo habitual en la capital
de Estados Unidos, una ciudad llamada Hollywood para empollones, en la que la
gente vive para hacer contactos”. No es solamente allá.
Ya
ven, no tienen por qué acomplejarse los rectores. Hasta le ha pasado al
director de la CIA, general lleno de medallas y dicen que experto en variadas
luchas. Se la dio con queso en tal sentido una mentirosona que se lo montaba de
lo que no era. Y el dato me lleva a la sospecha de que a lo mejor ni fueron
propiamente amantes, quizá no hubo sexo o solo besos babositos en la mejilla. Si
el impostor es de los competentes, si el trolero o la trolera dominan su oficio,
saben que un calentón corporal se pasa después o puede terminar en ganas de
salir con los amigos, pero que una hábil manipulación del ego ajeno lo mantiene
enhiesto sin límite de tiempo ni de concesiones. Cualquiera que trate con
autoridades está al tanto de que ante una insinuación a lo Lewinsky el sujeto
puede venirse abajo, no a debajo de la mesa, sino achicarse por miedo a los
remordimientos, a que lo pille su cónyuge, a tener gases ese día o a no dar la
talla sin colocar antes las zapatillas según el rito hogareño; pero que un
peloteo bien hecho, un halago constante, un estudiado babear y un no cejar en
la admiración rendida ponen al mandamás en posición de obedecer y es como si su
conciencia profesional se quedara en pompa y su autoestima rendida a la estima
fingida del cobista.
Humildemente
confieso que yo mismo me tomo muchas veces un atajo crítico que no tiene
verdadero fundamento, pues al ver cómo algunos que se creen que gobiernan
sitios se rinden a los más lerdos y las más torponas, suelo bromear diciendo
que habrá ayuntamiento de por medio. Falso. O será a veces, pero no es lo más
habitual. Es que ni eso hace falta, o a lo mejor precisamente porque sin eso es
como más pura vive su vanidad el zascandil y puede presumir de que no actúa ni
hace los favores movido por bajas pasiones o manipulado propiamente con la
mano. Las cosas como son, muchos de los que hacen discursos e inauguran sitios
con la americana bien abrochada no se echarían al monte de Venus así como así,
o a las posaderas de Fulano, pero no resisten más de tres visitas a su despacho
de la misma persona en la misma semana sin abrirse de firma. ¿Por qué? Porque
cómo no van a corresponder a quien tan sanamente los admira, tan lealmente los
mantiene al tanto de lo que por ahí se cuece en los mentideros o con tanta
honestidad denuncia a los compañeros suyos para que el que rige sepa a qué
atenerse.
¡Tantas
veces lo hemos observado todos! Por eso no importa que el cretino mentiroso y
pelotas sea feo como un demonio o que mienta sin parar y sabiendo todos que
miente. También los que se van de lumis son conscientes que ellas fingen y no
por eso dejan de pedirles que les griten cosas. Pues lo mismo pasa en la
relación entre falsarios y gobernantes de cualquier sitio, por unos magreos en
su vanidad y algo de morbo psicótico pueden regalar un imperio o arruinar una
universidad, pongamos por caso.
No
es para ponerse en plan ellos o nosotros, pues cualquiera puede sucumbir,
aunque lo normal es que resulte más vulnerable el más ambicioso de glorias
mundanas. Sí será útil recordar cada uno los casos que haya observado, y
comentarlos para general advertencia. Por ejemplo, yo, que llevo mucho tiempo
fijándome y estudiando a mi manera estos asuntos, sostengo que es diferente el
peloteo eficaz del mentiroso según que sea hombre o mujer. Si se trata de
varón, deberá exagerar el engaño y la impresión de que él mismo se lo cree,
pero para mostrar que quiere hacer de sus imaginarias andanzas partícipe a su
víctima poderosa. Por ejemplo, un pobre diablo con cara de trol auténtico se
inventa que acaba de recibir una invitación de la Universidad de Columbia para
dar allá ocho conferencias a diez mil dólares cada una y se lo está contando a
un rector o a un consejero autonómico del ramo pero que no tiene título
universitario porque para qué. Si el bolero añade que va a hablar con el rector
americano para que invite a este a dar un seminario sobre gestión de calidad en
las universidades españolas, ese que escucha sabe que todo es mentira, pero le
da gustito que se acuerden de él en Estados Unidos, aunque sea nada más que un
suponer. ¿Absurdo? Sí, pero funciona.
Si
la impostura es obra de mujer, caben las mismas tretas, pero con un complemento:
la sonrisa. Fíjese usted, amigo lector, fíjese bien la próxima vez que se le
presente el caso. Vale para ministros, secretarios de Estado, directores
generales de Comunidad Autónoma o cualquier piernas, pero yo lo voy a poner con
rector, que es lo que hace años vi alguna vez. Primera fuente de claros
indicios. Está hablando un rector ante un grupo de personas. Colóquese usted
donde pueda ver las caras de los que escuchan y fíjese en ellas. ¿Hay una que
desde la primera palabra se ha colocado una sonrisa que de tan entregada le
queda un poco gengival, impudicia de encías? Esa va a triunfar si luego sabe
contarle a él historias y chivarle cabronadas y mover los párpados como si le
pesaran. Siguiente prueba. Ahora es una conversación en corrillo con la misma
autoridad flotante. Mire otra vez quién
sonríe todo el tiempo, pero ahora que estamos cerca, repare en si es sonrisa
con babas, así como con salivilla del treinta y nueve entre las comisuras o
dando brillo a los dientes. Si la señora es la misma y sabe usted que se las
gasta bien para contar bajito historias en el vis a vis, dé al caballero con
cargo por entregado. Y sin que ella necesite ni trabajarse escotes ni gestionar
más roce. A lo mejor, ya digo, la potra esta del Petraeus era sencillamente así
y miren qué torre tan alta puso inclinada por donde ella pisa.
Alguno dirá que si no es posible también a la inversa, cuando es mujer la que
tiene el cargo y el mentiroso cobista es varón o es otra mujer. Seguro que sí,
pero ese capítulo de la tesis todavía no lo he trabajado. Por lo pronto, estoy convencido
de que ese tipo de imbecilidad que he retratado abunda mucho más en los
varones, infinitamente más.
5 comentarios:
Muy buen análisis, como muchos otros que he leído de su autoría. Una pregunta ¿va a estar en México por alguna conferencia? Me gustaría poder escucharlo, siempre leo su blog y creame que coíncido en sus argumentos, sería muy interesante escucharlo.
Estimado Diegol11, estaré en un congreso sobre argumentación jurídica que organiza en el DF la Corte Suprema. Mi ponencia será el jueves. El viernes estaré en Oaxaca impartiendo un seminario por la mañana, y el sábado vuelo de regreso a España.
Será un placer saludarlo si nos encontramos.
Perfecto, muchas gracias, ya investigue, pero en el programa de la suprema corte aparece en viernes su ponencia, haré todo lo posible para ingresar, ya que el registro en línea ya está cerrado pues es cupo limitado. Es una desgracia para mí pero veré como estar ingresar. En última instancia será vía internet.
Estimado Diego:
Tiene usted razón,es el viernes mi ponencia.
No creo que tenga usted problemas para asistir si lo desea. Si no, búsqueme y yo intercedo como corresponda.
Cordiales saludos.
Profesor a ver si es tan amable de ponernos en Youtube o aquí en el blog la conferencia, que lo que sea argumentación jurídica hay que escucharlo y verlo.
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