Me asomo a la edición digital de El Mundo y me encuentro el titular siguiente: “Turquía bloqueará ELMUNDO.es por un vídeo del líder opositor con su amante”. Y, cómo no, me meto ahí a ver qué pasa. Somos asquerosamente humanos, salvo los siervos de Marcial Maciel, que son divinos. Ayer ya había leído que por culpa de ese vídeo había tenido que dimitir el líder de la oposición laica en Turquía. En la grabación, difundida en alguna página web del país, se lo ve en la habitación con esa amante, que también es diputada, al parecer.
La noticia y la película dan para unas pocas reflexiones. Una, que hay que ver, se trata de El Mundo. El periódico presume de que, pese a las amenazas oficiales de bloqueo de su web en Turquía, no va a ceder y será posible seguir contemplando las imágenes subrepticiamente grabadas a ese señor. Es más que evidente, viendo las tomas, que detrás de semejante jugarreta al opositor turco están o los servicios secretos de allá o alguna mafia gubernamental. ¿Les va sonando? ¿Recuerdan? Pues sí, espectacular: ahora es El Mundo el que hace gala de bemoles enseñando al mundo al buen hombre en su vida sexual estrictamente privada.
Segunda reflexión: se confirma por enésima vez que los varones de cierta edad y con canas estamos más que lamentables en calzoncillos y con calcetines. Me dio una ternura enorme la mujer, al verlo a él. Posiblemente lo ama. Otra explicación no cabe.
Tercera: yo me he quitado hace tiempo, pero si usted aún frecuenta hoteles en compañía secreta y no tiene ganas de aparecer de la mentada guisa en youtube, para descojone de sus enemigos y ejercicio de la libertad de información de los periódicos defensores de los derechos fundamentales, mónteselo con la luz apagada. Tiene su aliciente a día de hoy, no crea. Y, sea como sea, eche un vistazo por si hay cámaras, mírelo todo, registre cada rincón y hasta las lentillas de su amante. El enemigo acecha. Y quítese los calcetines en el baño, por Dios, y no se exhiba ni ante ella con esos calzones de abuelete. La lujuria para el que la trabaja.
Cuarta, la más seria. Tiene tela que en medio mundo -y desde luego aquí- no dimiten los políticos a los que pillan robando a manos llenas y, de propina, sus votantes sigan apoyándolos como si tal cosa. En cambio, en cuanto la mafia o el servicio secreto, que vienen a ser lo mismo, cuelgan el vídeo en el que un político aparece en trance retozón con quien no sea su pareja legal, se acabó su carrera. Tienen impunidad los políticos ladrones y los curas rijosos, pero los políticos dados al placer carnal sufren la más dura condena. El mundo al revés. Yo no me fiaría completamente de un político que no se dé una vuelta cada tanto por la habitación de un hotel o motel en compañía de diputada o diputado y con calcetines presentables. Debo de ser un raro.
Así que, aunque nadie me escuche, propongo una nueva y revolucionaria regulación legal. Qué digo legal: que se incorpore a las mismísimas constituciones. Basta un articulito que claramente establezca esto:
La noticia y la película dan para unas pocas reflexiones. Una, que hay que ver, se trata de El Mundo. El periódico presume de que, pese a las amenazas oficiales de bloqueo de su web en Turquía, no va a ceder y será posible seguir contemplando las imágenes subrepticiamente grabadas a ese señor. Es más que evidente, viendo las tomas, que detrás de semejante jugarreta al opositor turco están o los servicios secretos de allá o alguna mafia gubernamental. ¿Les va sonando? ¿Recuerdan? Pues sí, espectacular: ahora es El Mundo el que hace gala de bemoles enseñando al mundo al buen hombre en su vida sexual estrictamente privada.
Segunda reflexión: se confirma por enésima vez que los varones de cierta edad y con canas estamos más que lamentables en calzoncillos y con calcetines. Me dio una ternura enorme la mujer, al verlo a él. Posiblemente lo ama. Otra explicación no cabe.
Tercera: yo me he quitado hace tiempo, pero si usted aún frecuenta hoteles en compañía secreta y no tiene ganas de aparecer de la mentada guisa en youtube, para descojone de sus enemigos y ejercicio de la libertad de información de los periódicos defensores de los derechos fundamentales, mónteselo con la luz apagada. Tiene su aliciente a día de hoy, no crea. Y, sea como sea, eche un vistazo por si hay cámaras, mírelo todo, registre cada rincón y hasta las lentillas de su amante. El enemigo acecha. Y quítese los calcetines en el baño, por Dios, y no se exhiba ni ante ella con esos calzones de abuelete. La lujuria para el que la trabaja.
Cuarta, la más seria. Tiene tela que en medio mundo -y desde luego aquí- no dimiten los políticos a los que pillan robando a manos llenas y, de propina, sus votantes sigan apoyándolos como si tal cosa. En cambio, en cuanto la mafia o el servicio secreto, que vienen a ser lo mismo, cuelgan el vídeo en el que un político aparece en trance retozón con quien no sea su pareja legal, se acabó su carrera. Tienen impunidad los políticos ladrones y los curas rijosos, pero los políticos dados al placer carnal sufren la más dura condena. El mundo al revés. Yo no me fiaría completamente de un político que no se dé una vuelta cada tanto por la habitación de un hotel o motel en compañía de diputada o diputado y con calcetines presentables. Debo de ser un raro.
Así que, aunque nadie me escuche, propongo una nueva y revolucionaria regulación legal. Qué digo legal: que se incorpore a las mismísimas constituciones. Basta un articulito que claramente establezca esto:
a) que jamás de los jamases se podrá volver a presentar a elecciones ni ocupar cargo público de ningún tipo el político al que se condene por delitos contra la propiedad o el erario público;
b) que cuando un cargo electo, de concejal para arriba, es judicialmente condenado por delito contra la propiedad o el erario público, se suspende automáticamente toda actividad del partido por el que fue elegido para su cargo y, además, se aplica a dicho partido una multa por el importe resultante de multiplicar por cien mil el valor de lo “mangado” por el cerdo que iba en sus listas;
c) que queda terminantemente prohibido y sometido a grave sanción la publicación de grabaciones no consentidas en las que se vea a políticos o cualesquiera cargos públicos en e(x)cenas de contenido sexual con quien nos sea su pareja oficial;
d) que con las grabaciones con la pareja oficial se puede hacer lo que se quiera, cualquiera que sea la forma, lícita o ilícita en que hayan sido obtenidas.
Jolín, es que lo que yo quiero ver es al José Luis con su santa de los gorgoritos. Debe de ser de mucha risa.
Jolín, es que lo que yo quiero ver es al José Luis con su santa de los gorgoritos. Debe de ser de mucha risa.
3 comentarios:
La grabación es un atentado al honor la intimidad, la propia imagen sea su pareja o no. No entiendo como un medio español se presta a difundirla.
Exüperançÿa tenía algo de turco, es verdad, ¿quizás una bisabuela? :)
Bromas aparte, sí que es curiosa esta puritanización; cada uno escoge el modelo cultural de referencia ...
Y qué hermoso hubiera sido, de cualquier manera, que de Salases y Roldanes y Bárcenas y Fabras y Campses nos hubiese sólo dado conversación el estampado de los calzoncillos respectivos. Otro sería este país.
Salud,
Efectivamente, como si se quiere tirar a la Mula Francis, de lo suyo gasta.
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