02 junio, 2012

Locuras de los que no sabemos de economía


                Que la economía es ciencia bien misteriosa nadie lo discutirá, ni los economistas siquiera. O al menos que es misteriosa, no nos enredemos en si cabrá como ciencia una disciplina que consiste en la adivinación generalmente errada y en las explicaciones certeras solo a todo pasado. Sabrán más o menos los economistas de lo suyo, pero los legos nos extrañamos ante todo de lo alejada que está del sentido común la materia económica, al menos cuando hablamos de economía de las naciones a esa escala que los del gremio llaman macro.

                Traigo un ejemplo con plena conciencia de que voy a dejar bien patente mi radical desconocimiento, pero para que se vea cómo la humana razón va por unos lados y la razón económica por otros. Allá vamos y clemencia solicito desde este mismo instante por tamaño atrevimiento.

                Hay que meterles dinero público a los bancos porque se lanzaron a conceder hipotecas a troche y moche y hasta el más pringado del pueblo, sin trabajo estable ni perspectivas de prosperar algún día, sacaba en la sucursal de la esquina un cien por cien o más del pisito de trescientos mil euretes. Ahora muchos ciudadanos no pueden pagar sus cuotas y los bancos se quedan a dos velas, con los balances descuadrados y sin recuperar el dinero prestado ni obtener los intereses previstos. Así que por el procedimiento legalmente establecido se apropian los inmuebles de marras, que ya no valen ni de lejos lo que valían y que no cubrirían nada más que una parte de ese pasivo, si es que pudieran venderse y quisieran venderlos. No hace falta subrayar cuán hundido se queda también el parroquiano de turno, sin dinero, pues probablemente perdió el trabajo o se le acabó el subsidio de paro, y sin casa, refugiado en el hogar de los suegros como el que flota en la mar oscura.

                Los bancos apelan a los gobiernos y les dicen que o se compensan con dinero público esos agujeros o se van al garete con todo, incluidos los ahorros de los ciudadanos en ellos depositados. Y los gobiernos pagan por esos y otros conceptos, pero por esos mucho. Acabamos de verlo en Bankia y lo critica hasta Rato, que ya es la suprema descojonación desconcertada. Unos quince mil millones de euros, tengo entendido, para prevenir impagos de créditos hipotecarios de particulares y empresas. De ese modo se supone que los bancos quedarán a flote. En cambio, el currito que perdió la casa y lo que en ella había metido, perdió la casa y lo en ella metido, y aún le dirán que sigue debiendo.

                En este punto es donde al ignorante osado se le ocurre la idea que no puede ser acertada: que por qué en lugar de solucionar el problema de una parte, el banco, no va el Estado y soluciona el de las dos partes, banco y señor o señora con el agua al cuello. Es decir, en lugar de entregarle al banco el importe del crédito de Pepe que previsiblemente Pepe no va a pagar porque no puede, de modo que el banco recibe ese dinero pero Pepe sigue igual de deudor que antes o se queda sin casa, páguense por Pepe las cuotas de Pepe, quede el Estado subrogado en el crédito contra Pepe y cruja a Pepe desde Hacienda cuando este vuelva a tener posibles. O sea, funcione el Estado como avalista sobrevenido de los ciudadanos con deudas garantizadas por hipoteca inmobiliaria y de paso estará el Estado haciendo verdadera política social en lugar de servir de mamporrero a los bancos que jamás pierden. ¿Por qué no un Estado avalista de ciudadanos en apuros en lugar de en gratuito asegurador de bancos imprudentes? ¿Que saldría caro? No más que anticiparse a abonar a los bancos directamente esas pérdidas, si acaso menos. ¿Qué resultaría onerosa tal gestión? Bueno, a lo mejor dar qué hacer a los funcionarios sería una forma de evitar tener que poner de patitas en la calle a la mitad de ellos, como va a ocurrir, sí o sí, en cuanto nos intervengan.

                Algo falla en esto lo sé. Ignoro qué será, pero no puede resultar así de sencillo, pues ya estarían manos a la obra gobiernos tan sabios como los que en este desdichado país hemos elegido y elegimos.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Supongo que lo que falla es que el dinero entregado a los ciudadanos no hay esperanza de recuperarlo, mientras que se aspira a poder recuperar lo invertido en los bancos una vez saneados.

Carmen dijo...

Se comenta que rescatar a las familias saldría bastante más barato. ¿Por qué los pisos de la banca no pasan al Estado? Alguien puede pensar que se van a cobrar intereses, que no es una donación y tal, pero los bancos cobran intereses, se quedan con la propiedad y se les sigue debiendo de por vida.
Creo que no se trata de recuperar lo invertido con la banca...es justo lo contrario. La banca exige recuperar lo invertido. ¿Quién financia a los partidos políticos? Ju.

Pasopasín, un cordial saludo.

Anónimo dijo...

Señor García Amado, eso que vd propone es una barbaridad, una temeridad e imposible de realizar, lo dicen todos los baqueros y sus economistas, y gentes que ganan tan buenos dineros tienen que ser por fuerza sabios y muy listos o resabiados y listillos, que no se como se dice...
Arturo

un amigo dijo...

Anonimo

piense un momento, hombre de Dios. El dinero entregado a los ciudadanos... es de los ciudadanos. El dinero entregado a la banca... es de los ciudadanos.

Salud,

Anónimo dijo...

Tal vez lo mejor sea seguir metiendo pasta a la banca, que "los mercados" (imagino que en economía vienen a ser lo que en Derecho llamamos "el legislador"), que siga la migración y la fuga de cerebros, que se criminalice más la inmigración, que sigan subiendo las tasas de las unis, que las pongan para hospitales, que suba la gasolina a la par que el desempleo, que todos los dias quiten muchas casas los bancos... Creo que con estas pòcas medidas la crisis (social economico financiera, de valores o como la quieran llamar) acaba en dos dias. Ya esta bien de anestesias, tomaduras de pelo, manipulaciones y falsas espectativas... y sobretodo de chulos, pseudopolíticos y mangantes!!!

Anónimo dijo...

Me pregunto si esto será simple teoría conspiranoica o la plamación de la dura realidad que, como borregos, nos negamos a ver:
http://www.youtube.com/watch?v=Nt44ivcC9rg

http://es.wikipedia.org/wiki/La_doctrina_del_shock

http://www.revistacomunicar.com/pdf/noam-chomsky-la-manipulacion.pdf

Arturo

un amigo dijo...

Como siempre, son bastante más interesantes las estructuras que los contenidos.

Y la estructura esencial de comunicación que ha escogido (abiertamente) el gobierno para el cataclismo bancario es la siguiente: "compréndanlo, no se puede decir la verdad sobre el sistema bancario PORQUE desestabilizaría definitivamente el sistema bancario".

Ahora piensen un momentillo a ver si Vds. mismos utilizarían esa estructura comunicativa en algún contexto posible, para generar confianza y estabilidad.

[Discusión conyugal] "Palomita mía, compréndelo: no te puedo decir la verdad sobre nuestro matrimonio PORQUE desestabilizaría definitivamente nuestro matrimonio".

[Consejo de Departamento] "Señoras y señores, compréndanlo: no les puedo decir la verdad sobre nuestro Departamento PORQUE desestabilizaría definitivamente nuestro Departamento".

... y así...

El hecho de que es una estructura concienzudamente decidida, no una anécdota trágico-cómica, queda demostrado por su aplicación paralela en el 'caso Divar': "no se puede decir la verdad sobre la institución porque debilitaría la institución".

En fin... qué se puede esperar (estructuralmente) de una sociedad donde (sucedido reciente) un sinvergüenza público, pillado in flagranti en una de sus (costosas y ridículas) sinvergonzonerías de baja estofa, declara COMO EXCUSA "no la estaba pagando yo con mis dineretes públicos, me la estaba pagando el jeque Metemán much Cohech"...

Cambalache, cambalache... los agravantes aducidos como atenuantes... las declaraciones de 'sálvese quien pueda' aducidas como tranquilizantes...

Llega el gran golpe de escoba... ¡se siente, se siente!

Salud,