Las once de la noche. Una jornada larga, he hecho muchas cosas, muchas. Me levanté a una hora razonable, repasé un par de periódicos a uña de caballo (me lo he permitido porque es fin de semana), preparé el desayuno de Elsa (sigo de padre solo), corregí un puñado de trabajos pendientes de mis estudiantes boloñeses, con Bob Esponja como fondo, me fui con Elsa al vivero a mercar algunas plantas, abono para el modesto cesped y algunos útiles de jardinería, hice la compra para cocinar mañana "unes fabes con mariscu" que van a estar de rechupete, dispuse mi comida y la de la pequeña, comimos, leí un rato y luego me pasé unas cuantas horas azada en ristre y con Elsa de ayudante. Aseé a la pequeñina, preparé su cena y la mía (macarrones con tomate casero, calabacín rebozado y merluza frita con ajos), dejé a Elsa con el pijama puesto y los párpados caidos y acabo de sentarme al fin un rato aquí, al teclado. Pensaba escribir sobre lo bien que sienta la vida cuando se la conjuga por activa y pensaba meditar sobre qué habrán hecho hoy esos estudiantes míos que no dan pie con bola ni poniéndoles las cosas más fáciles que a Felipe II, según el dicho. Pero no me quedan fuerzas para pontificar. Que cada perrillo haga aquello con su culillo, y punto.
Así que he dado otro repaso a lo que por ahí se ha escrito hoy y me he topado con un artículo de Gregorio Morán en la Vanguardia que me ha antenido de buen humor. Dentro de un rato me acostaré con la novela de Le Carré que tengo estos días entre manos. Demostrado queda también que la familia monoparental no es mala opción si un día pintan bastos, y no comprendo a tanto señor y tanta señora que aguantan en pareja de mala gana y nada más que por miedo a la soledad. Yo estoy muy contento con la pareja mía, pero no porque una pareja haga ninguna falta. No hace ninguna.
Les doy las buenas noches y los dejo con esa recomendación, la del escrito de Gregorio Morán. Se titula "El héroe contemporáneo" y pueden verlo aquí.
Así que he dado otro repaso a lo que por ahí se ha escrito hoy y me he topado con un artículo de Gregorio Morán en la Vanguardia que me ha antenido de buen humor. Dentro de un rato me acostaré con la novela de Le Carré que tengo estos días entre manos. Demostrado queda también que la familia monoparental no es mala opción si un día pintan bastos, y no comprendo a tanto señor y tanta señora que aguantan en pareja de mala gana y nada más que por miedo a la soledad. Yo estoy muy contento con la pareja mía, pero no porque una pareja haga ninguna falta. No hace ninguna.
Les doy las buenas noches y los dejo con esa recomendación, la del escrito de Gregorio Morán. Se titula "El héroe contemporáneo" y pueden verlo aquí.
3 comentarios:
Me da a mí que además de una presentación del artículo sugerido, lo que hace el autor con esta entrada es comentarle a su señora cómo ha transcurrido el día ("sin incidencias, querida"). :-)
Ejemplar el caso, si fuera real. Pero de Gregorio Morán hay que fiarse bastante poco. Es un vendedor de crecepelo que suele manipular los hechos para darles sensacionalismo. Como mínimo, es la persona menos indicada para pontificar sobre la moralidad y mesarse los cabellos. Como botón de muestra, vaya ese comentario a un libro suyo, modelo de imposturas y de falsificaciones: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=63063
Moran es suficientemente fiable; otra cosa es que se les indigeste a los parvenu de la izquierda de ibérico. La razón es obvia; Moran sabe de lo que habla; los parvenu recitan un cuneot que han oido en alguna ocasión
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