(Publicado hoy, 5 de febrero, en El Mundo)
A principios de noviembre de 1998
fue elegida una tal Angela Merkel secretaria general de la CDU siendo Wolfgang
Schäuble presidente del partido. La Presidencia de honor la ocupaba el
canciller Helmut Kohl. Era una época en la que la democracia cristiana alemana
obtenía buenos resultados en las elecciones a los parlamentos de algunos Länder
y también en las celebradas en junio de 1999 para el Parlamento europeo. Pues
bien, es en noviembre de ese año 1999 cuando estalla en los medios informativos
alemanes el escándalo de las donaciones ilegales a la CDU. Nada menos que en una
entrevista concedida al segundo canal de la televisión alemana, Kohl admite
haber ingresado grandes sumas de dinero sin cumplir las reglas contenidas en la
ley que regulaba tales donaciones al tiempo que se negaba a dar los nombres de
los donantes.
Es entonces cuando Merkel publica
un artículo sonado en el FrankfurterAllgemeineZeitung -22 de diciembre-,
criticando abiertamente la actitud de su jefe de filas y reclamando a su
partido que «aprendiera a andar solo, a tomar su propio camino como cada cual hace
cuando llega a la pubertad». ¿En qué consistía el escándalo de las donaciones?
En el turbulento -para la CDU- noviembre de 1999, un juzgado de Augsburgo dicta
una orden de arresto contra el entonces tesorero de este partido imputándolo
por evasión de impuestos. Se le acusaba, en concreto, de haber aceptado una
donación procedente de un traficante de armas, donación que no había pasado por
las oficinas de Hacienda. Es más: ni siquiera había llegado a las arcas del
partido pues la cantidad se la habían repartido -suponemos que amigablemente-
el tesorero con sus colaboradores. Poco después, nada menos que el secretario
general del partido tiene que admitir que, en la era Kohl, la organización se
había financiado ilegalmente. Otros antiguos secretarios generales sostuvieron,
sin embargo, que nada sabían de tales prácticas.
Y es tras estas declaraciones
cuando el propio Kohl confiesa ante las cámaras de televisión y asume toda la
responsabilidad política derivada del escándalo. A los pocos días, se ve
obligado a abandonar la Presidencia honorífica de la CDU. Se constituyó
entonces una comisión de investigación en el Parlamento que sesionó hasta el
verano de 2002 al tiempo que se tramitaba el endurecimiento de los preceptos de
la ley de financiación de los partidos. A lo largo de las deliberaciones de la
comisión parlamentaria quedó demostrado que la CDU poseía grandes cantidades de
dinero negro y también una muy sospechosa fundación en Suiza.
En estos trapicheos se vieron
involucrados nombres importantes de la política alemana, entre ellos, el de
Wolfgang Schäuble -presidente del partido, como hemos dicho- quien reconoció en
enero de 2000 haber recibido dinero procedente de la industria del armamento, a
pesar de que en el Parlamento poco antes lo había negado. Pero la rectificación
le fue impuesta por el hecho de que una tesorera del partido logró dar muchos
detalles que contradecían la versión de Schäuble.
La situación de este hombre se
hizo insostenible y a mediados de febrero dimitió. La CDU queda entonces descabezada
lo que refuerza la posición de Merkel quien ostentaba la Secretaría General. Se
abre entonces un debate intenso en el partido a lo largo y ancho de Alemania de
forma que se celebran hasta ocho «conferencias regionales» donde los militantes
discutieron en profundidad el escándalo y sus implicaciones. Es en ellas donde
se va formando una corriente de opinión partidaria de que Merkel ocupe la
Presidencia vacante del partido, lo que en efecto ocurre en abril de 2000.
Malos tiempos para la CDU. La flamante presidenta sufre, como consecuencia del
escándalo, derrotas en algunas elecciones regionales. Es el tiempo en el que el
Gobierno rojiverde del dúo Gerhard Schröder-Joschka Fischer campaba por sus
respetos en el escenario político alemán.
Y es el tiempo también en el que
hay que buscar un candidato para la cancillería porque las elecciones generales
se acercan. Merkel no oculta su intención de aspirar al cargo pero tiene un
adversario poderoso, Edmund Stoiber, presidente del Gobierno bávaro desde 1993
y dirigente del partido hermano, la CSU. Hombre correoso y con muchos apoyos
entre los presidentes de los Länder se convierte en efecto en el candidato a la
Cancillería con el respaldo ¿entusiasta, fingido? de Merkel. Pero las
elecciones de septiembre de 2002 dan de nuevo la victoria a socialistas y
verdes, escasa ciertamente pero victoria. Schröder sigue como canciller después
de haberse puesto las botas de agua en las inundaciones del verano. Cuando se
constituye el Bundestag, Merkel reclama la Presidencia del grupo de la
oposición, que consigue. Para hacer desde allí -conviene recordarlo y
subrayarlo- un trabajo de colaboración con el Gobierno que acaba vinculando al
partido a las grandes reformas sanitaria y laboral que promueve Schröder, cuyo
contenido vota favorablemente en el Parlamento. Y sigue la carrera de la señora
Merkel hasta el lugar que hoy ocupa …
Volvamos al asunto de las
donaciones. Merkel, a quien se llamaba entonces despectivamente Merkelchen, es
decir, Merkelita, consolida su posición dirigente como consecuencia de su
firmeza al combatir las ilegalidades amparadas por quien había sido su
introductor en las esferas de la alta política alemana. Lo hemos visto con la
campanada en el prestigioso Frankfurter y lo completa en enero de 2000 al confirmar
que, tras la auditoría de las cuentas de las CDU, quedaba probada la existencia
de millones de marcos «de desconocido origen» en las cajas del partido durante
la era de Kohl. Personaje histórico -la reunificación, los éxitos europeos…-
caído en desgracia hasta el punto de que una recepción, organizada para
celebrar su 60º cumpleaños, es cancelada desde la dirección de la CDU.
El presidente del Bundestag
impone a la CDU una multa de 41,5 millones de marcos y más tarde pierde el
partido casi otros ocho millones procedentes de los fondos destinados a la
financiación pública de los partidos, como sanción por su comportamiento. Los
medios informativos, Spiegel, la prensa de Berlín, la televisión, siguieron
ofreciendo datos y más datos sobre este oscuro asunto que se completó luego con
otros en el seno de la socialdemocracia (Colonia) y entre los liberales (Land
de Renania del Norte-Westfalia)… Para meditar y afrontar nuestras actuales
desventuras, acaso estos datos, extraídos de los anales de la historia alemana
contemporánea, puedan servir de ayuda, terapia y brújula.
3 comentarios:
Pero hombre, te crees que Mariano no se sabe esta historia ?. El sabe muy bien y con muy poco mergen de variabilidad cual sera el resultado de cada una de las estrategias que adopte con este asunto y te aseguro que si esta haciendo lo que hace es porque sabe que así tiene las mayores posibilidades de pagar un precio menor.
Te lo pongo de otra manera: crees que si Merkel hubiera estado pillando como los demás iba a haberse autoproclamado tan alegremente el fuego purificador de la CDU ?
problema 1: Aquí trincan todos (y los que no lo hacen callan y consienten)
problema 2: Aquí no se va a procesar a nadie (En todo caso a secundarios que luego serán indultados)
problema 3: Aquí no se va a devolver ni un duro (de hecho no se devuelve jamás)
problema 4: Aquí no va a dimitir nadie (porque todos están ungidos de un destino mesiánico que les impone mantenerse en el cargo por el bien común en autoinmolación permanente)
problema 5: Aquí saldrán elegidos una y otra vez los mismos (Ahí lo dejo)
El principal problema: Aquí nadie va a ser condenado porque la ley no se aplica a partir de un cierto nivel socio-económico si ello supone causar un perjuicio al reo (véase Carromero y otros)
En fin, todo es mentira y probablemente la realidad que nos cuenta en el artículo sobre estos alemanes sea también mentira, el ya clásico embuste político de cambiarlo todo para no cambiar nada, de hecho es muy probable que se siga trincando allí solo que de otra manera, por otras personas, más prudentes quizá...al tiempo.
No entiendo porqué los bancos no confían en mi honradez como garantía pero yo estoy obligado a confiar en la de los políticos. Los dineros son cosa seria e interesante para los que mandan, ya se ve. A los que no mandamos ya nos ponen internet. Todo son detalles.
Un saludo.
Deberíamos todos donar sangre. El otro día se decía en la televisión que hacía falta de los grupos 0+, 0-, A- y B-. Donemos sangre, por favor.
Un abrazo, profesor, desde la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense de Madrid.
David.
Publicar un comentario